Emociones toxicas - Bernardo Stamateas.pdf

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About This Presentation

emociones toxicas


Slide Content

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1.ª edición: mayo 2012
© Bernardo Stamateas, 2009
© Ediciones B, S. A., 2012
Consell de Cent, 425-427 - 08009 Barcelona (España)
www.edicionesb.com
Depósito Legal: B.15617-2012
ISBN EPUB: 978-84-9019-108-8
Todos los derechos reservados. Bajo las sanciones establecidas en el ordenamiento jurídico, queda rigurosamente
prohibida, sin autorización escrita de los titulares del copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por
cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la
distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo públicos.R

Contenido
Portadilla
Créditos

Querido lector
1. La ansiedad tóxica
1. ¿En qué estoy pensando?
2. ¿Por qué me llamarán ansioso a mí?
3. Ansiedad, estrés. ¿Hablamos de lo mismo?
4. Pequeñas actitudes te llevarán a grandes cambios
5. Todo comienza en tu interior
2. La angustia tóxica
1. ¿Bajón normal o angustia tóxica?
2. La angustia cambia tu visión
3. La angustia cambia tu manera de escuchar
4. La angustia cambia tu manera de hablar
5. La angustia compromete tu futuro
6. La angustia afecta tus relaciones interpersonales
7. La angustia se hace notar en el cuerpo
8. Técnicas y estrategias sencillas para salir de la angustia y aprender
a ser un poco más felices
3. La insatisfacción crónica es tóxica
1. La expectativa imposible: ser perfectos
2. Origen de esta exigencia
3. Test: ¿Perfeccionista yo?
4. La autoexigencia no te lleva a la excelencia
5. Heridas y cicatrices
6. Estrategias y formas prácticas para salir de la insatisfacción que
lleva al perfeccionismo
4. El apego tóxico
1. La persona apegada es codependienteS

2. Test: Ser o no ser codependiente
3. Identikit de la persona codependiente
4. Primera persona: yo
5. ¿Es posible liberarse del apego emocional tóxico?
6. Peligro: Codependiente
7. Estrategias y formas prácticas para librarse del apego tóxico
5. El enojo tóxico
1. Del enojo a la violencia
2. Mitos acerca de nuestros estados de ánimo
3. Me he enfadado, ¿y ahora qué hago?
4. Recursos para resolver problemas y conflictos
6. La envidia tóxica
1. Cuidado con la envidia
2. El envidioso tiene «la lengua afilada»
3. Técnicas y estrategias sencillas para dejar atrás la envidia
7. Los miedos tóxicos
1. Las cuatro fases del miedo
2. Yo tengo miedo a...
3. Del miedo al trauma
4. Las fobias
5. Técnicas y estrategias sencillas para romper el círculo del miedo
irracional
8. La vergüenza tóxica
1. Sacadme de aquí, ¡por favor!
2. Me da una vergüenza... No sé qué hacer
3. ¡Estás colorado! ¡A mí me sudan las manos!
4. ¡Me han puesto un 1!
5. Técnicas prácticas y sencillas para salir de la vergüenza
9. La depresión tóxica
1. ¡Hay esperanza!
2. No quiero ver a nadie
3. No tengo ganas de nadaT

4. No quiero repetir la historia
5. Tengo ganas de quedarme en casa
6. Tipos de depresiones frecuentes
7. Técnicas y estrategias sencillas para dejar atrás el dolor y
comenzar a disfrutar de la vida
10. La frustración tóxica
1. ¿Yo frustrado?
2. Tolerancia cero
3. Huyendo de la frustración
4. Cómo lograr una alta tolerancia a la frustración
5. ¿Eliges tú o yo? Elige tú...
6. La dignidad supera la frustración
7. Estrategias y formas prácticas para sanar la frustración y disfrutar
de la vida al máximo
11. El duelo tóxico
1. Aprender a vivir, de eso se trata...
2. Las pérdidas
3. ¿Qué es el luto?
4. Mitos sobre el duelo
5. Nadie puede ponerse en tus zapatos
6. Interrogantes ante lo desconocido
7. Cómo acompañar durante un proceso de duelo
12. El llanto tóxico
1. ¿Qué es y qué no es el llanto?
2. A llorar se aprende, lo hemos incorporado a través del
aprendizaje cultural
3. El origen del llanto es un «pensamiento» seguido de una
«emoción»
4. Quiero, pero no puedo
5. El llanto no es solución
6. Dándole a lo negativo el valor que se merece
13. Las culpas tóxicas U

1. Primero identifiquemos. ¿Tenemos culpas reales o culpas tóxicas?
2. El origen de las culpas tóxicas
3. Características tóxicas de una persona que vive con culpa
4. Técnicas y estrategias sencillas para librarse de la culpa tóxica
5. Cambia la culpa tóxica por tu derecho a disfrutar
14. El rechazo tóxico
1. ¿Cuántas veces nos han rechazado o, por el contrario, hemos
rechazado nosotros?
2. Mío, mío, mío...
3. Técnicas prácticas y sencillas para sentirnos libres de todo
rechazo
15. Los celos tóxicos
1. El circuito de los celos
2. Tener o no tener, todo depende del permiso
3. Debo darme permiso
4. Técnicas y estrategias sencillas para salir de los celos
Bibliografía V

QUERIDO LECTOR

Nuestras emociones están ahí para ser sentidas, pero no para dominar nuestra
vida, ni cegar nuestra visión, ni robar nuestro futuro, ni apagar nuestra energía,
porque, al momento de hacerlo, se volverán tóxicas.
Sanar nuestras emociones implica prepararnos a nosotros mismos para liberarnos
de las emociones negativas y tóxicas que, en definitiva, no nos ayudan a encontrar
una solución. La propuesta de este libro es otorgar a cada emoción el verdadero
significado que tiene.

Por ejemplo, es normal que:

si te han estafado, sientas rabia, pero no que salgas a romper todo...
si te han traicionado, sientas decepción, pero no que no vuelvas a confiar nunca...
si te han humillado, sientas vergüenza, pero no que dejes de correr riesgos...
si te han mentido, sientas desconfianza, pero no que sientas resentimiento...
si te han intimidado, sientas miedo, pero no que te detengas ahí...
si no te han amado, sientas rechazo, pero no que busques ser rechazado...
si has perdido o te has sentido frustrado en algo, sientas tristeza, pero no que
permanezcas alicaído...

Vivir significa conocerse, y ese conocimiento es el que nos permite relacionarnos
con el otro y con nosotros mismos. Si escondemos nuestras emociones, las acallamos
y las ocultamos pensando que de esta forma van a desaparecer, cometemos un error.
Ellas seguirán estando ahí, solo que se hallarán confinadas en una cárcel que a lo
único que nos conduce es a la confusión, la apatía y la incredulidad afectiva.

La sabiduría emocional consiste en elegir
cómo nos vamos a sentir.

Las emociones no pueden ser controladas desde fuera, sino que deben serlo desde
dentro de nuestra vida. Por eso, debemos cuidarnos para mantenerlas bajo control y
que no pasen a ser tóxicas.

• Una persona con emociones tóxicas buscará ser amada a cualquier precio. Sin
embargo, estar sano emocionalmente no significa depender de otros para ser
feliz, sino del amor que uno se tiene a sí mismo en primer lugar.
• Una persona con emociones tóxicas buscará la aceptación y el reconocimiento de8

los demás a través de los bienes que posee. Sin embargo, estar sano consiste en
saber y reconocer que somos aceptados por nosotros mismos y por los demás
independientemente de lo que tengamos.
• Una persona con emociones tóxicas buscará el valor en el exterior. Sin embargo,
estar sano es darse valor.
• Una persona con emociones tóxicas da excesivo valor a las opiniones de los
demás. Sin embargo, estar sano es construir una imagen de uno mismo
afectuosa y positiva a través de palabras de automotivación.

Recuerda que lo más importante en cualquier circunstancia no es lo que pasa a tu
alrededor, sino lo que pasa dentro de ti.

Nadie puede salir de una crisis o de un dolor
si permanentemente escucha de sí mismo
palabras de dolor, de angustia y de fracaso.

Asimismo, ten presente que la flexibilidad es una herramienta con la cual
necesitamos contar. Tenemos que darnos permiso para equivocarnos, enfadarnos y
llorar. También para sentir rabia y enojo, y para perdonarnos, sanarnos,
recuperarnos y volver a ser felices.

• Recuerda que somos capaces de transformar una emoción tóxica a través de
acciones positivas y debemos ser conscientes de que podemos hacerlo.
• Es necesario que, aunque nos cueste, nos dirijamos decididamente a lo que
sabemos que nos hace bien y nos genera bienestar: el cambio.

Tú puedes elegir superar sea cual fuere la situación en la que te encuentres. ¡No
permitas que las emociones tóxicas te acompañen para siempre! Hoy puede ser el día
para cambiar de rumbo.
Hoy solo tienes que elegir por ti. En la vida tendremos problemas, dificultades,
momentos inolvidables y otros que no quisiéramos recordar, pero de todos ellos
podemos sobreponernos.
No naciste por casualidad, naciste porque tienes un propósito, un sueño que lleva
tu nombre y te está esperando.

Tu destino es la superación, el amor,
la dicha, la plenitud y la vida abundante.

Estás más que capacitado para lograr tu propia transformación interior. Y vasX

camino de ello. ¡A disfrutar se ha dicho!

BERNARDO STAMATEAS10

1
LA ANSIEDAD TÓXICA

Libérate de la ansiedad, piensa que lo que debe ser será, y sucederá
naturalmente

FACUNDO CABRAL



La ansiedad es la emoción que aparece cuando sientes que se acerca una amenaza,
cuando visualizas el futuro de manera negativa y, en consecuencia, intentas
prepararte para hacerle frente.
La ansiedad se apoderará primero de nuestra mente y luego de nuestro cuerpo.
Por ejemplo, antes de un examen comenzamos a estar inquietos, y luego aparecen los
famosos dolores de cabeza, el malestar estomacal, el sudor, etcétera.
La ansiedad como reacción normal nos permite afrontar una presión externa y se
presenta acompañada de aquellos temores que todos tenemos y que nos preservan
ante una amenaza o peligro. Por ejemplo, si se acerca el examen, la ansiedad nos
puede poner en alerta para prepararnos mejor (y estudiar).
Ahora, ¿qué nos sucede cuando pasamos de vivir un momento de ansiedad a vivir
ansiosos? Alguien excesivamente ansioso ve cada situación nueva, cada cambio, cada
desafío que le toca vivir, como una tortura y experimenta un gran sufrimiento
interior.
La ansiedad crónica es tóxica. El problema surge cuando la ansiedad se convierte
en un temor excesivo e irracional a situaciones que afrontamos diariamente.
Entonces, pasa a ser una emoción tóxica.
Esta emoción puede llevar al desánimo, a la tristeza e incluso a la depresión, o al
otro extremo, a vivir completamente acelerado. En cualquiera de los dos casos, la
expectativa será que el resto siga ese ritmo, lo cual generará a su vez problemas
interpersonales.11

1. ¿EN QUÉ ESTOY PENSANDO?

Realiza la siguiente autoevaluación. Piensa cuántas veces has experimentado
miedo, angustia, preocupación frente a una situación de tensión en el trabajo, frente
a un viaje, a un examen. ¿Esto te resulta familiar? La ansiedad es un estado
emocional tóxico que hace que una persona sienta inquietud o temor.
Cuando se ansía mucho algo, es fácil desanimarse y sentir que nada tiene sentido o
vale la pena. Con esta emoción a flor de piel, nos costará mucho más alcanzar las
metas que nos propongamos. La ansiedad no solo nos impide experimentar
emociones positivas, como la alegría o el amor, sino que no nos permite disfrutar de
la vida al máximo.
Si ya te vas identificando con todo esto, vayamos al siguiente paso. Ahora la clave
es descubrir dónde comienza esta ansiedad negativa para que, una vez la
reconozcamos, podamos superarla y asumir lo que nos toque pasar de la mejor
forma posible y de la manera menos tóxica.
En principio, descubriremos que el comienzo se da siempre en la mente. ¿Alguna
vez has prestado atención a tus pensamientos? Si no lo has hecho, tómate tu tiempo
para ver en qué estás pensando y qué es lo que «te da vueltas en la cabeza» la
mayoría de las veces. Ahí está la clave de la ansiedad: en tus pensamientos, en
aquellos pensamientos que tu cerebro, de manera equivocada, interpreta como reales.
Y aunque tu razón sepa que no son verdaderos, los crees a nivel emocional, es decir,
que sientes que son verdad.
Si tu cerebro cree que va a suceder algo malo, empezará a enviar síntomas de
ansiedad. Existe un proverbio anónimo que dice: «No puedes evitar que los pájaros
de la preocupación y la inquietud vuelen sobre tu cabeza. Pero puedes impedir que
aniden en tus cabellos.» No te contamines con todo aquello que no sirve, aprende a
descartar de tu mente todo aquello que intoxica tus emociones.12

2. ¿POR QUÉ ME LLAMARÁN ANSIOSO A MÍ?

Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia...

No sientas pánico. La ansiedad es una emoción tóxica muy común estos días. Basta
con repasar en tu ámbito cotidiano, ya sea en la universidad o en tu casa o en el
trabajo, a cuántas personas has visto morderse las uñas desesperadamente o darse
atracones cuando en realidad no tienen hambre. Si te pregunto si conoces a alguien
que sufra de grandes comezones en diferentes partes del cuerpo supuestamente sin
una causa clara, estoy seguro de que encontrarías varios casos. Y la lista sigue...
¿Cuántas personas tartamudean aun en momentos en que aparentemente todo
está bajo control y en calma? A unos se les cae el cabello, otros sufren de
estreñimiento, y otros, todo lo contrario, a algunas personas les sube la temperatura
y otras tantas transpiran mientras a otras se les seca la boca.
Muchas veces decimos «estoy tranquilo» y, en realidad, esa tranquilidad que
decimos experimentar es aparente, ya que todos estos síntomas, cuando no tienen
una causa física u orgánica, son una clara llamada de atención que, muy
probablemente, esté indicando la presencia de la ansiedad.
Cuando eres una persona muy ansiosa, no solo tu mente y tus emociones se ven
afectadas, sino también tu cuerpo. Tal vez estén girando en tu mente decisiones que
tomar, elecciones que hacer, palabras que decir, y quizás has decidido no hablar y
esperar. Quizás haya situaciones o personas de las que estás escapando, pero a las
que en realidad sabes que debes enfrentarte. De todo esto, aunque lo neguemos y lo
queramos ocultar, nuestro cuerpo tiene conciencia.
Cuando estamos demasiado ansiosos, buscamos por todos los medios calmar esa
emoción tóxica y recurrimos a cosas como la comida y el trabajo en exceso o, lo que
es peor, a la automedicación.

¿Cuándo suena la alarma?

Veamos algunos de los síntomas más comunes de la ansiedad:

• miedo o temor
• inseguridad
• preocupación
• aprensión
• problemas de concentración
• dificultad para tomar decisiones
• insomnio13

• sensación de pérdida de control de la propia vida o del medio que nos rodea
• hiperactividad
• pérdida de interés
• movimientos torpes
• tartamudeo
• tics nerviosos

Con el tiempo, si la ansiedad no se trata de manera adecuada, puede llegar a
afectar seriamente la salud y derivar en lo que se conoce como trastornos de
ansiedad. Estos incluyen el pánico, la obsesión-compulsión y distintas clases de fobias.

¡Doble alarma!

Veamos algunos de los síntomas más graves:

• palpitaciones
• presión arterial alta
• opresión en el pecho
• sensación de ahogo
• náuseas
• problemas digestivos
• diarrea
• tensión muscular
• dolor de cabeza
• fatiga
• sudoración excesiva
• impotencia
• eyaculación precoz

Charles Spurgeon, un reconocido pastor bautista, decía: «La ansiedad no agota las
angustias del mañana, solo agota la fuerza del hoy.» Pensar continuamente en el
futuro, preocuparte y desarrollar una imaginación excesiva con respecto a lo que
puede llegar a pasar —y que, por lo general, no ocurre nunca—, tratar de anticiparte
al mañana, es realmente agotador. Nuestra mente necesita descanso, démosle un
poco de paz. Verás que, cuando logres relajarte, todo aquello que te despertaba una
desmesurada ansiedad volverá a estar bajo tu control.14

3. ANSIEDAD, ESTRÉS. ¿HABLAMOS DE LO MISMO?

Todos necesitamos cierta dosis de presión en nuestras vidas, y eso no tiene nada
de tóxico. Al igual que las cuerdas de un violín, que para sonar afinadas deben estar
tensas, porque demasiado flojas no sonarían y demasiado estiradas se romperían, el
ser humano necesita también una tensión básica.
Pero cuando la presión o los estímulos recibidos son muchos de repente o pocos
pero prolongados durante mucho tiempo, o la combinación de ambos, se produce un
desequilibrio y sobreviene el estrés.
Un estímulo estresante puede ser desde tener que presentarse a un examen hasta
tener que hacerse cargo de la familia por la muerte de un ser querido o vivir durante
años con una pareja que no nos habla, etcétera. Dependerá entonces del tiempo y de
la intensidad con que se viva.
«Vivir un momento estresante» no es lo mismo que «vivir estresado». Lo primero
es normal, inesperado y generado por el ambiente, mientras que lo segundo, vivir
estresado, es tóxico, buscado y generado por nosotros mismos porque se ha
convertido en un hábito y «no sabemos» vivir de otra manera.
Qué curioso es el hombre, nacer no pide, vivir no sabe, morir no quiere.

Proverbio chino
El estrés surge cuando hay excesivas demandas exteriores y tu organismo no
alcanza a hacerles frente. Es una tensión, una presión física o mental que rompe el
equilibrio.
Un estudio realizado durante diez años en Estados Unidos con personas que no
podían controlar su estrés emocional dio como resultado que la persona estresada
tiene un 40 % más de probabilidad de muerte. Solo en Argentina, se consumen
millones de tranquilizantes por año.
No cuentes los días, haz que los días cuenten.

Muhammad Ali
Cada vez que el cuerpo recibe un estímulo exterior, se activan dos hormonas: la
adrenalina y el cortisol.
La adrenalina es la hormona que te provee de energía y fuerza y que, al correr
por el cuerpo, te hace sentir inmortal, que puedes lograr todo lo que quieras. Dicha
energía te acelera, eleva tu nivel de excitación, de deseo y de entusiasmo, y agudiza15

tu visión. Cuando una persona guarda durante meses ira, rencor, cuando soporta
maltratos durante años y sus heridas se acumulan, la adrenalina se activa en dosis
grandes y frecuentes, y actúa como un veneno.
El cortisol es una hormona buena, pero, al elevar de forma excesiva el nivel de
azúcar en la sangre, puede hacerte que aumentes de peso y tus huesos pierdan
calcio, magnesio y potasio.
Las personas que han experimentado muchas presiones a lo largo de su vida
pueden hacerse adictas a la adrenalina y sus cuerpos la generan naturalmente. Se
identifican por su violencia, necesitan sentir presión y, por lo general, practican
deportes de riesgo y siempre están en busca de peleas.
Esto explica que alguien que durante años sufrió conflictos de pareja, un padre
violento o una madre depresiva, nunca logre relajarse por completo y busque
permanentemente un motivo de discusión, porque su cuerpo pide adrenalina.
Todos reaccionamos a los estímulos de manera diferente y dependerá de cómo
interprete cada uno lo que ocurre en la vida. Algunas personas se estresan frente a
determinadas tareas mientras que otras, en esa misma situación, no, porque a pesar
de que el estímulo es el mismo, la percepción es distinta.16

4. PEQUEÑAS ACTITUDES TE LLEVARÁN A GRANDES CAMBIOS

Salir de la toxicidad de la ansiedad está totalmente a tu alcance. Cada una de estas
pequeñas actitudes te llevará a realizar importantes cambios, que no son grandes en
sí mismos, sino que, con la práctica, se arraigan en nuestras costumbres.
¿Sabías que la paz comienza con una sonrisa?

Madre Teresa de Calcuta
Las siguientes son algunas estrategias y formas prácticas para reducir el estrés y
librarte de toda ansiedad:

• Comienza por detectar cuáles son las fuentes de tu ansiedad.
• Piensa ahora en todas las cosas que te roban la paz y hoy mismo toma la decisión
de abandonarlas.
• Adopta pautas que te permitan disfrutar de la vida en plenitud y en calma.
• Haz todo lo posible por reducir o eliminar por completo todas aquellas cosas que
te hacen sentir ansioso.
• Desarrolla nuevos hábitos que, por el contrario, te ayuden a sentir paz en tu
espíritu, alma y cuerpo.
• No leas todo el día malas noticias. A todos nos gusta estar informados, pero, si
leer malas noticias en el diario o escucharlas una y otra vez en el noticiario hace
que tu ansiedad aumente, un buen libro será de mucho más provecho.
• Llena tu vida de información útil, de datos que te enriquezcan.
• Aprende algo nuevo todos los días.
• Cuida la salud de tu cuerpo.
• Asegúrate de poder dormir bien y comer lo más sano posible.
• Incluye una rutina de actividad física de tres a cuatro veces por semana. Está
comprobado que el ejercicio reduce los niveles de estrés. Tu cuerpo te
acompañará el resto de tu vida. Es tu carta de presentación al mundo y es tan
importante como tu alma y tu espíritu. Ámalo, cuídalo, habla bien de él.
Antes de iniciar la labor de cambiar el mundo, da tres vueltas por tu propia casa.

Proverbio chino
• Aléjate de la gente tóxica, lo cual no significa aislarte, sino poner límites sanos.
Hay personas negativas a las que solo les gusta hablar de los problemas propios y17

ajenos. Ellos no aportan nada significativo a tu vida. En cuanto de ti dependa, no
permitas que sus palabras y acciones tengan cabida en tu mente y mucho menos
que determinen tu estado de ánimo.
Quien tiene paz en su conciencia lo tiene todo.

Don Bosco
• Acércate a personas con mentalidad positiva. Las personas exitosas que piensan,
hablan y actúan en positivo, transmiten paz, entusiasmo, alegría. A todo el
mundo le gusta estar rodeado de tales personas. Búscalas, obsérvalas, aprende
de ellas, comparte momentos. Déjate guiar por ellas. Esa clase de gente es la que
añade valor a tu vida.
• Busca a una persona que necesite ayuda. Brindarle ayuda a alguien
desinteresadamente y ocuparte de otro mantendrá tu mente lejos de los
problemas y las preocupaciones.
Estar en paz con uno mismo es el medio más seguro de comenzar a estarlo con los demás.

Fray Luis de León
• Cambia tu enfoque.
• Encuentra a una persona de confianza. Es importante que puedas hablar de
cómo te sientes con alguien que te inspire confianza. ¡Tan sencillo como eso!
Hablar de lo que nos pasa es una de las mejores maneras de controlar la
ansiedad.
• Crea el hábito de hablar en positivo. No basta solo con hablar, es fundamental
aprender a hacerlo en positivo.
• Considera muy bien tus palabras antes de hablar. Las palabras son herramientas
y tienen el poder de construir o destruir tu futuro.
• Lleva un registro escrito. Registra por escrito cada día tres o cuatro cosas por las
que estés agradecido. Concentrarte en lo positivo también alejará tu mente de
los pensamientos negativos que te llevan a tener emociones negativas y a actuar
en consecuencia.
• Ríete un poco todos los días. La risa hace que cualquier carga sea más liviana, y
está comprobado científicamente que produce grandes beneficios en el cerebro y
en el cuerpo.
• Desarrolla tu fe. Lo opuesto al temor es la fe. Si no lo has hecho hasta ahora,
empieza a creer que las cosas van a mejorar en tu vida y que todo lo que hagas te
saldrá bien. Si tienes expectativas de cosas buenas, tarde o temprano aparecerán18

en tu vida.
• Espera siempre lo mejor. No te conformes con la mediocridad. Fuiste creado
para la excelencia.
• Haz algo nuevo regularmente. Aunque te dé miedo, atrévete a hacer cosas
nuevas. El coraje no es la ausencia de temor, sino la capacidad de actuar a pesar
de este.
• Visualízate como una persona de éxito. Antes de que algo ocurra en tu vida,
primero debes verlo con los ojos de tu mente. La imaginación te fue otorgada
para visualizarte como el hombre o la mujer que quieres llegar a ser. Alguien
exitoso, seguro de sí mismo, optimista, positivo, feliz. Una persona que disfruta
la vida al máximo y sabe cómo relajarse.19

5. TODO COMIENZA EN TU INTERIOR

Todo comienza en tu interior. Si estás en paz contigo mismo y con los demás, nada
te moverá de tu sitio. El rey David hacía referencia a las personas que encuentran la
paz y decía: «Serás como un árbol plantado a orillas de las aguas, con gran altura y
extensas ramas.» Este tipo de árboles son los que poseen un tronco fuerte, que
simboliza tu autoestima. Vivir junto a las aguas significa que, si tienes paz interior,
beberás de lo mejor de la vida, y las extensas ramas hacen referencia a la salud en las
relaciones interpersonales. Es necesario ir en busca de la paz, trabajar para lograrla y
mantenerla a toda costa, pase lo que pase a tu alrededor.
No hay camino para la paz, porque la paz es el camino.

Mahatma Gandhi
Cuenta la fábula de Esopo que un ratón que vivía en la ciudad iba un día
caminando cuando fue convidado por otro ratón que vivía en el campo y que, en su
guarida, le dio de comer bellotas, habas y cebada. El ratón de ciudad, muy agradecido,
rogó al de campo que le acompañara a la ciudad a divertirse, invitación que este
aceptó gustoso.
Una vez en la ciudad, ambos entraron en una rica despensa del palacio donde vivía
el ratón de ciudad, la cual estaba repleta de toda clase de manjares. Mostrando todo
esto, el ratón de ciudad le dijo al otro: «Come, amigo, come lo que gustes, pues tengo
en abundancia.» Mientras comían alegremente, apareció de repente el despensero y
abrió la puerta con un gran estruendo. Los ratones, espantados, huyeron cada uno por
su lado. Como el ratón de ciudad tenía lugares conocidos para esconderse,
rápidamente se puso a salvo, mientras que el otro apenas sabía cómo escapar.
Finalmente, se fue el despensero, la puerta se cerró y los ratones volvieron a salir.
—Ven acá y sigamos comiendo —dijo el ratón de ciudad—. Ya ves cuántos
manjares tenemos a nuestra disposición.
—Sí, muy bueno está esto —respondió el campesino—. Pero ¿este peligro es aquí
muy frecuente?
—Sí —contestó el otro—, esto sucede a cada instante y, por lo tanto, no debemos
prestarle atención.
—¡Oh! —dijo el ratón de campo—. ¡Conque esto sucede a diario! Seguramente vives
aquí en la opulencia, pero, sin embargo, prefiero mucho más mi pobreza con
tranquilidad a tu abundancia con tal zozobra.
Por mucho que la paz cueste, nunca es cara.20

Refrán popular
Naciste para ser libre, no seas esclavo de nada ni de nadie. No permitas que la
ansiedad llene tu vida. Concéntrate en las cosas importantes, que son las que
multiplican tu energía; las secundarias la roban.
La felicidad es tu herencia y tu legado. Nadie te la puede arrebatar. No te la
arrebates tú mismo sufriendo emociones tóxicas. Permítete ser feliz. Celebra tu vida.
¡Tú puedes librarte de la ansiedad!
Quien no está preso de la necesidad está preso del miedo: unos no duermen por la ansiedad de tener las
cosas que no tienen, y otros no duermen por el pánico de perder las cosas que tienen.

Eduardo Galeano21

2
LA ANGUSTIA TÓXICA

No puedes impedir que las aves de la tristeza vuelen hacia ti, pero
puedes impedir que aniden en tus cabellos.

PROVERBIO CHINO22

1. ¿BAJÓN NORMAL O ANGUSTIA TÓXICA?

Como seres humanos que somos, todos los días de nuestra vida nos enfrentamos a
situaciones que pueden generar en nosotros algún malestar. Y esto es totalmente
normal. Este malestar, decaimiento o falta de ganas, lo llamamos «bajón».
Un bajón nunca permanecerá en el tiempo, es decir, puedes sentirte encajonado o
estar cansado, o medio depre —como se suele decir—, durante un par de horas o
incluso todo un día. Y te repito, es normal.

Es normal que, frente a lo que nos causa algún tipo de dolor, nos sintamos mal. Lo
importante es que lo atravesemos y lo superemos.

Sin embargo, si transcurren los días y te encuentras con que el bajón no
desaparece, entonces la situación que te ha causado ese leve malestar ya ha pasado a
angustiarte. Es en este estado en el que surge una sensación de desconcierto y de
angustia muy profunda que te impide manejar lo que te pasa y que te encuentres
sumido en una emoción tóxica. En estas circunstancias, parece que la angustia ya ha
tomado todo el control de tu vida, de tus emociones, y pasa a ser ahora el motor de
tu vida. Por eso, es necesario que entendamos que sufrir un bajón durante un
tiempo determinado es normal, pero vivir angustiado, ¡no!
La angustia es una emoción tóxica que nos produce malestar, nos incomoda, nos
deprime, nos hunde y nos obliga a permanecer en el lugar del lamento, de la queja,
del dolor, de la tristeza y de la desazón. Cuanto más tiempo pasemos en este estado,
más tóxica se volverá esta emoción.
¿Has oído alguna vez estas frases o han salido de tu propia boca? «Estoy muy
angustiado.» «Siento un dolor en el pecho que no sé qué me pasa.» «Tengo un nudo
en la garganta.» Sin duda, muchas veces, te has sentido acongojado, sin poder
entender o explicar lo que te sucede. Y es que cada emoción que experimentamos
se transforma en una sensación corporal que nos produce un estado de bienestar o
malestar.

Desanimarse es normal, pero permanecer en ese estado es tóxico.


Tienes que saber que esta emoción tóxica no puede ocupar toda tu mente, todo tu
tiempo, tampoco puede tener el control de tus emociones ni detenerte ni desviarte
de tus objetivos. La angustia no puede condicionarte ni debilitarte ni decidir por ti.

No podemos permitir que la angustia nos quite23

las fuerzas y las energías que necesitamos
para comenzar cada día.24

2. LA ANGUSTIA CAMBIA TU VISIÓN

¿No te ha ocurrido que cuando estás angustiado lo ves todo negro y, de golpe,
tienes la impresión de haberte convertido en una persona pesimista?
Sucede que la angustia actúa como un aislante que no te permite ver ni sentir ni
experimentar la oportunidad que hay detrás de cada momento doloroso.
Porque tal como sientas es como interpretarás la realidad. Por ejemplo, si tienes
miedo, entonces tendrás miedo a casarte, miedo a ir al trabajo, miedo a todo; si estás
enojado, te molestará todo; si tienes baja estima, creerás que todos se burlan de ti y
que nadie te valora, etcétera. Si ves las cosas de forma negativa, estás utilizando este
mecanismo. Si bien todo tiene un lado negativo, estás haciendo hincapié solamente
en ese aspecto.
Y es a partir de ahí, de ese lugar del dolor, donde nuestra vida comienza a
condicionarse, a limitarse; nuestra mirada se nubla y vemos o experimentamos todo
a través de una lente pesimista. Esto es, precisamente, lo que provoca la angustia en
nuestro interior.25

3. LA ANGUSTIA CAMBIA TU MANERA DE ESCUCHAR

En la angustia resuenan las voces de la agonía, la ausencia de salida, el temor, el
apremio y la aflicción.
En los momentos en que estamos angustiados, cualquier situación adversa,
cualquier detalle, hasta un mínimo malestar físico, es suficiente para que nuestra
angustia cobre mayor dimensión de la que en verdad tiene.
Jamás desesperes, aun estando en las más sombrías aflicciones, pues de las nubes negras cae agua limpia
y fecundante.

Proverbio chino
Tu diálogo interno te desanima a cada paso:

• Basta con que tu pareja o tu jefe o alguien te conteste mal, para que sientas
sobredimensionada la angustia y escuches: «Al final nadie te valora.»
• Basta con llegar a la parada del autobús y que justo se haya ido uno para que
pienses que todo lo malo te pasa a ti. Y escuches: «Tarde o temprano te iba a
pasar.»
• Basta con que llegues a tu casa y no haya luz, o se haya roto una tubería, para
que te angusties aún más. Y escuches: «Nadie te ayuda.»
• Basta con que ese puesto que tanto estabas esperando se lo den a otro para que
pienses que todas las desgracias te suceden a ti. Y escuches: «El mundo está en
tu contra.»26

4. LA ANGUSTIA CAMBIA TU MANERA DE HABLAR

Generalmente, de una persona triste podemos escuchar frases como las que
siguen y percibir grandes cuotas de resignación. «Es lo que me ha tocado vivir. ¡Qué
le vamos a hacer!» En consecuencia, descubrimos que se alimenta de estas palabras.
Se encuentra tan inmerso en la tristeza que no logra ver aquello que se dice y que le
causa daño.
Estas son tus opciones. Puedes decir que otros siempre se llevan la mejor parte del
pastel; que eres una persona a la que todo le sale mal; que te pasa igual que a tus
padres, nunca tuvieron peso y todo el mundo los engañó. O puedes cambiarlo
pensando que lo mejor está por venir; que todas las cosas por las que has pasado te
han ayudado para bien; que tienes dominio propio para sobreponerte al dolor y a la
angustia; que nada ni nadie te robará las ganas de seguir soñando; que no importa lo
que has pasado, sigues camino de la meta.
Recuerda que las excusas y la queja solo te inmovilizan en el mismo lugar de
siempre. Comienza a disfrutar de lo que tienes y háblate en positivo. No importa las
veces que planees y fracases. Sabemos bien que la suma de los fracasos es la bandera
del éxito.27

5. LA ANGUSTIA COMPROMETE TU FUTURO

Estamos tan angustiados que no damos crédito a nada de lo que está por delante.
El desánimo y la desesperanza nos paralizan, ya que se mezclan con el temor al
futuro.
La fuerza interior parece haber desaparecido, y las decisiones que tomamos las
realizamos en base a lo que sentimos. «Me gusta, me quedo. No me gusta, me voy.
Hoy me siento bien, mañana mal.» No tenemos ganas de hacer nada, o lo que antes
nos atraía ahora ya no nos atrae.
Estamos confundidos, la vida resulta absurda y sin sentido alguno. Y es en este
malestar cuando la persona expresa todo su dolor, se queja continuamente y todo le
molesta. La persona que está angustiada siente que no hay futuro, que de esta no va
a salir, que los problemas y las presiones la superan.
Debemos concentrarnos en lo bueno del presente. Y nunca olvidemos que lo
mejor está por venir.

