Tu hijo en el séptimo mes de embarazo:
ultimando detalles
Ya han pasado siete meses y la criatura que habita en tu panza crece sin
parar. A estas alturas del embarazo, el feto ya abre los ojos, identifica los
sabores dulce y salado y reconoce la voz de la madre. Y, a pesar de que
cada vez tiene menos espacio para moverse, continúa dando golpes y
patadas, de manera que notas aún más su presencia. Durante este mes y los
siguientes, se están acabando de perfeccionar las funciones de su
organismo. Si el bebé naciera durante estas semanas se consideraría
prematuro, aunque podría vivir fuera del útero siempre que una incubadora
le ayudara a respirar.
Ya casi estás en la recta final y a estas alturas el feto, que está completamente
formado, mide alrededor de 40 cm y pesa entre 1,5 y 2 kg. Si el pequeño
naciese ahora, podría vivir fuera del útero. Sería un bebé prematuro, y por
tanto necesitaría cuidados intensivos y una incubadora que le ayudara a
respirar, pero, si no surgiera otro tipo de problemas, saldría adelante con éxito.
Es una posibilidad aunque, en principio, el pequeño que habita en tu panza
todavía continuará creciendo durante los dos próximos meses porque aún
queda bastante por hacer.
Perfeccionando funciones
El feto está completo pero todavía hay que perfeccionar algunas funciones y
órganos. Los pulmones, por ejemplo. El bebé sería capaz de respirar si naciera
en este momento, pero sus órganos respiratorios aún están inmaduros, a pesar
de que el sistema nervioso ya controla la función respiratoria. De hecho, ya se
están produciendo numerosas conexiones entre las neuronas del futuro bebé.
Los músculos del pequeño son cada vez más fuertes, los huesos se van
endureciendo poco a poco y los riñones, el hígado y el cerebro ultiman los
preparativos para salir a la luz completamente organizados. Además sus ojos,
por fin, ¡se abren! Los párpados están totalmente formados y ya puede
parpadear y, por tanto, ver los cambios de luz que se producen a través de tu
barriga. La criatura ya no está arrugada porque bajo su piel, que todavía
presenta un color rojizo, se ha formado una considerable capa de grasa. Por
otra parte, el volumen del líquido amniótico ha empezado a disminuir, ya que
el feto cada vez ocupa más espacio en el útero. Esta reducción de su particular