PLAN ESTRATÉGICO DE PREPARACIÓN Y RESPUESTA FRENTE A LA COVID-19 - 30 de marzo de 2020 Todos los países están en riesgo y necesitan disponer de elementos de preparación y respuesta frente a la COVID-19. Se alienta a todos los países a que planifiquen sus medidas de preparación y respuesta en consonancia con el Plan estratégico de preparación y respuesta mundial. PLAN ESTRATÉGICO DE PREPARACIÓN Y RESPUESTA FRENTE A LA COVID-19 - Situación de la preparación y respuesta de los países frente a la COVID-19 a 30 de marzo de 2020
Finalidad, alcance y objetivos Finalidad Examinar distintas cuestiones críticas en los entornos urbanos a medida que la pandemia se convierte en una enfermedad infecciosa común que puede tener periodos de mayor propagación en los que aumente el número de personas afectadas. Alcance En este ejercicio se examinarán diferentes estrategias de salud pública relacionadas con la gestión de la propagación en zonas de alta densidad demográfica y se analizarán algunos de los principales desafíos de salud pública a los que se enfrentan las comunidades y las autoridades locales en el transcurso de los acontecimientos, incluida la gestión de las medidas y restricciones y sus repercusiones. Objetivos específicos El ejercicio proporcionará un foro seguro para analizar: distintas medidas integrales de salud pública; el mantenimiento de los servicios de salud y la infraestructura vital; las comunicaciones de riesgo, incluida la gestión de la información inexacta y malintencionada; la limitación de las repercusiones sociales y económicas; el alivio de las restricciones y el avance hacia la recuperación.
COVID-19 – Resumen La Oficina de la OMS en China recibió las primeras informaciones sobre una neumonía de causa desconocida detectada en Wuhan (China) el 31 de diciembre de 2019. El brote fue declarado emergencia de salud pública de importancia internacional el 30 de enero de 2020. El 11 de febrero de 2020, la OMS anunció el nombre de la enfermedad por el nuevo coronavirus: COVID-19. El 12 de marzo de 2020, la OMS declaró la pandemia a nivel mundial por la COVID-19. Desde principios de marzo, los países de todo el mundo han adoptado medidas más rigurosas en un esfuerzo por controlar la propagación de la enfermedad. Las medidas han incluido el distanciamiento físico, el cierre de escuelas, la restricción de los viajes, la restricción de las importaciones y, en muchos casos, el confinamiento de las personas en sus hogares. Casi todos los países del mundo han notificado casos: a nivel mundial hay alrededor de 2,5 millones de casos confirmados*.
Sesión 1a: Medidas sanitarias integrales Muchas zonas urbanas están experimentando transmisión comunitaria, sobre todo los lugares con una elevada densidad demográfica. Los países y las ciudades de todo el mundo han establecido medidas para tratar de limitar o prevenir la propagación en las zonas urbana s . En el eje de la respuesta de la salud pública a la COVID-19, la OMS ha propugnado firmemente cinco pilares principales: de tectar, aislar, hacer pruebas, tratar y rastrear . La realización de pruebas a los casos sospechosos siempre que sea posible, de modo que los casos se aíslen rápidamente (y se traten cuando sea necesario) y los contactos queden aislados durante el per i odo de incubación (en el caso de la COVID-19, durante 14 días), es fundamental para romper las cadenas de transmisión y, al mismo tiempo, proteger las funciones sociales y sanitarias cruciales. Además de detectar, aislar, hacer pruebas, tratar y rastrear, se pueden considerar otras estrategias de salud interrelacionadas, entre ellas: Indicar el uso de medidas individuales de precaución en todas partes, por ejemplo, medidas de protección personal como el lavado frecuente de manos, el protocolo en caso de tos y el mantenimiento de una distancia de uno a dos metros entre las personas. Se han adoptado otras medidas de salud pública, como estaciones móviles de lavado de manos o puntos de desinfección en los comercios que permanecen abiertos o cerca de ellos, y se han establecido distintas directrices y avisos públicos. Involucrar rápidamente a todos los sectores y comunidades para que toda la sociedad se identifique con la respuesta y participe en ella. Ralentizar la transmisión comunitaria mediante medidas de distanciamiento físico adecuadas al contexto y limitadas en el tiempo (véase la siguiente diapositiva). Prohibir o restringir los actos que congregan a multitudes que podrían ser el origen de la propagación acelerada .