Todo lo que nos pasa, incluso el dolor,
podemos transformarlo en aprendizaje.28

6. LA ANGUSTIA AFECTA TUS RELACIONES INTERPERSONALES

El dolor no solo hace que te hagas daño y te boicotees a ti mismo, sino que esa
angustia contenida en el tiempo puede transformarse en una ira tal que termine
lastimando a los que están a tu alrededor.
Muchas veces el dolor nos lleva a hacer daño al otro. Nuestras experiencias
negativas y frustraciones nos limitan en nuestra forma de relacionarnos. El dolor, las
crisis, los fracasos, los sufrimientos, en muchas situaciones, son impredecibles,
inevitables y dependerá de cómo los vivamos, si nos convertimos en mejores
personas, incluso productivas, o en personas que no puedan rescatar nada bueno de
lo que viven y de sus relaciones.

Cuantas más ganas tengas de superarte y sanar
tu interior, mejor preparado estarás para alcanzar
nuevas fuerzas con las que seguir adelante.

Cuenta una fábula de Esopo que, habiéndole preguntado un médico a un enfermo
por su estado, este contestó que había sudado más que de costumbre.
—Eso va bien —dijo el médico.
Interrogado una segunda vez sobre su salud, el enfermo contestó que temblaba y
sentía fuertes escalofríos.
—Eso va bien —dijo el médico.
Fue a verle el médico por tercera vez y le preguntó por su enfermedad. Contestó el
enfermo que había tenido diarrea.
—Eso va bien —dijo el médico, y se marchó.
Fue un pariente a ver al enfermo y le preguntó que cómo iba.
—Me muero —contestó— a fuerza de ir bien.
Moraleja: Por lo general, quienes nos rodean nos juzgan por las apariencias y nos
consideran felices por cosas que en realidad nos producen profundo dolor.

Muchas veces no sabemos ayudar a las personas angustiadas y les resulta muy
doloroso que les digan, por ejemplo: «Bueno, ánimo, todo pasa, cambia la cara...» En
realidad, la persona quiere salir de esa situación y habría querido no pasar por el
momento que le toca vivir, pero se encuentra sin fuerzas e inhibida.
El aislamiento comienza cuando a la persona ya no le interesa cuidarse,
arreglarse, salir, disfrutar de una buena comida; cuando comienza a perder contacto
con el mundo exterior. Entonces se aísla y crea pensamientos negativos. Y esto no se
detiene ahí, sino que se retroalimenta.
Se queda en su casa, su mente se vuelve rígida, se vuelve considerablemente29

introspectiva, lo que hace que los pensamientos erróneos que tiene la aíslen más.

Cuanto más se aísla, más pensamientos negativos.
Cuantos más pensamientos negativos tiene,
más se aísla.

Por lo general, una persona que sufre y se ve afectada por la tristeza se aleja del
resto. Se siente sola y, muchas veces, se resigna a lo que sufre. «Cada vez hace menos,
cada vez se resigna más: no hace nada.» Comienza a sentir que no tiene futuro,
parece que se le hayan ido las ganas de intentarlo una vez más, todo le aburre, nada
la satisface, se siente castigada por todo lo que le pasa.
Ha dejado de ser alguien que solía entristecerse momentáneamente por algún
suceso, y ha pasado a vivir en la tristeza, sin darse cuenta de que la tristeza siempre es
un lugar equivocado en el que elegir habitar. Nunca elijas habitar en la tristeza.30

7. LA ANGUSTIA SE HACE NOTAR EN EL CUERPO

No la esquives ni la ocultes, escúchala, exprésala, porque te está alertando de algo.
Existen estudios científicos, en el campo de la psiconeuroinmunología, que
determinan el efecto que ejercen nuestras emociones en el bienestar de nuestro
cuerpo y de sus síntomas. Nuestra predisposición y actitud intervienen en gran
medida, a favor o en contra, en la salud y el bienestar de nuestro cuerpo.
¡Aprendamos a escucharnos!
Cuando vivimos angustiados, no solo experimentamos emociones y sensaciones
tóxicas, sino que, si no somos capaces de detenerlas a tiempo, estas buscarán un
«camino» para esconderse y alojarse en algún órgano de nuestro cuerpo hasta
enfermarlo. Sería muy ingenuo creer que el dolor de estómago se relaciona solo con
lo que cenaste noches atrás. El tema es que nuestro cuerpo sufre junto a nosotros.
A esto que sentimos físicamente lo denominamos somatización.

• dolores de cabeza
• dolores de espalda
• mala digestión
• insomnio
• temblores

Estos son algunos de los síntomas que debemos tener en cuenta para controlar
nuestras emociones en cuanto aparezcan.
Por lo tanto, no nos acomodemos en esta situación de tomar como normal o
pasajero el malestar que experimenta nuestro cuerpo. Si no te dispones a resolver lo
que te pasa, tu propio cuerpo comenzará a alertarte, te pasará factura y, entonces,
aunque no quieras, tendrás que escucharlo.
Según Víctor Manuel Fernández,
[*]
cuando tenemos una enfermedad o un dolor,
no se trata de querer ese dolor, sino de quererse a uno mismo con esa enfermedad o con ese dolor.
Las fantasías que nos creamos no nos dejan tomar contacto con la realidad, que siempre tiene algo
bueno que ofrecernos.

Víctor Manuel Fernández
Muchas veces, cuando sufrimos, nos agredimos a nosotros mismos, como si nos
culpáramos inconscientemente por esa enfermedad o por ese dolor. Por eso, cuando
estamos enfermos durante mucho tiempo, se nos baja la autoestima, nos sentimos31

poca cosa
[*]
y, podemos agregar, «nos llenamos de culpa».
Y la culpa, como veremos en otro capítulo, solo nos produce más dolor y más
angustia. Necesitamos aprender a reconocer todas las cosas buenas que tenemos y no
permitir que aquellas que no lo son tanto nos dominen.
* Víctor Manuel Fernández: Para librarte de los apegos y obsesiones, Buenos Aires, Editorial San Pablo, 2007, pág.
65.
* Ibídem, pág. 5.32

8. TÉCNICAS Y ESTRATEGIAS SENCILLAS PARA SALIR DE LA
ANGUSTIA Y APRENDER A SER UN POCO MÁS FELICES

Para romper el círculo de la angustia, existe un camino cuyos primeros pasos son:

• Disponerte a salir de la angustia, hablar todo lo que necesites, expresarte
Una idea puede ser escribir una carta contándote a ti mismo lo que te está
pasando o incluso hablarlo con alguien directamente. Verás el alivio que te
genera poder expresar algo que tenías guardado. Te aliento a que lo hagas, te
ayudará mucho.

• Aprender a administrar los recuerdos con sabiduría
Los seres humanos poseemos una capacidad extraordinaria para archivar en
nuestra memoria todo lo que vivimos y, también, para recordarlo en cuanto lo
necesitemos. Recuerda de cuántas situaciones difíciles y tristes ya has salido,
cuántos hechos que te parecían tremendos has superado y de los que has salido
incluso más fortalecido. ¿Cuánto dolor superaste con esa traición que sufriste o
con la noticia inesperada de la muerte o de la enfermedad de ese familiar
querido? Por cierto, has salido de muchas situaciones, y de la que hoy estás
pasando también vas a salir. Su duración dependerá de cómo la asumas y de la
prioridad que otorgues a los sucesos tristes que ocurran. La carrera es de los
valientes, y la vida la arrebatan los que se animan y presentan pelea. La decisión
de seguir te permitirá afrontar cualquier situación que se presente. Por eso
tienes que usar las victorias del pasado como muestra de que se puede. Del
mismo modo, tienes que saber que hay recuerdos que ya están amarillentos,
como una foto vieja. Ya no te sirve verlos todos los días, porque cada vez que lo
haces, te vuelves a sumergir en el dolor que atravesaste. Puedes elegir qué cosas
recordar y qué cosas no, elegir a qué recuerdos se aferra tu mente. Por eso, si
hay álbumes que sabes que hay que tirar, es preciso que lo hagas.

• Redescubrir nuestros aspectos desconocidos
A lo largo de la vida nos damos cuenta de que es en esos momentos de dolor y
de angustia cuando aprendemos quiénes somos verdaderamente y cuál es
nuestra esencia. A partir de ahí, de esas situaciones, marcaremos la diferencia.

El hombre se ve realizado en la misma medida
en que se compromete al cumplimiento
del sentido de su vida.33

• Cada dolor tiene un aprendizaje, y cada aprendizaje, una oportunidad de
penetrar en un mundo desconocido pero muchas veces asombroso
Cuanto mayor sea tu disponibilidad para no permanecer en ese estado de
derrota, antes saldrás y avanzarás a pesar de las circunstancias.
Beethoven escribió sus mayores genialidades musicales después de quedarse
sordo.

• Despertar al gigante dormido
Las dificultades y las crisis despiertan en nosotros al gigante y el potencial que
estaba dormido. La historia cuenta que Abraham Lincoln es considerado uno de
los mejores presidentes que tuvo Estados Unidos. Sin embargo, probablemente
no habría sido tan importante en su rol si no le hubiera tocado guiar al país a
través de la Guerra Civil.

No pidamos que nuestros problemas
sean más fáciles, sino ser más fuertes.
No tenemos que pedir menos retos, sino
más sabiduría, porque nuevos retos vendrán.

• Reconocer que no podemos tener el control de todo
Resulta sano ser conscientes de que hay muchos aspectos fuera de nuestra área
de influencia. Lo que sí podemos hacer es mejorar nuestra predisposición y la
apertura de nuestra mente para entender que nuestro ser interior, después del
dolor, necesita ser sanado y restaurado. Recordemos que la vida está compuesta
en un 10 % de lo que nos sucede, de lo inevitable, pero el otro 90 % dependerá
de cómo la afrontemos, lo cual nos da un sentido de protagonismo y evita que
caigamos en el rol de víctimas. Permitámonos experimentar estas emociones,
pero no permitamos que se instalen y controlen nuestra vida, porque ahí es
donde se transforman en algo tóxico.

¡No vale resignarse ni enfermarse!

La Biblia, en el libro de Habacuc, dice: «Aunque la visión tardare aún por un
tiempo, más se apresura hacia el fin, espera, porque sin duda, vendrá.»
Las personas que llegan a la meta, que superan esa crisis, son aquellas que saben
que van a encontrar obstáculos en el camino, pero, a pesar de ello, deciden
afrontarlos y continuar.
34

Si no está en tus manos cambiar una situación
que te produce dolor, siempre podrás escoger
la actitud con la que afrontes ese sufrimiento.

• Tener disposición y adoptar la actitud correcta.
Con una disposición y una actitud correcta, los resultados serán increíbles. Del
dolor y del sufrimiento, si les das lugar, surgirán el potencial, una voluntad de
hierro y una capacidad sobrenatural para sobreponerte. El dolor trae desafíos
escondidos y oportunidades de oro.
La mente tiene su propio lugar, y en sí misma puede convertir el infierno en cielo, o el cielo en infierno.

John Milton
Hay circunstancias que no podemos cambiar
y otras que no podemos evitar, pero sí podemos
determinar cómo vivir cada una de ellas.

Tengo una buena noticia: toda situación difícil también está sujeta a la ley del
tiempo y pasará, no durará toda la vida, no te detengas.
Tu interior alberga todo lo que necesitas para afrontarla. Los recursos están listos
para que los uses.
Esos momentos difíciles existirán, no los podremos evitar, es una realidad que
tenemos que aceptar, vivir y superar. Y así es como vas a caminar, superándolos,
porque estás capacitado para vivirlos sin angustia tóxica.
El noventa por ciento de los que fracasan no han sido derrotados en realidad, simplemente renuncian.

Paul J. Meyer, empresario y motivador norteamericano autor de best sellers
Pongámosle freno a la angustia, superémonos a nosotros mismos y aprendamos a
ser felices. Eres una persona que tiene un destino, una meta por alcanzar. Tu vida no
es absurda en absoluto. Al contrario, tu vida es única.35

3
LA INSATISFACCIÓN CRÓNICA ES TÓXICA

Hay quienes se consideran perfectos, pero es solo porque exigen
menos de sí mismos.

HERMANN HESSE


¿Hasta qué punto es positiva la insatisfacción? Para determinar la toxicidad de esta
emoción, es importante que comencemos distinguiendo los aspectos normales y
positivos que contiene para luego identificar cuándo nos podría estar dañando.
El sentimiento de insatisfacción, cuando es una emoción positiva, suele brindarnos
la motivación y energía necesarias para perseverar a pesar de los obstáculos. Es ese
cosquilleo que nos mantiene en movimiento y nos lleva a resolver problemas y buscar
soluciones. Hay gente que dice: «Yo prefiero sentirme insatisfecho antes que
conformarme y resignarme», y eso está muy bien, porque habla de la actitud de
mejora continua.
Sin embargo, la insatisfacción crónica, que es ese sentimiento permanente de falta
de aprobación, se da cuando de manera constante te dices a ti mismo que podrías
haber hecho más, cuando sientes que hagas lo que hagas siempre sacarás un nueve y
nunca un diez. Para las personas que abrigan esta emoción tóxica, el resultado
siempre será «casi»: «casi lo termino, casi lo alcanzo, casi llego». A estas personas
siempre les parece, como comúnmente se dice, tarde, poco y mal, incluso para ser
feliz, ya que, en definitiva, detrás de eso se encuentra su felicidad.

La insatisfacción ocasional es positiva y te lleva a mejorar, la insatisfacción crónica es
tóxica
y te conduce al perfeccionismo.

La atención a los más mínimos detalles por parte de una persona que siente
insatisfacción puede resultar muy útil para la investigación científica o para las largas
jornadas de trabajo de un artista frente a su creación, ya que los llevará a ir mas allá
de lo que haría el común de la gente, a investigar un poco más. Asimismo, es
interesante notar que con frecuencia deportistas, científicos y artistas famosos
muestran rasgos de perfeccionismo.36

La insatisfacción crónica es tóxica, ya que causa sufrimiento y nos lleva a tener un
enfoque negativo acerca del cumplimiento de nuestros sueños, lo que nos impide
disfrutar el camino.
Cumplir expectativas altas, obtener a cualquier precio el reconocimiento tan
buscado, llegar a donde nos dijeron que teníamos que llegar sin ser sueños propios,
castigarnos en exceso y maltratarnos al cometer un error, centrarnos demasiado en
los resultados sin disfrutar de la vida, sin saber siquiera si tendremos oportunidad de
verlos y sin contar que en el proceso se han perdido amistades, parejas y tiempo es
nocivo.
Obsesionarse con la perfección es como querer correr en el mar o nadar en el
desierto. Los especialistas asocian el perfeccionismo a una amplia variedad de
trastornos tales como:

• depresión
• anorexia o bulimia
• ansiedad
• fobias
• ataques de pánico
• colon irritable
• colitis
• afecciones coronarias37

1. LA EXPECTATIVA IMPOSIBLE: SER PERFECTOS

El perfeccionismo consiste en la creencia de que se puede y se debe alcanzar la
perfección. Una persona perfeccionista considera inaceptable cualquier cosa por
debajo de la perfección.
A la persona ultraperfeccionista se la conoce comúnmente con el término de
SUPERHOMBRE o SUPERMUJER. Hombres y mujeres que se dejan la vida
intentando ser los padres perfectos, los esposos perfectos, los hijos perfectos, los
hermanos perfectos o los amigos perfectos. Llevan puesto un traje de superhéroe.
Allí por donde caminan se autoimponen la perfección y abrigan ideas sin sentido,
objetivos y metas que son imposibles de alcanzar porque son simplemente ilusiones.
El perfeccionismo los convierte en personas vulnerables y dependientes. En un
determinado momento, el perfeccionismo también les robará la felicidad.38

2. ORIGEN DE ESTA EXIGENCIA

Carl Jung creía que la imagen de la perfección está presente desde el nacimiento,
que hay un arquetipo o modelo de perfección en el inconsciente humano que nos
empuja hacia la perfección.
La verdad es que, como la mayor parte de las características de la personalidad, el
perfeccionismo tiene su raíz en la familia y, en especial, en los primeros años de vida.
Padres autoritarios, exigentes, críticos, difíciles de complacer e impredecibles en sus
reacciones crean hijos perfeccionistas. Esta clase de padres brindan a sus hijos una
clase de amor condicional. Les dicen cosas de este tipo: «Si te portas bien, te compro
un helado», «Si te va bien en la escuela, te regalo la bicicleta». Obligan así a la
persona a ser necesariamente perfecta. Son incapaces de validar y aprobar la
conducta de sus hijos, aun cuando se equivocan, algo fundamental para que todo ser
humano pueda desarrollar una imagen propia sana y un sentido positivo de su
personalidad.
Según los psicólogos, la persona perfeccionista actúa impulsada por la motivación
negativa interna de tratar de evitar la desaprobación, el rechazo y la crítica que
recibió de sus padres.
El perfeccionista es obsesivo, da vueltas al mismo error y vive rumiando el mismo
pensamiento de equivocación todo el tiempo.
No acepta el cambio y pierde de vista que cada cambio trae un nuevo
entrenamiento.39

3. TEST: ¿PERFECCIONISTA YO?

El perfeccionismo te conduce a vivir pensando en lo negativo, con lo cual se
genera un clima a tu alrededor que condiciona todo negativamente. «No debería
haberlo dicho.» «¿Cómo actué así? No tendría que haber hecho esto.» «Todo está
mal. Mi vida es un fracaso. Nunca lograré nada. Soy un desastre.» Y estas voces
negativas siempre estarán ahí intentando abortar tu propósito.

El perfeccionista se concentra en los detalles y pierde de vista el propósito

¿Eres perfeccionista? Marcar SÍ o NO con una X, según corresponda:
Si más de tres preguntas han tenido un SÍ como respuesta, entonces eres una40

persona perfeccionista. Pero hoy puedes salir de las garras del perfeccionismo para
entrar en la excelencia. Responde sinceramente.

• ¿Con cuáles de estas características principales te has identificado?

• ¿Notas que se repiten en todas las áreas de tu vida o solo en algunas?

Hoy en día escuchamos a mucha gente decir: «Soy muy exigente conmigo mismo y
con los demás.» Creen que el hecho de ser exigentes o perfeccionistas los va a
conducir a la excelencia. ¡Eso es mentira!41

4. LA AUTOEXIGENCIA NO TE LLEVA A LA EXCELENCIA

El perfeccionismo nunca te conduce a la excelencia. La exigencia nunca te lleva a
la excelencia. Veamos algunas características de una persona perfeccionista o muy
exigente:

• Siempre está insatisfecha con lo que hace
Siempre siente que, aunque ha hecho las cosas bien, podría haberlas hecho un
poco mejor. Nunca tiene paz y no disfruta de nada. En el caso de las mujeres,
intentan ser las madres perfectas, las esposas perfectas, las hijas perfectas, las
amigas perfectas o las hermanas perfectas. Por donde caminan necesitan
perfección porque, si no son perfectas —o no se ven a sí mismas así—, no
pueden actuar. El perfeccionista es crítico consigo mismo y con los demás, y se
concentra solo en los errores. Evita correr riesgos para no equivocarse y, en esa
carrera por la perfección, «no hace nada» por el miedo que tiene a equivocarse.

• Termina funcionando lentamente
Necesita revisar cada cosa que hace muchas veces y tiene la constante sensación
de que siempre falta algo para alcanzar la perfección.

• Es muy crítica consigo misma y con los demás
Tiene muy baja tolerancia a los errores propios y ajenos. Por ese motivo, la
mayoría de los depresivos, dicen los psicólogos, son personas perfeccionistas. El
perfeccionismo puede llevar a la depresión. Esta clase de personas asocia su
autoestima a sus logros, si logra algo se siente bien, y si no lo alcanza, se siente
mal porque su autoestima está relacionada con la capacidad de producir cosas.
La perfección es una pulida colección de errores.

Mario Satz
• Tiene metas ilógicas
Es aquella persona que, por ejemplo, quiere bajar veinte kilos en una semana. O
aquella mujer de sesenta años que desea tener el cuerpo de su hija de veinte. Las
mujeres que hoy sufren bulimia y anorexia tienen la ilusión de ser perfectas y se
dicen: «Yo quiero tener el cuerpo de esa modelo», y adelgazan y adelgazan y
adelgazan y, a pesar de que adelgazan, siguen viéndose gordas. Son metas
irreales, inalcanzables.
• Establece plazos de tiempo inalcanzables42

De esta manera acaba por sentirse frustrada, porque nunca logra llegar a la
meta. Sus metas son imposibles, elevadas, vive con una excesiva preocupación
por el concepto que los demás tienen de ella. Agradar a todo el mundo es una
meta inalcanzable que el perfeccionista busca permanentemente. «Que nadie me
critique.» «No quiero quedar mal con nadie.» «Que nadie se entere de mis
cosas.» Estas personas sufren por todo, suelen repetir una tarea varias veces
hasta que les sale bien, pero nunca se sienten satisfechos, mientras que, en esa
repetición, pierden la energía y el tiempo. Piensan que las cosas tienen que salir
perfectas, que se hacen bien o no se hacen, que no hay grises, sino que todo es
blanco o todo es negro. Y todo el tiempo están pensando en lo que los demás
creen.

• Es negativa en su manera de pensar y rígida en su manera de hacer las cosas
Tiene la mentalidad de todo-o-nada. Es lo que se conoce como pensamiento
polarizado, por el que cree que solo puede elegir entre dos opciones: bueno o
malo, lindo o feo, perfecto o imperfecto. Cuando llegan cambios a su vida, se
deprime y no puede avanzar, se queda estancada.

• Cree en el principio de «querer es poder»
Piensa que, si realmente desea algo, lo va a lograr, lo cual se denomina
«voluntarismo». Es la creencia errónea de que con solo activar la voluntad uno
logra cosas. Por ejemplo, si digo que quiero mover la mano, la muevo. Sin
embargo, para moverla, necesito tener mano, estar neurológicamente sano,
tener huesos y músculos, es decir, el equipo necesario para lograr mi deseo.

• Tiene sus ojos puestos solo en la meta
El perfeccionista no logra alcanzar lo que se propone porque necesita además el
equipo y los principios necesarios. Es como el que monta a caballo y tiene sus
ojos puestos en la meta, pero nunca se detiene a mirar el caballo, no ve si tiene
hambre o sed, si puede llegar. Se exige y exige a los demás porque pone sus ojos
solo en la meta y dice: «Hay que llegar cueste lo que cueste, sea como sea, lo
tenemos que lograr.» Sin embargo, no evalúa si cuenta con los recursos para
hacerlo.
Procurando lo mejor, estropeamos lo que está bien.

William Shakespeare43

5. HERIDAS Y CICATRICES

El perfeccionismo puede resultar muy dañino cuando lleva a una persona a
posponer tareas. Esto se da en el caso de aquella persona que no puede comenzar un
trabajo hasta decidir la manera correcta de hacerlo o que nunca se atreve a correr
riesgos por temor a equivocarse (perfeccionismo paralizante).
También puede conducir a una persona a despreciarse a sí misma cuando lo
utiliza como una forma de excusar su mal rendimiento o de buscar constantemente
la aprobación incondicional y la comprensión de los demás.
Se le puede escuchar decir: «Te parece que no pueda alcanzar mis objetivos, debo
ser un tonto, ¿no?» Por lo general, alguien perfeccionista vive bajo tensión y estrés.
Puede ser incluso una persona tímida, que no se atreve a enfrentarse al mundo y
tiene problemas en sus relaciones interpersonales porque piensa que los demás
necesitan verlo perfecto para poder aceptarlo.
Puede llegar a sacrificar actividades sociales y familiares con tal de alcanzar sus
objetivos.
El perfeccionista no puede disfrutar de la vida. Sin embargo, todos tenemos las
habilidades y las capacidades necesarias para transformar todo aquello que no nos
permite avanzar. Toda creencia y emoción errónea debe ser refutada y tú mismo
debes cuestionarla. ¿Por qué tiene que ser así? ¿Qué pasaría si lo hicieras así o de esta
otra manera?
Desarrollemos nuevas formas de expresarnos; de lo contrario, el perfeccionismo
terminará arruinándonos.
Todo lo aprendido puede desaprenderse, y esto te toca hacerlo a ti. Incorpora
creencias sanas y verdaderas, refuta todo aquello que hasta hoy no te ha dado
resultados y comienza a aplicar el ensayo y el error. Si te equivocas, ¿cuál es el
problema? Lo vuelves a intentar las veces que sean necesarias hasta dar vida al diseño
que está en tu mente. Eres creativo, no pierdas el tiempo en esquemas cerrados y
limitados. Crea tu propia imagen, tu propia obra.44

6. ESTRATEGIAS Y FORMAS PRÁCTICAS PARA SALIR DE LA
INSATISFACCIÓN QUE LLEVA AL PERFECCIONISMO

Desear superarse y mejorar constantemente está muy bien. Todos debemos tratar
de hacer las cosas lo mejor posible. Sin embargo, el problema del perfeccionismo es
que tiene como objetivo metas inalcanzables. Y es esta misma exigencia la que le
produce al perfeccionista una continua insatisfacción.

Perfeccionismo e infelicidad están entrelazados.

Reflexionemos sobre todas esas conductas que nos impiden fluir en libertad y con
pasión. Cuando lo hagamos, identifiquemos todos aquellos cambios que nos
permitirán disfrutar y gozar de todo lo que hacemos.

• En primer lugar, aceptarme tal y como soy, sabiendo que fui creado como un
ser único y especial sobre toda la faz de la tierra.
Una vez que me haya aceptado como soy, puedo comenzar a trabajar y hacer
todo lo necesario para lograr un carácter equilibrado, armonioso, maduro. Y a
partir de ahí, debo buscar la mejora continua, disfrutando cada cosa que hago y
no imponiéndome cargas a mí mismo.

• Seguir caminando
La única manera de avanzar y de crecer es moverse. Debo seguir caminando, a
pesar de que haya cosas que no me salen bien, que no me gustan o me dan
miedo. Debo darme permiso para equivocarme sin castigarme ni torturarme
mentalmente. Cuando intente avanzar, siempre vendrán a mi mente aquellos
pensamientos negativos que me harán recordar mi equivocación del pasado.
Debo desechar toda duda y decirme: «Sigo caminando porque hay algo por
lograr.» ¡No debo detenerme!
• El que no arriesga no gana
El perfeccionista ve el error como un enemigo. «No me puedo equivocar.»
«Nada me sale mal porque soy perfecto.» Mantener todo de igual manera es
muy cómodo, pero detiene el crecimiento. ¡Debo salir de la zona de confort!
¡Estamos llamados a crecer! Debo fijarme metas realistas y plazos de tiempo
posibles de cumplir. No importan los errores que cometamos, lo importante es
no detenerse y alcanzar el propósito que anhelamos para nuestra vida.

• No dar importancia a los pensamientos negativos45

Los pensamientos negativos vienen a mi mente para boicotear mi éxito. Hay que
aprender de los propios errores, dejarlos atrás y seguir adelante. Debo aprender
que tengo la capacidad para tomar mi propias decisiones y que, si me equivoco,
no es el fin del mundo. Debo alterar mi mente transformando lo negativo en lo
positivo y gozar con lo alcanzado.

• Ser libre de las expectativas de los demás, de los «deberías...», «te
convendría...», «sería mejor si...»
Hay que renunciar a la opinión de los demás y no buscar la aprobación de los
otros. Debo reconocer y valorar mis puntos fuertes y mis debilidades. ¡Soy
humano! Y soy vulnerable, ¡lo cual es bueno! Debo valorar mis puntos fuertes y
ver mis debilidades como las limitaciones que tiene todo ser humano. Hay que
tener una actitud positiva frente y ser feliz.

• Mantener metas que se puedan alcanzar. Perseverar
Debemos mantenernos firmes, no concentrarnos en los detalles, sino en el sueño
final. Los detalles distraen, entretienen y detienen.

• Practicar el respeto y el perdón hacia mí mismo
Si no me brindo estas cosas a mí mismo, jamás podré brindárselas a otra
persona. ¡Nadie puede dar lo que no tiene! Debo dedicarles más tiempo a mis
propios deseos y necesidades, y no solo a las obligaciones.

• No analizar una y otra vez cada circunstancia que ocurre en mi vida
Hay que reírse más de uno mismo. El sentido del humor reduce la tensión de la
exigencia. Y, finalmente, ¡hay que atreverse a no ser perfecto! La vida es una
aventura emocionante y maravillosa cuando logramos relajarnos, aceptarnos y
amarnos a pesar de nuestros errores. ¡COMETER UN ERROR ES
PERFECTAMENTE NORMAL!

El que no se contenta sino con la suprema perfección
nunca tendrá éxito ante sí ni ante los demás.

• Ser excelente, no perfecto
«Excelencia» es la habilidad para mejorar continuamente. Para eso se necesita
estar abierto a los cambios, ser flexible ante el fracaso y aceptar los propios
errores. Solo al aceptarlos, estaremos en condición de revertirlos. Hay que
conquistar el deseo de seguir. Hay que abrirse a los cambios, a lo nuevo, a lo que
está por venir. Hay que elegir una actitud de excelencia. Y... ¡nunca más46

postergar los propios sueños! Debo alcanzar los grandes proyectos que tengo
por delante y no detenerme.
Cuenta una conocida fábula de Samaniego que un ciervo perfeccionista se
deleitaba contemplando su reflejo en un manantial hermoso y cristalino. Prendado de
la belleza de sus cuernos y sus preciosas ramificaciones, se lamentaba, sin embargo, de
que los dioses no le hubieran concedido extremidades más bellas y proporcionadas. Se
sentía muy triste al contemplar sus patas largas, delgadas y huesudas.
Mientras el ciervo seguía lamentándose de su «imperfección», vio aparecer un lebrel
fiero y, para evitar ser devorado, huyó rápidamente hacia el bosque. Pero sus lindos
cuernos le jugaron una mala pasada: se enredaron entre las ramas y quedó atrapado
entre la maleza. Cuando todo parecía indicar que iba a caer en las garras de su
atacante, el ciervo logró escapar de una muerte segura gracias a sus delgadas, elásticas
y «feas» patas.

Al igual que este ciervo, quizá no hayas logrado identificar todavía la belleza que
hay en tu vida y estás cegado por un ideal de perfección inalcanzable. Nunca es
demasiado tarde, ¡puedes comenzar hoy mismo!
Puedes ser una persona feliz, plena, libre y disfrutar la vida, aun sin ser perfecto.
Puedes librarte del perfeccionismo, de tus propias exigencias y demandas. Naciste
con la capacidad de ser libre. La libertad es un derecho que tienes de nacimiento.
Ten en cuenta que todos cometemos errores y que la persona inteligente aprende
de sus propios errores, y la persona sabia aprende de los errores ajenos.
Fuiste diseñado para el éxito, y el camino hacia él está plagado de fracasos. No le
tengas miedo al fracaso, conviértelo en tu aliado, en tu mejor amigo para llegar a la
meta. ¡Que tus dificultades te desafíen a revelar todo tu potencial, a liberar lo mejor
de ti!
Transforma tu mente cada día. Piensa en soluciones y no te compliques, ni
compliques a los demás por el afán de que todo sea perfecto. Sé sencillo. Usa la
sabiduría que está en tu interior. Date hoy mismo la oportunidad de no ser perfecto
y disfrutarlo.
Quien con perspicacia declara su limitación se halla muy cerca de la perfección.

Johann W. Goethe47

4
EL APEGO TÓXICO

Tu corazón es libre, ten valor para hacerle caso.

WILLIAM WALLACE


Prácticamente constatamos una evidencia al advertir que el apego puede resultar
tóxico. Sin embargo, aún hay muchas personas que, por algún motivo, siguen
viviendo en ese estado emocional tóxico que les hace daño.
¿Cuántas veces has sentido que si el otro no estaba no podías tomar una decisión?
¿Cuántas otras has pensado que si esa otra persona no estuviera a tu lado no sabrías
cómo seguir viviendo? ¿Por qué te cuesta tanto dejar crecer a tus hijos? ¿Por qué te
genera tanta inseguridad tu pareja? ¿Por qué agotas tus energías haciendo que «todo
esté bajo control»? ¿Qué te lleva a esperar que otros te hagan feliz?
Estas reacciones son propias del apego tóxico, una emoción de la que se puede
salir.
El apego emocional puede resultar tóxico
para tu identidad y potencial.

Sufren apego emocional tóxico hombres y mujeres cuya estima ha sido tan
manipulada que no pueden verse a sí mismos como seres completos y aptos para
alcanzar todo lo que se propongan.
Son personas que han asumido como verdadero que el otro es más importante
que ellos mismos y, a partir de esta falsa creencia, han pensado y han vivido
descalificándose y agrediéndose. Todo lo de los demás vale, excepto lo de ellos
mismos; por ende, mirarán su vida con menosprecio y desdén.
Estas conductas y pensamientos adquiridos no solo te hacen depender de los
demás, sino que también en determinadas oportunidades hacen que quieras tener el
control o te centres, de manera obsesiva, en las necesidades y las dificultades de otras
personas.
La persona apegada siente que no es importante y que el otro sí lo es. Piensa que
debe ocuparse de que a los otros no les falte ni les pase nada, sin tener en cuenta que
corre el riesgo de descuidar aún más sus propias necesidades y su vida misma. ¿Te
resulta familiar?48

1. LA PERSONA APEGADA ES CODEPENDIENTE

Una persona «codependiente» vive con muchos miedos y demasiadas
frustraciones, y su principal pregunta es qué pasaría con su vida si el otro —a quien
le ha otorgado el derecho de determinar su vida— no siguiera con ella. Por cierto,
con el tiempo, suele convertirse en adicta a la gente.
Hay mujeres que necesitan a un hombre que permanezca a su lado aunque no les
brinde el trato que se merecen o abuse de ellas. «Le necesita.» Siempre que hay
abandono, habrá necesidad de depender de la gente. Claro que esto no es exclusivo
del sexo femenino. Hoy podemos depender de nuestra pareja, mañana tal vez de la
palabra de aprobación de un jefe, de lo que decidan los demás, y relegar así nuestros
gustos y nuestras preferencias.
La persona codependiente le entrega al otro el control de sus emociones y sus
decisiones. Alguien codependiente va a decir: «Tú me vas a hacer feliz.» O dirá: «Tú
vas a llenar mi vacío.» Demasiadas expectativas puestas en el otro.

