El Libro de los Muertos de Ramsés II.

simonibarreche1 0 views 22 slides Oct 03, 2025
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Si había un tema que obsesionaba especialmente a los antiguos egipcios, era la muerte. Es obvio decir que el tema de la muerte es una preocupación universal, y hay algunos pensadores que definen a la especie humana como la única capaz de preguntarse por su existencia: si al final morimos, ¿para ...


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El Libro de los Muertos era un texto con el que los egipcios se enterraban, e incluía fórmulas y detalles de lo que ellos creían que les iba a suceder tras su muerte. Se conservan, con sus dibujos y el texto en jeroglífico sobre el papiro, en algunos museos del mundo . Este libro representa, un viaje, el último viaje del muerto hacia la esperada vida después de la muerte. EL LIBRO DE LOS MUERTOS Si había un tema que obsesionaba especialmente a los antiguos egipcios, era la muerte . Es obvio decir que el tema de la muerte es una preocupación universal, y hay algunos pensadores que definen a la especie humana como la única capaz de preguntarse por su existencia: si al final morimos, ¿para qué vivimos ? Papiro de Ani ,   la versión más conocida del Libro de los muertos. Se calcula que fue escrito durante la dinastía XIX (museo Británico de Londres) hacia el año 1300 a. C. Historia © 2025 Simon Ibarretxe

Momia del faraón Ramsés II Es por eso que los egipcios consideraban que no existía cosa más importante que la consecución de la vida eterna y para lograr esto, hacían todo lo que estuviera a su alcance para poder conseguirlo. La concepción de la muerte en la cultura del antiguo Egipto, a diferencia de la nuestra, se caracterizaba por idear a la muerte como la prolongación de la vida en el más allá, es decir, la muerte no es el fin de la vida, sino es la transformación de ésta para alcanzar la vida eterna. Rito sagrado de la momificación con Anubis. El libro de los muertos pretendía ayudar al difunto en su difícil camino al Más Allá y en el juicio de Osiris. Su título original podría traducirse como “la salida al día”. La muerte no era mas que un renacimiento, al igual que el sol sale cada día, así el difunto accedía a un nuevo renacer. EL LIBRO DE LOS MUERTOS

Su origen se encuentra en los textos de las pirámides del reino antiguo( textos religiosos grabados en las paredes de las pirámides de reyes y reinas a  partir de la V Dinastía). El papiro con las fórmulas adecuadas para ayudar al alma del difunto se depositaba junto a la momia, en la tumba. También se escribían pasajes del libro en los ushebtis . Pero el libro no sólo comprende fórmulas para superar el juicio de Osiris, sino también pasajes para que el difunto reconozca a los dioses que le serán favorables o para que pueda orientarse en su viaje por “las 12 Regiones de la Duat”. Eran los sacerdotes-lectores los encargados de leer ciertos pasajes de el Libro vueltos hacia la momia. En el Antiguo Egipto pensaban que al morir comenzaban un viaje hacia el más allá para empezar una nueva vida y por eso cuando los faraones o personas importantes morían, en lugar de enterrarlas rápidamente, les hacían muchas cosas para conservar su cuerpo y que pudieran comenzar una nueva existencia. Amuletos mágicos Vendas de lino Sacerdote con la mascara de Anubis Vasos canopes Rito de la momificación

Yo no soy un hombre. Soy un dios. Ahora te hablo desde mi casa de los muertos, donde estaré por toda la eternidad, disfrutando de la compañía de los dioses, de los otros dioses. Es verdad que tuve una vida mortal. Que tuve un padre, el faraón Seti , de quien aprendí a ser rey , y una madre, mi queridísima Tuya. Yo, Ramsés II, conductor de millones de hombres, faraón de Egipto durante 67 crecidas del Nilo, al que los dioses concedieron vivir 92 crecidas del Nilo para luego tenerme con ellos. Adaptación del Libro de los Muertos del más grande de los egipcios, Ramsés II, el Grande. Llegó el día en que mi cuerpo mortal es ahora un alma inmortal que vive en el reino de Osiris, dios de la oscuridad y de los muertos, Señor de Ultratumba . EL LIBRO DE LOS MUERTOS DE RAMSÉS II

