Dei Verbum 2
El documento en la primera etapa conciliar
El cardenal Ottaviani presidió como
único responsable la Comisión que
elaboró el primer borrador del
documento, el cual resultó ampliamente
rechazado.
Iniciado el Concilio propiamente dicho, el tema de las fuentes de la
Revelación ocupó el segundo lugar en los debates, a los que precedió una
presentación del cardenal Ottaviani y la acostumbrada relación del ponente.
Las discusiones duraron del 14 al 21 de noviembre de 1962. En ellas tomaron
parte 104 oradores, y se puso de manifiesto un contraste tan llamativo entre
dos tendencias conciliares, que el Consejo de presidencia creyó necesario
hacer una votación exploratoria antes de proseguir. La exploración dio por
resultado que 1368 Padres conciliares deseaban la interrupción de los debates,
822 su continuación, mientras que 19 votos fueron nulos.[1]
La forma indirecta en que se había hecho la consulta creó una situación
difícil, porque los 1368 votos no alcanzaban los dos tercios de votos
requeridos (1473) para retirar el esquema. Por otra parte, era evidente que
seguir discutiéndolo no llegaría a ningún puerto, puesto que la mayoría era
contraria a él. Esto motivó la intervención directa del mismísimo Juan XXIII,
quien ordenó la retirada del texto y la formación de una Comisión mixta,
presidida en esta oportunidad por los cardenales Ottaviani y Augustin Bea, para que lo reelaborase.[1]
El documento en la segunda y tercera etapa conciliar
El cardenal Augustin Bea colaboró en la
dirección de la comisión que reelaboró el
documento.
El 23 de abril de 1963, Juan XXIII autorizó la distribución del nuevo esquema
a los Padres conciliares sobre el cual, como era de esperar, cayeron miles de
observaciones durante la segunda etapa conciliar.
Teniéndolas en consideración, se llegó trabajosamente a otra redacción,
finalizada a mediados de 1964, cuyo envío autorizó Pablo VI el 3 de julio.
Esta versión se discutió en la tercera etapa conciliar, del 30 de septiembre al 6
de octubre de 1964, con la intervención de 69 oradores. Ese debate dio
materia para redactar otra vez el esquema en su totalidad, que fue distribuido
sin mediar el tiempo suficiente para discutirlo nuevamente en esa etapa.[1]
El documento en la cuarta etapa conciliar: su promulgación
Las discusiones restantes tuvieron lugar en la última etapa, del 20 al 22 de
septiembre de 1965. La Comisión tuvo que discriminar las sugerencias
aceptables de los votos "iuxta modum", lo que dio nacimiento al texto
definitivo. El 29 de octubre de 1965, el texto fue votado y aprobado por 2081 votos
favorables frente a 27 desfavorables y 7 nulos, dando lugar a un resultado
tanto más encomiable cuanto más se comparaba con el inicio polémico del documento. El 18 de noviembre de 1965,
en sesión pública, se realizó la votación final, todavía más clara: 2344 votos a favor, 6 votos en contra. Así, Pablo VI
procedió a la promulgación solemne.