La codependencia es una conducta
de carácter adictivo.

Con respecto a este tema, Juan A. Brenad lo define así: «Una forma de
autodesprecio consiste en someternos sin condiciones a las apreciaciones y juicios de
los demás, sin tener en cuenta el precio que ello pueda suponer. Esto conduce con
frecuencia a la negación y destrucción de uno mismo y, a la postre, a exponerse al
riesgo de convertirse en víctimas de sus posibles abusos.
»En este sentido, es conveniente reconocer que frecuentemente reaccionamos con
exageración ante las críticas nimias de los demás, tomándolas demasiado en serio y
olvidándonos de las cosas importantes de la vida, aquellas que tienen efectos
profundos sobre nuestra vida a largo plazo. Al proceder de este modo, caemos en la
trampa de amoldarnos a nuestra negatividad, regulando nuestra vida a partir de los
mensajes de los demás, muchas veces emitidos con escasa conciencia de lo que dicen
y que, por nuestra parte, abultamos desproporcionadamente.»
[*]
Comúnmente vemos esta conducta en parejas y familiares de personas adictas que
se vuelven dependientes de las relaciones violentas, en personas adictas a las
relaciones, al romance, al sexo, en aquellas que han sido sometidas a casos de abuso y
acoso, en personas que no han sido valoradas desde pequeñas y a las que les hicieron
sentir que, sin «los otros», sus vidas valían muy poco o nada.
*
Juan A. Brenad: Desarrollo de la armonía interior, Bilbao, Desclée, 2000, págs. 222-223.49

50

2. TEST: SER O NO SER CODEPENDIENTE

¿Eres una persona codependiente? Marca SÍ o NO con una X, según te
identifiques:
Si más de tres preguntas han tenido un SÍ como respuesta, entonces eres una
persona codependiente. Responde sinceramente.

• ¿Te has sentido identificado con alguna de estas frases?51

• ¿Con qué frecuencia te encuentras repitiéndolas?

Cuenta una fábula de Esopo que había una zorra que estaba saltando sobre unos
montículos. De pronto estuvo a punto de caerse y, para evitar la caída, se agarró de un
espino. Pero las púas de la planta le hirieron las patas y le produjeron mucho dolor.
Entonces le dijo al espino:
—¡He acudido a ti por tu ayuda, pero me has herido!
A lo que el espino respondió:
—¡Tú tienes la culpa, amiga, por agarrarte a mí! Bien sabes lo bueno que soy para
enganchar y herir a todo el mundo, ¡y tú no eres la excepción!

Cuando, al igual que la zorra de la historia, sentimos que no podemos
enfrentarnos solos al mundo y, por miedo a caernos, nos aferramos a otra persona y
la convertimos en un salvavidas o una muleta, tarde o temprano vamos a terminar
heridos.

La codependencia es tóxica y contraria
a la naturaleza de libertad e individualidad
con la que venimos al mundo,
por eso siempre nos causará dolor.

Pero, tranquilidad, como toda conducta se aprende, también se puede
desaprender. Solo necesitamos reconocer nuestras debilidades, trabajar en ellas,
sanar nuestra autoestima, y seremos libres de la gente y podremos comenzar a
movernos con la libertad con la que hemos sido creados pero de la que nunca nos
hemos servido.52

3. IDENTIKIT DE LA PERSONA CODEPENDIENTE

Angustiada e insegura, una persona apegada experimentará emociones que le
quitarán las ganas y la capacidad de disfrutar la vida al máximo.
Veamos algunas de las conductas que caracterizan a una persona codependiente:

• Es una persona insegura. El codependiente se abandona y vive experimentando y
pidiendo las opiniones de los demás.
Piensa que los demás son más importantes que él y siempre busca la
sobrevalorada opinión ajena. «¿Qué harías en mi lugar?» «¿Qué te parece?»
«¿Tú qué piensas?» El criterio de la gente que lo rodea se convierte en su fuente
para tomar decisiones.

• Es una persona controladora. Como la persona codependiente necesita
desesperadamente del otro para ser feliz, se volverá controladora y usará la
manipulación para mantener todo y a todos control. La realidad es que estas
personas padecen un dolor emocional muy profundo que aún no han podido
superar.

• Duda de sus capacidades. Siente que no tiene capacidad para enfrentarse al
mundo por sí misma. Otros sienten que necesitan un guardaespaldas afectivo,
una muleta emocional para poder hacer frente a la vida, al mundo y a sus
conflictos. Su inseguridad y sus miedos no le permiten elegir ni decidir. Por estas
características es que la persona codependiente buscará a alguien supuestamente
«firme y seguro» que la ayude a afrontar las crisis de la vida.
La libertad significa responsabilidad; por eso, la mayoría de los hombres le tiene tanto miedo.

George Bernard Shaw
Todas las fuerzas del codependiente están depositadas en el otro.
Su lema preferido es: «No puedo enfrentarme al mundo yo solo, necesito a
alguien.» Frase que nos convierte en un ser codependiente de los otros y nos
condena a vivir apegadamente a las decisiones de los demás.
Y todo apego tóxico acarrea sufrimiento y dolor. Sin embargo, no solo podemos
apegarnos a personas sino también a lugares, circunstancias, acontecimientos,
creencias o costumbres. Cada uno de ellos funcionará como una muleta interior. El
problema no es el objeto en sí mismo al que te apegas o sientes que quieres controlar,
sino tu mente.53

Por eso ni siquiera es necesario que te alejes de ciertas personas o te desprendas
de ciertas cosas o incluso cambies de lugar. Lo importante es la perspectiva que
tengas acerca de ellos.
Las cadenas de la esclavitud solamente atan las manos: es la mente la que hace al hombre libre o
esclavo.

Franz Grillparzer,
escritor austríaco
No confundamos flexibilidad con debilidad. Por el contrario, una persona flexible
es alguien fuerte, no rígido; firme, no estático. Cambiar la perspectiva significa
adoptar una mentalidad flexible que te permita ver otras alternativas.54

4. PRIMERA PERSONA: YO

Es muy difícil que puedas disfrutar experiencias nuevas y conocer a personas y
lugares nuevos si sientes un apego tóxico hacia lo que hoy tienes.
Sin embargo, puedes romper ese apego que tanto daño te hace, si decides cambiar
hábitos, actitudes y cortar con la codependencia. Si estás listo, es necesario que te
coloques en primer lugar.

¿Qué significa ponerme en primer lugar?

• Significa aceptarme a mí mismo
Es fundamental que logres aceptarte a ti mismo, que te ames, que te cuides. Si
no lo haces, terminarás copiando a los demás. Y tú eres un original, no eres la
imitación de nadie. Cuando fuiste creado, se rompió el molde. Tú tienes tus
propias capacidades y cualidades, y no necesitas ser otra persona. Sé feliz con la
persona que eres y sé libre de la gente. La gente exitosa siempre se destaca por
una virtud única que la distingue del resto.

• Significa respetarme a mí mismo
Si no aprendes a respetarte a ti mismo, maltratarás a los demás y los demás te
maltratarán a ti. No puedes esperar que una persona te trate con respeto
cuando no te respetas a ti mismo. De la misma manera, nunca vas a estar
capacitado para respetar a alguien si primero no te respetas a ti mismo. Como te
trates a ti mismo, tratarás a los demás.

• Significa saber con absoluta certeza cuál es mi sueño
Si no das prioridad a tu sueño, vas a vivir el sueño de otro. Hoy en día vemos a
muchas personas que no saben para qué viven. No tienen idea de por qué están
en este mundo. No tienen proyectos ni metas por cumplir y, con el paso de los
años, les sobreviene la tristeza porque han renunciado a soñar. Tal vez se han
dedicado a cumplir y a vivir el sueño de los demás, en lugar de descubrir su
propio sueño.

Solo si sabes con certeza cuál es tu sueño
serás capaz de ayudar a otro a cumplir el suyo.

Miguel Ángel pintó el techo de la Capilla Sixtina. Si hubiera pintado el suelo, hoy
ya se habría borrado. No vivas los sueños de los demás, convierte tu propio sueño en
realidad. Fuiste creado con la capacidad de perseguir y lograr cada uno de ellos.55

Primero visualízate como la persona que quieres llegar a ser y, un día no muy lejano,
serás ese hombre o esa mujer. Atrévete a soñar a lo grande.

• Significa reconocer mis errores
Si no reconoces tus errores, siempre vivirás poniendo excusas. Cuando cometes
un error y buscas una excusa (argumentación de por qué las cosas se hicieron
mal), ya tienes dos errores: el error y la excusa. Nos excusamos cuando no
queremos reconocer nuestros errores.
Los fracasados son expertos en dar excusas. ¡Tú no! Usa esa energía para
producir y generar nuevos proyectos e ideas de oro.
No te detengas en el error, no te quedes a sacar fotos de la prueba. Sigue
adelante, porque, cuando te caigas en medio de las dificultades y vuelvas a
levantarte, lo harás fortalecido y un poco más sabio. Lo importante no es caer,
sino levantarte rápido. No importa lo que te haya pasado en la vida, vuelve
siempre a ponerte de pie. ¡Levántate! Y recuerda que «un hombre no está
acabado cuando cae, sino cuando deja de levantarse».

• Significa resolver primero mis conflictos
Hay personas que no pueden resolver sus propios conflictos y, sin embargo,
quieren resolver los problemas de todo el mundo. Cuando no resuelves primero
tus problemas sino que tratas de resolver los de los demás, te estás enfrentando
al conflicto equivocado.
En tu interior se encuentran las habilidades y las capacidades que necesitas para
resolver cada problema que se te presente. No tengas miedo de las dificultades.
Las dificultades tienen el propósito de hacerte mejor, no más amargado. Cuando
logres ver los problemas como oportunidades, te ayudarán a crecer.56

5. ¿ES POSIBLE LIBERARSE DEL APEGO EMOCIONAL TÓXICO?

¡Sí, es posible! Cuando cortas con la codependencia, eres libre de la gente para
poder relacionarte con todo el mundo de manera sana y con una nueva mentalidad
abierta y flexible. Pero si has dependido de algo o de alguien la mayor parte de tu
vida, es probable que tengas miedo de la independencia. Así es como este temor
puede llegar a paralizarnos.
El haber dependido de la aprobación de los demás hace que nuestra mente
permanezca arraigada a la creencia inconsciente del «no tengo...».
Quiero tener mi propia casa y dejar de vivir con mis padres, pero tengo la excusa
perfecta: «Sí, pero no tengo dinero...»
Quiero empezar mi propio negocio y dejar de depender económicamente de mi
pareja, pero digo: «Sí, pero no tengo ideas creativas...»
Quiero estudiar una carrera y conseguir un título universitario, pero me digo: «Sí,
pero no tengo capacidad...»
La suma de todas estas creencias erróneas actúa como un freno que, al
desarrollarse en nuestro interior, nos llena de angustia y nos impide lanzarnos hacia
los sueños y las metas que nos hemos propuesto.
Por eso, inconscientemente, buscarás que alguien se sume a compartir tu sueño.
Las fantasías que nos creamos en nuestras propias mentes no nos permiten alcanzar
todo lo bueno que está por venir. Por eso siempre buscamos al otro para lograr
nuestro sueño y, en parte, eso no está mal. Sin embargo, debes tener en cuenta que
tú eres al cien por cien la persona a la que te tienes que unir.
El hombre nace libre, responsable y sin excusas.

Jean-Paul Sartre
Cuando crees que no eres nada o que no tienes lo suficiente y buscas a otro que te
ayude a lograr algo, te expones a caer en el abuso. Si buscas al otro pensando que
tiene todo lo que tú no tienes, ya sea dinero, capacidades, inteligencia, fuerzas, ganas,
entusiasmo, seguramente vivirás bajo «la dependencia de», y si «ese otro» decide
dejar de compartir tu sueño, vuelves a sentirte nada.
Solo cuando tengas bien claro que eres un ser humano completo al cien por cien
que alberga en su interior todo lo que necesita para triunfar en la vida, podrás unirte
a otro para formar un equipo sin convertirte en una persona codependiente. Y
cuando lo hagas, que sea para potenciaros mutuamente y lograr resultados
extraordinarios.57

6. PELIGRO: CODEPENDIENTE

El mayor peligro del apego emocional tóxico hacia otra persona es que el que
suple lo que crees que no tienes, aunque sea «la mejor persona del mundo», en algún
momento puede querer cobrártelo con creces. Incluso tu madre —que es la mejor
persona del mundo— te puede llegar a decir: «Yo, que te he parido», pretendiendo
cobrarte la vida que supuestamente ella te dio. Y en un determinado punto vas a
sentir que estás eternamente en deuda con ella porque «le debes la vida».
Y la deuda es una ley contraria a la prosperidad, porque trabaja para
empequeñecerte, y tú viniste al mundo con el deseo y el potencial para expandirte y
crecer en todas las áreas de tu vida. Necesitamos aprender a transformar la deuda
para que trabaje a tu favor. Si dices «hoy, no tengo con qué, pero creo que mañana sí
lo voy a tener», estarás haciendo de tu problema algo transitorio.

Para que la ley te favorezca debes tener en cuenta dos cosas:

1. Paciencia activa. Con nuestra boca y nuestras palabras determinamos: «Espero
confiado que mañana mis circunstancias cambien para bien.» Es la declaración
de una espera activa, en movimiento.
2. Perseverancia. Es sostener el deseo en el tiempo, a pesar de los obstáculos, y
seguir actuando. En este punto es donde mucha gente falla, porque quieren,
hacen, siguen queriendo, pero ante el primer problema abandonan. Al principio
están muy entusiasmadas con el deseo, hacen todo lo posible para conseguirlo,
pero no son perseverantes y, finalmente, permiten que todo se venga abajo.

Perseverancia es no desfallecer,
y es ver que a su debido tiempo vas a cosechar
lo que sembraste.

El tiempo va a depender de la dimensión del proyecto, por eso tienes que
perseverar especialmente en los momentos de dificultad.
El deseo más profundo de Demóstenes era ser un gran orador, pero nació
tartamudo y, con el fin de lograrlo, este hombre se puso piedras en la boca para
incrementar su dificultad. Pensó que, si podía hablar con las piedras en la boca,
cuando se las sacara la tartamudez desaparecería y lograría hablar normalmente.
Demóstenes amplió su limitación.
Es decir que, para vencer la limitación que sufría, agravó su problema, porque, si
era capaz de resolverlo, su dificultad pasaría a ser secundaria. A veces, para que el
problema te parezca sencillo, vas a tener que agravar tu dificultad.58

Amplía tus limitaciones y encontrarás
la verdadera medida de tu poder.
Muchas cosas no nos atrevemos a emprenderlas, no porque sean difíciles en sí, sino que son difíciles
porque no nos atrevemos a emprenderlas.

Séneca
Descubrirás un poder mayor del que pensabas que tenías. Quizá como
Demóstenes, vas a tener que agravar voluntariamente tu dificultad para ser
independiente, hacer un esfuerzo mayor, trabajar más, ejercitarte en algo, ampliar tu
límite. Y, finalmente, vas a poder decir: «La dificultad que tenía era insignificante,
una verdadera tontería.» ¡Puedes lograr mucho más aún de lo que estás haciendo!59

7. ESTRATEGIAS Y FORMAS PRÁCTICAS PARA LIBRARSE DEL
APEGO TÓXICO

• Busca en tu interior esas cosas y esos hechos o palabras que hasta hoy te han
hecho sentir que tu vida no valía la pena, renuncia a ellos y comienza de nuevo.
Toma hoy la decisión de ser independiente, sin culpas y sin lamentos.
• Erradica toda creencia negativa de tu mente, renuncia a los «no puedo», «no sé»
y cámbialos por «puedo» y, si no sabes, cámbialos por «aprenderé».
• Adopta una actitud de serenidad frente a la vida y tus circunstancias, sin dejar de
estar enérgicamente decidido a cumplir tus objetivos.
• Conoce tus puntos fuertes, tu «don predominante», aquello que mejor sabes
hacer, valóralo y trabaja para desarrollarlo.
• Sé perseverante. Continúa, continúa y continúa.
• Busca un motivo para alegrarte todos los días, sin importar lo que los demás
hagan o dejen de hacer.
• Entrénate para ver siempre posibilidades donde otros ven dificultades.

Anímate a un nuevo comienzo y determina que, para tu vida, ¡las cosas viejas
pasaron y todas son nuevas!
Y por encima de todas las cosas, ¡no vivas la vida de nadie! Tienes el derecho dado
por Dios de ser libre. Fuiste creado para ser dueño de tu propia vida. Para ser el
director de tu propia película. Arriésgate a ser independiente, no te apegues a nadie
ni a nada. El único que dará valor y significado a tu vida serás tú, tus sueños, tus
éxitos y tus metas alcanzadas.
Todo apego y obsesión por algo o por alguien te hace infeliz, convéncete, te hace infeliz. Porque
«pretender» un apego sin infelicidad es algo así como buscar agua que no sea húmeda. Jamás alguien ha
encontrado la fórmula para conservar los objetos de los propios apegos sin lucha, sin preocupación, sin
temor y sin caer, tarde o temprano, derrotado.

Anthony de Mello
[*]

* Anthony de Mello: Una llamada al amor, Santander, Sal Terrea, 1991, pág. 28.
Si los sueños que has tenido en el pasado se han derrumbado, construye sueños
nuevos. Lucha por ellos. ¡Eres un triunfador!
Quiebra el círculo vicioso del «no tengo...». Cuentas con infinitos recursos –
inteligencia, alegría, economía, creatividad– y un potencial interior que, desarrollado60

al máximo, te puede llevar a realizar las cosas más maravillosas que jamás te hayas
imaginado. Tienes en tu interior la sabiduría necesaria para resolver cualquier
dificultad. Renuncia para siempre al «no puedo». Puedes lograr absolutamente todo
lo que te propongas porque posees todas las capacidades, las habilidades y la fuerza
interior suficiente para alcanzar tus sueños. Tu potencial no tiene límites. El único
que puede limitarte eres tú mismo, y todo límite comienza en tu mente. Ponerte en
movimiento depende de ti y de nadie más. ¡Atrévete a ser libre! No te arrepentirás.
¡Ser libre sí que vale la pena!
La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no
pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se
puede y debe aventurar la vida.

Don Quijote de la Mancha61

5
EL ENOJO TÓXICO

El que domina su cólera domina su peor enemigo.
CONFUCIO


Todas nuestras emociones están ahí para ser sentidas. Como parte de ellas,
enfadarse es algo normal y universal. Según el modo en que se utilice, el enojo puede
ser una emoción generadora de energías o una emoción tóxica.
¿Cuándo nos enfadamos? Cuando no se cumplen nuestras expectativas:
básicamente, cuando esperamos una cosa y recibimos otra.
El enojo es una fuerza emocional que, cuando se canaliza de manera ganadora,
nos hace seguir adelante superando obstáculos, y bien puede ser parte de la
resiliencia. Todo dependerá de qué hagamos con esa emoción, de la manera en que
la exteriorizaremos. Esa actitud será la que determine si ese enojo va a ser positivo o
no.62

1. DEL ENOJO A LA VIOLENCIA

Muchas personas suelen confundir enojo con violencia, aunque debemos
diferenciarlos. Como hemos dicho, el enojo es una emoción normal, saludable y
natural en todo ser humano, mientras que la violencia es una conducta tóxica y
patológica. La violencia es una forma tóxica de expresar el enojo.

El enojo es energía y, si sabemos utilizarlo,
será útil para resolver situaciones difíciles.

Imaginemos que queremos lograr algo: por ejemplo, ir a un determinado lugar a
una determinada hora. De golpe, ¡plum!, ¡alguien ha destrozado el maletero del
coche que acabas de sacar del concesionario! De la rabia, ¡no sabes a quién pegarle
primero! Seguramente, tu primera reacción no tiene estos filtros: «Pobre mujer, sin
duda, no le han respondido los frenos. Quizá ha chocado conmigo porque estaba
muy preocupada por algún asunto importante...» Rara vez pensamos así, por no
decir nunca.
La primera reacción es la de enfadarte, lo que llamamos en psicología
«frustración», y la violencia es la respuesta más comúnmente utilizada en estos casos.
Sin embargo, sea cual fuere la situación en la que nos encontremos, no dejemos que
el enojo se transforme en violencia, porque hay otros recursos que podemos ir
incorporando para no llegar al punto de «explotar».63

2. MITOS ACERCA DE NUESTROS ESTADOS DE ÁNIMO

A lo largo de nuestra vida, incorporamos falsas ideas acerca del enojo, y uno de
los conceptos que se nos han enseñado es que existen dos modelos de ira: uno es el
nivel encendido y el otro es el nivel apagado, pero no tenemos un término medio.
Quienes adoptaron este mito solo poseen estas dos formas de reaccionar y no hay
grises para ellos: explotan o se guardan toda la rabia.
Hoy en día se ha comprobado que existen diferentes niveles de ira. Para
ejemplificarlo, podríamos decir que, cuando nos enfadamos, hay luces de alerta: luz
amarilla, luz roja o luz negra. Cada color indica cuándo el enojo va en aumento, y la
luz negra significa la explosión.
Si deseamos que nuestro enojo no sea una emoción tóxica, lo más sano sería, en
primer lugar, comprender que todos tenemos permiso para enfadarnos y, en
segundo lugar, conocer los diferentes recursos internos con los que contamos para
evitar que el enojo tóxico nos domine. Por ejemplo, saber que todos tenemos
dominio de nosotros mismos, que no es ni más ni menos que autoridad sobre
nosotros mismos y sobre nuestras reacciones.
¿Cuántas veces has dicho «la verdad es que se me fue la mano, no era para tanto»?
¿Cuántas veces te has arrepentido de palabras que nunca debiste haber
pronunciado?
¿Cuántas veces has descargado tu enojo hacia la persona equivocada...?
Muchas, seguro. Por eso creo que es muy bueno que, antes de seguir leyendo, te
detengas en lo que se detalla a continuación.
Según un cuento popular, existen cuatro cosas en la vida que no se recuperan:
1. Una piedra después de haber sido lanzada
2. Una palabra después de haber sido proferida
3. Una oportunidad después de haberse perdido
4. El tiempo después de haber pasado

La violencia es una conducta anormal y su objetivo es lastimar al otro. Hay varios
motivos por los que una persona transforma su enojo en ira y violencia.

Debemos tener en cuenta que:

• Cuanta más frustración hay en la persona, mayor agresión habrá
Entendemos por frustración un impedimento, un obstáculo que se nos pone
delante del camino para alcanzar una meta. Cuando la persona vive el obstáculo
como algo frustrante, como un impedimento, inmediatamente reacciona con
agresión. Hay personas con muy baja tolerancia a los «no» y cualquier escollo64

que se les anteponga hará que estallen con furia.

• Por una creencia errónea, «la violencia es normal»
Cada vez que una persona se ve expuesta a la violencia, se produce un reflejo
psicológico llamado «desensibilización»: cuanta más violencia veo, más normal se
vuelve para mí. Estos parámetros de aparente normalidad hacen que la persona
funcione agresivamente o violentamente como si estas formas de relacionarnos
fuesen normales. De repente, actos como gritar, romper e insultar se
transforman en algo cotidiano y común. Pensemos, por ejemplo, en la cantidad
de imágenes violentas que vemos por televisión diariamente. Llega un momento
en el que, tras ver tantos secuestros, muertes, droga, robo y violencia, se
produce una gran insensibilidad. Es cuando estos hechos pasan a aceptarse
como algo normal y natural.

• Por un determinado tipo de personalidad
La violencia se activa en personas «Tipo A». En psicología, la persona Tipo A
tiene tres características. En primer lugar, se trata de personas competitivas:
todo es motivo de comparación y competencia. En segundo lugar, son quienes
trabajan contra reloj: poseen un estado de presión permanente o de estrés que
no se detiene. En tercer lugar, su rasgo más característico es la intolerancia. Son
personas de poca tolerancia, explosivas, que inmediatamente se van de la boca o
de las manos. Estas tres características generan personas más violentas y más
agresivas.

La línea entre el enojo y la violencia es delgada. Sin embargo, las consecuencias de
un simple enojo o de un ataque de violencia son totalmente diferentes. Canalizar
correctamente nuestras energías es de vital importancia. Por ejemplo, si caminas
pensando en alternativas, preguntándote cómo resolver este problema, podrás
focalizar tu enojo de manera positiva. Por el contrario, si tu enojo se concentra en el
obstáculo que te frustra, seguramente no puedas llegar a encontrar ninguna solución.
¿Cuántos noes has recibido de la vida y de las personas a las que amas? ¿Cuántos
noes te dijeron aquellos en los que más confiabas?
Seguramente muchos. Sin embargo, la buena noticia es que no importa cuántos no
recibiste en tu vida, sino que lo que importa es que hoy te mires a ti mismo y
determines lo que has de vivir de ahora en adelante.
¿Te ha pasado alguna vez?

Tenías prisa, llegabas tarde al trabajo y, cuando has corrido para coger el autobús,
el conductor no te para... O has llegado a la estación de metro, estás haciendo cola65

como un buen ciudadano, esperando que te toque el turno y una persona se pone
delante de ti sin pedirte permiso. Bajas del metro, y te empujan fuertemente sin pedirte
disculpas. Y no solo eso, sino que pasa un coche a gran velocidad y te salpica y
mancha la ropa... y así es como muchas veces comenzamos nuestro día. Nuevamente,
surge la pregunta. ¿Es normal enfadarse? Y nuevamente, la respuesta: ¡sí! Frente a
estas situaciones, lo que no es sano es permanecer malhumorado todo el día por los
incidentes de la mañana. Por eso, cuando nos enfadamos debemos tener en cuenta qué
«nos conviene» antes de optar por lo que «tengo o no tengo ganas de hacer».66

3. ME HE ENFADADO, ¿Y AHORA QUÉ HAGO?

Lo peor que podemos hacer con el enojo tóxico es ponerlo bajo nuestro control,
porque no le gusta ser dominado. Sin embargo, nosotros, que conocemos las
consecuencias, debemos ponerle un límite. Por eso, tenemos que elegir las reacciones
que tendremos antes que el enojo lo haga por nosotros.

Primero: elegir nuestro estilo

La cuestión es qué hacemos con el enojo. Dentro de las opciones existentes,
podemos hacer cuatro cosas:

1. Optar por el estilo pasivo: Se trata de aquel de quien guarda el enojo y no se da
cuenta de que lo está reprimiendo. Muchas personas suelen encapsular el enojo
en su cuerpo y luego generan graves enfermedades. Estas personas suelen tener
el síndrome del mosquito muerto. No registraron que estaban enfadados. La
gran mayoría de la gente con depresión padece este síndrome.

2. Reaccionar de modo pasivo-agresivo: En este caso, la persona reprimirá su ira
para luego expresarla afiladamente o con tono sarcástico. Cuando se contiene el
enojo, comienzan a producirse una serie de reacciones altamente tóxicas. Aquí
aparece el síndrome de la bomba de tiempo, es decir, el que guarda la ira y es
consciente de ello. O el síndrome del veneno gota a gota, es decir, el que traga la
ira y la saca poco a poco. En cuanto tiene ocasión, suelta indirectas o «pataditas»
como forma de expresar su disconformidad.

3. Tomar el camino del explosivo: Frente a cualquier frustración, la persona
romperá, pegará y herirá hasta desahogarse. Su nivel de tolerancia es muy bajo
y no puede aceptar un «no» como respuesta a sus requerimientos. Se trata de
una personalidad rígida.

4. Escoger el estilo ganador: Es el tipo de persona que sabe expresar verbalmente el
enojo y lo utiliza como una fuerza de superación. El problema no está en
enfadarse, sino en guardar o reprimir el enojo. El estilo ganador es el que sabe
decir lo que siente en tiempo y forma. Lo hace con tiempo, es decir que se da el
tiempo para entender lo que le sucede y por qué se siente de esa manera. Luego
busca la manera de expresárselo a la persona correcta de un modo que no sea
agresivo.
67

Segundo: elegir nuestra estrategia

Cuando estamos enfadados, nos olvidamos de usar la sabiduría, que no es ni más
ni menos que usar el sentido común. Sin embargo, es preciso:

1. Interrogar el enojo: En ese instante que no te soportas ni a ti mismo pregúntate
por qué estás enfadado y si vale la pena que te enfades por ese motivo.
Muchas veces, en realidad se trata de un pseudomotivo, porque lo que nos
molesta es otra cosa. En ocasiones, lo que nos molesta no es tan relevante y
podríamos dejarlo pasar. Pero si lo que nos enoja es relevante y real, entonces
pasemos al siguiente paso.

2. Dejar salir el enojo: Debemos dejar salir el enojo y la ira: si no los tratas a
tiempo y reviertes la situación, en algún momento se exteriorizarán bajo el
disfraz de un dolor de cabeza o de estómago o de huesos.
El enojo no es un sentimiento del cual tengas que avergonzarte, si sabes
controlarlo. Este sentimiento está íntimamente ligado a lo que piensas que te
mereces y no te dieron, o a que no te reconocieron y te ofendieron.

3. Expresarlo en palabras: No debemos guardarnos el enojo, sino que debemos
hablar de lo que nos molesta y hacerlo de manera constructiva. ¡Este es un
punto clave! Ejemplos de ello pueden ser los siguientes: «Necesito que hagas
menos ruido», «Necesito que me trates bien». Nunca empieces una conversación
hablando del otro, nunca acuses, pregunta. Hay que saber pedir. Cuando inicias
una conversación diciendo «tú hiciste esto o aquello», estás cerrando el diálogo
que se podía haber generado. Puedes elegir cómo vas a reaccionar: ocultando tu
enojo o eligiendo las palabras que mejor te lleven a solucionar el conflicto que lo
generó. Comenzar a atender tus propias señales y alarmas hará que aprendas a
cuidarte y sepas qué es lo mejor para ti. Expresar el enojo produce buenos
sentimientos, eleva tu autoestima y la sensación de estar en paz con los demás,
pero especialmente contigo mismo.
No adivines lo que le pasa al otro, mejor pregúntale.
Evaluamos lo que el otro siente y cargamos con culpas ajenas. Es indispensable
aprender a relacionarnos con el otro y establecer los límites en el trato para
llegar a relaciones exitosas. El problema siempre es interno, no externo.
Necesitamos resolverlo desde dentro, en lugar de esperar que el otro cambie.

4. Elegir el momento y el lugar: Si hay alguien enojado, es mejor salir de ese sitio.
Cuando veas a una persona enfadada, no le digas que se calme, porque su68

reacción será siempre ponerse peor. Cuando veas a alguien enfadado, dile que
prefieres irte porque te estás empezando a enojar y no quieres hablar así. Pon
«cara de nada» y sal de la situación. La ira es contagiosa. El enojo también.
5. Buscar más información: Muchas veces nos enfadamos por nuestros prejuicios o
porque nos apresuramos a juzgar a alguien. Dice la Biblia que quienes son sabios
tardan en dar rienda suelta al enojo. No te precipites en tus interpretaciones.

6. Hacer que nuestro cuerpo también deje de pelear: Hay personas que han dejado
de pelear mentalmente, pero siguen peleando en su cuerpo. Si salimos de una
situación estresante, es importante desconectar en todo sentido y generar la
descarga de energía necesaria caminando o realizando alguna actividad que nos
disperse.

Reconoce tu enojo, pero no vivas con él.
Suéltalo de forma sana.

Sostener emociones violentas nos agota y nos consume. Tal vez, quien te ha
originado ese dolor no sabe lo que te ha ocasionado y vive sin ningún problema.
Sin embargo, no afrontarlo te hace sentir que no puedes hacerte cargo del
conflicto. Por ello, te corresponde a ti enfrentarte a esas emociones. No es el
otro quien debe hacerlo, sino tú.

Tercero: elegir nuestro legado

¿De qué nos alimentamos? Seamos selectivos con lo que recibimos a diario y con lo
que incorporamos a nuestra vida interior como hábitos y formas de funcionar, ya
que eso será lo que les transmitamos a nuestros hijos.
Tal vez te preguntes qué es lo natural en el ser humano. ¿Se nace con la pulsión
violenta y se enseña la no violencia? ¿O es al revés y como adultos educamos y
transmitimos también conductas y razonamientos violentos?
¿Qué conductas ejemplares y cotidianas estamos transmitiendo? ¿Agredimos y nos
indignamos porque los demás agreden...?
Desde el instante en que nacemos, comenzamos a relacionarnos con los demás y
con el mundo que nos rodea. Somos seres sociales y, como tales, necesitamos
aprender a funcionar. Y los primeros que estarán a cargo de nuestra educación serán
nuestros padres...
Como padres, enseñamos a nuestros hijos modelos de resolución de conflictos
sin tener presente que lo que hacemos es lo que, finalmente, ellos imitarán.
Como adultos, necesitamos poder transmitirles a nuestros hijos el concepto del69

bien y del mal, y una manera concreta de «moral». Se trata de aclararles que hay
cosas que sí o sí son malas y siempre lo serán: golpear, mentir, robar, lastimar,
insultar...

1. Salir de la ética situacional: Lo malo siempre será malo. Si tu hijo ha traído del
colegio algo que no le pertenece, lo mejor es decirle que tiene que devolverlo al
día siguiente, ya que, seguramente, alguien lo estará buscando. Sin embargo, hoy
muchos confunden quedarse con las cosas que no les pertenecen como un hecho
de menor importancia y dicen: «Es un cochecito, dejémoselo; si no, va a llorar...»
Y esta conducta es errónea. Debemos salirnos del concepto de «ética
situacional» que dice que lo bueno «depende del contexto». No se puede mentir
si el otro te ha mentido; no se puede pegar si el otro te ha gritado; no podemos
quedarnos con lo que no es nuestro si a nosotros también nos lo han quitado,
etcétera. Lo malo siempre será malo.
2. Ser responsables: La responsabilidad consiste en tratar de hacernos cargo de las
consecuencias de nuestros propios actos. Durante años se les enseñaba a los
hijos a «sentir culpa por todo», pero la culpa no sirve, lo que sirve es hacerse
cargo. Ellos necesitan saber que cada decisión tiene consecuencias y que las
consecuencias son el resultado de nuestras decisiones.
Como padres, necesitamos enseñarles a descubrir que nadie «me provoca» o
«me hace sentir así», sino que yo tengo «el control remoto» de mi mundo
emocional.
El grado de compromiso que nuestros hijos requieren con respecto a sus
conductas es sumamente importante en el desarrollo de su inteligencia
emocional. Vale la pena que invirtamos en ellos, ya que lo aprendido en casa
crecerá con ellos y será llevado a todos los otros ámbitos en los cuales comiencen
a relacionarse.
Si hay rectitud en el corazón, habrá belleza en el carácter. Si hay belleza en el carácter, habrá armonía en
el hogar. Si hay armonía en el hogar, habrá orden en la Nación. Si hay orden en la Nación, habrá paz en
el mundo.

