A la salida de la escuela, Ana compró una
bebida gaseosa que disfrutó enormemente.
Cuando llegó a casa, sintió un dolor en la
“boca” del estómago, su hermano mayor le
sugirió que se tomará un medicamento
antiácido. Antes de automedicarse, Ana
consultó con su mamá, que es enfermera.
Ella comentó que tal vez se trataba de un
cuadro de acidez estomacal y le dijo que la
acompañaría al médico, pues el antiácido
podía controlar las molestias, pero era
necesario atenderse si ya tenía una
enfermedad estomacal. De ahora en
adelante, Ana tendría que moderarse al
ingerir gaseosas, pues podrían provocarle