Una vez preparado, me transportaron hasta la que iba a ser mi última morada en la tierra, allá, en el Valle de los Reyes, frente a la ciudad de Tebas. En ese estrecho y seco valle, fácil de vigilar, ya descasaban mi padre, el bienamado Seti , y mi abuelo, el que inició nuestra dinastía, Ramsés I. Muchos lloraron mi muerte. Los sacerdotes más puros me embalsamaron , me perfumaron , me envolvieron en finas vendas de lino . Cartucho Real de Ramsés II Barca sagrada de Horus

Me transportaron en un carro con forma de barca, pues tendría que atravesar el mar que nos separa del Otro Mundo , así me conducían por los polvorientos caminos. Aunque la mujer que más quise, Nefertari la hermosa, hacía ya tiempo que se me había adelantado en este viaje. Lloraban las mujeres y descubrían sus pechos y se arrancaban los cabellos en señal de dolor. Lloraban mis sirvientes mientras cargaban con las ofrendas que iba a llevar a los dioses. Lloraban mi esposa Isisnofret , que me dio el hijo que me sucedería; mis dos hijas, con las que me casé cuando llegaron a la edad fértil; y la princesa del los hititas con la que me uní para que nuestros pueblos firmaran una alianza duradera . Relieve de la barca sagrada de Seti I, padre de Ramsés II, en Abidos . La barca es una de las imagines mas representadas en templos funerarios y tumbas porque se creía que se viajaba en barca por el inframundo.

Antes de encerrarme en la tumba, los sacerdotes realizaron una última ceremonia, llamada “de la apertura de la boca ”: derramaron líquidos purificadores y tocaron mi boca con un objeto sagrado , así pude recuperar mis sentidos y hablaros desde aquí, desde el Reino de los Muertos . El sacerdote se dirigió a mí, diciendo : “ He venido a liberarte, hijo de Horus, dios protector de los faraones . La boca estaba cerrada pero ahora se abre, los ojos ya no veían , pero ahora sí lo hacen. Horus, abre la boca; Horus, abre la boca”. Los antiguos egipcios creían que para que el alma de una persona pudiera sobrevivir en la vida futura necesitaría comida y agua. Para ello, preparaban un ritual especial de "Apertura de la boca" cuyo objetivo principal era que el fallecido pudiese comer y beber de nuevo en la otra vida. Mediante este rito se devolvía al difunto el uso de la boca y los ojos, las facultades por las que se manifiesta la vida. Se utilizaban lo que llamaban “Azuela de Upuaut ” con la que abrían la boca del alma para que pudiera digerir el alimento necesario para el desconocido viaje de retorno a la otra vida.

“El muerto ahora hablará y caminará, y su cuerpo disfrutará de la compañía de todos los dioses ”. El dios con cabeza de chacal, Anubis , encargado de los rituales relacionados con las momias y la muerte, me acogió entre sus brazos. Un escalofrío recorrió mi cuerpo seco. Ya estaba listo para entrar en lo profundo .

Adoré entonces al dios Ra, dios del Sol, en su triple forma: como el escarabajo Kephri , que lo representa cuando aparece por el este todas las mañanas ; como el disco solar del mediodía; y como el dios con cabeza de carnero, Athum , que encarna al sol de la tarde , antes del ocaso. Así como el sol aparece y destruye las tinieblas, así yo mismo acabé con mis enemigos , y así mi muerte significa nueva vida. Pero después del día viene la noche, y después de la vida viene la muerte. Por eso también le recé a Osiris, dios del Más Allá, señor de la doble corona, esposo de Isis, padre de Horus, rey de los muertos.