Confucio
No hay nada mejor que invertir nuestra vida en sueños y metas. No hay nada
mejor que darse cuenta de que no has perdido el tiempo, sino que has invertido ese
tiempo en sueños grandes y que los has cumplido.

En la mente y en el alma del que está en paz
consigo mismo no hay tiempo para la violencia.70

4. RECURSOS PARA RESOLVER PROBLEMAS Y CONFLICTOS

Aldous Huxley escribió lo siguiente: «Los hechos no dejan de existir por el simple
hecho de ignorarlos.» Y así es, existen maneras positivas y negativas de expresar el
enojo. Como personas civilizadas que somos, nos urge aprender a hacerlo
positivamente, sin herirnos ni a nosotros mismos ni al que se encuentra cerca de
nosotros.
Las emociones contenidas son las que determinan que la persona siga enfadada y
continúen despertando en ella emociones tóxicas que atentan contra su salud
emocional.
Si vivimos con enojo, terminaremos perjudicándonos a nosotros mismos y
aislándonos del mundo que nos rodea. A nadie le gusta estar con personas que viven
enfadadas, con broncas, llenas de ira y que lo único que hacen es hablar y tratar mal
a todo el mundo.

La vida tiene su propio afán; por eso, tratemos
por todos los medios posibles de hacernos
y hacerle al otro la vida más fácil.

Pon, entonces, en práctica algunas de las siguientes sugerencias:

• Remueve ideas viejas
Si no lo haces, no podrás recibir ideas nuevas. El problema de muchos es que
tenemos ideas viejas y cuanto más tiempo están en nuestra cabeza, más tiempo
creeremos que son verdaderas, aunque sea una tontería. Necesitamos remover,
rascar y sacar toda idea equivocada, hablarla con quien es necesario hablar para
crear pensamientos sanos y correctos tanto en nuestra mente como en nuestra
alma.

• No niegues los problemas
Es preciso reconocer que el problema existe, pero que no es nuestro lugar de
permanencia.

• Piensa que quizá no sea personal
Cuando alguien tenga un problema contigo, no lo tomes inmediatamente como
algo personal. Aprendamos a escuchar. Hay poder en el escuchar, porque el que
tiene la información tiene poder. Dice Salomón: «Escuchará el sabio y
aumentará el saber; el necio responde antes de escuchar.» Escuchar significa no
interrumpir, no anteponer siempre mi postura. Motiva al otro a hablar, a71

expresar de la mejor forma posible su enojo. Saber escuchar es un elemento
poderosísimo y las personas hoy más que nunca necesitan ser escuchadas.
Más vale dominarse a sí mismo que conquistar ciudades.

Salomón
• Felicita todo lo posible
Es difícil pelearse con alguien que nos ayuda y nos quiere. La dádiva es lo que
siembras. Siembra felicitación, una palabra de admiración. «¡Cómo te has
esforzado!» «¡Qué bueno lo que has hecho!» «¡Qué bueno lo que has logrado!»
Sembrar palabras de aliento, de afecto, de consideración, abre caminos en
medio de los conflictos.
La dádiva del hombre ensancha el camino.

Salomón
• Sal del automaltrato
Resolvamos la violencia que los demás ejercen sobre nosotros sin dejar de
resolver la violencia que muchas veces proviene de nosotros mismos. Existe
también una violencia interna que muchas veces ejercemos contra nosotros
mismos, emociones que aprisionamos, iras y enojos que no nos permitimos
expresar ni verbalizar para no caer mal a los demás. Tal vez eres violento contigo
mismo por no permitirte expresar lo que te pasa ante aquellos a los que más
quieres. Quizás elegiste tolerar la ira, la angustia, la soledad para no discutir...
Este es el camino más corto, pero no el que te proporcionará la energía que
necesitas para cambiar y modificar tu vida. Nadie, excepto tú, sabe lo secreto de
tus pensamientos y de tus emociones. El otro desconoce los procesos de cambio
por los que estás pasando. Tomar el camino más largo, a veces, implica más
cansancio y requiere de mayor perseverancia, pero seguramente es el que te
conducirá al éxito.

La meta es aprender a expresar el enojo.

• Sé consciente de que dependiendo de cómo veas tu futuro será tu presente
Si en un determinado momento de tu vida te rechazan, habrá otros que estarán
esperando una palabra tuya. Si alguien te ha rechazado, estás cerca de hallarte
en el lugar donde te acepten tal y como eres y te ayuden a mejorar.
Si te han echado de un lugar, que no te importe; ve a otro. La gente agrede para72

que seas como ellos, pero nadie puede avanzar hacia el futuro mirando hacia
atrás. No permitas que los otros determinen tu forma de actuar. Tal vez, ese que
una vez te rechazó, con el tiempo, te necesite.

El enojo enfocado a la gente es tensión; pero
el enojo enfocado en la solución es expansión.

• Vuelca todos tus enojos en las soluciones, porque estás hecho para cosas
grandes
Permítete caminar en libertad, para hablar, para aceptar y para rechazar lo que
no quieres en tu vida. Todas las soluciones a nuestros problemas están en
nuestros pensamientos positivos. Esto significa hablar positivamente de nosotros
mismos, motivarnos positivamente y pensar positivamente.

A medida que Dios iba creando el mundo decía: «Es bueno.» ¿Por qué decía eso?
Porque estaba aprobando lo que creaba y, con la frase «es bueno», daba fuerza y
firmeza a su creación. Pero cuando Dios creó al varón y a la mujer, no dijo eso, sino
que dijo: «Esto es muy bueno», con lo cual nos estaba diciendo: «Vosotros sois lo
máximo, vosotros lo mejor.» Nos estaba reconociendo como la perfección de su
creación. Y así es, somos muy buenos. Tenemos genes, herencia y potencial para
alcanzar todo lo que nos propongamos. Alimentémonos de todo lo que nos estimule,
nos beneficie, nos fortalezca y nos ayude a seguir creciendo y a ser mejores personas.

Cuenta una leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto. En un
determinado punto del viaje discutieron y uno le dio una bofetada al otro.
El otro, ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena: «Hoy, mi mejor amigo
me ha pegado una bofetada en el rostro.»
Siguieron adelante y llegaron a un oasis, donde decidieron bañarse. El que había
sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse y su amigo lo salvó. Al recuperarse
tomó un estilete y escribió en una piedra: «Hoy, mi mejor amigo me ha salvado la
vida.»
Intrigado, el amigo preguntó:
—¿Por qué, después de hacerte daño, has escrito en la arena, y ahora escribes en
una piedra?
Sonriendo, el otro amigo respondió:
—Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena, donde el
viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo; pero cuando nos
pasa algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón,
donde viento ninguno en todo el mundo podrá borrarlo.73

6
LA ENVIDIA TÓXICA

Quien cede el paso ensancha el camino.


La envidia es una emoción que intoxica nuestras relaciones interpersonales,
nuestra forma de conectar con quienes nos rodean. Sufrimos nosotros y quienes nos
rodean. El envidioso tiene una gran dificultad para celebrar los éxitos de los demás,
ya que realiza una comparación inmediata en la que siempre sale perdiendo.
Es muy difícil ocultar lo que sientes cuando la ves pasar con ese vestido nuevo o lo
ves entrar con ese coche o ves a esa familia feliz cuando tú estás en medio de un
divorcio... ¡Se te cambia la cara!

El pavo real, con la cola desplegada, erguido en un delicioso cuadro de prados
verdes, de aguas relucientes y de arbustos, parecía esparcir a su alrededor, bajo los
rayos del sol, una lluvia de pedrerías, un rocío de esmeraldas, de zafiros y de oro. Le
rodeaba un espeso círculo de admiradores extasiados, y él gozaba de veras. Pero se le
ocurrió a uno de los que allí estaba decir en voz alta que también era muy bonito el
faisán dorado. Por cierto, no le quitaba al pavo real nada de su mérito y, sin embargo,
se quedó este muy triste, casi como si le hubieran llamado feo. Muchos pavos, que no
siempre son reales, piensan que el mérito ajeno rebaja el de ellos.
[*]
* Godofredo Daireaux: «El pavo real y sus admiradores», fábula extraída de
es.wikisource.org/wiki/El_pavo_real_y_sus_admiradores.74

1. CUIDADO CON LA ENVIDIA

Todos tenemos metas y sueños, y podemos optar por admirar o envidiar a las
personas que los han logrado. La envidia es la reacción tóxica de esa admiración. La
envidia te hace desear lo que el otro tiene y, en consecuencia, buscar destruir a esa
persona. Se puede envidiar un cuerpo bonito, el dinero que se gane o un trabajo
espectacular, la casa, la familia, la salud... ¿Existe algo realmente efectivo contra la
envidia tóxica?

¿Qué siento cuando veo a alguien que ha logrado algo?

• Veo que mi amiga ya se ha casado y no puedo evitar sentirme así... ¡Cómo me
gustaría que el marido la dejase, así volvería a estar sola como yo!
• Veo que a él lo han ascendido y me da rabia... ¡Cómo me gustaría que le fuera
mal, así verían lo que se pierden!
¿Envidioso yo?

Envidiar es querer lo que tiene otra persona, es sentir dolor y rabia porque el otro
ha logrado lo que tú aún no has alcanzado. La envidia es algo tan destructivo que
una persona se puede morir de envidia y nadie se da cuenta porque la procesión va
por dentro.
Estoy seguro de que alguna vez has sentido que te envidiaban. Te invito a
descubrir si alguna vez has sentido tú envidia realizando el siguiente test. Contesta SÍ
o NO, y suma los SÍ:75

Si has sumado más de cuatro SÍ, te está afectando la envidia y lo mejor es
reconocerlo.

La persona envidiosa vive amargada
porque no tolera que al otro le vaya bien.

Cierta vez, un rey quería saber qué era peor: si ser tacaño o envidioso. Entonces
buscó al envidioso más grande y al tacaño más grande del reino y les dijo:76

—Quiero regalarles algo. Pídanme lo que quieran, que al otro le voy a dar el doble.
Entonces el avaro preguntó:
—Majestad, ¿todo lo que os pida me lo vais a dar?
—Sí.
—¿Si os pido dos casas me las vais a dar?
—Sí, y al otro le daré el doble.
Entonces el envidioso le dijo al avaro:
—Elija usted primero.
—Faltaba más —le dijo el avaro—. ¿Para qué están los amigos?
Hasta que al final, el envidioso dijo:
—Voy a pedir primero. Quiero que me saquéis un ojo —le dijo al rey (para que al
otro le sacaran los dos).

El envidioso prefiere sufrir para que el otro sufra más,
en lugar de vivir bien y que el otro viva bien.

Son amargados, viven compitiendo, comparándose. Se comparan con todos. Si
alguien les dice: «Mira, he perdido cinco kilos», entonces agregan: «Y yo he
engordado cuarenta.» Cuando alguien declara: «Mira, he encontrado novio», el
envidioso le cuenta: «A mí me ha dejado el mío.» Frente a una noticia como: «He
conseguido trabajo», el envidioso puede acotar: «Y yo lo he perdido.» Cuando
alguien cuenta: «Me casé», el envidioso puede completar: «Y yo me acabo de
separar.» Viven compitiendo: «A ella la han ascendido y a mí no.»

Como una niña que vuelve del colegio llorando:
—Mamá, dicen que soy envidiosa, no aguanto más.
—Deja —le dice la madre—. Voy a ir al colegio a hablar con todos esos desgraciados
y se van a ir al infierno.
—No, mamá, porque se van a ir ellos y yo no.

La envidia nace de la sensación, de la creencia de que nunca voy a tener lo que el
otro tiene. Por ejemplo, si estuvieras segura de que perderías veinte kilos,
¿envidiarías al que los perdió?

Cuando sepas que puedes tener tu casa, tu salud,
tu familia y caminar seguro de tus capacidades,
nunca nadie más te despertará envidia.
77

2. EL ENVIDIOSO TIENE «LA LENGUA AFILADA»

El envidioso lleva «la procesión por dentro». Se trata de personas que han
reprimido iras, las tienen guardadas y te querrán acribillar con diferentes estilos de
lenguas afiladas. Nunca logran nada, porque usan el poder de las palabras para
intentar destruir lo que envidian.

Si conecto mis palabras con mis emociones tóxicas,
entonces mis palabras no van a construir.

Distintos tipos de lengua afilada

1. El sádico-sarcástico
Son esas personas que con humor y con sonrisitas sarcásticas te tiran una bomba:
«Gracias, pero me podrías haber preguntado cuál era mi flor favorita antes de
traerme una.» En realidad, envidia que no se le haya ocurrido hacer un regalo y
a ti sí. El sádico-sarcástico te tira una bomba tranquilo, con una sonrisa, porque
te tiene que humillar, aniquilar con las palabras.

2. El bala directa
Son las personas que te apuntan y disparan la bala en medio de los ojos. Dicen:
«¿Qué te ha pasado?, estás hecha polvo, ¡cuánto has engordado!» Ya que no
pueden disfrutar de su cuerpo, se fijan en el de los demás. Son personas que te
disparan la bala directa porque te quieren hacer sentir mal, culpable, para que,
por lo menos, no disfrutes de lo que tienes.

3. El taladro quejica, la ametralladora
Son las personas que te sueltan una palabra negativa detrás de otra. Si les dices
que has encontrado trabajo, te responden que lo vas a perder con la crisis
mundial. Si les cuentas que tienes marido, te dicen que seguro que es un
misógino. Cuando anuncias que tienes pareja, te auguran que sin duda te va a
ser infiel. Si cuentas que has conseguido un buen médico, te responden que
seguro que te va a hacer mala praxis. Son personas que sueltan una detrás de la
otra. Se trata de gente quejica, a la que no hay nada que le vaya bien. ¿Qué le
ocurre a esa gente? Tiene ira reprimida, por eso no logra nada.

4. El monótono dulce asesino
Es el que te descuartiza despacito: «Mira, quiero decirte algo que me ha
molestado mucho.» Te va descuartizando, te habla lentamente. Tú le pides:78

«Venga, rápido, que a las ocho empieza la fiesta.» Y te dice: «Me estoy
vistiendo.» Y lo hace despacio para que llegues tarde.

5. El entrometido
Vive husmeando y metiéndose en la vida de todo el mundo. Tienes que cuidarte
de la gente que se mete siempre para ayudar. Cuanto más habla una persona de
los demás, más quiere hablar de sí misma. Cuanto menos quiere hablar de sí
misma una persona, más esconde.
El entrometido oculta cosas y no quiere hablar de sí mismo, siempre se mete en
la vida de los demás. Cuanto más se mete una persona en la vida de los demás,
menos cosas va a lograr.

6. El «yo no»
Cuando una persona te dice «yo no», es porque quiere decir «yo sí». Por
ejemplo, «yo no me quiero meter, pero te digo algo». Sí, se quiere meter, si no,
¿para qué lo niega? O «yo no tengo nada en contra de ti, lo quiero aclarar». Es
decir, «estoy en contra de ti. No lo digo para criticarte, lo de la ropa». O sea, te
lo dice para criticarte. «Espero que no te ofendas por lo que te voy a decir.» Es
decir, le gustaría que te ofendieras. «Espero que no te moleste lo que pienso.» O
sea, quiere que te moleste. «En mi humilde opinión» quiere decir «mi
experiencia es muy grande y nadie la supera». Cuando una persona te niega
algo es porque lo está afirmando. Se trata de alguien que tiene ira reprimida.
El que comete un mal y teme que se sepa posee todavía una semilla de bondad dentro de su maldad; pero
el que hace un bien y está ansioso de que se enteren tiene todavía una raíz de mal en su bondad.

Proverbio chino
7. El «yo-yo»
«Mi perro es más grande que el tuyo.» Es el ególatra, el narcisista. Todo tiene
que estar, centrarse y girar alrededor de esa persona. Es el seductor. «Hola,
cariño, hola, guapa, ¿cómo estás? Preciosa, dulce, mi amor.» ¿Qué son los
seductores? A menos que el hombre le guste a la mujer y la mujer al hombre,
quitando eso que está bien, el seductor tiene una agenda secreta y necesita
seducir para usar al otro, sacarle lo que necesita y descartarlo. Por eso hay que
tener cuidado con ellos, porque son mentirosos, son esas personas que dicen:
«Sinceramente te lo digo, te estoy hablando de todo corazón y te lo juro por mis
hijos.» Te están engañando.

8. El silenciador79

Es la persona que no está ni contigo ni contra ti. Te está observando y espera que
te pase algo malo y, cuando te pase algo malo, te dirá: «¿Ves?, te lo dije» No te
dice nada cuando estás bien, pero está esperando que te pase algo malo. Hay
gente pendiente de ti, no está ni a tu favor ni en tu contra, pero está esperando
que te pase algo malo. Por eso las crisis son buenas para que sepas quién está
contigo y quién no está contigo. Porque las crisis son la mano que te permite
separar a la gente que te va a acompañar en momentos difíciles de la gente
agresiva que estaba contigo, ni en contra ni a favor, pero te estaba mirando y
esperando para luego decirte algo porque te tiene manía.80

3. TÉCNICAS Y ESTRATEGIAS SENCILLAS PARA DEJAR ATRÁS LA
ENVIDIA

Tengo que confiar en mí mismo,
tengo la capacidad de salir de cualquier situación.

• Tendré fe en mí mismo
Debes aprender a confiar en ti, porque tienes la capacidad para resolver
cualquier problema y llegar a cumplir tus sueños. Cuando una persona confía en
sí misma, se ama y se respeta. Eso no es egoísmo, no es narcisismo, no es
pedantería. Es respetarnos, es saber que somos valiosos.

• ¡Tengo que aprender a no meterme en la vida de nadie, a dejar de mirar a los
demás!
Tienes que aprender a mirarte a ti. No juzgues a nadie, no te metas en la vida de
nadie, porque mientras sigas echando la culpa a tu marido, al acreedor, a tus
hijos, no vas a ver las soluciones. Por eso los quejicas no resuelven nada, porque
siempre están mirando y hablando de los demás, en lugar de mirarse a sí
mismos.

• Voy a descubrir y explotar mi singularidad
Nadie puede competir con tu singularidad. Tú no tienes que ser diferente de los
demás, sino que tienes que ser único, porque tienes que ser quien eres tú. Ni
mejor ni peor que tus padres, distinto. Cuando una persona quiere ser distinta
de otra persona, se está comparando, pero cuando una persona dice: «No
quiero ser distinto, no quiero ser diferente, quiero ser quien soy», esa es su
singularidad.

• No hablaré mal de mi competencia
No estés pendiente de lo que hace el otro, descubre tu singularidad, lo propio,
lo característico, lo que te hace único. Explótalo y desarróllalo, porque eso será
lo que atraiga a la gente.

• Expandiré mi arsenal de recursos
Tienes que ampliar tus propios recursos. La vida te pondrá en situaciones
distintas para que puedas actuar de maneras nuevas.

• Diseñaré mi propia estrategia81

Necesitas toda la energía para planificar el día, la hora, los detalles, las formas
exactas de cómo alcanzar tu sueño. Y tienes que visualizar con exactitud cómo
vas a alcanzar tus sueños.

¿De qué te sirve tener un sueño si no sabes
cómo alcanzarlo?

He aquí algunos consejos prácticos que tener en cuenta:

• Nunca compitas con nadie, solamente contigo mismo. No tienes que mejorar lo
que otro consiguió, sino superar tus logros. No tienes que ganar el sueldo que
gana otro, sino más de lo que ganas ahora. No tienes que tener el cuerpo de la
modelo de turno, baja tu propio sobrepeso.
• No te compares con nadie ni permitas que otros lo hagan. No compitas. Supérate
a ti mismo. Si lograste tres, ahora quieres cuatro; si alcanzaste siete, trata de
conseguir nueve; si alcanzaste veinte, intenta llegar a veinticinco... Supérate a ti
mismo.
• Cuando uno siente envidia, invierte la energía en lo que el otro tiene. «¿Cómo
que ha encontrado novio? ¿No está casado ni es raro? ¿Y está soltero? ¿Cómo no
lo vi?» Con actitudes como estas, claramente estás poniendo la energía en el
otro, en lugar de buscar tú también esas oportunidades.
• El envidioso se obceca en alguien, ya sea desde la envidia o la crítica. La persona
que te odia te envidia. Por eso critica y deposita toda su energía en el odio en
lugar de construir su propia vida. No mires a nadie ni te distraigas, crece todo lo
que puedas.
• Es mejor admirar que envidiar. La palabra «envidiar» viene del latín y quiere
decir «yo veo». «Admirar» viene del latín, «yo miro a». Las dos palabras están
relacionadas con la vista, pero la diferencia es que la envidia provoca rabia y la
admiración motiva.
• Aprende de los que ya han logrado lo que tú deseas. Admira sin temor, reconoce
y felicita a quienes ya han llegado, porque, si ellos lo han conseguido, significa
que tú también puedes hacerlo. Busca los consejos de la gente sabia y la
sabiduría vendrá a ti.82

7
LOS MIEDOS TÓXICOS

Hasta el más valiente tiene miedo.


Todos hemos experimentado miedo y es normal. Es una buena señal, positiva, de
protección. Sin embargo, cuando este sentimiento se dirige a un objeto sin
fundamento para que nos produzca miedo, entonces se transforma en irracional,
persistente, te inmoviliza. En ese momento comienza a ser tóxico y es preciso
controlarlo, porque el miedo que no se supera puede durar toda la vida.
El doctor Noberto Levy, médico y psicoterapeuta, define el miedo así: «La angustia
que sentimos ante la percepción de una amenaza, teniendo en cuenta que una
amenaza se convierte en tal cuando no contamos con los recursos necesarios para
resolver el problema. Ejemplo: conducir a 300 kilómetros por hora puede resultar
terrorífico para la mayoría de nosotros, pero no lo es para un corredor de Fórmula
1.»
[*]
* Cita tomada de Margarita Rojas: Cuidar al que cuida, Santillana, 2006, pág. 163.83

1. LAS CUATRO FASES DEL MIEDO

¿Cómo nos atrapa el miedo tóxico?
¿Cómo es su proceso de fascinación?

El miedo funciona como un círculo, dando vueltas en sí mismo. Decimos que se
trata de un círculo porque el miedo se alimenta de sí mismo.
Conocer el círculo del miedo nos proporcionará los recursos necesarios para
afrentarlo de la manera correcta y poder así ayudar a quienes lo padecen.
Por ejemplo, un padre que le grita a su hijo porque tiene miedo de un perro o
temor de quedarse en casa de un compañero de clase o de realizar alguna actividad
que implique un desafío estará incrementando aún más la inseguridad que ese niño
siente dentro de él. Por cierto, este padre necesita saber cómo funciona el círculo del
miedo.
Dejamos de temer aquello que empezamos a conocer.

Madame Curie
Cuando éramos pequeños nuestros padres nos decían:
«ten cuidado», a nadie le decían «arriésgate».

A medida que descubramos el origen de nuestros miedos y trabajemos en ellos,
estaremos listos para superarlos.
Las fases en las que el miedo se retroalimenta son cuatro:

Primera fase: Gran imaginación

Frente a una determinada situación, el circuito del miedo se activa a través de una
gran imaginación, una imaginación exagerada.

Todo empieza cuando
damos rienda suelta a nuestra mente.

Comenzamos a recorrer las fases del miedo cuando nos imaginamos lo peor.
Algunos lo llaman «el síndrome del juicio final». Se produce cuando frente a
cualquier situación pensamos que nos va a pasar lo peor. «¡Va a ocurrir algo
catastrófico!»
Por ejemplo, para una persona que nunca ha hablado en público, con el mero84

hecho de pensar que tiene que hacerlo inmediatamente se activarán en su mente
cientos de frases y voces que harán de este momento una situación traumática.
En su imaginación, se dirá muchas cosas a sí misma. «Se van a reír de mí. Me voy a
quedar sin voz. ¿Y qué pasa si me olvido de lo que tengo que decir? ¿Y si no me sale
nada? ¿Y si la gente se aburre?»
Esto es lo que nos causa el miedo, nos paraliza. Podemos estar frente a una
llovizna y pensar que se aproxima un tornado.

Cuando, frente a una situación, imaginamos
exageradamente lo peor, habremos entrado
en el circuito del miedo.

Segunda fase: Miedo propiamente dicho

La gran imaginación activa el miedo y, en este punto, el miedo ya se ha disparado
y ha empezado a crecer. Es decir, al comienzo decimos «si hablo en público, se me va
a olvidar, ¡qué vergüenza!».
Estos pensamientos recién elaborados ya te han causado miedo, y este miedo
empezará a retroalimentarse nuevamente.
Desde ese lugar, no solo piensas «¡qué vergüenza!», sino también «se van a reír de
mí, se van a burlar, ¡voy a hacer el ridículo! Todo el mundo en el auditorio se va a
reír de mí, ¡y nadie me va a escuchar!».
A estas alturas, el miedo empezará a activar más intensamente la percepción
negativa de la realidad y comenzará a distorsionarla.
Tu cuerpo también va a sentir el miedo, hará que te vuelvas torpe, que tu voz se
aflaute, que los nervios se activen, que te suden la frente y las manos, y el corazón se
te acelere. Y todos estos síntomas que comienzas a sentir, todas estas respuestas
corporales, harán que, efectivamente, se cumpla lo que desde un principio pensaste
que iba a suceder.

Tendemos a no correr riesgos porque tenemos miedo a lo desconocido, pero, en
realidad, el miedo a lo desconocido es miedo a perder lo conocido.

Tercera fase: El miedo te paraliza o te acelera

¿Cómo nos paraliza? Una persona que teme hablar en público, cuando se enfrente
a esta situación, comenzará a imaginar lo peor, le sobrevendrá un fuerte miedo que
crecerá hasta tal punto que bloqueará su cuerpo. Entonces, en el momento que tenga
que dar la charla, lo más probable es que se quede sin voz. El miedo te paraliza.85

¿Cómo nos acelera? El miedo hace que te muevas en la dirección opuesta a la que
te conviene ir. Te lo voy a explicar con el ejemplo del león y su presa. ¿Por qué ruge
el león? El león ruge para generar dos reacciones en la víctima: la paraliza para
después comerla o la hace huir en la dirección opuesta, hacia donde estarán las
leonas esperando para comérsela.

El miedo siempre te hace huir
hacia el lugar equivocado.

Esto nos recuerda que, cuando tenemos miedo, hacemos tonterías. Si no, sigue
leyendo estos ejemplos.
Si tienes miedo a la noche, ¿qué haces? ¡Te cubres con la sábana como si la sábana
fuese blindada!
¿Cuántas veces has mirado debajo de la cama? ¿Para qué? Si hubiera alguien
debajo de la cama, ¿qué harías? No sabes, pero lo compruebas de todos modos.
¿Cuántas veces has ido al armario para ver si había alguien escondido allí? No te
entra la ropa, pero piensas que puede haber una persona ahí adentro.
Son cosas ridículas, ¿no? Sin embargo, en esos momentos, el miedo nos controla...

Cuarta fase: Mi primer recuerdo

Una gran imaginación nos induce miedo, el miedo nos paraliza o nos acelera, y esa
emoción queda grabada en nuestra mente formando lo que llamamos «mi primer
recuerdo».
Cuando te enfrentes a una situación similar, el primer recuerdo que tendrás será
de freno o de aceleración. De ahí el dicho: «Quien de la culebra está mordido de la
sombra se escapa.»
Si tu miedo se originó al cerrar un mal negocio, ante una nueva oportunidad se
activará tu primer recuerdo y tu pensamiento será como lo siguiente: «Sí, pero a mí
me engañaron. A mí me fue mal. Hay que tener cuidado. Hummm, no sé. Esta vez
no me enganchan.»
Si te fue mal con una pareja, probablemente esa mala experiencia será el primer
recuerdo que acuda a tu mente cuando quieras acercarte a alguien del sexo opuesto.
Estos miedos lo único que logran es que pierdas de vista todo lo nuevo, la mejor
gente, el mejor negocio y las mejores oportunidades que están por venir.
El miedo ofusca nuestra mente y nuestro entendimiento, por eso debemos
atacarlo por todos los flancos.

El miedo a perder lo que tenemos se presenta porque abrigamos la ilusión de que86

«tenemos lo que tenemos».

Tú tienes el poder de frenar el círculo tan dañino del miedo. Usa tu imaginación
de manera positiva, para visualizar aquellas cosas que quieres lograr en la vida. Haz
de ella un aliado, y no un enemigo que te convierta en esclavo del miedo. No
alimentes tus miedos con pensamientos que te paralicen. Por el contrario, aliméntate
de pensamientos sanos, positivos, de esperanza, de alegría. Deshazte de todo mal
recuerdo del pasado y decídete a vivir en el presente de tal manera que seas capaz de
crear buenos recuerdos para el futuro.
Así como pienses, serás, y terminarás actuando de esa forma. Y recuerda que nos
convertimos en aquello en que pensamos la mayor parte del tiempo. ¡Somos lo que
pensamos que somos! Elige pensarte como una persona libre de todo temor.87

2. YO TENGO MIEDO A...

Seguramente, de pequeños todos hemos tenido miedo a algo o a alguien en
especial. Con el paso de los años, algunos temores han desaparecido y otros no, o
peor aún, han crecido. Por eso es hora de reconocer nuestros miedos, afrontarlos,
dejarlos atrás y sanar nuestra estima.
¿Miedo a qué o a quién tienes o has tenido?

• a un familiar
• a la pérdida de un ser querido
• a que te ataquen mientras estás en tu casa
• a viajar en avión
• a perder el trabajo
• a que tu pareja te deje
• a no ser querido
• a la muerte
• a sufrir
• a la vejez
• al fracaso

La lista puede ser interminable y depende de los miedos que tenga cada uno de
nosotros.
El tema es que, cuando nos obsesionamos con algo que puede llegar a pasar y que
aún no ha sucedido, perdemos de vista todos los sueños que tenemos delante.
Tenemos tanto miedo a que entren ladrones en casa, que no podemos disfrutar de
salir de casa para ir al cine, a una fiesta, etcétera.
Tenemos tanto miedo a ser abandonados emocionalmente, que no podemos
mantener una relación de pareja. Y el tema es que necesitamos aprender a ser felices
aunque no tengamos todo lo que pensamos que necesitamos.

Cuando nacemos, nacemos con las manos cerradas, porque no traemos nada y,
cuando nos morimos, lo hacemos con las manos abiertas,
porque no nos llevamos nada.88

3. DEL MIEDO AL TRAUMA

Todos hemos experimentado, en algún momento de nuestras vidas, miedo hasta el
punto de sentirnos morir. Todos crecemos con miedo y tenemos que entender que
hay miedos que son normales. Muchos de esos miedos tal vez los hayamos adquirido
en nuestra infancia y aún hoy, ya siendo adultos, nos seguimos aferrando a ellos,
como el miedo a quedarnos sin dinero, a la muerte, a la enfermedad, a la locura...
Pero hay otros miedos tóxicos frente a los cuales solemos reaccionar con algunas de
estas conductas:
El miedo de perderlas, en realidad, hace que seamos más infelices que otras personas que saben vivir sin
esas cosas, por lo que hasta podemos decir que sería mejor que no las tuviéramos.

Víctor Rubén Fernández
1. Recordar con lujo de detalles
Son los miedos de quienes dicen: «Me acuerdo de cuando mi abuelo me pegaba
porque yo le rompía a mi abuela todas las plantas del patio y... y él me decía... y
yo le contestaba...»

2. Borrar o bloquear el momento traumático
Esto significa hacer un intento por eliminar completamente los sentimientos.
Personas que aíslan el sentimiento del recuerdo: «Y bueno, bajaron tres
hombres, me apuntaron con el arma, me violaron, después hice la denuncia en
la comisaría.» Observamos con asombro cómo lo cuentan sin sentimientos. A ti
te puede impactar, pero el que te lo está contando lo hace fríamente, porque esa
persona herida está usando un mecanismo psicológico que se llama disociación,
por el cual la persona exterioriza la emoción, pero al mismo tiempo la reprime.
El terapeuta Walter Riso afirma que la mente es egocéntrica y busca sobrevivir a
cualquier coste, incluso si el precio es mantenerse en la más absurda
irracionalidad.

3. Elaborar imágenes repetitivas
La persona vuelve a ver y a sentir la experiencia traumática. Algunos lo llaman
flashback. Hay personas a las que, de pronto, caminando, les vienen escenas de
la violación, del secuestro, del robo, del abandono o de la humillación.
A la persona le sobreviene de golpe la imagen o la escena y experimenta ese
dolor traumático nuevamente. La persona vive con miedos extremos, miedo a
que se repita, y entonces cualquier cosa puede asociarse a la experiencia89

traumática. Un dolor, una persona, un lugar, una hora, una fecha
inmediatamente disparan por asociación esa experiencia traumática del pasado.

4. Experimentar sentimientos de hipervigilancia
Por ejemplo, después de que te roben, ¿no te pasa que caminas mirando a todo
el mundo? Empiezas a desarrollar una hipervigilancia, y esto se observa en
aquellas personas a las que, cuando uno les habla, miran para los lados
continuamente, porque el hecho vivido las hace permanecer en un estado de
paranoia y de persecución permanente.

5. Predecir un futuro oscuro
Hay personas que ven todo con vulnerabilidad: «Si me ha pasado esto, ¿qué es lo
que me va a seguir pasando?» Y cuando este pensamiento está instalado, la
persona sentirá que sus defensas han caído y sufrirá un estado de indefensión,
de baja estima y de soledad muy grande, y serán los recuerdos los que ahora
gobiernen su mente. El futuro es pesimista, porque se puede «volver a repetir».

