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Cuando la percatación del objeto se hace en todas y cada una de sus
porciones, la forma desaparece quedando sólo la observación. Lo
mismo ocurre con la observación del cuerpo. Este existe como una
estructura definida con una forma concreta sólo para una percepción
que unifica una serie de componentes y confunde la estructura o un
patrón resultante con un “sólido'' con existencia independiente.
Cuando, en cambio, se reconoce que toda solidificación es ilusoria y lo
que verdaderamente existe es un proceso, el sólido cae hecho pedazos
en su identidad.
El cuerpo es un proceso que mantiene lazos interdependientes con
el resto de la creación. Se le percibe sólido e independiente cuando
existe una identificación con su estructura, pero cuando se logra
observarlo tal y como es, se le percibe como un proceso en
interdependencia con todo lo demás.
El primer paso del Vipassana consiste en fortalecer la atención a
través de la concentración en la respiración , utilizando los
movimientos respiratorios que deban observarse en sus fases de
entrada y salida del aire en la nariz, hasta lograr que éstos sean el
único componente de información en la conciencia . Cuando esto
ocurre, se inicia el proceso de observación de las sensaciones
corporales.
En resumen, el meditador se sienta relajadamente y se percata de su
respiración hasta lograr una total concentración en la entrada y salida
del aire a través de sus orificios nasales. Después de lograr lo anterior,
localiza alguna zona corporal de su cabeza, de preferencia en la parte
más alta de la misma, la corona o vértex (vértice) y, allí, concentra su
atención hasta sentir una sensación clara. Esta puede ser una
vibración, una presión, un cosquilleo, etc. No importa la cualidad de la
sensación, ésta es observada con atención y ecuanimidad.
A partir de esta zona se comienza un recorrido corporal, sin dejar fuera
ninguna parte del cuerpo por insignificante que ésta sea. De esta
forma, se recorre toda la parte alta de la cabeza, las porciones laterales
de la misma, la nuca, la frente, las orejas, la nariz, las mejillas, la boca
y después el cuello, los hombros, los brazos, el pecho, la espalda, las
caderas, los glúteos, los órganos genitales, el ano, los muslos y las
piernas hasta llegar a los pies y sus dedos.