www.elmistico.com.ar
- ¡Si, claro, mi amor, claro que tenemos!
Y ella dice:
- ¿Y por que nunca las invitamos?
Vamos a tener que saber una vez mas de que hablamos. Si uno quiere hablar de sexo va a tener que
animarse a llamar a las cosas por su nombre. Esto significa no hacer ninguna vuelta para no decir algo porque
sea prohibido, feo, mucho menos porque suene pornográfico u obsceno.
Y quiero avisar ahora que desde aquí hasta el fina, en este capítulo, un culo es un culo. No es: ni el lugar
donde termina la espalda, ni un trasero, ni la parte de atrás, ni una nalga, ni un glúteo, ni un agujero incógnito y
turbio... Un culo es un culo.
Pido disculpas por esto, porque sé que a algunos lectores las palabras pueden sonarles hirientes. Pero como
no está claro que significa y de dónde viene todo aquello que llamamos sexo, por unas páginas vamos a
levantar, con los que decidan seguir leyendo, las barreras que impiden escribir algunas palabras. Y no me
parecería mal que alguien saltara hasta el próximo capítulo donde hablo de la pareja, porque hay que
defenderse de lo que a uno le molesta.
En lo cotidiano, uno no usa la expresión “relaciones sexuales”. Hay otras palabras que tampoco usamos y
que suenan peores todavía, por ejemplo, “coito”, que suena a prequirúrjico, a barbijo, a sin tocarse, o “cópula”,
que pude hacernos pensar en un perro en una sala de experimentos, o “pinchar” que suena demasiado
guarango e incluso antiguo. La dificultad de “encamarse” es que no termina de definir, es como mas
geográfico, y respecto de “fornicar” mi tío Fernando sigue creyendo que es una tarjeta de crédito.
Para mi hay tres maneras de referirse a la relación sexual, que son las tres palabras que mas usamos en la
Argentina.
Entonces, me gusta decir que vale la pena, para saber de que hablamos, diferenciar entre “fifar”, “coger”, y
“hacer el amor.
FIFAR
Fifar, en nuestro slang de Buenos Aires, es un sinónimo vulgar y simpático de tener un encuentro sexual
intrascendente. Es por definición incidental, descomprometido y de alguna forma deportivo. Es el hecho, puro
concreto y mecánico de uno que vio pasar a otro y por alguna razón terminó en una cama.
El diálogo posible después de fifar sería:
Ella: I love you darling.
El: ¿Lo que?.
Y nunca entendieron nada de lo que el otro esta diciendo. Se encontraron pero no establecieron ningún
vínculo, ningún diálogo verdadero. Puede ser placentero o displacentero, pero nada mas.
Fifar es acostarse con un culo, con un auto, con una cara atractiva, con mi propia calentura del día. El toro es
sólo un accidente, un partenaire, alguien que cumple una función para que podamos tener un intercambio de
fluidos.
COGER
En cambio, coger, que usamos coloquialmente en la Argentina, define un algo mas. Coger es una palabra
que a mi me parece injustamente maltratada, porque se le ve como una “mala palabra” y, sin embargo es el
término que usamos cotidianamente para hablar de sexo, lo cual no es casual.
En casi todos los idiomas del mundo, la palabra mas popular para definir el acto sexual, la que se usa en la
calle, siempre tiene un sonido /k/, /j/ o /f/, dos o todos ellos, porque estos tres fonemas le dan a la palabra la
fuerza que tiene que tener para significar lo que representa (“cushé”, en francés, “fuck”, en inglés, “follar” en
España, “litfok”, en hebreo).
El intercambio sexual tiene mucha historia como para dejarlo en una palabra tibia.
Fonéticamente, “coger”, tiene esta fuerza.
Por otro lado, etimológicamente, “coger” viene de “coligere”, que quiere decir ligar o relacionar algo entre dos,
y por lo tanto también deriva de “ligere”, que quiere decir elegir, seleccionar. Del mismo modo que “coger” en
español puro es tomar, agarrar algo, “coger” es establecer un vínculo con aquello que yo tomo o elijo, con
aquello que he seleccionado por alguna razón.
“Coger” denota un modelo de vínculo donde no solamente se fifa por deporte, hay mas, hay un vínculo entre
las personas, algo les pasa.
56