Todas estas situaciones nos generan grandes dosis de emociones tóxicas: miedos,
culpas, inseguridades, que muchas veces preferimos esconder, en lugar de
afrontarlas y revertirlas. El lama Nydahl afirma que una mente sin autoengaño es
más lúcida y penetrante, y permite ver las cosas como son.90

4. LAS FOBIAS

Tal como hemos visto hasta ahora, el miedo es una experiencia normal que puede
deberse a un peligro real. Sin embargo, si se trata de un temor a algo inexistente o
imaginario, comienza a ser algo negativo y, si cobra aún más intensidad alterando tus
conductas, el miedo tóxico termina transformándose en fobia. El miedo se diferencia
de la fobia en la intensidad con la cual la persona vive y experimenta estas
emociones. La fobia es un miedo persistente y excesivo, un miedo exagerado, y
quienes la padecen evitan o huyen de situaciones concretas.

¿Fobia a qué o a quién?

Se puede temer a todo, a la gente, a los aviones, a la oscuridad, a los animales y a
tener que atravesar por diferentes situaciones. Veamos algunas de ellas.
• Ablutofobia = miedo a bañarse
• Aeronausifobia = miedo a vomitar
• Ayiunfobia = miedo al ajo
• Aurorafobia = miedo a las auroras
• Caliguinefobia = miedo a las mujeres hermosas
• Chaetofobia = miedo al pelo
• Dendrofobia = miedo a los árboles
• Meteorofobia = miedo a los meteoritos
• Metrofobias = miedo a las poesías
• Monofobia = miedo a la soledad
• Musofobia = miedo a los ratones
• Mirmecofobia = miedo a las hormigas
• Nomatofobia = miedo a los hombres
• Eisotropofobia = miedo a los espejos
• Eriosiofobia = miedo a cometer un pecado imperdonable
• Ergofobia = miedo al trabajo
• Omilofobia = miedo a los sermones
• Iatrofobia = miedo a los médicos
• Insectofobia = miedo a los insectos
• Siderofobia = miedo a las estrellas
• Peladofobia = miedo a la gente calva

Ahora bien, ¿todos podemos ser fóbicos?
El que teme sufrir sufre de temor.91

Proverbio chino
En la mayoría de los casos, la fobia es una respuesta, una llamada de atención que
la persona hace frente a emociones no sanadas, emociones no resueltas que viene
arrastrando desde mucho tiempo atrás. Analicemos algunos de los rasgos
predominantes de una persona que padece fobia:
• muy autoexigentes
• con un alto nivel de estrés
• excesivamente responsables
• con gran capacidad de liderazgo
• ansiosas en gran medida
• hiperactivas
• han tenido padres sobreprotectores
• han recibido el mensaje de que el mundo es peligroso

Las fobias generan además un gran deseo de evitar lo que se teme. La persona que
la sufre tratará, por todos los medios, de esconder sus emociones, de justificar a toda
costa sus conductas y, aún más, tratará de modificar todo su ambiente físico y social
con el fin de adaptarse mejor al mundo al que debe hacer frente.
Si, por ejemplo, la persona siente fobia de estar en un espacio desconocido,
intentará que todos los eventos, reuniones o salidas se hagan en su casa, de manera
que no se exponga al medio hostil hacia el cual es fóbico.
Quienes la padecen se dan cuenta de que su miedo es exagerado, pero no pueden
hacer nada para evitar sentir lo que sienten, ya que enfrentarse a su miedo les
produce un gran sufrimiento psicológico, sumado a síntomas como pueden ser:

• sequedad en la boca
• palpitaciones
• aceleración del pulso
• mareos
• transpiración
• fatiga
• temblores incontrolables

Muchas veces, las situaciones dolorosas y traumáticas nos hacen claudicar y
abandonar, sin presentar pelea. La cuestión es decidirse a levantarse y abandonar el
dolor de esa circunstancia.
92

No nos gusta correr riesgos, porque conocemos
a gente que corrió riesgos y le fue mal.

El desafío consiste en enfrentarse a los miedos, asumirlos y determinar si nos
derribarán o nos van a fortalecer para hacerles frente. Lograr avanzar y sanarte a
pesar de lo que hayas vivido dependerá de tu decisión. ¡Hay poder en la decisión!
Comienza por decidirte a no permitir que ninguna fobia, por más arraigada que esté,
te impida vivir con todo tu potencial. Descubre la raíz de esa fobia en tu vida,
aunque hacerlo te cause dolor. Llega al fondo de tus emociones. Conócelas. Si no
puedes hacerlo solo, pide ayuda. Pero no te des por vencido, ni te resignes a
permanecer dominado por miedos exagerados. Es posible ser libre, y la libertad
siempre empieza por una decisión.93

5. TÉCNICAS Y ESTRATEGIAS SENCILLAS PARA ROMPER EL
CÍRCULO DEL MIEDO IRRACIONAL

A nadie le gusta sentir miedo, pero para que tu miedo no crezca más que tú, es
necesario que:

• Aprendamos a eliminar los miedos tóxicos y a reemplazarlos por emociones
verdaderas
La ley de la concentración dice que «cuanto más pienses en una cosa, más pasará
a formar parte de tu realidad». Por eso, en lugar de decir «tengo que dejar de
pensar en esta idea», directamente reemplázala por otra positiva. En vez de
pensar que no vas a ocultar tus miedos puedes decir: «Voy a expresar mis
temores correctamente.»

No podemos modificar las conductas
de los otros, pero sí tener dominio
sobre nuestras conductas y nuestra mente.

• Confiemos en nosotros mismos
Cuenta esta fábula que había un ratón que estaba siempre angustiado porque
tenía miedo del gato. Un mago se compadeció de él y lo convirtió en un gato. Pero
entonces empezó a sentir miedo del perro. Luego, convertido en perro por el mago,
empezó a sentir miedo de la pantera, y el mago lo convirtió en pantera. Con lo
cual empezó a temer al cazador. Llegado este punto, el mago se dio por vencido y
volvió a convertirlo en un ratón, diciéndole: «Nada de lo que haga por ti va a
servirte de ayuda, porque siempre tendrás el corazón de un ratón.»
Un psicólogo de la universidad de Stanford llamado Albert Bandura creó el
concepto de la autoeficacia y explicó que nace de «evaluar las capacidades de
uno mismo y sus circunstancias». Al tener en cuenta tus puntos fuertes y la
situación en la que te mueves, tu sentido de autoconfianza crecerá y eso afectará
de manera proporcional a tu conducta y tu forma de afrontar los miedos y las
inseguridades.

Si incorporamos estas actitudes y las desarrollamos conscientemente, podremos
enfrentarnos a todos y cada uno de nuestros temores, reales o imaginarios.
• Reconozcamos que tenemos miedo. No le tengamos miedo al miedo
Miedo significa que estás avanzando, porque el miedo es el compañero de los
conquistadores. El miedo indica que estás haciendo algo nuevo, que estás94

saliendo de tu comodidad y estás aceptando un desafío nuevo para tu vida. Cada
desafío nos permitirá dar un paso más grande que el que ya hemos dado, nos
introducirá en aquellos lugares que nunca hemos pisado, nos hará hablar y
hacer lo que nunca hemos hecho. Avanzar no significa no tener miedo, sino ir
hacia lo nuevo a pesar de los temores que podamos sentir y saber que con o sin
miedo seguiremos adelante. Y para vencer el miedo el primer paso es aprender
a reconocerlo, expresarlo en palabras y hablar de todo aquello que nos despierta
temor. Solo reconociendo los miedos que tenemos podremos superarlos.
Conócete, acéptate, supérate.

Santo Tomás
de Aquino
• Aprendamos a mirar al miedo a los ojos
En cierta tribu de indígenas, a los niños se les enseña desde pequeños a hacer
frente al miedo y se lo enseñan así. Los sientan y los hacen imaginar. Les hacen
cerrar los ojos. Les hacen imaginar una víbora de veinte metros que tiene dos
cabezas y se levanta delante de ellos. Les cuentan el relato como si estuvieran en
esa situación. Les hacen imaginar que, cada vez que se echan hacia atrás, las
cabezas de las víboras crecen. La víbora crece. Cada vez que tú quieres salir
corriendo, la víbora te persigue y crece, crece, crece. Pero si la miras a los ojos, la
miras fijamente, cuanto más la miras, la víbora se achica, se achica, se encoge
mientras que tú sigues mirando. Es un juego, pero les enseñan que cuando te
enfrentas a tu miedo, cuando miras a tu miedo a la cara, este empieza a
encogerse hasta que se convierte en una hormiga y, entonces, ahí, lo puedes
matar. Miremos a nuestros miedos de frente, no los tapemos. Si huyes de ellos,
te acompañarán de por vida. Enfréntate a ellos y, cuando lo hagas, te darás
cuenta de que ese gigante no era tan grande, ni tan poderoso como te
imaginabas.

• Generemos pensamientos de acción
Se trata de concentrarte en las posibles respuestas a la pregunta sobre qué
puedes hacer. En primer lugar, haz una lista de tus miedos y, luego, agrégale
una acción posible de tu parte. Por ejemplo, «si hago este negocio, ¿qué sería lo
peor que podría pasar?». Y ahora registra las respuestas. «Lo peor sería que me
quedara sin dinero, lo peor sería que me echaran de casa, etcétera.»
De lo que se trata es de hacer un inventario de todo lo peor que te podría pasar
y, paralelamente, generar pensamientos de provisión. «Si me quedara sin
dinero, ¿qué podría hacer para volver a generarlo?» Antes de encarar un nuevo95

desafío que te causa temor, piensa en cómo resolverías los posibles miedos que
surjan. Esto es lo que llamamos pensamientos de acción, pensamientos de
previsión. Es decir, si me sucede lo que estoy pensando que puede pasar, puedo
hacer esto. Si me pasa esto otro, puedo poner en marcha este otro posible plan
de acción. Entonces, en lugar de dejar que el temor dispare nuestra imaginación,
comenzaremos a elaborar pensamientos de solución.

• Afirmemos nuestra estima, creamos en nosotros mismos
Detrás de todo gran miedo, hay un gran temor. Es el temor al abandono. En
todos los miedos que nombramos, en el fondo hay un temor a ser abandonados.
Recuerda en qué situaciones de tu infancia tuviste por primera vez este temor y
perdona a las personas que te hicieron sentir de ese modo. El amor es el bien
más preciado que todos buscamos y el primero que puede dártelo eres tú
mismo. Por amor a ti, abandona ese recuerdo triste. Del mismo modo que
tenemos miedos, podemos también dejar de tenerlos. Démonos tiempo y
tratémonos bien, sin presionarnos, sin pretender ser valientes en un día.
Cuando te sientas agobiado, escucha tu miedo, pregúntate qué necesitas para vencerlo y dátelo. De este
modo irás consiguiendo generar recursos contra las amenazas y acallar así los miedos.

Margarita Rojas
[*]

* Ibídem, pág. 163.
• Y, finalmente, decidamos compartir nuestra vida
El egoísmo alimenta los miedos y las fobias. Algunas personas viven refugiadas
en su miedo, pensando solo en sí mismas y en sus propios temores, y así es como
los síntomas crecen en quienes no pueden aprender a sacar algo de sí mismos y
compartirlo con otros.

Sin apresurarnos, debemos darnos tiempo.
Tenemos tres opciones. Podemos huir y tratar
de evitar la situación que nos genera temor,
simular que en realidad tenemos otro problema,
o afrontarlo y superarlo.

La otra cara del miedo es la motivación. Pero hoy no esperes que te motiven desde
fuera, motívate interiormente y, si estás atravesando una situación difícil, ¡anímate!96

Establece nuevas metas. Un hombre y una mujer que tienen sueños y proyectos no
pierden su tiempo pensando en los miedos.
El miedo lo que hace es transmitirnos un mensaje interno: «Estás saliendo de tu
zona de seguridad.» Hasta ahora lo que has hecho te ha mantenido a salvo, no has
arriesgado nada, pero tampoco has logrado nada, porque, para lograr algo en la
vida, hay que arriesgarse. La vida es hermosa y emocionante, pero hay que animarse
a correr riesgos, aunque te asuste.
Si tienes miedos, la autoridad necesaria para dominarlos y conquistarlos está
dentro de ti, eres tú quien posee el control de tu vida.

Corre hacia el rugido, hacia ese miedo,
enfréntate a él y tendrás la batalla ganada.97

8
LA VERGüENZA TÓXICA

El hombre nunca debe avergonzarse de reconocer que se ha
equivocado, puesto que hacerlo equivale a decir que hoy sabe más de
lo que sabía ayer.
ALEXANDER POPE


Si estableciéramos un ranking de las emociones tóxicas, la vergüenza entraría en
los primeros puestos. Es increíble el daño que causa y todo lo que nos perdemos por
causa de la vergüenza, y la forma en que nos limita y nos atormenta.
Son incontables las personas que, teniendo un gran potencial, no lo sacan a luz
porque «les da vergüenza» o temen hacer el ridículo. Claro que no haremos ese
ranking, ya que a cada uno de nosotros nos intoxican diferentes emociones.
Todos hemos vivido momentos tristes en nuestras vidas por haber sido víctimas de
burlas. En algún momento, a lo largo de la vida, hemos sentido vergüenza o
atravesado alguna situación en la cual nos han avergonzado. Seguramente, estás
recordando algún momento vivido. Pero, tranquilidad, todos hemos pasado o
pasaremos por algunas de estas situaciones.
Cuando una persona es objeto de burla, empieza a sentir vergüenza tóxica, ya que
comienza a creer que es deficiente y que algo malo hay en su ser. Así nace esta
emoción tóxica.
Al hacer algo malo, uno se siente culpable, pero la persona que es avergonzada
siente que es mala, que tiene un defecto y que será abandonada por los demás.
¿Qué pasaría si fallases en ese discurso o suspendieras ese examen que tienes que
hacer? ¿Qué sería lo peor que podría pasar? ¿Equivocarte? ¿Tan terrible sería
cometer un error? ¿Por qué sería tan terrible? ¿Los demás dirían que no eres
perfecto? ¿Se darían cuenta de que eres humano? ¡Arriésgate!
Existen situaciones, hechos o momentos en los que nuestra sensibilidad y nuestra
vulnerabilidad son probadas al máximo, hasta el punto de desencadenar en nosotros
ciertas reacciones que no nos hacen sentir muy cómodos, como, por ejemplo, no
emitir nuestras opiniones ni darnos a conocer como realmente somos. Muchas de
las grandes ideas al principio fueron motivo de burla.

¿Qué sucedería si tu idea no les pareciese tan buena98

o más bien ridícula? ¿Lo seguirías intentando?
¿Te ocurriría lo mismo que a los grandes inventores de la historia, como Henry Ford o
Thomas Edison? ¡Arriésgate!99

1. SACADME DE AQUÍ, ¡POR FAVOR!

¿Cuántas veces te has quedado en silencio, sin poder hablar? Tragabas saliva para
no emitir ni una sola palabra y pensabas: «Tierra trágame.»
Justamente, de esto se encarga la vergüenza, de relegarnos; actúa como un falso
muro de contención frente a las diferentes posibilidades que se nos presentan. Es por
esto por lo que una persona vergonzosa perderá de vista las mejores oportunidades
de oro que se le presenten.
Y sumado a esto, esta emoción no solo nos limitará frente a los mejores momentos
de nuestra vida, sino que nos paralizará y nos impedirá ser todo aquello que una vez
nos propusimos ser. ¿Te das cuenta? ¡Cuántas cosas dejamos en manos de la
vergüenza! Pero hoy repítete a ti mismo y a esta emoción: «Vergüenza, ¡basta!»
Muchos creen que la insignificancia es garantía de seguridad y prefieren ser
ignorados para no arriesgarse al «qué dirán».
Después de leer este capítulo, espero que puedas decir: «Vergüenza tóxica, ¡nunca
más!» Por eso, para deshacernos de ella, primero empecemos por conocer su modus
operandi, es decir, cómo se origina, cómo actúa y cómo se manifiesta.
La insignificancia es siempre una garantía de seguridad.

Esopo
¿Qué es la vergüenza tóxica?

La vergüenza es la creencia dolorosa y errónea que abrigamos sobre nuestras
propias deficiencias. Esta creencia siempre es tóxica o negativa, porque nos paraliza y
nos aísla frente a nuestras metas.
La vergüenza no tiene que ver con capacidad, talento, potencial y coeficiente
intelectual, sino con sentir directamente que somos inadecuados, que no somos
aptos. Es pensar que somos un defecto de la naturaleza, un error, y que, dada esa
incapacidad que nos identifica, nuestro entorno podrá abandonarnos.
A ninguno de nosotros nos gusta «pasar vergüenza». Preferimos que nadie se dé
cuenta de lo que realmente nos sucede. En un juego de palabras podemos decir que
nos avergüenza tener vergüenza.

El burro había nacido bueno, alegre, sumiso, lleno de buena voluntad. Era feo, es
cierto, pero se reía de tan buena gana que, a pesar de su voz horrenda, su rebuzno
parecía un canto. Se burlaban de él y de su facha: él sacudía las orejas y se reía,
bonachón.10O

Pero, porque era bueno, empezaron a abusar de él. Era fuerte, para ser tan pequeño,
lo cargaron demasiado; era sobrio, casi no le dieron de comer; era resistente, le hicieron
trabajar más de lo que era posible. Y cuando ya no daba más, empezaron a
maltratarlo.
Se le avinagró el genio; sus orejas no se movían ya risueñas, sino que las echaba
hacia atrás, enojado, enseñando los dientes y dando coces.
Y el amo, desconfiado, a pesar de tener en la mano el palo amenazador, decía:
«¡Qué malo es el burro!»*

Tal vez, durante buena parte de tu vida, has vivido junto a personas que utilizaban
la vergüenza como método de disciplina. Padres o abuelos que pensaban que,
corrigiéndote o exhortándote en público, aprenderías más rápido la lección.
Jefes severos que necesitaban mostrar su poder o su cargo descalificando tu
trabajo delante de otros.
Parejas que, sin importar quien esté delante, tratan por todos los medios de dar a
conocer tus errores y tus carencias, pensando que cuanto más mengües, más permiso
tienen ellos para crecer y demostrar que son superiores a ti.
Palabras, insultos, menosprecios, desprestigios, críticas cuyo único fin es
descalificarte y dañar tu estima.
Por eso, si tu autoestima no está sana, si aún no sabes que en tu interior albergas
todo el potencial y el dominio de ti mismo para sobreponerte a cualquier error o
fracaso, caerás preso de la vergüenza. Y, seguramente, abandonarás todo lo que
habías emprendido por miedo a ser ridiculizado y dejarás atrás todo aquello con lo
que alguna vez soñaste.

El síndrome de la amabilidad crónica es la necesidad de hacer las cosas para recibir
aprobación. Este tipo de personas son inseguras y todo lo hacen
para recibir aprobación externa.

Hoy más que nunca, en tiempos en los que la competitividad crece a la velocidad
de la luz, necesitamos entender que el que avergüenza lo hace por inseguridad.
Exagera y se burla de los errores de los demás como queriendo decir: «eso te ha
pasado a ti, no a mí, yo soy mejor que tú».
Cuanta más competitividad haya, más tratará la persona insegura de sí misma por
todos los medios de descalificar a su competencia, a quien considera su rival de la
manera que sea. Se burlará de tu manera de hablar, de vestir, de pensar, y tratará de
herir tu estima, obsesionándote con la opinión de los demás, con el fin único de que
tu autoestima quede destruida, deshecha. Su objetivo es hacerte sentir que no sirves
y que vivas atado a lo que los demás piensan de ti. Pero aquí dale la vuelta a su10P

estrategia y descubre que, si tú eres su blanco de ataque, es porque eres su
competencia y, si eres su competencia, es porque eres apto para ganar el premio. Si
de verdad no sirvieras o no estuvieras cualificado, no tendría puestos sus ojos en ti.
Solo una autoestima sana puede resistir al error y a la vergüenza. Si te has
equivocado, ¡no importa! Errar es humano. ¡Y qué bueno que seas un ser humano
capaz de revertir cualquier error!
Si puedes reponerte y superar la vergüenza, estás listo para pasar todas las
pruebas que tienes por delante.
* Godofredo Daireaux: «El burro», fabula extraída de
www.bibliotecasvirtuales.com/biblioteca/literaturaargentina/Daireaux/Fabulasargentinas/elburro.asp.10Q

2. ME DA UNA VERGüENZA... NO SÉ QUÉ HACER

¿Te has preguntado alguna vez cuáles son las cosas que te dan vergüenza o los
momentos en los que sientes vergüenza?
Tal vez recordar estos momentos te cuesta o te duele. Parece que, si los revivimos,
la sensación que esa situación nos generó una vez volverá a surgir y nos
avergonzaremos como en aquella ocasión.

Sin embargo, para contrarrestar esa emoción y sanarnos, primero necesitamos
conocerla. Para esto, te propongo que respondas sinceramente esta serie de
preguntas:10R

¿Muchos SÍ? No desesperes. Recuerda que la vergüenza es una creencia
equivocada. Podemos despedirnos de ella en cuanto estemos dispuestos a hacerle
frente.
Necesitamos comprender que nuestra autoestima y nuestra identidad no deben
basarse en lo que la gente dice u opina. Tu autoestima no puede depender de lo que
los otros dicen o aprueban de ti, sino de lo que tú estás decidido a alcanzar.
No importa las veces que te hayas equivocado, sino las veces que te vuelvas a
levantar. No te detengas a mirar cómo hacen las cosas los otros, crea tu propio
sueño.
No les otorgues valor a los necios, cuyo fin es matar tus sueños, tus aspiraciones,
tu motivación. La crítica constructiva no existe, es crítica. Las equivocaciones, los
errores, no se critican, se corrigen.
D. L. Moody fue el hombre más escuchado en el mundo de la teología antes de la
era electrónica. Cuando lo criticaban, él decía: «Prefiero mi manera de hacerlo a tu
manera de “no” hacerlo.»

El nivel de tu sueño será el nivel de tu esfuerzo,
de los amigos y de los enemigos que tendrás,
de las críticas.

Si por una ira reprimida, un sentimiento herido, una descalificación recibida,
comienzas a hablar y a opinar mal de ti mismo, estarás destruyendo tu autoestima. Y
no solo eso, sino que estarás invalidando todo, aquellos proyectos que están por
delante.

Si conoces tu posición, tendrás tu posesión.

Cuando comiences a hablar bien de ti mismo, cuando seas el primero que se
acepta, que se permite ser feliz, estarás generando sobre ti mismo una gracia especial,
una presencia que atraerá a los mejores contactos y las mejores oportunidades a tu
vida.
Recuerda que los iguales se atraen: el chismoso se une a los chismosos, el
mentiroso a los mentirosos y la gente con dominio de sí misma atrae a las personas
con autoestima. La persona que es libre de la gente tiene fe y confianza en sí misma.

La persona libre de la gente sabe que sus genes
son los de un campeón y tiene la fuerza de aquellos que no dan valor a las veces que
hayan tropezado o hayan sido ridiculizados; su meta es su sueño y nada, ni siquiera
una palabra, puede desviarla de sus objetivos.10S

3. ¡ESTÁS COLORADO! ¡A MÍ ME SUDAN LAS MANOS!

¿Cuántas veces hemos escuchado esto? Incluso puede que lo viéramos con
nuestros propios ojos o experimentáramos esta sensación.
La vergüenza es una fuerza, una emoción que se arremete por donde quiere, por
eso elegirá nuestro cuerpo para manifestarse y lograr así afectarnos físicamente,
sonrojándonos, dejándonos mudos, con tartamudeos, con ataques de pánico, con
comezones, con mareos. Como sea, esta emoción tratará de cumplir con su objetivo.
Es en esos momentos cuando sentimos que la vergüenza ha tomado el control de
nuestro cuerpo, que queremos desaparecer. Es como si no pudiéramos controlarla. Y
nos desespera aún más que el otro note lo que, en realidad, queremos ocultar.
El ser calificados o más bien descalificados nos asusta, nos tensa; sentimos que nos
deja al descubierto. Por eso esta emoción tratará de hablar a través de nuestro
cuerpo.
Sin embargo, en nuestro interior, contamos con las capacidades y las habilidades
necesarias para hacerle frente.
En primer lugar, comienza por rechazar todas aquellas palabras de burla que en
algún momento de tu vida te han dicho y hoy aún resuenan en tu mente. Se ha
comprobado que un suicida tiene guardadas en su corazón las palabras de alguien
que le deseó la muerte.
Hoy menosprecia toda palabra, todo recuerdo y todo gesto que te haya limitado.
No pienses más que tu madre, tu padre, tus jefes te dijeron que «no podías...»
Suprime esas palabras. Eres quien tiene el control de tu propia vida. Desafíate y
desafía esa vergüenza. Comienza a pensar y a hablar bien de ti mismo. Cuando lo
hagas, verás que la perspectiva desde la que los demás te están mirando también
cambiará.10T

4. ¡ME HAN PUESTO UN 1!

Generalmente, así caminamos por la vida, sintiendo que estamos siendo
examinados constantemente ante los demás. Frente a esa realidad, nos gustaría
hacernos cada vez más pequeños. Transitamos por la vida esperando la nota o la
calificación que los otros decidan ponernos y no nos valoramos como en realidad
merecemos. Seguramente, te habrás escuchado decir: «Para qué habré nacido. ¡Nada
me sale bien! ¡Soy un desastre!» Pensar así de nosotros mismos hace que impidamos
salir al genio que hay en nuestro interior.

La vergüenza es una barrera, un muro
que no nos permite conectarnos con nosotros
mismos y con los demás.

Si permitimos que la vergüenza dirija nuestra vida, será esta emoción la que nos
identifique.

La vergüenza es un sentimiento incómodo, esta es la razón por la cual los que están
paralizados por ella la usarán para cambiar su conducta.
[*]

Analicemos ahora qué es lo que le pasa y qué siente una persona a la que se ha
avergonzado durante gran parte de su vida.

• El avergonzado se aísla
Automáticamente la timidez lo invade y tratará por todos los medios de
desaparecer de la escena. Preferirá quedarse solo, antes que hacer un pequeño intento por revertir la situación. Seguramente quiera cambiar, pero su mente siempre le recordará el hecho traumático por el cual ha atravesado. Por lo tanto, tratará de aislarse antes de someterse a la posibilidad de volver a ser avergonzado.
• El vergonzoso se convierte en un blanco fácil para los ataques
La persona que padece esta emoción se siente indefensa, su autoestima se debilita, su energía disminuye y se convierte en una presa fácil de ser manipulada y estimulada.
• El vergonzoso se siente menos que todos los que lo rodean
Quienes padecen vergüenza, sufren y se hacen daño pensando mal de sí10U

mismos. Nunca se sienten lo suficientemente aptos para estar a la altura de las
circunstancias.

El hecho de que podamos reconocer nuestra vergüenza es sumamente importante.
Es lo primero que debemos hacer para no volver a ella jamás. Por eso, felicidades,
eres valiente, ya te estás enfrentando a lo que en algún momento te limitaba.
A medida que reconozcamos nuestra vergüenza, podremos aceptarnos más a
nosotros mismos y, por ende, relegar el hecho que nos ha avergonzado al lugar que
le corresponde.
La persona que puede escuchar lo que su vergüenza le dice y actuar en consecuencia, en vez de huir de
ella, finalmente se sentirá mejor consigo misma. La persona que se hace amiga de su vergüenza poco a
poco se respetará más.

Alexander Pope
Es posible que la persona que te ha avergonzado no pueda reconocer que necesita
modificar su actitud. Pero su actitud en estos casos no es importante. Lo que sí es
imprescindible es que tú estés decidido a afrontarla y a cambiar. Decídete a buscar
nuevas y sabias formas de vivir mejor. Hay algo en lo que tú eres el mejor. Siempre
podemos ir mucho más lejos de lo que una vez imaginamos. En tu interior están la
confianza y la audacia que necesitas manifestar. Un eslogan perteneciente a Stan
Smith dice: «El fuerte se hace más fuerte y el que tiene salud se hace más saludable
todavía. La experiencia le dice qué hacer, la confianza en sí mismo le permite
hacerlo.»
*
Ronald Potter Efron y Patricia Potter Efron: ¡Vergüenza, una vivencia ambivalente que puede ayudarte a crecer!,
Promexa, 1993, pág. 41.10V

5. TÉCNICAS PRÁCTICAS Y SENCILLAS PARA SALIR DE LA
VERGüENZA

Hagamos un alto y revisemos cómo reaccionamos ante una ofensa, una palabra de
descrédito, una ausencia de halagos y de caricias. Una vez que lo hagas, recuerda que
lo único que necesitas para dejar la vergüenza atrás es a ti mismo.
Aplicando lo nuevo, dándole valor solo a aquellas palabras que aportan valor a tu
vida, creyendo y confiando en ti mismo, te verás respondiendo y actuando de una
manera diferente pero eficaz y segura. Y con el tiempo, ni te acordarás de que,
alguna vez, fuiste una persona vergonzosa.
Hoy puedes:

1. Acallar la voz interior que te avergüenza
La vergüenza es una voz interior que se activará inmediatamente después de que
alguien se ría o quiera humillarte. Esa voz interna puede ser acallada si tienes la
actitud correcta. Puedes ponerle un límite a esa voz. Identifícala y luego
menospréciala. ¡No pierdas tiempo!

2. Ser consciente de que cometer un error no te convierte en un error
No confundas cometer un error con ser un error. ¡Atención! No te maldigas a ti
mismo.
No te castigues. Usa tus errores para crecer, la equivocación o el error no
determinan tu identidad.

3. Reírte de tus errores
La risa ahuyenta a la vergüenza.

4. Sacar a la luz el genio que llevas dentro
Tu potencial es tu verdadero yo, no la vergüenza. Hay una fuerza oculta, una
habilidad durmiente que posees y no estás utilizando. Es una reserva que te
pertenece y es hora de que salga a la luz.
Si podemos reírnos de nosotros mismos, podremos sacar ventaja de la vergüenza.

Alexander Pope
A medida que empieces a moverte, la vergüenza irá desapareciendo. Entonces,
esta emoción no será un límite, sino un desafío. Comienza a caminar con la
convicción de quién eres y, si la situación lo requiere en determinados momentos,108

incluso puedes llegar a ser un sinvergüenza.

Tienes que ser un sinvergüenza, un desvergonzado perseverante, para las cosas y los
sueños que pretendes alcanzar. Arriésgate.10X

9
LA DEPRESIÓN TÓXICA

Un viaje de diez mil kilómetros empieza por un solo paso.

PROVERBIO CHINO


Todos en algún momento habremos dicho: «Hoy estoy un poco depre, no tengo
ganas de nada.» Y es en esos días cuando pensamos que todo está mal, que todo lo
que nos ocurre es negro, que todo nos pasa solamente a nosotros. Y en esos días no
tenemos ni ganas de levantarnos.
La persona depresiva experimenta una sensación de impotencia, un sentimiento absolutamente ilógico,
pero que le parecerá tan real que acabará convenciéndose a sí misma de que su incapacidad durará
eternamente.

David Burns
[*]

* David Burns: «Sentirse bien», una nueva terapia contra las depresiones, Paidós, 2005, pág. 26.
Días de nostalgia en los que recordamos cuando perdimos ese trabajo, cuando esa
pareja que tuvimos se fue con otro, cuando tu padres se fueron de viaje y no te
llamaron el día de tu cumpleaños. Días en los cuales parece que todo el pasado se
volvió presente, y es entonces cuando necesitas tener a mano una caja de pañuelos
desechables.
Días así hemos pasado todos o casi todos. Sin embargo, vivir en depresión
permanente es hablar de síntomas mucho más serios, es una emoción cien por cien
tóxica.
Al igual que en la persona que vive momentos de angustia o de tristeza, debemos
distinguir entre depresión y baja temporal de ánimo o «bajón», como ya lo citamos
cuando tratamos el tema de la angustia.
El «bajón» es momentáneo, dura unos días o unas horas y es normal; pero la
depresión persiste en el tiempo.
11O

Si te caes siete veces, levántate ocho.

Cada vez es más frecuente encontrarnos con personas que hayan sufrido o se
encuentren atravesando una depresión o conozcan a alguien que se halla en dicho
estado. No es que falten razones para deprimirnos. Si buscamos un poco,
probablemente no tardaremos en encontrar situaciones que nos depriman. Sin
embargo, si lo que deseamos es vivir plenamente, necesitamos superar esos bajones.11P

1. ¡HAY ESPERANZA!

Sin lugar a dudas, la depresión es una de las emociones tóxicas que más dolor
producen. En todo el mundo, esta enfermedad está creciendo a pasos agigantados y
no reconoce estratos sociales ni credos religiosos. Adultos, jóvenes e incluso niños
padecen esta enfermedad.
Las estadísticas son muy elocuentes. La Organización Mundial de la Salud (OMS)
afirma que el 20 % de la población mundial sufre depresión. El cuarto lugar en
causas de mortalidad en el mundo lo ocupa el suicidio, y la mayoría de los suicidas
son depresivos.
En América latina existen doscientos millones de depresivos. En Argentina la cifra
asciende a tres millones y medio, de los cuales seiscientos mil tienen tendencias
suicidas. Además, existen ocho millones de argentinos que padecen conflictos
afectivos.
Tras leer estos datos relevantes, seguramente estarás de acuerdo con que esta
enfermedad es más frecuente de lo que pensabas.
La buena noticia es que, dada su expansión, se han elaborado alternativas y salidas
desde el campo psicológico para brindar apoyo a quienes la padecen, ¡y son muchos
los que han logrado superarla!11Q

2. NO QUIERO VER A NADIE

La depresión es tóxica, ya que constituye la alteración del estado anímico,
alteración que influye y afecta a todas las áreas de la vida. Cuando tu ánimo baja,
comienzas a actuar como si estuvieras anestesiado. Nada de lo que antes te importaba
ahora te interesa, parece que nada te alegra ni nada te moviliza. Todas y cada una de
estas reacciones están conectadas con la depresión que estás sintiendo.

Una persona deprimida no solo no se llevará
bien consigo misma, sino que tendrá dificultades
en sus relaciones de pareja y en su interrelación
con el mundo. Sin embargo, tendrá una gran
necesidad de sentirse amada.

