MARIO BROS
Soy Mario Bros., después de superar obstáculos, de rozar nubes y de aplastar enemigos, llegué finalmente a un
castillo, pero la princesa que rescaté me dijo que no era la verdadera, que debía seguir buscando. Empecé mi
búsqueda de nuevo en un universo diferente y más peligroso que el anterior. Llegué otra vez a un castillo y la
historia se repitió. Tuve que empezar de nuevo, como un condenado a soñar la misma pesadilla cada noche. Por
desgracia, nunca aprendí a tener 100 vidas y siempre caía al vacío o al fuego antes de llegar al último castillo, aquél
donde se encontraba mi princesa verdadera. Mi misión se complicaba y el tiempo se acortaba, los números
llegaban cada vez más rápido al cero. Un día, después de muchos intentos, finalmente encontré el último castillo,
donde -pensaba yo- me esperaba mi princesa, el fin último de mi vida. Sin embargo, no fui tan buen jugador como
Luigi, quien llegó primero y se la llevó a un lugar que desconozco.
Ahora estoy aquí, solo, en un castillo abandonado, con una montaña de monedas y aún dos vidas. El fuego se ha
apagado, los dragones se han ido. No hay nadie a quien rescatar y nadie que pueda rescatarme. No puedo tirarme al
vacío o al fuego, ni siquiera hay una mísera tortuga de la que me pueda dejar vencer. Desearía morir de algún
modo. Soy Mario Bros, estoy solo en un castillo, sin princesa ni dragones y aún tengo dos vidas.
LA LUZ DE TU CORAZÓN
Había una vez una niña llamada Lulu que le tenía miedo a la oscuridad.
Todas las noches llamaba a su mamá para que la acompañara, y su mamá se trasnochaba para que ella estuviera
tranquila.
Un día le dijo.
- Hijita, por qué me llamas tanto, sabes que tengo sueño y despertarme todas las noches me pone de mal humor.
- Lo que pasa es que tengo mucho miedo mamá.
- A qué le temes, le preguntó su madre intrigada.
- A la oscuridad, le dijo Lulu.
Pues no debes de temer. Sabes, tu tienes una luz interna muy poderosa y está justo en el medio de tu corazón. Esa
luz es producto de todo el amor que sientes, por mi, por tu papi y tu hermana. Si piensas en esa luz, ya nunca más
sentirás temor. Lulu vio mucha luz en su habitación a media noche y se puso feliz al saber que la luz de su corazón
alumbraría su vida para siempre.
Fin
BODOQUITO, LA COCINERA
Había una vez, una niña llamada Bodoquito que quería cocinar como su mamá.
Un día le pidió a su mamita que le enseñara a cocinar chocolate caliente, su favorito.
Bodoquito casi se quema su manito por traviesa, su mamá la cuidó y le enseñó a cocinar con cuidado.
Bodoquito aprendió una gran lección, que para cocinar, hay que tener mucho cuidado, y no tocar la olla caliente.
Cuando terminaron, tomó su chocolate que estaba riquísimo y se lo invitó a sus vecinas.
Fin
EL GATO ENAMORADO
Un día un ratón y un gato jugaban en el parque, y como siempre, se revolcaban en el suelo e iban tras una pelotita
chiquita y muy colorida que a veces estaba tan sucia que no podía rodar.
Pasaron los días ¡Que sorpresa! llego una perrita que era el animalito más lindo del barrio, se llamaba Bambi. El
gato se enamoro completamente de ella, pero el no se animaba a decirle ni ¡hola!; quedo admirado por su belleza.
Cierto día se juntaron todos los animalitos del barrio e hicieron reunión, no habían llegado todos.
-Vamos a esperar – dijo Bambi.
-¡Al fin llegaron todos! ¡Los estábamos esperando!, les dijo cuando los vio entrar.
-¡Comencemos!- Hoy es el cumpleaños de ratoncito y tenemos que regalarle algo-dijo Bambi.
-¡Ya se! _dijo el gato_ se me acaba de ocurrir una idea, podemos hacer una gran fiesta sorpresa.
Luego de la fiesta el gato le pidió a la perrita que si quería casarse con ella, y tener una gran familia. Ella para no
herir sus sentimientos le explicó en forma muy dulce que una perrita con un gato no era posible casarse ya que
debían ser de la misma especie, pero que si podrían ser muy buenos amigos.
El gato a pesar de todo, estaba contento porque había encontrado una nueva amiga. Ese día todos aprendieron q
podemos ser diferentes, tener distintos pensamientos, pero podemos ser muy buenos amigos, si respetamos al
otro.
Fin