CÓMO CERTRUDIS ENSEÑA A SUS HIJOS
ciaturo. La impresión estable de los
nombres hace en ellos inolvidable
& objeto, tan pronto como han sido
ados al conocimiento de ellos, y
la ver.
dad y en la exactitud desarrolla y
mantiene en los niños la concien-
sia de las relaciones reales que
existen entre los objetos, Los beno-
ficios que se obtienen por este me-
dio son progresivos. Solamente no
se debe pensar nunca, porque el
niño mo entiendo el todo de algo,
js de ello no le aprovecha nado.
in efecto, si & se ba apropiado
ie gran parie de las voces de una
nomenclatura cientifice, mediante el
estudio del ABC y aprendiéndolo,
ozs. por ese medio
por 16 menos de la misma ventaja
Que posee un niño educado en una
gran casa de comercio y que,
a cuna, aprende cada día los nom
bres de una infinidad de objetos.
EL filántropo Fischer, que per
Segal mieme fn que yo, ha viso
desde el principio el desarrollo de
mi método y le ha hecho justicia,
bien que elia diferia sensiblemente
de su propia manera de ver y de
sus propias ideas, La carta que él
escribió a Steelers sobre
mis experiencias es interesante en
atencién a les ideas que se tenían
de este asunto en esa época. Voy
32 Seema, párroco y pedago-
50, alimentaba Ja, bmes fendenclss
Pedagógicas que Fischer y Pestlozal
7 panlegeba” de sus eos; trabejeba
Tonstantsmente por el bien de sus le
armes, de su pueblo y de au puis
y sohaba, como. aquélls, en la re.
Jorma de la. educación del” pueblo.
Sisinmtller reidfa entonces en Gas,
aides grande y rica en el Canton de
Appenzell, en onde Kei era maestro,
or su recomendación fue Kran a.
‘made a Burgdort, donde más tardo
ES a ser uno de Jos colaboradores
de Pesalore Stealer estaba cor
dps pto de funde emir
A nes que des de exis a
Se partida de Galo, pero que volvió
{Dace abieto en 1835 bajo 14 dirección
de Kris
141
2
2 darla aqui, agregändole algunas
observaciones de mi parte.
“Para juzgar las empresas
jew de Pendel se dee ase
conocer la base psicológica so-
bre que descanse el cdificio de su
sistema. Elia es seguramente de una
solidez a toda prueba, aunque la
fachada del edificio presente tods-
via algunas desigualdades y despro-
porciones. Muchas de esas faltas se
explican pur el método empirico-
psicológico del autor, por las cir
Sustancias exteriores y destinos de
su vida, sus ensayos y su experien-
cia. Es casi increible el ardor infa-
tigable que emplea en sus experi
mentos; y como él, exceptuadas al-
gunas ideas directrices, fllósofa más
despues que antes de ellos, se ve
obligado, es cierto, a multiplicaros,
pero entonces los resultados ganas
en seguridad. Empero, para intro
Gucir los resultados en la práctico,
esto es, para adaptarlos a las pre.
ocupaciones, a las circunstancias y
a las exigencias de los hombres,
puesia Peseloz, o colaboradores
liberales, que participen de sus ideas,
que le ayuden a Carls formas.
esos mismas ideas, 9 un gran lapso
de tiempo para descubrirlas por
sf mismo y para dar por medio de
ellas, por decirlo así, cuerpo al os
pírite que lo anima. Los principios
Sobre que descansa su método son,
‘més 0 menos, Jos siguientes”
E dico puntos de vista. que se
guen, que Fischer llama los princi-
pos de mi método, no son otra cosa
que ideas aisladas sacadas de los
ensayos que he hecho para la reali-
zación de mis proyectos; como prin-
<ipios estén subordinados a las ideas
fundamentales que me los han ins-
pirado.
Mas aquí falta la primera consi-
deraciön del ito que me ha
wiado, esto es, yo quiero remediar
fis isis de lé eme habia!
de las escuelas, principalmente
las escuclas elementales, y buscar
formas para la enseñanza que no
tengan esas faltas.