Cada vez que hablamos de depresión, estamos hablando de alguna pérdida,
generalmente de tipo inconsciente. Es por ello que la persona llora y se siente triste
sin reconocer la causa. Debemos señalar que la tristeza es el síntoma principal del
síndrome depresivo.
Duelos no realizados, emociones negativas contenidas, dolores no soltados,
pérdidas no resueltas, palabras no dichas, llantos no permitidos, desdichas, tragos
amargos, enfermedades, emociones heridas que no fueran curadas a tiempo y que,
en el momento justo, parece que se junten para perturbar la mente del individuo. Y
así es como poco a poco la persona comienza a caer enferma. Pasa sus días inhibida,
triste, culpable, abúlica, anoréxica, irritable, negativa, ansiosa, vacilante, con baja
estima. Así es como a esta persona le resultará muy difícil disfrutar de la vida.
Aparentemente ahora, después de mucho tiempo, esta persona ha decidido
revivir todas aquellas emociones que en un momento contuvo y ocultó. Necesitamos
saber que todas las emociones son pasajeras y no pueden controlarse con la
voluntad, porque se crearon para ser sentidas, por eso es por lo que debemos
experimentarlas y después dejarlas salir.

Las situaciones inconclusas son aquellas experiencias que permanecen abiertas y
en las que nos quedamos atados a algo o a alguien y depositamos en ellas toda
nuestra energía emocional, espiritual, lo que aumenta el dolor que sentimos en algún
momento. Tal vez pensamos: «¿Por qué no le dije que la quería?», «¿Por qué no
habré hecho esto o aquello?», «¡Cómo he desperdiciado mi vida!». Y en ese balance
que hace la persona depresiva, solo pesarán los momentos más difíciles que ha tenido
que vivir.
Si una persona recuerda permanentemente un tema determinado o a un11R

individuo, es porque ello le produjo una herida que le sigue generando angustia y
emociones intensas.
Existe una bacteria llamada estreptococo que ataca la garganta, pero, si se aloja en
el corazón o en los riñones, los pulveriza; por eso, en el momento en que se detecta,
los médicos la combaten inmediatamente.
Haciendo un paralelismo, cuando la emoción tóxica está en la cabeza, se puede
medicar, pero, si baja al corazón, lo destruye.
Es por eso por lo que necesitamos aprender que solo cuando cerramos el pasado,
el presente se abre y el futuro se acerca.11S

3. NO TENGO GANAS DE NADA

Cuando te encuentras en medio de esta emoción tóxica, existen una serie de
síntomas internos y externos que experimentaremos a nivel psicológico.
Al depresivo le molesta todo. Lo que antes era un motivo de atracción deja de
serlo y lo que antes resultaba placentero ahora constituye una carga molesta y
pesada. Es como si una gran pérdida de interés le sobreviniera de repente.
Y estos síntomas no solo afectan una determinada área de su carácter, sino que se
harán presentes en el trabajo, en sus hobbies, en sus pensamientos y en cada una de
las actividades que desarrolle.
En esos momentos, la persona tendrá ganas de desaparecer y cada evento que se
le presente, cada llamada de teléfono que reciba se convertirá en una tortura. Ahora
todo es malo y feo, nada tiene sentido ni vale la pena.
Y ese adulto que antes se llevaba el mundo por delante hoy es un niño que
necesita el reconocimiento y la aprobación como el aire que respira. La inseguridad
que este adulto niño ahora experimenta lo hace dudar y pensar que nadie lo quiere.

Una persona depresiva se siente culpable
y a su vez víctima de todo.

Por ejemplo, una madre depresiva le dirá a la hija que la cuida: «Sal, no te quedes
encerrada por mi culpa, no quiero ser una carga para ti, hija.»
Este estado depresivo conlleva grandes dosis de temores, inhibiciones y culpas. El
sentimiento de culpa que acarrea es muy intenso, por eso quien lo sufre elaborará
pensamientos tales como:

• no sé para qué estoy vivo
• lo único que quiero es morirme

Y la muerte es la salida que muchos depresivos esperan para poder escaparse de
la gran tristeza y la angustia que viven. Y este es un punto en el que debemos estar
atentos, ya que el 10 % de estas personas llevan a cabo tal idea.

Los pensamientos del depresivo giran alrededor de preconceptos:

• Lo bueno y lo malo: El depresivo pasa todo lo que le sucede a alguna de estas
categorías. Se pregunta constantemente si «debería» o «no debería» realizar tal o
cual cosa. Y si realiza algo que «no debería», sentirá irritación, frustración y
culpa.11T

• Todo o nada: El depresivo categorizará todo como blanco o negro. Los grises han
desaparecido de su vida. Sus actividades pasan por este filtro mental del sí o del
no.
• Generalización obsesiva: Un error cometido se toma como un fracaso eterno y
se extiende a todas las áreas de la vida. Tal vez, si ha fracasado en su
matrimonio, el depresivo se sentirá fracasado en el trabajo, con sus hijos, en sus
relaciones interpersonales, en todo. Por supuesto, será por su culpa, porque se
dirá a sí mismo que él es quien no sirve.
• Fijación con lo negativo: El depresivo toma un hecho negativo o un error y no
podrá olvidarlo ni pasar la página, sino que se castigará por ese error el mayor
tiempo que le sea posible.
• Centralización: El depresivo se ve a sí mismo como centro de todo lo que
sucede, especialmente de todo lo negativo. El dolor de otra persona lo llevará a
activar los suyos y a contar su propio dolor.

La persona que sufre una depresión observará la vida a través de una lente
distorsionada. Su excesivo perfeccionismo le impide ver los hechos como realmente
son. Uno no es todo el tiempo bueno ni todo el tiempo malo. Habrá días que tal vez
nuestro humor no sea el mejor y, ante un determinado cuestionamiento, no
respondamos con la misma paciencia de siempre, lo que no significa que seamos
malos.
Que tu pareja haya decidido no continuar con la relación no significa que nunca
más vayas a encontrar pareja.
Descalificarnos y responsabilizarnos de lo que no nos atañe nos llevará a elaborar
creencias erróneas sobre nosotros mismos, y estas falsas creencias nos conducirán a la
depresión. Necesitamos comprender que la vida seguirá nuestros pensamientos y
que nuestra forma de vivir se dará de acuerdo con la calidad de ellos: en paz y
armonía o en una continua y desgastante depresión. Tu vida nunca irá más lejos de
lo que tú piensas que te mereces.
David Burns dice: «Usted toma sus emociones como prueba de la verdad. Su
lógica es la siguiente: “Me siento como un inútil, por consiguiente, soy un inútil.” Este
tipo de razonamiento es equívoco, porque sus sentimientos reflejan sus pensamientos
y sus creencias. Si estos están distorsionados, como suele suceder, sus emociones no
tendrán validez. El razonamiento emocional interviene en casi todas sus depresiones.
No se le ocurre cuestionar la validez de las percepciones que crean sus
sentimientos.»
[*]
En cambio, si tu corazón y tu mente están abiertos a recibir palabras de fe, de
ánimo, de sabiduría, de aprecio, de valor, rápidamente podrás cerrar todos esos años de dolor que has retenido en tu mente y en tu alma, y transformarlos en años de11U

gozo y de disfrute. Seguramente no puedas cambiar tu pasado, pero sí puedes actuar
para generar acciones positivas en tu presente.

Lo positivo siempre vence a lo negativo.

La luz es más intensa que la oscuridad, la salud más que la enfermedad. Hoy no
podemos solucionar lo que pasó, pero sí hacer que ocurran cosas nuevas en nuestro
presente y en cada uno de los días por delante. Podemos pararnos a ver la vida
desde lo que somos capaces de alcanzar y hacer un balance de todo lo bueno que
hemos vivido. De esta forma, estarás preparado para decir: «A veces todo me sale
bien y otras veces no tanto, pero lo mejor es que vuelvo a intentarlo hasta que el
resultado que obtengo es excelente.»

Cuando sanes tu corazón, experimentarás
un ensanchamiento inigualable, único, sin límites,
porque estarás listo para recibir lo mejor de tu vida.
*
David Burns: op. cit., pág. 56.11V

4. NO QUIERO REPETIR LA HISTORIA

Ciertas conductas se heredan: podemos ser miedosos como mamá, violentos como
papá, paranoicos como el abuelo, pasivos como el bisabuelo y depresivos como los
tíos.
Las herencias psicológicas no se rompen con el mero deseo de «no parecerme
a...», sino cuando modificamos nuestros pensamientos y, por ende, nuestras
conductas.

Debemos romper con una manera de pensar caduca
y comenzar a ver la vida y a vivirla
con pensamientos y creencias correctas.

Si tu madre fue depresiva, toma tú la determinación de no serlo. Pelea con
dignidad frente a la dificultad o el momento duro que puedas estar pasando, porque
tu herencia no es vivir y morir como tus antepasados, sino habiendo cumplido el
sueño y el propósito que fue diseñado para tu vida.
Hoy podrás enfrentarte a tormentas, pero sabiendo que al final tú te llevarás el
premio.
Los sueños, los objetivos, las metas dan sentido a nuestra vida y nos proporcionan
estabilidad emocional. Cuando uno lucha por lograr su sueño, funcionará mucho
más allá de sus límites. Tu sueño desafiará a tu mente, a tus pensamientos y a
cualquier herencia o bajón que intente detenerte.
«Incoherente» viene de incoherencia, sin herencia. Tienes que deshacerte de toda herencia negativa que
te hayan dejado tus antepasados. Tú puedes elegir ser incoherente con toda herencia que te esté dañando.
¿Alguna vez has sentido que tocabas fondo, que llegabas al punto donde dices «no
tengo fuerzas, no puedo seguir más», pero, sin embargo, al día siguiente, al
levantarte, te negaste a permanecer inerte en ese lugar donde nada sucede?
Actualmente, observamos personas de quince, veinte, treinta años sin deseos, sin
metas, sin sueños; jóvenes que hoy tienen lo que en psicología se denomina
«depresión blanca».
Esta enfermedad ocasiona en los individuos una falta de deseo por todo; personas
que expresan alegría, dolor y tristeza sin movilizar un solo músculo de sus rostros.
Parecen adormecidas, como personas sin sueños, y eso es lo que es la depresión, la
ausencia de un sueño, de una meta, de un propósito.
Por eso no importa tu pasado, ni la edad que tengas, ni siquiera si toda tu familia
ha sufrido estos síntomas. Lo que importa es que tú sueñes, porque, mientras lo118

hagas, tendrás fuerzas para seguir adelante y no detenerte.

El grado de satisfacción con uno mismo
será proporcional a la sensación
de estar controlando la vida.

Por eso, mientras sueñes y te proyectes en la meta, la depresión no tendrá lugar ni
en tu mente ni en tus emociones.11X

5. TENGO GANAS DE QUEDARME EN CASA

A nivel sintomático la depresión se exterioriza de diferentes maneras. Podemos
sentir que no tenemos tanto apetito como antes, lo que antes era un manjar, algo
delicioso, ahora ya no tiene sabor. De la misma forma en que el depresivo percibe la
vida, percibirá los sabores: todo le dará lo mismo. Una persona depresiva puede
llegar a perder peso considerablemente.
También podrá atravesar etapas de insomnio. Para el depresivo, conciliar el sueño
es una dificultad grave. Puede pasar varias noches sin poder dormir o tener el sueño
entrecortado.
A veces hemos observado depresivos tomar el camino opuesto: durmiendo
durante largas horas cada día y manifestando con este síntoma un claro deseo de
evasión de la realidad.
Podrá experimentar cambios en sus deseos sexuales. Para una persona deprimida,
el sexo es lo último que le viene a la cabeza. Incluso algunos pierden todo interés por
la sexualidad y se hacen inaccesibles a la seducción y a la excitación erótica. No es que
no tengan deseos sexuales, en realidad, no tienen ganas de nada.

La depresión es tóxica y es una de las enfermedades emocionales que más sentimos en
nuestro cuerpo.

En muchas personas se da un retardo psicomotor: su rostro expresa dolor, sus
movimientos corporales son pocos y lentos. Su gesto es hacia dentro y hacia abajo (se
encoge, encierra su cuerpo entre los brazos, mirando el suelo), realiza sus
movimientos en forma lenta y dificultosa. Entre los numerosos síntomas externos,
además de los mencionados anteriormente, podríamos nombrar las cefaleas,
taquicardias, vómitos, diarreas, hipotensión, etcétera.
El hecho es que los seres humanos somos y funcionamos como una unidad. Frente
a una experiencia, unos nos dicen «es una cosa simple, se resuelve fácilmente»,
mientras que otros, «no lo podrás superar, esto es el final». El significado que
otorgamos a lo que nos ocurre a diario nos cura o enferma, no por los hechos en sí,
sino por la forma en que los interpretemos. Esto se debe a la existencia de una
interrelación, muy estrecha, entre la mente y el cuerpo.
Antiguamente, se pretendía hacernos creer que el cuerpo era malo y que no servía
para nada, pero hoy sabemos que la mente y el cuerpo están estrechamente ligados.
Todo lo que le pasa al cuerpo repercute en la mente, y todo lo que pasa por la mente
afecta al cuerpo. Existe una conexión directa, de ida y vuelta, entre la mente y el
cuerpo.
Una expresión del rostro, aunque sea provocada artificialmente, producirá en la12O

persona los sentimientos que la representan. Por ejemplo, si te enojas con alguien y
la persona te dice: «Venga, sonríeme», es como si el enojo se pasara, porque esa
sonrisa nos producirá ese sentimiento.
Hay investigaciones que sugieren que, si estás en una calle a oscuras y comienzas a
silbar una melodía alegre, el miedo se neutralizará y se estimulará la confianza, por
lo que caminarás más seguro.
Es por eso por lo que, si estás pasando por una depresión, la máxima expresión de
lo que te está pasando es tu cuerpo. El libro de Proverbios dice: «De la hermosura
del corazón, habla el rostro», y así sucede realmente. Si tu corazón está lleno de
tristeza, de angustia y de depresión, tu cuerpo dará a conocer lo que le está pasando
a tu alma.
Por eso, si hoy quieres salir de la depresión que estás sintiendo o deseas tenderle
una mano para ayudar a un ser querido, necesitas saber que existen tres condiciones
indispensables que necesitamos desarrollar para sanar nuestro alma y, por ende,
nuestro cuerpo.

Una persona sana:

1.. Sabe ilusionarse
La persona se ilusiona con un acontecimiento por vivir en una fecha próxima
(por ejemplo, con la boda del hijo o con que va a tener un nieto, con que se va a
graduar o con que celebrará una fiesta) y vive muchos acontecimientos más
incluso después de ese que pasa. El que se ilusiona tiene más probabilidades de
vivir con plena salud.

2.. Tiene coraje
El que tiene coraje, el que pelea por algo específico, recobra su salud, aunque no
lo crea. Lo peor que nos puede ocurrir es vivir por o para nada. Aunque sea
para pelear, por ganar un juicio, por una casa, por la custodia de un hijo, esa
lucha te hará desarrollar coraje y alargará en salud tu vida.
3.. Es optimista
Se ha descubierto que las personas que le restan importancia a la enfermedad se
recuperan antes. Es decir que, cuanto más te concentras en la enfermedad, más
empeoras, y cuanto menos te concentras, más rápido te recuperas.
Lo mismo ocurre cuando te dan una noticia y le restas dramatismo. Todo pasará
y hará que esa respuesta te lleve a algo más grande y mejor. Si recibes una mala
noticia, no dramatices, di: «Esto también pasará, tengo capacidad para resolverla
en paz.» Esa actitud implica que vendrá algo mejor. Para el optimista, lo que
viene siempre es mejor.12P

Ilusión, coraje y esperanza ayudan a regular las emociones negativas. Ya no serás
tan vulnerable y podrás recuperarte mucho más rápido. La esperanza sana: para
sanarse, hay que tener un alto nivel de esperanza.
La esperanza es una virtud. La persona con esperanza es virtuosa y sabia, porque
sabe que lo que vendrá a su vida será exitoso.12Q

6. TIPOS DE DEPRESIONES FRECUENTES

Aunque todas las depresiones se manifiestan a través de los mismos síntomas, hay
diferentes tipos de depresión. Analicemos las más comunes:

a. Depresión de tipo reactiva
Se trata de una de las más frecuentes, y es la que aparece como una reacción
ante una pérdida. Esta pérdida (consciente o inconsciente) puede ser de un
trabajo, un amigo, una pareja, etcétera. Como la persona no logra recuperarse,
el dolor y la tristeza aumentan cada vez más hasta transformarse en un cuadro
depresivo. Esta depresión se presenta especialmente en personas introvertidas,
inseguras y muy sensibles.

b. Depresión maníaco-depresiva o bipolar
Es la que viven las personas que, por momentos, experimentan un grado de
euforia, de alegría y, de pronto, a las semanas o a los meses, sienten que no
quieren vivir más: no quieren salir, no quieren hacer nada. Pero más tarde
vuelven a hacer todo hasta caer nuevamente en un estado de no querer hacer
nada. Esta ambivalencia les genera grandes depresiones.

c. Depresión por agotamiento
Es la que sufren especialmente algunas personas del mundo ejecutivo y los
adolescentes. Por un lado, se da en sujetos altamente competitivos y sumamente
presionados por constantes autoexigencias que los llevan al agotamiento psíquico
y físico. En el caso de los adolescentes, sufren esta depresión cuando coinciden
varios estímulos persistentes y reiterados, además de verse influidos por los
reproches, el rechazo y las peleas familiares.
La sociedad competitiva en la que estamos viviendo, el trabajo excesivo, el estrés,
lentamente generan un cansancio psíquico que también el cuerpo va acusando.

d. Depresión que sufre la gente mayor de cincuenta años
Dicen los psicólogos que, a partir de los cincuenta años, puede generarse en las
personas una depresión involutiva. La persona empieza a pensar qué ha hecho
en la vida, qué ha logrado y qué no. «En esto me equivoqué.» «En pareja me fue
mal.» «Eso no lo hice.» Comienza a pensar y pensar, y descubren vacíos en su
vida pasada, descubren que la vida se les fue y no hicieron lo que quisieron. Por
lo tanto, lentamente, empiezan a caer en una depresión: los niños han crecido,
la pareja no funciona bien, el trabajo de años anteriores no resultó como
esperaba, hubo pérdidas afectivas; comienzan a revisar y revisar. Y poco a poco,12R

entran en una depresión.

e. Depresión por errores o culpas no sanadas
Afecta a las personas que, con el transcurso de los años, sienten en lo más hondo
de su ser que sus errores nunca fueron perdonados.

La depresión, sea del tipo que sea, siempre mantendrá un circuito. El depresivo se
aislará y generará pensamientos negativos. Cuanto más se aísla, más pensamientos
negativos genera y, cuantos más pensamientos negativos genera, más se aísla.
Entonces, entra en un círculo vicioso del que siente que no puede salir. Sí, has leído
bien, del que piensa que no puede salir, porque se puede salir de la depresión.
El mejor remedio para una persona enferma emocional o físicamente es darle
esperanza todo el tiempo.
Tal como acabas de leer, hay que hablarle de esperanza, darle de comer
esperanza, transmitirle esperanza. Eso es lo mejor que podemos hacer: cuidarla y
transmitirle que incluso de ese dolor se puede salir. No la castiguemos, ni la
culpemos, sino que debemos darle la esperanza de que hoy está así, pero mañana
estará bien. La esperanza es terapéutica.
Inmunízate psicológicamente, inmuniza tu mente, para que ningún virus arruine
tu vida y ningún pensamiento negativo que pretenda comerte el cerebro y el cuerpo
te ataque.
Rodea tu mente y tu cuerpo de todo lo bueno:

1.. Selecciona los recuerdos de tu vida.
2.. Ten recuerdos placenteros.
3.. Evita discusiones.
4.. Lee tus circunstancias positivamente.

Si lo haces, tu cuerpo y tu mente estarán protegidos, y la depresión ya no tendrá
cabida en tu vida.12S

7. TÉCNICAS Y ESTRATEGIAS SENCILLAS PARA DEJAR ATRÁS EL
DOLOR Y COMENZAR A DISFRUTAR DE LA VIDA

Muchos de nosotros lo hemos vivido o tenemos un familiar o conocemos a alguien
que está deprimido. La pregunta es cómo ayudarlo.
Algunas pautas para tener en cuenta:

• No compadecerlo
El estado de angustia y depresión es a menudo muy movilizador y resulta fácil
caer en el rol sobreprotector.

• No alentarlo con palabras
No debemos decir frases como «vamos, arriba ese ánimo»; «lo que tienes no es
nada en comparación con lo que yo tuve». Estas frases solo calman nuestra
ansiedad, pero a la persona deprimida le ocasionan mayor desesperación, ya
que es la primera que quiere salir del estado en que se encuentra. En su mente,
el depresivo quiere salir. En su mente, imagina cosas, pero, cuando quiere
hacerlo, se siente inhibido y sin fuerzas.

• No ser frío
Una actitud de frialdad no le permitirá expresarse y a la vez servirá para
acrecentar su depresión.

Una buena ayuda es presentarle a alguien imparcial que lo pueda acompañar, que
lo escuche y que no cuestione lo que en ese momento está tratando de expresar.
Y para que la depresión sea solo un recuerdo en nuestra vida, necesitamos
cambiar nuestra mente para que nuestras emociones también cambien, por lo tanto:

• Reconoce que los errores son parte de tu crecimiento
El problema no es equivocarnos, sino que no nos tomamos tiempo para
aprender del error, entonces volvemos a tropezar. Revisando el error,
aprenderemos. El error es una fuente de crecimiento, no de tortura.

• Identifica y evita todas las cosas o personas que te hacen daño
No visites en este tiempo de recuperación a familiares enfermos, no mires las
noticias, no discutas. Es hora de volver a llenarse de paz y de nuevas fuerzas, de
energía y de entusiasmo para darse nuevas oportunidades.
12T

• Cultiva tu mente con cosas positivas
Evita la autocrítica excesiva y la autodescalificación, deja de lado los
pensamientos negativos y no te hagas responsable por todo lo que sucede a tu
alrededor.

• Aprende a hablar en positivo
Cuando hablas en negativo te bloqueas, porque siempre habrá un no antepuesto
a la respuesta que estás esperando. Cuando aprendas a hablar en positivo,
aprenderás a divertirte y a generar esperanza dentro de ti mismo.

• Aprende a hacer pausas
Dentro de nuestras posibilidades debemos tratar de introducir pausas durante el
día de trabajo. Lo recomendado es una pausa de cinco minutos cada dos horas
de trabajo. Está comprobado que se triplica el rendimiento. Hay muchas
personas que trabajan muchas horas seguidas y luego intentan hacer cosas tales
como dormir las siguientes veinticuatro horas. Esto no funciona. Detenernos y
hacer algo distinto nos ayudará a evitar el agotamiento.

• Aprende a decir NO
Sucede que, ante personas exigentes —un amigo, un esposo o nuestros hijos—,
no podemos decir que no, y así es como nos comprometemos a llevar cargas que
no nos corresponden.

• No imagines demasiado
El ser humano tiende a tener pensamientos pesimistas, debemos detectarlos y
ponerles un límite.

• Encara los problemas con sabiduría
Cuanto más grandes sean nuestros problemas, más grande será el ascenso hacia
nuestro próximo nivel de crecimiento. Resolver un gran problema te llevará a
un gran ascenso. Nuestros problemas no nos derribarán, sino que nos harán
más fuertes.

• Mira el cuadro completo
Debemos tener claro hacia dónde vamos para no detenernos por el camino en
cosas que nos distraen.

Ahora toma lápiz y papel, anota estas frases y pégalas en tu nevera hasta que
queden grabadas en tu mente y en tu espíritu:12U

• Mi atención tiene que centrarse en lo importante y en lo grande.
• Todo lo que haga será con una actitud de éxito.
• Yo valgo y todos los recursos están dentro de mí.
• Aprovecharé todas las oportunidades que se presenten para crecer.
• Para no sufrir depresión tienes que ser apasionado. La pasión te activa, te hace
más fuerte, más flexible. La pasión te da el impulso extra que necesitas para
seguir avanzando. La pasión te hace más persistente y hace que te recuperes más
rápido.

Y por último lo más importante:
PERDONA, SUELTA Y CIERRA EL PASADO.

Suelta los miedos, las personas a las cuales te has aferrado, esas situaciones e
historias que te llenaron de dolor, porque lo que viene siempre será mejor.
Suelta el pasado, aquellas palabras que quedaron guardadas, esa angustia y esas
emociones que ahogaban tu futuro y tus ganas de vivir.
Dependerá de ti que nadie más hiera tu corazón. Eres una semilla y nadie puede
tomar tu vida. Tú la entregas y solo tú la vuelves a tomar. Aprende a valorarte, a
felicitarte.
Cuando una persona se valora, se felicita y se reconoce, siempre atraerá lo mejor
para su vida: los mejores amigos, la mejor pareja y la mejor familia, porque atraes de
acuerdo con lo que eres.
Unos últimos consejos:

• Innova: Innovar significa agregar el factor sorpresa, ¡hacer algo nuevo! Aunque
sean pequeñas modificaciones, necesitamos implementarlas en todo lo que
hacemos para no aburrirnos. Llena tu agenda con actividades, para tener
experiencias nuevas y crecer. Vive la vida con intensidad.

• Disfruta: No somos más felices porque no practicamos más lo que nos hace feliz.
¿Qué es lo que te hace feliz? Agrégalo a tu agenda y no esperes a mañana; haz
hoy lo que alegra a tu corazón. Martin L. King decía: «Si no has descubierto
nada por lo que valga la pena morir, es que no estás preparado para vivir.»

• Pregúntate: ¿He soñado lo suficiente? ¿He vivido plenamente? ¿He aprendido a
desprenderme? ¿He amado bien? Y si hasta ahora no lo has hecho, ponte en
camino. Eso es disfrutar.
12V

En una mente y en un cuerpo lleno de disfrute,
de placer y de sentido, la depresión no tendrá cabida.128

10
LA FRUSTRACIÓN TÓXICA

No desesperes, ni siquiera por el hecho de que no desesperas.
Cuando todo parece terminado, surgen nuevas fuerzas. Eso significa
que vives.

FRANZ KAFKA


La frustración intoxica nuestras ganas de seguir adelante, la fuerza para
levantarnos una vez más y continuar, que es algo que necesitamos todas las mañanas
al despertarnos. Pensamos tanto en lo que pasamos, revisándolo mil veces en nuestra
memoria, que perdemos la esperanza y nos cuesta pensar que algún día lo
lograremos. Te invito a dar un paso hacia el futuro, aprendamos cómo llegamos a
sentirnos tan afectados por esta emoción tóxica y comencemos a salir de ella para ir
por más.

«Lo he intentado, pero no he podido...»
«No sé si volveré a hacerlo...»
«Prefiero no pensar en eso...»
«Es algo que no puedo superar...»
«¡Ay! Has tocado un tema prohibido, mejor hablemos de otra cosa...»
«¿Volver a pasar por eso? No, ni lo pienso...»
«Lo que pasa es que no me ayudaron, me dejaron solo...»
«No sabes qué feo fue cuando me dijeron que no, no me lo puedo quitar de la
cabeza...»12X

1. ¿YO FRUSTRADO?

¿En algún momento de tu vida has sufrido alguna frustración? Tal vez querías
alcanzar algo, ya sea en el área económica, familiar o afectiva, y, como no lo lograste,
la consecuencia fue que te sentiste frustrado. ¡Qué tremenda y desagradable
sensación! Es como si todo se nos fuera abajo y como si lo que hemos luchado
durante tanto tiempo no tuviera los resultados esperados. Mucho dolor, angustia,
pesadumbre, todas estas emociones juntas se nos vienen encima cuando parece que
la frustración ha llamado a nuestra puerta.

La frustración es un sentimiento de fracaso
y decepción que aparece ante un deseo no cumplido o una necesidad no satisfecha.

Todos los seres humanos fuimos creados de tal manera que tenemos el anhelo
interior, aun desde pequeños, de alcanzar metas, de superarnos. El deseo de cumplir
nuestros sueños está en nuestra naturaleza.

Cuanto mayor sea el deseo que queremos lograr,
mayor será el grado de frustración que tendremos.

Sucede que, cuando una persona no puede ver cumplido su deseo,
inmediatamente aparecerán dos emociones opuestas como formas de elaborar su
frustración: el enojo y la tristeza.
La expresión del enojo a través de la violencia, tan común en nuestra sociedad
estos días, es la consecuencia de una frustración. Detrás de toda persona enojada,
hay una persona frustrada.
La frustración puede convertirnos en personas resentidas y, en un determinado
momento, podemos llegar hasta a odiarnos y agredirnos a nosotros mismos. Entonces
decimos cosas como: «¡Qué estúpido fui!, ¿por qué me pasa esto a mí?»
Además del enojo, la otra reacción es la resignación y la tristeza. Una persona
triste se vuelve melancólica, retraída, solitaria. Resignada ante la situación negativa
que le ha tocado vivir, se conforma diciendo «bueno, es lo que me ha tocado a mí». Y
permite así que su vida gire alrededor del aislamiento y la introversión.
Alguien frustrado también se volverá extremadamente sensible a todo aquello que
le recuerde su fracaso y sentirá mucha angustia cuando se encuentre en una
situación similar. Ese dolor que siente que no es capaz de superar puede llevar a la
persona a arriesgarse cada vez menos en la vida y a conformarse con su situación
actual, aunque no esté satisfecha con su vida, porque querrá evitar a toda costa una
nueva decepción.13O

2. TOLERANCIA CERO

Cuando alguien que no alcanza sus objetivos enseguida se enoja, decimos que
tiene «tolerancia cero». Seguramente en alguna ocasión habrás dicho de alguien y
quizá lo dijeron de ti: «Esta persona debería ser más tolerante...»
Una persona intolerante, por lo general, en su infancia fue sobreprotegida.
Lloraba y obtenía todo lo que quería sin esperar ni un segundo. Al obtener todo lo
que pedía, como todas sus demandas eran satisfechas sin ningún esfuerzo por su
parte, esta persona creció sin frustraciones.
Entonces, luego, ¿qué hace en la edad adulta? Exactamente lo mismo. Pero la
vida no siempre le da todo lo que desea; entonces protesta, se queja y se convierte en
una persona adulta caprichosa. Al haber recibido siempre todo lo que quería, le
resulta imposible tolerar la frustración.
Otras personas, en cambio, no soportan la frustración dado que en su infancia
todo era no. Tuvieron muchas carencias. Cuando pedían algo, siempre recibían un
NO por respuesta. No recibían nada y todo era pérdida. Una persona que nunca ha
recibido nada, cuando se convierte en adulto, no tolera la frustración, porque todos
los «noes» y los «difíciles de conseguir» le recuerdan a su infancia. Son personas
que, a la mínima cosa que se les niega, reaccionan por lo general violentamente.
Piensan que la gente que las rodea está en su vida para evitarles la frustración, por lo
que dicen frases como: «Si me tratas bien, yo no te pego.» Creen que los demás están
para darles todo lo que desean, por lo que no tolerarán ninguna demora u obstáculo
en el camino.13P

3. HUYENDO DE LA FRUSTRACIÓN

Quien vive y se siente frustrado acumulará tanto dolor en su alma que, en
determinado momento, necesitará adormecer sus emociones. Tratará por todos los
medios de huir de ese dolor, por lo que recurrirá a realizar cualquier cosa que,
aunque sea temporal y tenga consecuencias graves, aporte un poco de alivio a su vida
y la haga sentirse mejor.
Veamos a qué suelen recurrir las personas que no toleran la frustración:

• adicción a las drogas
• adicción al alcohol
• adicción al juego (jugadores compulsivos)
• automaltrato o automutilación
• cualquier otro comportamiento compulsivo

Si te identificas con alguna de estas actitudes compulsivas, tienes que comenzar
por entender que la frustración es parte de la vida. No todo lo que quieres es lo que
en realidad necesitas, y no todo lo que necesitas lo vas a alcanzar siempre en el
momento que deseas.

Pero, a pesar de todo, nunca renuncies a tus metas, sigue adelante.

No permitas que las desilusiones de la vida —y todos nos desilusionamos en algún
momento— menoscaben tu potencial y te alejen de tus sueños.
La postura más inteligente es dejar de lamentarnos del tiempo que nos falta y aprender a disfrutar de las
cosas sencillas que se pueden hacer en poco tiempo.

Margarita Rojas
[*]

* Margarita Rojas: op. cit., pág. 49.
Tú eres más grande que tus desilusiones, tienes en tu interior el ADN de la
grandeza, solo que por momentos parece que el dolor y la frustración lo hayan
ocultado. Comienza a ver la vida de otra manera, puedes pasar página y seguir
adelante, y lo que hasta hoy no te ha funcionado y te ha hecho sentir frustrado
cámbialo. Piensa en aquellas cosas y en aquello que hace tanto que quieres hacer y
todavía no has hecho, busca estar con aquellos que añaden valor a tu vida.13Q

La mitad del mundo no puede comprender los placeres de la otra mitad.

Jane Austen
¿Y a ti qué te da placer? Escríbelo en una hoja y comienza a practicarlo.13R

4. CÓMO LOGRAR UNA ALTA TOLERANCIA A LA FRUSTRACIÓN

Recuerda que ningún ser humano tiene el poder de Superman para salvarte, no
pongas excesivas expectativas en las personas, porque, quieran o no, tarde o
temprano te van a fallar. Si confías en alguien, sé consciente de los riesgos que estás
corriendo para que, cuando te fallen, recuerdes que tú también puedes hacerlo. Te
recomiendo que leas el capítulo donde hablamos sobre la codependencia.
Aumenta tu círculo de contactos, rodéate de diferentes personas a las que podrás
recurrir. Si una no está disponible, siempre habrá otra. Cuando pones todas tus
expectativas en una sola persona, siempre vas a terminar desilusionado. Si te es
posible, no esperes nada de nadie; de esa manera serás libre de la gente para poder
disfrutar de relaciones interpersonales sanas.
Tu corazón es el centro de control de las emociones y de todas las puertas de tu
vida. Si la persona equivocada entra en la cabina de control —o sea, en tu intimidad
—, abrirá las puertas que deben estar cerradas y cerrará las que se deben abrir. Solo
tú tienes el control de tus emociones y la capacidad y la libertad de decidir cómo te
vas a sentir. No permitas que los demás determinen cómo lo tienes que hacer.
Aquellos que ven en cada desilusión un estímulo para mayores conquistas, esos poseen el recto punto de
vista para con la vida.

Johann W. Goethe
Cada mañana al levantarte puedes tomar la decisión de ser feliz, de gozar y
disfrutar de tu día, de no frustrarte ante el primer problema que aparezca en tu
camino, aunque las cosas no salgan siempre como tú quieres o esperas.13S

5. ¿ELIGES TÚ O YO? ELIGE TÚ...