Continué mi camino junto a Anubis , que me llevó a una amplia sala donde me esperaba una prueba definitiva . En el centro de la habitación una balanza esperaba para pesar mi corazón, el órgano donde residen los sentimientos y la inteligencia, y que resume todo lo que hemos sido como personas. Creedme si os digo que yo, Ramsés II, hijo de Seti , conductor de millones de hombres, que nunca dejé de agradecer a los dioses todo lo que en mi larga vida me dieron, yo mismo, no podía dejar de mirar a la bestia Amemit , en parte cocodrilo, en parte león, en parte hipopótamo, dispuesta a devorar mi corazón y lanzarme al infierno si el peso de mis buenas acciones no era suficiente. En el otro plato, colocarán la pluma, símbolo de la diosa Maat , diosa de la justicia y del orden universal. Ambos , corazón y pluma deben estar equilibrados para poder alcanzar el reino de Osiris. Anubis, con cabeza de chacal, dios de la momificación. Thot , con cabeza de ibis, dios de la sabiduría, lleva una paleta escrita. Balanza de Thot. Anubis pesa las almas. Tribunal de Osiris . Difunto Devorador de difuntos. Horus, con cabeza de halcón, dios del cielo. Osiris, dios del mundo subterráneo. Corazón del difuntos. Pluma de la justicia de Maat.

Anubis colocó el corazón y la pluma encima de la balanza; un mandril , símbolo solar, ayudaba a la operación. Isis y Neftis contemplaban ansiosas el resultado. Cuando el dios con la cabeza del pájaro , Thot , dios de la escritura y la inteligencia, anotó el resultado, en la sala podía cortarse el silencio . Así escribió Thot , dios de los escribas : “Ramsés II, hijo de Seti , faraón y señor de Egipto, ha tenido una vida justa y conforme a la voluntad de los dioses.” Toda la luz de los dioses iluminó mi alma al escuchar estas palabras . Había superado la prueba decisiva, ahora podría acceder por toda la eternidad a la morada de los dioses, a la gloria infinita. Los dioses testigos, sentados enfrente de mí, asintieron solemnemente y confirmaron lo dictaminado por Anubis y Thot . Si el difunto no superaba el pesaje de su alma era arrojado a las fauces de una fiera y no disfrutaba de la vida en el mas allá.

Ya era otro. Ante mis ojos se repitieron las miles de ceremonias que había presidido para mayor gloria de los dioses, ofrendas, sacrificios de vacas, toros, ovejas, patos, desfiles y procesiones, rezos sin fin en honor de Ra, de Horus, de Osiris, de Ptah . No hay dios que pueda sentirse perjudicado, ni siquiera los dioses extranjeros, pues favorecía el culto a dioses fenicios y asirios. Siempre quise sumar energías y fuerzas.

Aliviado, alegre, orgulloso, mi dios Horus, el hijo de Osiris, el dios sagrado de los faraones, me llevó de la mano hacia su padre, y le dijo: “ Vengo a ti a hablarte de Ramsés, padre. Su corazón es justo, la balanza lo ha dicho. Señor de Occidente, allí donde se pone el sol y reinan las tinieblas, no hay mal en el interior de Ramsés ”. No es posible explicar el orgullo al oír hablar al dios Horus, jamás dudé de mi comportamiento, pero jamás sentía mayor emoción . ¿ Cómo podría contaros a vosotros, pobres mortales , lo que significa caminar con un dios, formar parte de su mundo?

Osiris me señaló el camino, la ruta que debía seguir, pero ahora su aliento me acompañaba, todo estaba donde debía estar, y mi fortaleza era completa. Caminaba solo, cruzaba pasillos y desiertos , marismas y habitaciones , pues el Reino de los Muertos no puede describirse con palabras propias del mundo de los vivos. Llegado un momento, encontré una puerta cerrada, y a su lado, los dioses guardianes, armados con temibles cuchillos. Delante de todos, recité la fórmula mágica que Osiris me había enseñado y pude entrar.

Creedme si os digo que gracias a mi fe pude sortear todas las pruebas , y así aprendí a respirar el aire del mundo de los muertos, y beber su agua, y comer sus alimentos . Mi señor Osiris me enseñaba y guiaba en este mundo nuevo. Todo lo que el río Nilo podía ofrecer aparecía ante mí multiplicado por una, diez, cien mil veces. Todo era abundancia y generosidad, las mejores cosechas, las comidas más elaboradas , los animales más bellos, los peces más numerosos, el sol más caliente y las noches más hermosas, nada de lo que vosotros veis podría compararse a la plenitud del mundo de los dioses. Pero el mundo del Más Allá no se agota en sí mismo. También aprendió mi alma , con forma de pájaro, a salir y entrar de mi cuerpo momificado. Todos los que hemos superado las pruebas, los puros de corazón, tenemos la posibilidad de volver a vuestra tierra imperfecta. Así puedo salir de entre los muertos y volver al cielo y sentir los rayos generosos de Ra. Mi alma entonces puede moverse con sus alas allá donde desee, de los muertos a los vivos, allí donde tú todavía vives. Luego, puedo volver a mi tumba donde Osiris me espera como el hijo suyo que ahora soy.