Sesión 1b: Distanciamiento físico Muchos países y zonas urbanas han impuesto diversas medidas de distanciamiento físico para tratar de limitar la propagación del virus. Las medidas han abarcado desde recomendaciones de carácter orientativo hasta medidas de obligado cumplimiento por ley. Entre ellas, cabe citar: Cierre o adaptación inmediata de los lugares de trabajo y las escuelas y utilización del trabajo en línea o la enseñanza a distancia cuando sea posible. Medidas para evitar aglomeraciones en cualquier espacio público o privado, órdenes de quedarse en casa y otras restricciones de movilidad o de viaje (excluido el personal esencial), con multas en caso de incumplimiento. Cierre de instalaciones no esenciales (las excepciones son los supermercados y las farmacias). Restricción de la asistencia a acontecimientos importantes, como nacimientos y funerales. B lindaje y protección de los grupos vulnerables, como la restricción del acceso a las residencias de personas mayores . Todo ello ha causado un acusado aumento del desempleo; un gran número de personas, especialmente la población pobre de las ciudades que depende de sus ingresos diarios, está pasando apuros para conseguir dinero y suministros esenciales. Algunos países han tratado de aliviar las restricciones solo para acabar registrando nuevos brotes. Las economías de todo el mundo están sufriendo una recesión importante que probablemente supere la del colapso financiero de 2008.
Sesión 2a: Mantenimiento de la capacidad sanitaria crítica Los principales centros sanitarios de las zonas urbanas están al límite de su capacidad. L os aspectos más importantes son: La rápida expansión y reorientación de los servicios de salud para la ejecución de medidas que salven vidas, centradas en la atención a la mayoría de la población mediante tratamientos sencillos, como el suministro de oxígeno. El aumento de los recursos para la realización de pruebas, como los kit de pruebas y la capacidad de laboratorio conexa y las pruebas de diagnóstico rápido. Es probable que la demanda de equipo esencial supere a la oferta, por ejemplo, equipos de protección personal ( EPP) , unidades de cuidados intensivos (UCI), ventiladores, cilindros de O 2 . Los hospitales rurales y regionales podrían verse menos afectados y tener capacidad, pero hay reticencia a trasladar a las personas por si la infección se extiend e . Demanda de personal sanitario capacitado: falta de médicos y enfermeros capacitados para ocuparse de las salas y los pacientes de las UCI. Las residencias de personas mayores pueden verse gravemente afectadas y las tasas de mortalidad son muy altas una vez que la infección se instala en uno de estos centros. Puede suscitar preocupación que las personas vulnerables y las personas mayores solo reciban una atención mínima. El avance de la pandemia ha llevado aparejado un acusado incremento de la ocupación de las UCI y de las defunciones, y es posible que se exceda la capacidad de las morgues. Se están construyendo centros sanitarios provisionales, pero conllevan costos adicionales imprevistos. Garantías de que se dispone de recursos financieros suficientes. Es fundamental garantizar no solo que los pacientes con COVID-19 puedan acceder rápidamente a servicios de salud seguros y eficaces, sino también que se mantengan, en la medida de lo posible, los servicios y sistemas sanitarios y sociales esenciales. E s crucial que el personal de los servicios sanitarios y sociales trabaje en condiciones de seguridad que reduzcan al mínimo los riesgos para su salud y bienestar.
Sesión 3: Comunicación de riesgos Los medios, tanto los medios de comunicación tradicionales como las redes sociales, siguen ejerciendo una gran influencia sobre la población en general y es difícil proporcionar orientaciones claras. Varios medios de comunicación que habitualmente han sido críticos con el Gobierno actual han publicado sin cesar noticias sobre pruebas insuficientes, mala gestión y fallecimientos de pacientes y trabajadores de la salud, al mismo tiempo que pasan por alto los aciertos. Esa situación ha dado lugar a una erosión de la confianza en el enfoque del Gobierno y ha alimentado la especulación en línea. Las redes sociales están llen a s de historias de miedo, noticias falsas y remedios milagrosos. Muchos analistas de los medios de comunicación tienen poca formación en salud pública y simplemente se aferran a las noticias que creen que tienen más resonancia. Ha habido algunos aciertos. Los asesores de salud del Gobierno están bien considerados en la comunidad científica y de salud pública y son capaces de transmitir algunos datos y mensajes claros. El valor de la comunicación con las comunidades: la participación de la comunidad. No solo se trata de una cuestión relacionada con la salud: la participación de la comunidad tiene un papel fundamental, puesto que las personas forman parte de la gestión del brote. Los grupos comunitarios, las instituciones confesionales y otros programas a cargo de las comunidades pueden ayudar o dificultar la transmisión de mensajes fiables y comportar la necesidad de interactuar.