Una persona que vive con frustración es aquella que ha dedicado su vida a
agradar a los demás y que ha permitido que otros elijan por ella

Cuentan que había una niña huérfana, muy pobre, que no tenía una casa donde
vivir y pasaba su tiempo caminando descalza por el bosque. Un día decidió juntar
todos los materiales que pudiera encontrar para hacerse un par de zapatos. Así fue que
juntó pedazos de cuero, hojas, ramas, telas, todo lo que encontró en el camino. Y con
todo aquello, se hizo un par de zapatos. Siguió caminando y, cuando llegó a la ciudad,
vio un árbol de frambuesas y se le ocurrió, con el jugo de su fruto, teñir los zapatos de
rojo.
Muy feliz siguió caminando con sus zapatos rojos, ya que había podido realizar con
su propio esfuerzo e inteligencia unos bellísimos zapatos, tal y como ella los quería y
los había imaginado.
Cierto día se topó con una anciana, en medio del camino, que viajaba en un gran
carruaje muy engalanado. La mujer vio a la niña y sintió compasión, por eso la invitó
a vivir en su casa.
Sintiéndose agradecida y en deuda por lo que la anciana había hecho por ella, a
partir de entonces comenzó para la niña una carrera para agradar a la mujer. Hasta
tal punto que la anciana le pidió que tirara sus zapatos rojos y ella aceptó. La niña
estaba tan deslumbrada por su riqueza que, poco a poco, comenzó a ser domesticada y
llegó a hacer todo lo que la anciana quería...

¿Te ves reflejado en la niña del cuento? Tal vez lograste con tu propio esfuerzo y
tus capacidades metas anheladas y las disfrutaste, pero luego caíste en la trampa de
ser domesticado por otras personas, por la cultura, por ciertos principios, por las
metas o valores de otros. Y, sin darte cuenta, fueron los otros los que moldearon tu
vida y los que eligieron por ti. Justo entonces, en el momento en que decides agradar
a los demás y decir que sí cuando en realidad querías decir no, es cuando comienzas
a dar lugar a la frustración.

Aunque tenga metas y no haya obstáculos en su camino, una persona que no puede
desvincularse de las órdenes que ha recibido termina frustrada.

A veces ocurre que, a pesar de tener una meta clara y de no existir obstáculos en
el camino, igual no logras alcanzarla. Puedes ser una persona que tiene una familia
estable, una carrera, un buen trabajo y no tiene grandes problemas en su vida y, sin
embargo, te sientes frustrado. ¿Por qué? Por la bendita culpa que sientes. El sentir13T

culpa expresa un temor interior al castigo, al rechazo, y nos da un sentido de
indignidad que no nos merecemos.
Entonces, entramos en un circuito del que, al cabo de un tiempo, no podemos
salir. No disfrutamos porque sentimos culpa, y nos frustramos porque no hicimos
por esa culpa lo que realmente teníamos ganas de hacer.
Y cuando nos sentimos culpables, pensamos que no somos merecedores de bienestar.

Margarita Rojas
[*]

* Margarita Rojas: op. cit., pág. 152.
Una persona que tiene un sistema de creencias
cerradas, aunque tenga metas y lo intente una
y otra vez, va a sentir que nunca llega al objetivo
y, por ende, se frustra.

Tal vez no llegas a cumplir tus objetivos porque siempre estás intentando lo
mismo. Si siempre haces aquello que no te funciona, siempre vas a obtener los
mismos resultados. Si lo que has probado dos o tres veces no da resultado, haz otra
cosa.
¿Cómo puedes saber qué debes hacer de manera diferente? Usando la
SABIDURÍA que hay en tu interior. Eres un ser creativo, único, especial. Busca esa
sabiduría que hay en ti mismo y comienza a sacar a la luz las ideas estratégicas que te
van a permitir alcanzar tus metas.
Deja todo lo que hasta ahora no te ha dado resultado. Cree en ti mismo y atrévete
a hacer aquello que nunca has probado. Cada vez que una persona se queja es
porque no sabe pedir lo que necesita o desea. A mucha gente, en especial a los
hombres, les cuesta horrores pedir algo. ¿Por qué nos cuesta tanto pedir? Porque nos
enseñaron que el hombre es el proveedor, el que siempre da y nunca recibe. ¡Eso es
mentira! Hombres, también nosotros podemos pedir lo que necesitamos de la
manera correcta. No siempre nos van a decir que sí ni nos van a dar lo que
queremos, eso forma parte de la vida. Pero si eres una persona que ha decidido no
vivir en frustración sino que se ha dispuesto a vivir más sanamente y recibiendo lo
que se merece, estarás preparado para recibir un «no» como respuesta, estarás listo
para poder decir «no» a lo que no quieres y no te conviene, sabrás también sentirte
libre de toda culpa y habrás entendido que perdonar y perdonarte es el primer paso
que necesitas dar para sentirte libre y feliz.13U

¡Vale la pena intentarlo!
Hay caídas que sirven para levantarnos más sabios y más felices.

William Shakespeare13V

6. LA DIGNIDAD SUPERA LA FRUSTRACIÓN

Agradar no consiste en sonreír o ser simpático, se trata de ceder. Cuando, por el
mero hecho de complacer siempre a los demás, cedes todo el tiempo en principios,
valores, objetivos, deseos, intereses, entonces pierdes tu dignidad.
¡Es imposible complacer a todos! Para superar la frustración, debes atreverte a ser
una persona DIGNA, a dejar de gustar a los demás y correr detrás de metas, sueños
y objetivos ajenos.
Veamos las características de una persona digna:
No sé cuál es la clave del éxito, pero sí sé que la clave del fracaso es intentar complacer a todo el mundo.

Bill Cosby, cómico norteamericano
a. Se conoce a sí misma
Todos debemos pasar por el proceso de conocernos a nosotros mismos. No es
una tarea fácil porque, cuando comienzas a ver qué es lo que hay en tu interior,
puedes encontrar muchas cosas que no te gustan. Sin embargo, no debes tener
miedo de conocerte. Quizá conoces más cosas de tu pareja, de tus hijos, de tus
amigos que de ti mismo. Pasar tiempo contigo mismo te convierte en un hombre
digno, en una mujer digna. Eres una creación maravillosa, digna de ser conocida
y admirada.
Escucha tus emociones, no las ignores, y procura expresarlas por los canales adecuados, de lo contrario
te harán daño.

Margarita Rojas
[*]

* Margarita Rojas: op. cit., pág. 178.
b. Lidera su propia vida
Lidera tus pensamientos, tus sentimientos, tus acciones. No puedes vivir según lo
que los demás piensan, sienten o actúan. Lidera tu mente, tu cuerpo, tu espíritu.
Tú tienes la capacidad y la libertad de elegir qué sentir y, hasta que no lo hagas
contigo mismo, no podrás guiar a nadie. No puedes proyectar qué hacer el año
próximo si no has aprendido a liderarte y soltarte de todo lo que hasta hoy te ha
mantenido atado.
Liderarte significa elegir los objetivos que quieres alcanzar, los pensamientos que138

vas a poner en tu mente, los sentimientos que vas a tener y los que vas a anular
porque hasta ahora no te han servido.

c. Confía en su criterio y cree en sí misma, aunque cometa errores
Si has cometido errores en tu vida, puede resultarte difícil confiar en tu propio
criterio. ¿Sientes que necesitas la opinión de los demás antes de tomar una
decisión importante? La verdad es que, cuando decides algo, no siempre te va a
ir bien, pero debes tener tu propio criterio, te equivoques o no. Tienes
capacidad para corregir lo que está mal, desaprender lo que aprendiste mal y,
sobre todo, para incorporar nuevas creencias que sean sanas y verdaderas.
Cada error le enseña al hombre
algo que necesitaba aprender.

d. Establece prioridades
Es importante saber decir «no» a lo secundario, sin lo cual también es posible
vivir. Aprende a decir «no» a las cosas que no sean una prioridad en tu vida,
porque sin esas cosas vas a poder seguir viviendo y, sobre todo, vas a ser libre
del estrés, de la frustración y de todo aquello que no quieres hacer.
Una persona digna establece límites claros y no permite todo en su vida. Toma
la determinación de poner límites a todo lo que no sea bueno para ti y solo sea
un obstáculo que no te permita avanzar.

e. Se dedica tiempo a sí misma
Es bueno que puedas estar con otras personas, pero también que disfrutes
estando solo. ¿Eres de las personas que nunca pueden estar solas? Disfruta los
momentos de soledad, utilízalos para conocerte, para hacer las cosas que más te
gustan, para relajarte. Aprende a llevarte bien contigo mismo. Si logras disfrutar
de esos momentos de soledad, después vas a poder disfrutar mucho más de la
compañía de los otros. No le tengas miedo a la soledad, porque ese temor va a
estar reflejado en tu relación con los demás y puede llevarte a la codependencia.

f. Tiene dos características: tenacidad y determinación a pesar de los obstáculos
Si lo que te propusiste en el pasado todavía no lo has conseguido, no te frustres,
lo lograrás en el futuro gracias a tu tenacidad y determinación. Una persona
digna no vive en un mundo de fantasía, del «cómo me gustaría que eso me
pasara a mí». Por el contrario, nunca se queda quieta, se mueve y, mientras está
en movimiento, las cosas ocurren. Persigue tus sueños. Tienes todo lo necesario
en tu interior para lograrlos. El político británico Winston Churchill dijo: «El
éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse.» ¿Estás decidido a13X

ser una persona digna y a librarte para siempre de la frustración?
Pongamos entonces en práctica aquellos principios que te ayudarán a decir: «No
estoy atado a nada, soy libre de la gente, y lo que en algún momento fue mi
frustración hoy es mi fortaleza.»14O

7. ESTRATEGIAS Y FORMAS PRÁCTICAS PARA SANAR LA
FRUSTRACIÓN Y DISFRUTAR DE LA VIDA AL MÁXIMO

• Identifica todos los objetivos que todavía no has logrado alcanzar
Si hay metas en tu vida que aún no has conseguido y te das cuenta de que eso te
produce angustia e ira, esos objetivos no cumplidos son la fuente de tu
frustración. Descúbrelos, habla de ellos, pero no reprimas tus emociones ni
intentes ocultarlas con comportamientos adictivos o compulsivos. Si es necesario,
busca ayuda profesional.

• Busca objetivos alternativos
Si has perdido un sueño, por más grande que haya sido, busca otro y haz todo lo
necesario para que se convierta en realidad. Si lo sueñas, si lo ves primero en tu
mente, podrás alcanzarlo. Transforma tus necesidades en motivaciones.
Motívate a ti mismo todo el tiempo, no esperes que los demás lo hagan. Todos
los días repite frases como las siguientes. «No lo tengo, pero lo voy a tener.»
«Soy pobre, pero algún día seré rico.» «Todavía no lo he logrado, pero estoy
seguro de que lo lograré.»

• Acepta los obstáculos que se presenten
No veas un obstáculo en tu camino como algo imposible de superar, sino como
una oportunidad para usar tu creatividad. Para intentar algo nuevo que nunca
has probado. Para mejorar y crecer. Una crisis puede ser la mejor oportunidad
de cambio en la vida de una persona. Permanece positivo y expectante ante la
posibilidad de cosas buenas aun en medio de las dificultades. No esperes a que
las circunstancias a tu alrededor cambien. ¡Cambia tú primero!

• Date permiso para cometer errores
Cometer errores no es el fin del mundo. Capitalízalos, aprende de ellos.
Conviértete en una persona sabia y cambia los pensamientos de derrota por
pensamientos de éxito.
• Libérate de toda culpa
La culpa es un sentimiento dañino que te roba la risa, la paz, la seguridad en ti
mismo y no te permite avanzar en la vida. Sácala de tu vida por completo.

• No deposites expectativas sobredimensionadas en gente o circunstancias
No esperes nada de nadie. No idealices a nadie. Todos somos seres humanos
con los mismos defectos y virtudes. Si esperas demasiado de algo o de alguien14P

siempre terminarás frustrado.

• Concéntrate en las cosas que sí has podido lograr hasta ahora
Tus logros son importantes. Felicítate y aliéntate por ellos. No necesitas que otra
persona venga a hacerlo. Habla bien de ti mismo. Cree en ti mismo. No es una
actitud de orgullo; por el contrario, te ayuda a construir una autoestima sana e
indestructible. ¡Sé tu mejor carta de presentación!

• Sé compasivo contigo mismo. No te castigues
No eres más ni menos que nadie. Eres tú mismo, un ser único e irrepetible, con
todo lo mejor que tienes y aun con aquellas debilidades que, al trabajarlas, se
convertirán en tus puntos fuertes. Perdonarse es aprender a vivir sin mochilas,
sin cargas, sin pasado que nos haga daño y nos detenga. Perdonarnos es
liberarnos del dolor, de la angustia, de los recuerdos, y volver a empezar.
Y por encima de todo, nunca, nunca te des por vencido.
El hombre que se levanta es aún más grande que el que no ha caído.

Concepción Arenal
¡Ya lo dijo Winston Churchill hace mucho tiempo! Nunca digas «soy joven» o «soy
viejo para lograr mis sueños». No eres viejo por la edad que tienes. Eres viejo cuando
no tienes un propósito claro en la vida y cuando dejas de soñar.
Inspírate en la vida y los logros de estas personas:

• Tiger Woods tenía tres años cuando hizo nueve hoyos en cuarenta y ocho golpes.
• Mozart tenía ocho años cuando compuso su primera sinfonía.
• Bill Gates tenía diecinueve años cuando fundó Microsoft.
• Shakespeare tenía treinta y uno cuando escribió Romeo y Julieta.
• La madre Teresa tenía cuarenta años cuando fundó Las Misioneras de la
Caridad.
• Winston Churchill tenía sesenta y cinco años cuando fue nombrado primer
ministro.
• Nelson Mandela tenía setenta y uno cuando fue liberado de la prisión
sudafricana donde estaba recluido y, cuatro años después, fue elegido
presidente de Sudáfrica.
• ¡Chihiro Araya tenía cien años cuando escaló el monte Fuji!

Es posible librarse de la frustración. Renuncia al enfado, a la tristeza, a la culpa en14Q

tu vida. No permitas que sigan robando tu alegría y tus ganas de vivir.
Si has perdido tus metas y tus sueños por el camino, recupéralos. Pelea por las
cosas que quieres lograr.
No importa cuántas veces lo hayas intentado y hayas fracasado. Si te equivocaste,
vuelve a intentarlo. En realidad, solo fracasa aquel que nunca intenta nada. Nunca
bajes los brazos.
No importa que otros hayan llegado antes. Nunca es tarde. No importa cuánto
tiempo has estado en el suelo. Ponte de pie.
Que los obstáculos que se presenten sirvan solamente para que algo nuevo salga
de ti: nuevas ideas, nuevas oportunidades, nuevas fuerzas. Cree en ti mismo y espera
siempre lo mejor de la vida. Ensancha tu visión. ¡Que nada te impida llegar a la cima!
Puedes sentirte frustrado si fracasas, pero te sentirás inútil si no lo intentas.

Beverly Sills,
cantante de ópera14R

11
EL DUELO TÓXICO

No confundas sufrimiento con amor, ni superar el dolor con
olvido...

MARGARITA ROJAS


Cada emoción y cada sentimiento pueden ser vividos de diferentes maneras y con
distinta intensidad. Es preciso cuidar nuestro interior de manera que ahora, en el
momento del dolor, podamos tener las fuerzas necesarias para superarlo y no
permanecer ahí evitando que se convierta en una emoción tóxica.14S

1. APRENDER A VIVIR, DE ESO SE TRATA...

Los seres humanos, todos sin excepción, atravesaremos diferentes ciclos de vida.
Ciclos de alegría y amor, ciclos de dolor, de angustia y de duelo.
Todos, en algún momento, atravesaremos diferentes tiempos. Como dice el libro
de Eclesiastés, «todo tiene su tiempo». En todos estos ciclos de la vida, pasaremos
por transformaciones, adaptaciones, aprendizajes, luchas, dolores y disfrute. Y todos,
sin excepción, atravesaremos dos ciclos vitales: un momento de nacer y un momento
de partir (de familiares, de seres queridos, hasta de uno mismo).
Yo soy un hombre que sabe. He sido un hombre que busca, y aún lo soy, pero ya no busco en las estrellas
ni en los libros: empiezo a escuchar las enseñanzas que mi sangre murmura en mi interior...

Hermann Hesse
Nacemos y crecemos, y en todo este proceso nos transformamos en personas, con
sentimientos y un potencial que debe ser liberado para vivir y ser felices, y no solo
sobrevivir.

Sabiduría es saber elegir.

En la vida cotidiana tendremos un largo camino que recorrer y construir que
dependerá de la forma en que llenemos nuestro interior y de la forma en que
elijamos relacionarnos con los demás.
El hecho de estar vivos nos convierte en seres vulnerables y sensibles a cada
emoción que fluye desde nuestro interior y que se expresa a través de lo que percibe
de su alrededor. Por eso nosotros somos los responsables de la forma en que
elegimos vivir nuestra vida. Nadie está capacitado para elegir por nosotros.
Necesitamos asumir el riesgo de vivir, y solo nosotros podemos decidir cómo
debemos hacerlo.
En este trayecto de la vida encontraremos dificultades, dolores, angustias,
pérdidas, pero también disponemos de la habilidad emocional y cognitiva para
sobreponernos y aun sobrellevar aquellos momentos que pensamos que no
toleraríamos.
Lo más sano en cada ciclo o etapa de la vida es manifestar nuestras emociones, en
lugar de permanecer atados a hechos o circunstancias determinadas y a personas con
las cuales no hemos podido cerrar nuestros vínculos.

Permanecer encerrados en una misma emoción14T

tóxica no nos permitirá seguir viviendo, aprender y mejorar como personas.

Vivir, y no sobrevivir, de eso se trata. La diferencia entre ambas cosas dependerá
del control y del autocontrol que cada uno de nosotros disponga para hacerse cargo
de la situación por la cual estamos atravesando.14U

2. LAS PÉRDIDAS

Toda pérdida del pasado sin cerrar se transforma
en un peso que no me deja alzar el vuelo,
en una emoción tóxica que no me permite avanzar.

Todos hemos sufrido en alguna ocasión una o varias pérdidas. Estadísticamente, se
calcula que los seres humanos podemos tener durante nuestra vida alrededor de
cuarenta pérdidas emocionales distintas: perder un amigo, un novio, una pareja, un
divorcio, la muerte de un hijo, mudarnos, cambiar de colegio. Se trata de distintos
niveles de pérdidas y de ausencias, pero todas ellas son pérdidas emocionales al fin y
al cabo.

Aguantar no cierra las pérdidas.

Los seres humanos vivimos ligándonos a las cosas y a las personas afectivamente,
solemos poner en ellos una gran parte de nosotros mismos a través de expectativas,
ilusiones, confianza, amistad, palabras, emociones, vínculos. Por eso, cuando
perdemos a un ser querido, sentimos que algo de nosotros mismos se ha ido con él.
Cuanto más amor, más dolor.
El tipo de vínculo que hayamos tenido con ese ser que hoy ya no está podrá
acrecentar el dolor de la pérdida. Por ejemplo, si vemos por televisión cómo han
matado a una persona a la que no conocíamos, seguramente este hecho nos
impactará y nos conmoverá, pero no de la misma forma que si la persona hubiese
sido un ser querido. Necesitamos entender que cuanto mayor es el vínculo, más
intenso será el duelo.
Frente a una pérdida, aunque sea parte de la vida, aparecerá lo que los psicólogos
llaman duelo, que significa combate entre dos.
El duelo describe el momento en que una persona alberga un combate interno:
una parte de ella acepta la pérdida frente a otra que no la acepta. Entonces, como
estos sentimientos encontrados le generan conflicto, comienza la lucha. Pero todos,
aunque no nos cause placer tener que vivirlo, necesitamos guardar duelo. En
psicología conocemos el trabajo del duelo como el intento que hace la persona para
aceptar la pérdida y para llevar a cabo los cambios correspondientes en su mundo
interior (el retiro de la libido del objeto perdido). Pero con el tiempo, el sujeto debe
volver a las conductas propias que se tenían antes de la pérdida y retomar el control
de su vida.
Ante la pérdida de un ser querido, el duelo es un proceso normal cuyas etapas
serían:14V

1. El reconocimiento de la pérdida
2. El duelo propiamente dicho
3. La vuelta a la vida de siempre

El duelo es un proceso normal que se desarrolla tras una pérdida y es necesario que lo
vivamos y lo superemos.

Sin embargo, existen diferentes tipos de duelos. Veamos algunos de ellos:

• El duelo patológico
Como ya hemos dicho, en el duelo normal sobreviene una aceptación de la
pérdida del objeto (cosa o persona). En el duelo patológico, esta pérdida no se
acepta y se recurre a distintos mecanismos para eludirla. Los dos tipos básicos de
duelo patológico son la negación del duelo, es decir, aquí no ha pasado nada,
nada ha cambiado, y la intensificación del duelo.

• Negación del duelo
Este tipo de duelo lo experimenta la persona que sufre una pérdida y no logra
expresar la emoción que le ha causado. En general, los hombres suelen ser más
propensos a guardar este tipo de duelos. Solemos reprimirnos, tragamos,
aguantamos: «Los hombres tenemos que ser fuertes, no llorar, no expresar.»
Entonces, racionalizamos la situación para no expresar lo que verdaderamente
estamos sintiendo. Pero todo esto es falso, los hombres también podemos llorar
y es sano que aprendamos a respetar los tiempos de los duelos. Muchas
personas consideran que vivir y sentir ese duelo es una señal de debilidad; por
eso actúan «como si no», como si no hubiese muerto, como si no sintiesen dolor,
miedo, angustia, etcétera, sin darse cuenta de que el no permitirse sentir lo que
verdaderamente les está pasando terminará dañando su cuerpo y su alma.

• Duelo intensificado
Se da cuando la persona no reprime la emoción que está sintiendo sino que la
suelta toda. Llora, grita, siente rabia, angustia, dolor, culpa...
Aquí la sintomatología es opuesta a la de la negación del duelo. La
intensificación del duelo lleva a la depresión y muchas veces a ciertas
alteraciones de tipo emocional.
Frente a la pérdida, la persona reacciona expresando sus emociones de forma
descontrolada. Según Freud, la melancolía es la manifestación del duelo
patológico. Los síntomas más comunes en este caso son: insomnio, destemple,
anorexia, culpa, autorreproches intensos, ideas suicidas, aislamiento, etcétera. Y14W

estos se suceden de forma cada vez más acentuada y persistente.

• Duelo ambiguo
Es aquel duelo que se da cuando no se sabe si la persona ha muerto o no. Este
puede ser el caso de una persona desaparecida, de una persona secuestrada, de
un marido que se fue y no ha vuelto, de un padre que sigue vivo pero cuyo hijo
no sabe dónde, y el caso de un chico que sabe que fue adoptado pero ignora
dónde están sus padres biológicos.
A este tipo de duelo también se lo conoce como «duelo congelado», es decir, la
persona siente alegría, pero a la vez dolor por no poder cerrar o entender una
determinada etapa de su vida.
Por otro lado, John Bowlby, en su libro La pérdida afectiva, sostiene que el duelo
patológico posee las siguientes características:

• Anhelo inconsciente de la persona perdida
• Reproche inconsciente contra la persona perdida con autorreproches conscientes
e inconscientes
• Cuidado compulsivo de otras personas
• Persistente incredulidad de que la pérdida sea permanente

Para comprender mejor por qué sentimos lo que sentimos, tengamos en cuenta
que los factores que afectan a la duración e intensidad del duelo pueden ser: las
causas y circunstancias de la muerte, la identidad y rol de la persona perdida así
como la edad y sexo de la persona que ha sufrido la pérdida y el tipo de
personalidad de esta última.

Sea cual fuere el duelo que decidamos guardar,
aprendamos que el «dolor no es un estado,
sino un proceso».
[*]
Necesitamos contar con el lugar
y el tiempo para poder vivir ese dolor, para que,
al hacerlo, nos hayamos reconciliado con la vida.
* tanatologia.entornomedico.net.14X

3. ¿QUÉ ES EL LUTO?

«El luto es una forma de responder a la muerte de un familiar, de mostrar al
exterior la pena por la pérdida acaecida. El luto es la manifestación visible del dolor,
que regularmente ha sido a través de la forma en la que vistes; aunque atañe
fundamentalmente a la ropa, también lo hace a las costumbres y a la vida
cotidiana.»
[*]
El luto es un hecho cultural. En la Antigüedad, las personas que pasaban por estos
momentos de duelo se tiraban cenizas y rasgaban sus ropas. Tiempo atrás, guardar el
luto era un tema riguroso e importante y, si no lo hacías, se sospechaba que esa
muerte no significaba nada en tu vida.
Cuando las mujeres estaban de luto, no se podían pintar los labios, ni las uñas, ni
usar ropa ajustada. Las mujeres indias, cuando perdían a su hombre, se cortaban el
pelo y, cuando volvían a tenerlo largo, se había terminado el luto.
[**]
El color negro era el color del luto y aún sigue siéndolo para muchas personas. En
algunos lugares existen las plañideras; en otros se llevan a cabo los velatorios, en
otros cantan, etcétera.
Hoy sabemos que lo importante no es el luto, si te vistes de blanco o de negro, si
lloras una semana encerrado en tu casa, en la iglesia o si le muestras al mundo que
estás mal por la ausencia de ese familiar. Lo importante es el duelo, es saber que las
pérdidas se sufren en el interior del alma de cada persona y que cada uno puede
elegir cómo vivirlo.
La diferencia en cómo vives el duelo no está en si te vas a maquillar o no, si vas a
ver el partido de fútbol o no, sino en reconocer que se trata de un momento difícil
por el que necesitas pasar, para luego aceptar, para que en el momento justo vuelvas
a vivir tu vida en paz y con alegría.
*
«El luto de las viudas» en www.agustincelis.com.
** Ibídem.15O

4. MITOS SOBRE EL DUELO

Es interesante observar que, en nuestros primeros años, a todos nos enseñaron a
conquistar, a ganar y a lograr cosas, pero nadie nos dijo qué debemos hacer cuando
perdemos a las personas que amamos. Lo que es peor, nos enseñaron mal acerca de
qué debemos hacer frente a una pérdida. «Los mitos relacionados con la muerte son
afirmaciones que consideramos como verdaderas, pero que no cuentan con la
evidencia científica que los sustente. En el duelo, estas “afirmaciones engañosas” nos
hacen pensar que estamos ayudando al doliente a elaborar la pérdida y, sin embargo,
proporcionan a este la sensación de no ser comprendido por su entorno social
inmediato.»
[*]
Identifiquemos algunos hábitos erróneos que nos han enseñado o hemos
incorporado en nuestros hogares, directa o indirectamente, consciente o
inconscientemente, sobre cómo actuar frente a las pérdidas afectivas:

• Puedes reemplazar tus pérdidas
Leía sobre un muchacho que de pequeño tenía un perrito y el perrito se murió.
El niño empezó a llorar con una angustia impresionante y sus padres le dijeron:
«No llores, te compraremos otro perrito.» Ahí encontramos dos mensajes que le
enseñaron a ese niño sobre las pérdidas:
Primero: «No llores.» «No expreses tu dolor, aguanta.» Con esta enseñanza,
cuando el niño comience a crecer, reprimirá y evitará expresar todo lo que
signifique dolor y llanto, porque de pequeño le dieron la orden «no llores».
Segundo: «Se puede reemplazar.» Otra historia cuenta que un adolescente se
peleó con la novia y este joven lloraba sin consuelo, por lo que su madre, para
no verlo sufrir más, le dijo: «Hay muchos peces en el océano.» Lo que esta
madre le quiso decir fue: «Hijo, no llores por esa chica, hay cientos de mujeres
más.» Es decir, se puede reemplazar y que reemplace ese dolor por la presencia
de otra mujer.

Inconscientemente, a través de estos mensajes adquiridos, crecemos pensando que
aquellas pérdidas que hemos vivido se pueden reemplazar. Sobrellevamos la muerte
de un hijo teniendo otro hijo. Si nuestra pareja nos ha abandonado o ha fallecido,
elegimos, sin permitirnos guardar el duelo, al primer hombre o mujer que aparezca
con el fin de no sentirnos solos y darnos cuenta de su ausencia. Reemplazamos la
muerte de una madre o de un ser querido atiborrándonos de comida, ahogándonos
con trabajo y más trabajo, etcétera. El tema es no pensar, no sufrir las pérdidas.
Nos enseñaron a reemplazar las pérdidas, pensando que con ello evitaríamos15P

sufrir el dolor que nos causan las ausencias.

• Si estás sufriendo, hazlo solo
Por ejemplo, cuando alguien llora en un colegio, lo sacan del aula y lo llevan a
un lugar aislado para que esté solo, porque el mensaje es «si vas a llorar o a
expresar dolor, tiene que ser en soledad». Los padres también contribuyen a
reforzar este mensaje diciendo: «Si estás mal, ve a tu cuarto.» Y lo mismo pasa
frente a un duelo. No queremos llorar delante de nadie para no incomodar al
otro. Entonces, lloramos a solas, porque el mensaje es «si te ríes, reirán contigo,
pero si lloras, llorarás solo».

• El tiempo curará las heridas, pronto se te pasará el dolor
Si has sufrido pérdidas importantes, seguramente, te has dado cuenta de que el
tiempo no cura nada. Pueden pasar años, tal vez toda la vida, y aun así seguir
con el corazón herido.

• En una semana se te pasará
También es un mito creer que el duelo debe durar cierta cantidad de tiempo, ya
que no existe una duración exacta. El duelo es personal. Lo que sí sucede a
medida que el tiempo transcurre es que la libido del objeto perdido se retira
lentamente y prepara la recuperación de las relaciones interpersonales. El
carácter doloroso de la figura del duelo se debe justamente al anhelo persistente
de la figura perdida, es la necesidad de recuperar a la persona amada. Esta
necesidad de recuperar a la persona perdida se expresa con las más variadas
emociones, desde la vigilancia y espera hasta el llanto. Aun en el duelo normal
aparece la ira, a menudo inconsciente, contra la figura perdida y dirigida hacia
otra persona, sentimiento que está relacionado con la impotencia de la situación.

• Tienes que ser fuerte
«Sé fuerte, aguanta.» La persona que cumple este mandato es la primera que
sufre consecuencias en su cuerpo tales como infartos, úlceras, etcétera. Es esa
persona que frente a un duelo, a una muerte, a una pérdida, dice: «No puedo
aflojar, porque, si cedo, todo esto se viene abajo.» Y ella es la primera que cae
enferma. El fuerte trata de seguir siéndolo en todos sus roles: se divorcia, pierde
trabajos, se muda de un lado a otro, pero tiene que ser fuerte y permitir que
todo el dolor vaya por dentro porque ha adquirido este hábito equivocado
frente al dolor, «sé fuerte», como si el llanto fuera un signo de debilidad.

• Tienes que distraerte15Q

Tienes que salir un poco más. Ve al cine, sal, diviértete. La diversión o estar
ocupados nos distrae, pero no nos cura las heridas. El tema es aturdirnos para
no pensar, distraernos o llenarnos de actividades, sin darnos cuenta de que,
hagamos lo que hagamos, si no guardamos el duelo, en algún momento ese
dolor va a volver a herir nuestras emociones.

Lo más importante es reconocer que los duelos duelen; sin embargo, es necesario
hacerlos.
Tal vez nos sentimos culpables por reponernos rápidamente ante una pérdida y
nos castigamos pensando que lo normal es estar mal mucho tiempo, recordando a
esa persona que ya no está. Y pensamos: «Si él ya no está, se murió, ¿cómo voy a ir
yo al cine?, ¿cómo voy a seguir viviendo yo y él no?»
Muchos deciden morir con la persona que hoy ya no está. Sin embargo, esta
decisión no va a alterar ni cambiar lo sucedido. Necesitamos soltar el dolor y también
a esos seres queridos que ya no están con nosotros.
«Una cosa es la evocación cariñosa y algo nostálgica, o el sereno y tierno recuerdo
que nunca puede desaparecer si hemos amado a alguien, y otra cosa es una
esclavitud interna, cuando a causa de ese apego dejamos de vivir, dejamos de crecer,
nos anulamos y nos enfermamos, la vida pierde sentido. Ha pasado el tiempo y ya no
somos capaces de disfrutar y de crear.»
[*]
Y pensamos que así, dejando de disfrutar y de vivir les rendimos culto, pero esto
es falso. Los que estamos vivos debemos seguir creciendo, volver a ponernos de pie y
empezar de nuevo. La vida es muy valiosa como para dejarla pasar sin exprimirla
hasta que ya no quede nada por hacer. Mientras estés vivo, tendrás fuerzas para
levantarte y comenzar otra vez. Tal vez en esta ocasión lo tengas que hacer de
diferente manera y con diferentes personas, pero podrás hacerlo. Estás frente a una
etapa nueva y distinta, pero te tienes a ti mismo para comenzarla, porque estás vivo y
hay muchos más sueños por cumplir y conquistar. Soltemos el dolor, el recuerdo, el
duelo, no nos apeguemos a ellos y no nos castiguemos por aquello de lo que no
somos culpables. Soltemos lo que ya ha pasado y démosle la bienvenida a lo nuevo,
aceptemos todo lo nuevo que la vida nos ofrece. No nos encerremos.
Jaime Barylko decía: «Es mejor no hacer monumentos de nuestras experiencias
más intensas, porque entonces las matamos, las volvemos inercia y recuerdo fijo e
inmutable. Los monumentos deben reemplazarse por momentos. Momento es lo que
se mueve, el río en acción...»
[**]
Y tu vida es eso, un río, un cauce que siempre está en movimiento, en acción, y
que nadie excepto tú puede detener.
Según Víctor Fernández, «después de vivir algo intensamente hay que soltar, hay
que pasar a otra cosa, como diciendo: “Sigamos caminando, no nos detengamos en15R

las tumbas.”»
[*]
Tu decisión marcará la diferencia. Las personas afirman que el tiempo cambia las
cosas y las circunstancias, pero en realidad el único que puede originar un cambio
eres tú mismo. El cambio debes hacerlo tú.
Y recuerda que, para vivir en libertad, no podemos permanecer atados al pasado,
a lo que ocurrió y a los recuerdos. Suéltalos, respira hondo y vuelve a caminar...
* www.duelo.org/trauma_en_duelo.html.
* VÍCTOR MANUEL FERNÁNDEZ: op. cit., pág. 9.
** JAIME BARYLKO: El significado del sufrimiento, Buenos Aires, Bonum, págs. 30-31.
* Víctor Manuel Fernández: op. cit.15S

5. NADIE PUEDE PONERSE EN TUS ZAPATOS

El dolor es único. Nunca trates de que alguien entienda tu dolor porque el dolor
es tuyo. Ni siquiera una persona que ha perdido a un hijo o se ha divorciado, o se ha
mudado o ha sufrido alguna pérdida, puede comprender tu dolor porque tu dolor y
tu emoción son exclusivos y nacen de esa relación exclusiva y única que tú tenías con
esa persona que hoy ya no está contigo.
La gente puede tratar de comprender una parte de lo que te está pasando, pero
nadie puede sentir lo mismo que tú, porque el dolor que tú sientes es único y te
corresponde pasarlo y vivirlo a ti. Y a ese dolor que has pasado, o tal vez estés
atravesando, necesitas sacarlo. El dolor no hay que ocultarlo, no hay que justificarlo,
no hay que explicarlo, solamente escucharlo y después soltarlo. El dolor no necesita
nada, excepto salir. El dolor necesita ser escuchado. El dolor hay que agotarlo.
Cuando pasamos por una pérdida, sufres dolor y ese dolor que sientes es dolor y
no hay nada más que decir.
Sin embargo, como frente al dolor nos sentimos impotentes, pretendemos decir
algo, queremos opinar, queremos interpretar, racionalizar el dolor y nos olvidamos
de que el dolor que sentimos frente a una pérdida y ante un hecho traumático es
normal.
El dolor no es el problema, el problema son las emociones no sanadas. El
problema está cuando ha quedado una relación inconclusa, sentimientos no
expresados o palabras no dichas, es decir, cuando nuestras emociones no se cerraron
y sentimos que nos quedó mucho por hacer y por decir. Por vergüenza, por rabia,
porque se murió, porque no pudimos, porque no quisimos, no importa, pero todas
aquellas emociones que no fueron expresadas quedan arraigadas y pueden
transformarse en una herida abierta, si no las curamos.
Sin embargo, siempre hay algo que podemos hacer. Puedes buscar a una persona
significativa en tu vida y decirle o escribirle una carta con todas aquellas palabras que
no fueron dichas, no te quedes nada dentro. Después de hacerlo sentirás como si te
hubieses deshecho de una gran mochila. Perdona y, si es necesario, perdónate y
vuelve a soñar y a proyectarte en el futuro. Y ahora sí, no encierres ni tus emociones
ni tus palabras, libéralas. No reprimas el dolor, este dolor tiene que salir.
Concéntrate en lo que está al alcance de tus posibilidades de ahora en adelante, no
te centres en el dolor, la frustración y la culpa.
Perseverar y no abandonar nos permitirá seguir moviéndonos y mejorarnos. El
hecho de movernos nos posibilitará, en un determinado momento, avanzar y superar
esa tristeza que parecía no acabar nunca.
Si te has decidido por tu vida y por superar el dolor, recuperarás tu energía y tu
fortaleza. Y no solo superarás todo el dolor por el que atravieses, sino que saldrás15T

con un carácter más desarrollado y un potencial que te permitirá alcanzar lugares y
personas que nunca habías imaginado.