Para todo esto, es necesario que mi cuerpo se conserve intacto, y mis visitas a vuestro mundo se dirigen con frecuencia hacia los restos que quedan de mi cuerpo mortal, en esa ciudad que hoy llaman El Cairo. Allí se conserva mi momia, tal cual la trataron mis sacerdotes, y de los cuales , en cambio, apenas queda nada . Llevo tres mil quinientos años cuidándola de bandidos, ladrones de tumbas, saqueadores, enemigos de Ra, animales sin nombre: todos ellos fueron devorados por la Bestia . “Estudio de una momia por el doctor Fouquet ”. Paul Dominique Philippoteaux , 1891.

¿Quién fue Ramsés II? Ramsés II entronizado en una escultura del templo de Luxor , en Tebas. Ramsés se hizo representar en estatuas colosales, que se ubicaron en diversos templos donde se le rindió́ culto como a un dios. ¿Un dios sobre la Tierra? ¿Un dios entre los dioses? Hasta once faraones se llamaron Ramsés en el Antiguo Egipto, dos de la dinastía XIX y nueve de la XX. Aunque su esposa Nefertari ocupó un lugar de honor a su lado,  Ramsés II  tuvo una lista interminable de mujeres y amantes, además de una abultada descendencia. Ramsés II fue el tercer gobernante de la Dinastía XIX  y el faraón más célebre de la Época Ramésida , gobernó durante 66 años en el marco del Imperio Nuevo. Detalle del rostro de Nefertari grabado en una de las paredes de su tumba en el Valle de las Reinas, considerada una de las más bellas de Egipto. 

Ramsés II ha pasado a la historia como un gran constructor. Su reinado nos ha legado monumentos tan impresionantes como el Ramesseum , su templo funerario en la orilla occidental de Tebas, y los grandes templos de Abu Simbel , dedicados a su esposa Nefertari y a sí mismo, en tierras de Nubia . Amplió tanto el templo de Luxor como el de de Karnak en Tebas. Su legado arqueológico es la mejor muestra de la vanidad sin límites de un faraón obsesionado con dejar su sello para ser recordado en los siglos venideros .   Durante su reinado, Egipto floreció cultural y científicamente, además construyo monumentos de dimensiones colosales. Es considerado uno de los faraones guerreros más exitosos del antiguo Egipto, llevando a cabo no menos de 15 campañas militares. Fue un consumado militar, destacando su participación frente a los hititas en la batalla de Qadesh (1274 a.C .). Algunos años después de la famosa batalla de Qadesh que enfrentó a egipcios e hititas por el control del Próximo Oriente, el faraón Ramsés II y el rey hitita Hattusili III firmaron un acuerdo de paz entre ambas naciones, que hoy en día está considerado el primer tratado de paz de la historia del que se tienen registros . El Ramesseum , templo funerario de Ramsés II en la orilla occidental de Tebas, dedicado al culto del soberano fallecido. Sala interior con cuatro pilares en Abu Simbel .

El gran templo de Abu Simbel . Cuatro colosos entronizados de Ramsés II (entre 18 y 21 m. de altura), presiden la entrada al templo excavado en la roca caliza. Dedicado al dios solar Ra Horakhty (Horus del horizonte, dios solar) y al propio faraón divinizado, el templo es un recordatorio del dominio egipcio sobre la conquistada tierra de Nubia. El templo de Nefertari . Ramsés II dedicó el Pequeño Templo de Abu Simbel a la Gran Esposa Real Nefertari y a la diosa Hathor . En la fachada, de una anchura aproximada de 24 m, se alternan las estatuas colosales del faraón y de la reina, excavadas en la roca y casi del mismo tamaño. Están separadas por contrafuertes en talud que las encajonan formando nichos de casi 10 m de altura. Son dos edificaciones excavadas en la roca que combinan el templo y el hipogeo ( Speos , en griego "cueva ").

