Mayo 11/50
Chepita de mi alma, mi Chepita linda, locura, ternura, vida mía: ¡cómo me haces falta,
cómo te quiero, cómo me estoy muriendo por ti, cómo me estás matando, amor, dulce mía!
Jamás nadie se ha muerto tantas veces así. Te quiero con todas las partes de mi cuerpo, te
quiero espantosamente, desoladamente, insoportablemente. Ya no puedo más. ¡Cómo es
posible vivir sin ti! ¡De qué modo me eres necesaria, ineludible! Cadena de mi corazón,
filtro mío, vida mía, te quiero, te quiero, oye que no puedo estar sin ti, te lo voy a decir por
primera vez, que la vida me quite todo pero que me quedes tú, que pierda yo un brazo, las
piernas, que yo quede ciego pero contigo, que yo me haga un miserable, un imbécil, un
triste, pero contigo, amor, contigo. No puedo respirar, tú eres el aire, el agua, el pan, todo lo
que vive; perdóname porque te quiero así, perdóname porque este amor me mata, porque
este amor te matará diariamente a mi lado, perdóname porque estarás conmigo todos los
días de mi vida, porque no te dejaré nunca, porque seré tu castigo y tu culpa, porque nos
vamos a morir juntos. Chepita de mi alma, mi Chepita linda, mira cómo me espanto de este
amor, de este hierro al rojo sobre mi carne, porque tú eres mi marca y yo soy tu marca, ya te
lo dije, clausuraste mi corazón, lo encadenaste, es tuyo.
¡Con qué locura te amo! ¡Qué atrocidad la de los días lejos! Enciérrate, amor, cuídate,
cuídame tu cuerpo, guárdame tu boca, tu corazón, no salgas, que no te mire nadie,
entrégame al regreso lo que dejé, intacto, sin sol siquiera, encerrado, de mis manos a mis
manos. Yo ya no puedo más. Saldré el 19, estaremos todo ese domingo juntos, desespero,
estoy loco por ello. Si llega temprano el camión ve a esperarme el sábado; si no, ve el
domingo temprano a mi casa. Ya el viaje de Jorge no me está gustando, piensan estarse allí
en mi casa, nos estorbarán, estoy viendo la manera de arreglarlo; de cualquier modo el
domingo estaremos solos, yo sé en dónde; me preocupan los otros días pero lo arreglaré.
Estuve desesperado sin carta tuya; hasta hoy en la tarde me entregaron dos al mismo
tiempo, las del 9 y 10. Pero escríbeme a todas horas. A todas horas me haces falta, me
dueles. Mi Chepita linda, qué ganas tengo de tenerte a mi lado, de acariciarte, de hablarte,
de saber que existes, porque ya no sé cómo eres, cómo besas, cómo es tu voz; sólo sé un
montón de cosas acerca de los dos, pero todo me parece un cuento, no sé en dónde estás,
quiero saberlo, quiero tocarte; vamos a empezar a querernos, nos vamos a conocer ahora,
antes no existíamos, todo esto es un lío tremendo, sólo sé que me faltas, que me estás
matando.
Chula, linda, ya voy...
Jaime
117