Tradición y legalismo 153
dado que nueve no constituye una mayoría de dos tercios de esos
dieciséis, no hubo cambio alguno.
El 18 de octubre se discutió el tema pero no hubo votación. El 15
de noviembre asistieron los dieciséis miembros y once votaron para que
se cambiara la norma, de manera que los testigos que en conciencia
sintieran que podían aceptar ese servicio no fueran automáticamente
calificados como infieles a Dios y desasociados de la congregación. Eso
era una mayoría de dos tercios. ¿Se hizo el cambio?
No, ya que, después de una breve pausa, el miembro del Cuerpo
Gobernante Lloyd Barry que había votado con la mayoría a favor del
cambio, anunció que había cambiado de opinión y que votaría por la
continuidad de la política tradicional. Así se echó por tierra la mayoría
de dos tercios. Una nueva votación, con quince miembros presentes,
arrojó un saldo de nueve votos a favor del cambio, cinco en contra y
una abstención.
14
Seis sesiones del Cuerpo Gobernante estuvieron dedicadas a
discutir el tema y, a la hora del voto, en todos los casos, hubo mayoría
de los miembros del Cuerpo Gobernante que favorecía la eliminación
de la política existente. La única votación con mayoría de dos tercios
permaneció menos de una hora y la política existente se mantuvo.
Como resultado de ello los jóvenes testigos seguirían expuestos a ser
encarcelados en vez de aceptar el servicio alternativo, a pesar de que,
como mostraba el examen de las cartas que llegaban, ellos en
conciencia podían percibir que esa aceptación era apropiada a la vista
de Dios. Increíble como pueda parecer, esa fue la decisión tomada,
y la mayoría de los miembros del Cuerpo Gobernante parecía no tener
motivos para sentirse perturbados por ello. Después de todo, se
limitaban a seguir las normas en vigor.
Un año más tarde, el 15 de septiembre de 1979, se llevó a cabo
otra votación con un resultado dividido exactamente por la mitad,
mitad a favor del cambio, mitad en contra.
Esa normativa continuó vigente durante otros dieciséis años hasta
que, de manera súbita, La Atalaya del 1 de mayo de 1996 decretó que
la aceptación de un servicio alternativo ahora era una cuestión de
conciencia. Durante aquellos dieciséis años millares de testigos,
especialmente varones jóvenes, pasaron tiempo en la cárcel por
negarse a aceptar diversas formas de servicio a la comunidad. Tan
tarde como en 1988, un informe de Amnistía Internacional señalaba que
14 Lloyd Barry había salido. Según mis notas, los que votaron a favor de una cambio eran:
John Booth, Ewart Chitty, Ray Franz, George Gangas, Leo Greenlees, Albert Schroeder,
Grant Suiter, Lyman Swingle y Dan Sydlik. Los que votaron en contra eran: Carey
Barber, Fred Franz, Milton Henschel, William Jackson y Karl Klein. Ted Jaracz se
abstuvo.
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