¿Con quien me casare? – Luis Palau
f
ísico cuando no existen otras cualidades que fortalezcan y complementen la
emoci
ón físicosexual. El primer paso esencial para que una pareja de jóvenes se
ame, se tenga confianza y sea fiel el uno al otro es conocerse mutuamente. De lo
contrario ser
á un mero amor romántico, pasajero, superficial. La nariz bonita, el
cabello ondulado, y el caminar lleno de gracia no garantizan un hogar feliz. Por
supuesto que uno busca a la persona que m
ás le atrae, que más le agrada y que a
sus ojos es la m
ás bonita del mundo, pero eso no garantiza un hogar feliz. Es
necesario conocerse. Para conocerse hay que conversar largas horas, pasar
tiempo juntos, conocer la familia del uno y del otro, conocer su educaci
ón, su
opini
ón en cuanto al tamaño de la familia, en cuanto a las relaciones con Dios.
Para amarse, entenderse y ser fiel el uno al otro hay que conocerse.
¿Se comprenden?
En segundo lugar, para que haya amor, confianza y fidelidad es necesario
comprenderse. Hay que pensar, hay que razonar, observar las maneras y las
reacciones de la otra persona. No es cuesti
ón de decir: "Apenas la vi, me enamoré
y a las tres semanas me cas
é". Un matrimonio fundado con esa base es casi
seguramente un matrimonio que va a fracasar, que va a terminar en el divorcio, o
si no termina en el divorcio, por lo menos en el desprecio, en el enfriamiento entre
las relaciones, y hasta en la infidelidad. Es necesario comprenderse; por eso la
Biblia dice: "Sabidur
ía, sabiduría ante todo. Ante todas las cosas”, dice el libro de
Proverbios; "adquiere sabidur
ía". Sí, porque una cosa es conocimiento, y otra es
sabidur
ía. Hoy en día el mundo está lleno de conocimiento científico y de otro tipo,
pero ¡qu
é poca sabiduría hay! La ciencia nos ha dado la fuerza atómica, pero ¡que
mal hemos usado esa ciencia que est
á a punto de destruir a la humanidad! Es
necesario comprenderse. Eso es ser sabio.
"Las obras de la carne"
En tercer lugar, para que haya amor, fidelidad, el joven y la se
ñorita tienen que
confiarse mutuamente. Cuando no hay confianza, cuando hay sospechas y celos,
es se
ñal de que la relación esta mal encaminada. Si no se confían mutuamente
habr
á ansiedades, inseguridad, celos, sospechas, tristeza, dudas. A veces esto
termina en la violencia, en los malentendidos, y hasta en el quebrantamiento de
las amistades, Cuando un joven y una se
ñorita no se confían mutuamente,
entonces es se
ñal de que existe lo que la Biblia llama una relación meramente "en
la carne". No me refiero aqu
í en la carne aludiendo al aspecto sexual, sino del ser
humano sin el control de Cristo. En G
álatas capítulo 5 se nos dice: "Las obras de
la carne son adulterio, fornicaci
ón, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías,
enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones y herej
ías". En una
palabra, cuando no hay confianza, es se
ñal de que uno, el otro, o ambos, no están
caminando dominados por el Esp
íritu Santo de Dios.
Aunque una pareja joven, hermosa, atractiva, culta y socialmente compatible sea
cristiana, sin embargo, si su noviazgo y sus planes matrimoniales no est
án dentro
del plan de Dios, tendr
án celos, luchas, iras, contiendas, pleitos. Es una señal de
que esa relaci
ón tiene que terminar. Por otro lado, si siempre tienen que estar
juntos, ¡cuidado! El joven y la se
ñorita, de novios, quieren estar juntos por el
Editado por Ismael Morales