Estructuras Visuales
Los objetos, las imágenes y los textos adquieren estructura gracias a la composición, que
presenta dos dimensiones : espacio y tiempo.
El espacio, o aspecto espacial de cualquier composición, tiene dos factores : colocación y
presencia. Un ejemplo de colocación es la disposición de los diferentes elementos en la
ejecución de un cuadro. Al situar un elemento en la parte superior de la pintura se tiende
a idealizarlo, mientras que en la parte inferior tiende a parecer más terrenal, más real. Por
eso Dios tiende a estar situado en los cuadros por encima de los seres humanos. Los
elementos que se representan a la izquierda del cuadro, por otra parte, acostumbran a
indicar lo que se da por sentado, mientras que los de la derecha tienden a sugerir lo nuevo.
Al disponer un elemento en la parte central del espacio plástico es porque se le quiere dar
más importancia que a los de los márgenes. Los mapas, por ejemplo, permiten colocar en
el centro los países concretos y hacer que parezcan dominantes frente a las naciones que
quedan en la periferia. También, si se pone el elemento en un primer plano de un cuadro,
tomará más importancia que la que tendría si estuviera en el fondo.
La presencia, por su parte, se crea mediante el uso de las siguientes características al crear
un cuadro : proximidad (junto/separado), equilibrio (simetría/asimetría), tamaño (grande/
pequeño), color (vivo/apagado), contraste (fuerte/tenue), detalle (fino/tosco), tono (claro/
oscuro), forma (regular/irregular), textura (áspera/lisa), dinamismo (estático/dinámico)
y disposición (organizada/desorganizada). Jugando con estas variantes, podemos llamar la
atención (o desviar la atención) hacia distintas partes de la composición.