Estatuas colosales de Ramses II (más de veinte metros de altura) flanquean la entrada. En lugar de ser estatuas exentas que preceden al pilonos son altos relieves El marco superior presenta jeroglíficos Cerca de los pies de los colosos, hay otras estatuas que no llegan a la altura de las rodillas del faraón. Estas representan a diversos miembros de la familia del faraón, como su esposa principal Nefertari Dos imágenes del rey adorando a Ra- Horajti con cabeza de halcón en una gran nicho central. Speos: combinación de templo e hipogeo, perforada en la roca. La fachada tiene 33 metros de altura por 38 metros de ancho El templo tiene una profundidad de 65 m. En la sala del fondo hay cuatro estatuas de Ptah , Ramsés, Amón y Re- Horakhte . Las dos del centro son iluminadas directamente por el sol del amanecer los días 20 de febrero primer día del shemu : recolección de la cosecha) y 20 de octubre (primer día de la estación del peret : germinación de la semilla ). Esta perfectamente orientado hacia el este. Pilono en forma de talud excavado en la roca para aumentar efecto de lejanía (perspectiva) Friso de 33 babuinos adorando al sol Estatuas de la madre , esposas e hijos de Ramsés a menor escala Esta enmarcado por dos contrafuertes oblicuos Estatua de Ra- Horakhte divinidad del templo en el centro, sobre la entrada. La sala hipetra precede al pilono, al ser imposible hacerlo en el interior el patio porticado Gran speo de Ramsés II. 1274 a.C.

Ramsés II, como Khonsu , entre los dioses Amón y Mut . Escultura en granito rosa. Museo Egipcio, Turín. Ramsés II no quiso esperar a su muerte para gozar del privilegio de la divinidad y convertirse, en vida, en un dios en la tierra.  L a ambición de Ramsés II hizo que quisiera equipararse a los dioses del panteón egipcio .  Su figura se representa a menudo entre dos deidades. Durante el Imperio Antiguo, el padre divino de los faraones fue el dios solar Ra, que en el Imperio Nuevo, a partir de la dinastía XVIII, fue reemplazado por el dios Amón de Tebas. Sin embargo,  la paternidad divina de Ramsés II se la repartían dos dioses: Amón y Ptah . En los relieves del gran templo de Abu Simbel , donde se narra la famosa batalla de Qadesh  librada por Ramsés contra los hititas, se destaca el papel de Amón, que estuvo presente en el combate y ayudó al rey a conseguir la victoria: Ramsés II dice: «Encontré a Amón cuando lo llamé... Me llama detrás de mí, como si estuviéramos frente a frente». El propio Amón ayuda al soberano, y le dice : «Estoy contigo, soy tu padre, mi mano está contigo». 

Imagen de Ramsés II y su primogénito  Amenherkhopsef (frente a él), hijo de Nefertari , acompañados de  Amenemopet (cuya imagen se repite en la fila inferior). Museo Británico. La larga vida de  Ramsés II le permitió sobrevivir a los muchos hijos que el monarca engendró con sus dos Grandes Esposas Reales, Nefertari e Isis Nofret , y con un gran número de mujeres, entre concubinas y princesas extranjeras, como la princesa hitita Maathorneferure , hija del rey Hattusili III. Finalmente fue su hijo Merneptah , habido con Isis Nofret , quien logró sobrevivirle, aunque cuando sucedió a su padre en el trono de Egipto ya contaba 60 años (una edad bastante avanzada para la época). Historia © 2025 Simon Ibarretxe Ramsés II e Isis- Nefert se casaron muy jóvenes, antes de que fuera asociado al trono por su padre,  Sethi I. Gran Esposa Real de Ramsés III. Es una de las reinas egipcias más conocidas, entre mujeres como Cleopatra, Nefertiti  y  Hatshepsut . Busto de Merneptah , el hijo de Isetnofret que sucedió a Ramsés II, Museo Egipcio de El Cairo . Decimo tercer hijo de Ramsés II, fue el cuarto faraón de la XIX Dinastía. Gobernó   Egipto durante casi 10 años, desde 1213 hasta su muerte el 2 de mayo de 1203.  Fue el primer faraón de origen real desde Tutankamón, de la XVIII Dinastía.