Sesión 4: Limitación de las repercusiones sociales y económicas Con el distanciamiento físico y las restricciones de movilidad en vigor, la población en general acogió inicialmente con agrado las medidas, puesto que consideraba que se estaba actuando. Se informó de personas que cantaban desde los balcones y que aplaudían delante de sus casas al personal médico. Sin embargo, esas medidas también causan un estrés importante a las personas, las comunidades y las sociedades al detener por completo la vida social y económica, y solo pueden mantenerse por un periodo limitado. En algunos lugares, el estado de ánimo está cambiando lentamente: las personas están empezando a desobedecer las normas, ya que los ingresos y los ahorros empiezan a agotarse y la gente se cansa de los cierres ininterrumpidos. Los casos de violencia en el hogar han aumentado y los servicios de salud mental se han sobrecargado. La policía y los funcionarios que tratan de imponer el distanciamiento físico han sido atacados, y en varios casos bandas de personas han asaltado tiendas. Algunas personas han viajado fuera de sus ciudades, en dirección a las zonas rurales donde tienen casas de fin de semana o parientes, a menudo a zonas con servicios de atención de la salud mínimos que se verían fácilmente desbordados si se produjera un gran número de casos. En otros lugares, las personas desempleadas han regresado a sus pueblos y ciudades de origen para estar con su familia. Cuando las autoridades han tratado de evitarlo, han sido objeto de ataques o las personas han encontrado maneras de sortear los controles. Las personas de bajos ingresos, los grupos minoritarios y las personas que viven en asentamientos informales se ven particularmente afectados, del mismo modo que las personas que sufren altos niveles de inseguridad de ingresos. Es probable que la delincuencia organizada se infiltre en las cadenas de suministro de bienes y medicamentos, en particular en las comunidades marginadas y vulnerables en tiempos de crisis. Esa situación puede dar lugar a un aumento de la demanda y la oferta de bienes y medicamentos que no estén sometidos a control, lo que entraña más amenazas para la salud.
Sesión 5: Recuperación y alivio de las restricciones Es urgente que los países que han aplicado medidas de distanciamiento físico planifiquen la transición para abandonar esas medidas de modo que sea posible contener de manera sostenible la transmisión a un nivel bajo y, al mismo tiempo, recuperar paulatinamente la vida económica y social. Asimismo, cuando el número de casos empiece a disminuir pero el virus siga circulando en la comunidad, la necesidad de eliminar las medidas de distanciamiento físico se hará más patente. Algunos países han vuelto a imponer esas medidas con poca antelación cuando se ha detectado un repunte de los casos. Los tres resultados más probables que se están analizando son los siguientes: Relajar paulatinamente el distanciamiento físico y las restricciones de movilidad mediante un sistema de semáforo: eliminar de manera gradual las medidas de distanciamiento físico y luego intentar aislar los conglomerados de casos a medida que surjan (por ejemplo, una semana laboral de dos días, la reapertura de algunos servicios). Relajar el distanciamiento físico en las zonas geográficas con pocos casos o sin presencia de la enfermedad y mantener al mismo tiempo otras partes con restricciones más estrictas (obsérvese que este enfoque puede generar tensión entre los habitantes de diferentes zonas). Mantener el distanciamiento físico en todas partes con los riesgos económicos y sociales asociados (como los disturbios sociales) y esperar una intervención médica (como una vacuna). Gestionar los puntos de entrada y reanudar el movimiento mundial de personas. Los países que son importantes polos de transporte pueden enfrentarse a un aumento de la transferencia de casos (lugares como Singapur, Hong Kong, Dubái, Bangkok, Londres, Frankfurt, etc.) y tendrán que preparar una política de gestión.