Esta es la historia de Helen y es una historia verídica. Helen tenía un sueño:
estudiar Derecho, pero, cuando su padre murió, sus planes se desvanecieron y tuvo
que buscar trabajo en una compañía eléctrica.
Allí se enamoró de un joven llamado Franklin Rice. Con el tiempo se casaron,
pero al poco de casarse, con la caída de la bolsa en 1929, el joven se suicidó.
Helen continuó trabajando, a pesar del dolor por su esposo, de su carrera
frustrada. Y aún hay más, sufría de una enfermedad degenerativa sumamente
dolorosa. Pero pese a todo ello, redactaba tarjetas de felicitación en un nuevo trabajo
y, en ocasiones, escribía.
Un día, alguien leyó una de sus tarjetas y, de repente, su vida cambió. La
contrataron por sus escritos. Todos recitaban sus poemas y, a partir de entonces,
vendió más de siete millones de libros. Hay un poema que la identifica y, justamente,
lo publica antes de morir. Su última estrofa dice:

Así que descansa, relájate y fortalécete.
Suéltate y deja que Dios lleve contigo
tu carga. Tu trabajo no está completo
ni ha terminado. Solo has llegado
a una curva en el camino.

Tu decisión marcará la diferencia. Las personas afirman que el tiempo cambia las
cosas y las circunstancias, pero en realidad el único que puede originar un cambio
eres tú mismo. El cambio debes hacerlo tú.15U

6. INTERROGANTES ANTE LO DESCONOCIDO

En la vida hay dos miedos básicos que comparten la mayoría de las personas:
cómo vamos a morir y qué sucede después de la muerte. El temor es parte de
nuestra naturaleza. Desde el Génesis, el hombre ha sentido temor ante lo
desconocido. Hasta los que alcanzaron el éxito, en algún momento, han sentido
temor. La diferencia es que esa emoción no los detuvo ni los paralizó.
Lo que más temo es el temor.

Montaigne
En todos los pueblos encontramos la idea de una vida futura, desde los aborígenes
de Australia, con su teoría de la constante reencarnación, pasando por los
esquimales, que consideraban que las almas iban al submundo, hasta el budismo y el
islamismo. La idea de eternidad está en la mente humana, y esta idea ha llevado al
hombre de todos los tiempos a creer y a imaginar de mil maneras diferentes una vida
eterna, un más allá.
Para algunos pensadores de los siglos XIX y XX, la idea de eternidad es
considerada la proyección de un deseo (Feuerbach) o una vana esperanza para los
oprimidos (Marx) o una regresión a la inmadurez (Freud).
Mas allá de las creencias e interrogantes, la muerte ha de ser encarada de acuerdo
a como fue encarada la vida. La pregunta entonces no es cuándo moriré, sino cómo
he de vivir hasta que muera y cómo estoy invirtiendo mi vida hoy.
Según el rabino Harold Kushner: «La vida es como una lata de café instantáneo.
Cuando tienes la lata llena, tomas los granos y los puedes repartir; pero cuando en la
lata queda un poquito menos de la mitad, ya no repartes con tanta facilidad porque
tienes poco. Así es la vida, se te fue la mitad y a algunos un poquito más. Cuando
uno es joven, vive la vida loca y regala el tiempo, pero cuando el tiempo avanza y la
lata se va vaciando, uno no tiene tanto para dar.»
Tienes que aprender a administrar tus días y vivirlos en paz.
Aprende a cerrar todas las pérdidas y, una vez hecho esto, piensa en tu presente y
en tu futuro. Ensancha tu sueño, ese sueño tiene que ser el motivo por el que te
levantes, por el que camines, por el que hables. Y tiene que ser tan pero tan grande
que solo pienses en que lo mejor y el postre aún están por venir.15V

7. CÓMO ACOMPAÑAR DURANTE UN PROCESO DE DUELO

Me contaba un joven que, mientras estaba en una fiesta recordó a un familiar al
que había perdido y se puso muy mal, y un amigo que estaba a su lado, con el mejor
buen corazón, le dijo: «No es nada, vamos, piensa en otra cosa, diviértete.» Y esta
persona comenzó a llorar sin parar hasta que se le acercó otro amigo que se sentó a
su lado y le preguntó qué sucedía, y el muchacho comenzó a explicarle lo que le
había pasado.
En esta situación, el joven escuchó a su amigo, estuvo a su lado mientras lloró,
habló y lo único que hizo fue abrazarlo, y él le dijo: «Gracias, era esto lo que
necesitaba.» Y volvió a la fiesta y pudo disfrutar de ese momento.
Ante el dolor, como ya hemos dicho, no es necesario explicar nada, solo
acompañar y consolar. Nadie puede sentir lo que el otro está sintiendo. Tal vez, esa
impotencia que sentimos de ver, por ejemplo, a un ser querido sufrir nos hace
decirle: «Bueno, ya está, pronto se pasará, no llores más»; porque ese dolor a
nosotros también nos afecta y no queremos verlo así.

Para consolar a una persona en el momento
de duelo, no expliquemos, sino consolemos.
Consolar es escuchar sin juzgar, es estar ahí;
es escuchar, acompañar sin hacer nada.

Como amigos, animemos a la persona a sacar su dolor, a que nos cuente, que
recuerde, que sienta y se exprese con libertad, porque madurar es aprender a soltar
el pasado.
Es importante aprender a pedir ayuda. Como amigos, debemos pedirle que nos
diga qué le hace bien y qué no. En estas circunstancias, algunas personas desean que
las llamen mientras que otras prefieren un tiempo de silencio. Respetemos sus
tiempos y su dolor. Si sabemos acompañarlos, ellos sabrán que no están solos y que
tú estás a su lado para tenderle la mano que necesita.

Para sanar las heridas...

Judy Tatelbaum, autora de Valor para afligirse, escribe: «Recobrarnos totalmente
de una pérdida significa acabar o desprendernos totalmente. Recobrarnos de la
muerte de una persona querida no es eliminar el amor o los recuerdos, sino que
significa aceptar su muerte, que disminuyan el dolor y la pena, y sentirnos libres para
ocuparnos de nuevo de nuestra vida.»158

En el duelo tendremos que desprendernos finalmente de nuestra dependencia de la persona que se ha
ido, pero podemos conservar nuestro amor por ella.

Christine Longaker
¿Cómo podemos recuperarnos de las pérdidas, ya sean divorcios, noviazgos,
muertes?

Como ya hemos dicho, cada persona debe guardar su duelo. Este proceso es
totalmente personal, y no existe un modelo a seguir, sino pautas que indicarán que la
pérdida ya ha sido superada.

• Libera el dolor, no permanezcas todo el día atado al dolor. Aprende a sacar las
imágenes negativas, tristes, del álbum de tu mente. No cargues con mochilas, son
pesadas, déjalas a un lado, y sigue caminando en libertad y en paz.

• Luego, confiesa. Confesión es la acción de disculparse por lo que has hecho o
has dejado de hacer. Mientras sigas defendiendo el derecho de tener razón, vas
a encontrar un obstáculo en el proceso de curación de tus emociones. Hay tanto
poder en la confesión, en decir «hice esto malo», «dije esto», «no te visité en el
hospital», «me he equivocado en esto», «no te he dado las gracias», «quiero
disculparme»... La Biblia dice: «Si nos confesamos los unos a los otros somos
sanados.» Tal vez necesitas pedir disculpas, porque durante ese divorcio, en esa
pérdida, ante esa muerte reaccionaste impulsivamente y hoy dices: «Cómo me
gustaría habérselo dicho, necesito sacar eso, necesito decírselo a alguien.» Hazlo
hoy, no te detengas y libérate de esa culpa con la que cargas.

• Perdona. Es un acto liberador, poderoso, donde el que perdona es el que recibe
la libertad. Muchas personas no desean perdonar porque piensan que perdonar
sería darle la razón al otro. Sin embargo, el perdón es una decisión personal
independiente de quién haya tenido la culpa.
Perdonar no es justificar al otro. No tiene que ver con lo que hizo el otro, sino
con tu respuesta.
Perdonar tampoco es olvidar. Siempre recordarás esa situación difícil. La
cuestión es lo que sientes cada vez que ese recuerdo viene a tu mente; si has
perdonado, sentirás paz.
Perdonar no es minimizar, sino sanar ese dolor. Esto sucede a pesar del daño
que te han causado. Perdonar es desligar a esa gente de tu vida. Perdonar es
soltar a un prisionero y descubrir que el prisionero eras tú.
Perdonar es un acto que te hace cerrar el pasado para poder adentrarte159

libremente en tu futuro. Perdonar es un acto que te permite cerrar etapas. Tal
vez fue un divorcio, una separación, una pelea, y haya rencor en tu vida. Te
cuesta perdonar porque la rabia te da poder. Cuando estamos enfadados nos
sentimos fuertes, y la rabia te hace sentir poderoso, pero también te impide la
intimidad. Pero perdonar es justamente liberar ese enojo, porque perdonar es
un acto de grandeza, solo los príncipes perdonan. Tal vez haya que perdonar a
padres, hijos, amigos... Tenemos que aprender a perdonar, porque en la vida
siempre habrá gente que haga daño, y recuerda que muchas veces nosotros,
aunque sea sin darnos cuenta, también ofendemos a los demás.

• Haz declaraciones emocionales importantes. Algunos necesitamos hacer una
declaración emocional. Hoy es el momento de expresar ese algo que quisiste
decir y no dijiste. Quizás estás pensando: «siempre he querido decirle a mi
padre que lo quería y no se lo dije nunca»; «nunca le dije a mi madre lo
orgulloso que estaba de ella, y ahora ella ha fallecido y me he quedado mal...».
Hazlo ahora. Cuando lo hagas, estarás listo para cerrar esa pérdida. Y cuando
cierras las pérdidas, estás listo para vivir en libertad.
No puedes guiar el viento, pero puedes cambiar la dirección de tus velas.

Proverbio chino
Cuando hayas tocado fondo, cuando hayas agotado ese dolor, recuerda que no
habrá más fondo, que no vas a poder caer más. Y ese fondo será el punto de apoyo
en el cual vas a volver a levantarte. Vivamos una vida con sentido.

1. La vida cobra sentido cuando la invierto en otros
Es cuando damos, entregamos y compartimos cuando nuestra existencia cobra
significación. Esta es una forma de cuidar, amar y respetar la vida. Si la vida gira
alrededor de uno mismo, se vuelve vacía y egoísta.

2. La vida cobra sentido cuando la vivo con la mayor intensidad posible
Muchas veces la vida se consume en cosas sin sentido. Permanecemos estancados
mucho tiempo en el pasado, en los errores cometidos y en las pérdidas que
hemos sufrido. O miramos el futuro cargándonos de ansiedades y miedos por lo
que ha de suceder en lugar de vivir un presente lleno de posibilidades,
disfrutando el aquí y el ahora y aprovechando cada momento, cada minuto
como si fuese el último.
16O

3. La vida cobra sentido cuando la enriquezco
Muchos llegan a la vejez y a la muerte con angustia y depresión al ver que su
vida ha pasado y está vacía, y que la han llenado con experiencias vanas, sin
resultados, sin sueños concretados. Otros, en cambio, llegan a la vejez y a la
muerte con un cúmulo de experiencias tan significativas y trascendentes que, al
mirar atrás, pueden ver una vida vivida con mayúsculas.

Por todo esto, mientras tengamos vida,
vivamos cada día tan intensamente
como si fuese el último.16P

12
EL LLANTO TÓXICO

No hay nada malo en expresar nuestro dolor, pero si nos
aferramos a él se convierte en un castigo que nos imponemos a
nosotros mismos.

ELISABETH KüBLER-ROSS


Llorar nos hace bien cuando necesitamos expresar nuestro dolor, y hacerlo en el
momento adecuado puede brindarnos una sensación de alivio o «descarga»
emocional. En este capítulo veremos que no se trata de dejar de llorar, porque «a
veces» es bueno. Sin embargo, es preciso saber administrar nuestras lágrimas para
que el llanto no se vuelva una respuesta inmediata ante la frustración y de esta
manera pase a ser un estado tóxico donde nos volvamos vulnerables y víctimas de
todo.
Utilizando el llanto poco a poco hemos ido perdiendo la capacidad resolutiva
frente a las circunstancias y nos hemos enredado en la autocompasión, entonces la
pregunta es: ¿cómo hacer para no llorar todo el tiempo?16Q

1. ¿QUÉ ES Y QUÉ NO ES EL LLANTO?

El llanto es el primer sistema de comunicación que tenemos. Nacemos llorando. El
bebé, para comunicar dolor, hambre, sueño, cansancio, incomodidad, ¿qué hace?
Llora. Si ese llanto no se detiene a tiempo, el niño va creciendo y utilizando el llanto
para manipular. Y luego, en la edad adulta, en lugar de cortar o reemplazar el llanto
por una conducta efectiva, seguimos llorando, porque el llanto es una conducta
automática, aprendida; y lo más importante que debemos tener en cuenta es que el
llanto es un acto voluntario. Acto voluntario significa que quieres hacerlo, o puedes
dejar de hacerlo por tu propia voluntad.16R

2. A LLORAR SE APRENDE, LO HEMOS INCORPORADO A
TRAVÉS DEL APRENDIZAJE CULTURAL

Muchas personas hipersensibles en sus hogares han recibido un entrenamiento
para «vivir sufriendo» a través de las advertencias de sus padres: «la vida es difícil, la
vida es dura, trata de lograr algo, pero acuérdate de que vas a tener problemas,
dificultades; yo te digo que te prepares para el sufrimiento».
Con estas enseñanzas, luego la felicidad se les hace algo imposible; es como si
alcanzar felicidad fuera algo ilógico para sus vidas, porque fueron preparados
culturalmente para el sufrimiento.
Hoy contamos en nuestra sociedad con personas que se sienten atadas a algo de lo
que no pueden escapar; están paralizadas y atrapadas por algo de lo que no pueden
salir. Utilizan conductas repetitivas, costumbres y hábitos que les han enseñado para
responder a las situaciones difíciles, y una de esas conductas aprendidas es el llanto.16S

3. EL ORIGEN DEL LLANTO ES UN «PENSAMIENTO» SEGUIDO
DE UNA «EMOCIÓN»

Debemos saber que cada emoción es producto de un pensamiento anterior.
Cuando reaccionas con llanto es porque antes has pensado algo que te ha llevado
al llanto, no ha sido la circunstancia.
Nuestros pensamientos nos hacen reír o llorar. Cada pensamiento da como
resultado una emoción: si el pensamiento es negativo, equivale a llanto, y si el
pensamiento es bueno y agradable luego sentiremos alegría. ¿Por qué? Porque «cada
emoción es producto de un pensamiento anterior».
Lo importante en la vida no son los acontecimientos, sino los pensamientos que
tienes con respecto a lo que está pasando.
«... ¿Y si se me muere alguien?»: Tu reacción tendrá que ver con lo que pienses
acerca de la muerte.
«... ¿Y si me quedo sin trabajo?»: Tu reacción tendrá que ver, no con el
acontecimiento que es la pérdida de trabajo, sino con el pensamiento que abrigues,
por ejemplo si te consideras una persona capacitada para conseguir trabajo.
Aquí entran en juego los aspectos relacionados con la imagen que tenemos de
nosotros mismos. Todos nos vemos de determinada manera. Entonces según cómo
me vea o sienta, será la imagen que llevaré a donde vaya: si me veo incapaz, esa será
la imagen que transmitiré en mi trabajo, a mi familia y en todo lugar. Tendrás
reacciones emocionales diferentes si piensas de manera diferente. No es lo mismo
autoafirmarte:

«soy una pobre persona»
«soy víctima de la crisis global»
«nunca voy a lograr rehacer mi vida»

que si piensas:

«todo lo grande comienza pequeño»
«un tropezón no es una caída»
«me equivoqué, pero lo puedo remediar»
«no me voy a rendir»

Porque no son los acontecimientos los que determinan mi estado, sino los
pensamientos que yo tenga con respecto a esos acontecimientos.16T

4. QUIERO, PERO NO PUEDO

Nuestra memoria intenta recordar si anteriormente ha vivido esa situación y cómo
respondió; por eso en esta nueva situación va a tratar de buscar: «¿Me ha pasado
algo parecido antes? ¿Y cómo reaccioné?» Entonces reaccionas de la misma manera
frente a esa situación.
Si, cuando tenías siete años, tu padre te gritó por algo y te echaste a llorar porque
escuchaste que él te gritaba; ahora, después de veinte o treinta años, cuando alguien
te grita por algo que haces, buscas una escena parecida y automáticamente repites la
misma conducta.
Hay personas que dicen: «Yo no puedo dejar de llorar, a mí me surge, a mí me
nace, a mí me sale...» Te puede surgir, nacer, o lo que sea, pero tienes el control;
porque es un acto voluntario. Si quieres, lloras, y si no quieres, no lloras.
No es que tengamos que contener el llanto, hay situaciones en las cuales sí o sí
vamos a llorar; no es que lo contengas, sino que tienes que aprender que en cada
situación que se produce en tu vida no debes responder de la misma manera. Hay
situaciones en las que tienes que buscar nuevas respuestas, y deben ser respuestas
efectivas.16U

5. EL LLANTO NO ES SOLUCIÓN

Creemos a veces que el llanto nos protege, porque nos decimos: «Si lloro, no van a
discutir más, no me van a gritar más.» Entonces, creemos que el llanto nos protege.
El llanto no es una respuesta, es una conducta y no te da soluciones a los conflictos que tienes; por llorar
no vas a lograr algo en la vida; por llorar no vas a solucionar ese problema importante que tienes.
Muchos creen que el llanto sirve para algo y dicen: «Si me ven llorando, entonces
lograré el objetivo que persigo.»16V

6. DÁNDOLE A LO NEGATIVO EL VALOR QUE SE MERECE

¿Te ha pasado alguna vez que lo veías todo negativo? «Creo que me estoy
muriendo...», «Ahora que no tengo trabajo, no voy a tener recursos para nada...»,
«Con esta enfermedad me quedaré inválida».
Te hiciste la idea más negativa de lo que en realidad era, viste todo negativo.
Pasamos un momento difícil, vemos un par de nubes, pero en nuestra mente ya
creemos que se acercan la tormenta, la lluvia incesante y la inundación... Es un modo
de ver las cosas cada vez más negativas. Nos encanta decir: «Ah, pero no sabe lo que
yo he pasado, eso sí que es grave y merece la compasión de todos.»
Decido dar oportunidad a la ley de la expectativa que dice que mi futuro será como yo creo que será.
Cuando en medio del dolor comiences a pensar en las cosas positivas de la vida,
harás que el dolor empequeñezca y la esperanza se agrande.
Lo que nos repetimos de forma constante, esas frases interiores que formulamos
todos los días, es responsable de nuestros estados de ánimo: de llorar o de reír.
Lo que te dices interiormente es responsable de que llores o te rías. Si te hablas
negativamente todo el día sobre esas circunstancias, vas a vivir llorando; pero si
cambias tu manera de hablarte internamente, vas a disfrutar de la vida.
Mejor aún sería si lográramos distinguir entre el llanto inútil o tóxico y el llanto
útil.
Existen tres llantos inútiles y tres llantos útiles:

• Llanto tóxico 1
«Las lágrimas de cocodrilo» o el llanto manipulador.
Es el de esas personas que lloran para cambiar el ambiente. Por ejemplo,
encontramos a las madres que te lloran así: «Está bien, si mamá sobra en esta
casa, mamá se va... y donde va, allí estará en paz.»
También hay oradores que lloran para manipular; les encanta relatar todas esas
anécdotas «lacrimógenas»: «Recuerdo cuando estábamos en tal lugar, y no
teníamos nada para comer...» Se proponen dar lástima y que la gente se
compadezca para, de esa manera, hallar un beneficio.
Pero ¿de dónde se aprende este tipo de llanto? De los bebés. El bebé llora para
pedir algo.
Dicen las estadísticas que en los primeros dos años los padres oyen llorar a sus
hijos doscientas veces. El bebé llora para que le cambien los pañales, llora para
ser abrazado, llora para que le den de comer, etcétera.
Es interesante que los bebés cuando lloran lo hagan siempre en el mismo tono:168

do mayor. Y de mayor uno le va agregando tonos nuevos.
Descubre que cuando llora le responden, y cuando es mayor quiere hacer lo
mismo; se dice a sí mismo: «Si lloro, viene lo que necesito.» Es un llanto
manipulador.
El cocodrilo es, de todos los animales, el único que tiene lágrimas; pero no llora
por emoción, sino porque cuando traga a su víctima, esta le presiona las
glándulas lacrimales. Por eso el dicho de las lágrimas de cocodrilo se refiere a
alguien que dañando llora.
Hay personas que al caer enfermos en la infancia, recibieron de sus padres
cuidados y amor; y así asociaron que la enfermedad trae consuelo y ternura. Al
crecer, no saben pedir amor, recurren al dolor, a «caer enfermos», a la lástima,
para recibir otra vez abrazos. Cuando se aprende a pedir el amor y no se
recurre a la manipulación, la persona queda libre del llanto tóxico.

• Llanto tóxico 2
«Las lágrimas religiosas que santifican» o el don de llorar.
En la Edad Media se creía que las lágrimas eran un don que había que pedirle al
Señor.
Muchos teólogos de esa época decían que las oraciones había que hacerlas
llorando y debíamos pedirle a Dios el «don del llanto». La religión de toda una
época fue «teología lacrimógena».
San Francisco de Asís se quedó medio ciego en la vejez por exceso de llanto.
San Benedicto decía que la oración sincera era la que iba acompañada de
lágrimas y que había que pedir «el don de lágrimas». No el don de prosperar, no
el don de sanar enfermos, nada de esto, sino el don del llanto.
Y nosotros hemos heredado todas estas creencias, y hoy en día hay gente que va
a la iglesia a llorar. «A llorar a la iglesia», dice el dicho popular.

• Llanto tóxico 3
«Las lágrimas por todo» o llorar según dice la cultura:
Hay gente a la que le encanta ver películas para llorar. En Estados Unidos se
descubrió que la gran mayoría de las personas que iban a ver Titanic ya la
habían visto; pero según esta investigación la gente volvía a verla para llorar.
Otro concepto cultural es que «los hombres no lloran», y desde pequeños
recibimos esta creencia como cierta. Si en el colegio un niño llora le tildan de
«afeminado». Esto nos ha llevado a asociar llanto con debilidad. Por eso los
hombres no lloramos, porque si lo hacemos nos sentimos débiles.
Los hombres sí tenemos permitido emocionarnos o llorar cuando vemos una
película de acción o de un rescate y nos identificamos por heroísmo o16X

patriotismo, entonces sí.
Por cultura la mujer llora más que el hombre. Las mujeres lloran en promedio
treinta veces al año, y los hombres, solo seis. El varón llora de promedio cuatro
minutos. Por otra parte, a partir de los sesenta años, lo que nos ocurre a todos es
que producimos menos lágrimas, por eso lloramos menos.
Todos los llantos de la cultura te dicen cuándo deberías llorar, aunque ese llanto
no te sirva para nada.

Ahora sí, los tres llantos útiles o positivos:

• Llorar por dolor
Llorar en el duelo. Cuando perdemos a alguien hay que llorar. En esas
circunstancias tenemos que expresar nuestro dolor. Aunque nos digan «no
llores, Dios se lo ha llevado, está con el Señor, etcétera», pero no lloramos
porque está allí, lloramos porque ya no está aquí, con nosotros.
El duelo es esa emoción encontrada en la que lloramos por lo que hemos
perdido, pero a la vez sabemos que no lo vamos a recuperar. Y ahí aparecen
emociones, rabia, tristeza, «por qué a mí... qué pasó...».
Hay un libro entero en la Biblia llamado «Lamentaciones» que habla
exclusivamente del duelo relatando la destrucción de Jerusalén.
Este es un llanto positivo, sano: tenemos que sacar todo el dolor hasta que se
consuma.
Debemos buscar un lugar sano, adonde podamos ir a llorar y gastar nuestro
dolor y donde nadie nos mire de forma rara y nadie nos cuestione, porque el
llanto del dolor se tiene que consumir. Tenemos que gastar las palabras que no
le dijimos al que partió, las palabras que nos quedaron guardadas en el cuerpo;
todo tiene que salir.
El duelo y el dolor nunca te roban la vida, no es cierto que si lloras no vas a
poder seguir: todos tenemos la posibilidad de recuperarnos de ese dolor. Es
bueno agotar esas lágrimas y poder decirle al otro, al que no está, como en un
juego de rol, lo que tienes dentro: esto te ayuda a desahogarte.
Jesús lloró al ver morir a su amigo Lázaro, luego se secó las lágrimas y dijo:
«¡Lázaro, levántate y anda!», y dice el texto bíblico que resucitó. Esto simboliza
que después del dolor vas a pronunciar las palabras de fe más extraordinarias de
toda tu vida. Porque el dolor no te roba la fe, no te roba nada. Pero una vez que
consumas el dolor, todo lo que has perdido regresará a tus manos.

• Llorar por los cambios trascendentes
Es un llanto que expresamos cuando tenemos un cambio importante. Cuando17O

nace un hijo, cuando nos casamos, cuando nos mudamos, por cambios de
trabajo, cuando encontramos pareja o cuando nos separamos... Se trata de un
llanto que funciona como catarsis. Son lágrimas permitidas y correctas que nos
ayudan a atravesar el cambio.

• Llanto por revelación o iluminación
Existe un llanto provocado por el descubrimiento de una verdad que uno
desconocía.
Ocurre muchas veces que cuando te das cuenta de algo, cuando «se te enciende
la bombilla», y te impacta el pensamiento, de pronto te encuentras llorando y
dices: «¿Qué me está pasando?» Es como si te despertaras de la situación
anterior a una nueva. Es lo que los psicólogos llamamos «darse cuenta».
La visión de un gesto de amor o descubrir algo de nosotros o de otro que nos
arroje más luz, puede presentarse, en ciertas personas, acompañado de
lágrimas.
Hoy tenemos que estar dispuestos a abrirnos camino. Si has llegado hasta aquí es para que traigas el
futuro a tu presente, para lograr cambiar tu situación. ¡Hoy es un buen día para comenzar a trabajar en
un cambio extraordinario!
Problemas, crisis, dificultades, cambios;
TODO ESTÁ PUESTO PARA APRENDER.

1. En mi dificultad aprenderé a priorizar
Cuando muere un ser querido, cuando aparece una enfermedad, cuando
pierdes el trabajo... es entonces cuando te alejas de cosas sin sentido.
Porque cuando uno pasa por un momento difícil, cuando uno pierde a un
compañero, cuando uno ve una injusticia, es entonces cuando te olvidas de
todas las tonterías INSIGNIFICANTES y empiezas a priorizar.
Hay gente que se concentra en pequeñeces: «No sabes lo que le he hecho, he
pasado por su lado y no lo he saludado, para que le duela.»
Pero debemos aprender a ponernos de acuerdo con la gente con la que
tengamos objetivos claros para mirar al futuro y no quedarnos en el mal
momento.

2. En medio de las dificultades realizaré mis mejores conquistas
Los mejores beneficios vienen cuando hay presión. Mirar lo negativo nos
conduce a lo negativo, pero mirar hacia delante nos sacará del lugar en el que
estamos estancados.17P

Lo primero que podríamos o deberíamos hacer es visualizar nuestro futuro
mentalmente y dar el primer paso hacia nuestro bienestar.
Si nos concentramos con tenacidad en nuestro futuro, podremos levantar la
vista de nuestra situación y salir adelante. Es escoger mirar la luz que entra por
la ventana antes que seguir mirando la oscuridad. Según hacia donde
enfoquemos la mirada se dirigirán nuestros pasos.

3. En medio de la crisis surgirá toda mi sabiduría
La cuestión no es correr, sino llegar. Dar el primer paso, cambiar nuestra actitud
negativa, fijarnos una meta corta y alcanzable que luego nos remita a otra meta,
y así sucesivamente, podremos lograr grandes objetivos.
Sé inteligente y creativo, atrévete a enfrentarte a tus circunstancias. Solo cuando
hacemos frente a nuestra situación con una visión clara de nuestros objetivos
podemos lograr un cambio. 17Q

13
LAS CULPAS TÓXICAS

Luchamos contra el miedo y el sentimiento de culpabilidad, y
buscamos el sentido de la vida, el amor y el poder.

ELISABETH KüBLER-ROSS


Los seres humanos percibimos el mundo en base a nuestras emociones y actuamos
en consecuencia; por lo tanto, si nuestro interior no está sano, nuestro exterior
tampoco lo estará. No siempre las emociones que experimentamos nos favorecen,
sino que, paradójicamente, muchas veces atentan contra nuestra felicidad. Tal es el
caso de la culpa falsa o culpa tóxica, que posee un efecto letal: bloquea nuestra
capacidad de disfrutar de la vida.
El desafío que todos tenemos por delante consiste en aprender a descubrir cómo
funciona nuestro mundo interior y, de esa forma, tener mayores posibilidades de
influir en él de manera positiva. Por este motivo, cuestionaremos en este capítulo
nuestras culpas, su origen y cómo liberarnos de las cargas que no nos corresponden.
En un sentido práctico, ¿de quién estamos hablando cuando nos referimos a
personas afectadas por la culpa tóxica? Algunos ejemplos pueden ser los de quienes
se sienten en deuda permanente con algo o con alguien, quienes se castigan a sí
mismos o quienes, voluntariamente, se quedan a mitad de camino y no logran sus
metas por no sentirse merecedores del éxito. Si estos ejemplos te resultan familiares,
este capítulo puede serte de gran utilidad.
Pero hay un camino por recorrer. Para salir de la culpa tóxica, existen ciertos
pasos que te permitirán ir en la dirección correcta: hacia la salud emocional y el
cumplimiento de tus sueños. ¡Adelante!17R

1. PRIMERO IDENTIFIQUEMOS. ¿TENEMOS CULPAS REALES O
CULPAS TÓXICAS?

Es imprescindible hacer esta distinción entre la culpa real y la culpa tóxica.

• La culpa real es la que se produce cuando se transgrede una ley, ya sea moral,
universal o divina, teniendo conciencia de ello. Estudios antropológicos han
encontrado, más allá de parámetros éticos, morales y espirituales del ser
humano, la existencia de ciertas leyes universales. Es decir, de alguna manera
son leyes que están grabadas en el espíritu del hombre, sobre las cuales habría
un conocimiento previo o conciencia de culpa al transgredirlas. Esta culpa es
positiva en el sentido de que nos muestra cuándo realmente nos equivocamos,
ya que nos ofrece la oportunidad de darnos cuenta y cambiar de rumbo.

• La culpa tóxica se produce cuando los sentimientos de culpa que pretenden
atormentar a una persona no se deben a las leyes llamadas universales, sino que
provienen de causas emocionales. Esta clase de culpa muchas veces es utilizada
por otras personas para manipularnos, como veremos más adelante.

Debería o no debería, esa es la cuestión

Podríamos representar nuestra conciencia como una balanza que, dependiendo
de lo que hagamos, se inclinará hacia un lado o al otro, indicando lo que está bien y
lo que está mal, de acuerdo con las leyes que tenemos grabadas en nuestra mente. De
esta manera, nuestra conciencia nos hace experimentar culpa como una señal de que
no estamos haciendo «lo que deberíamos».
La persona sumergida en la culpa tóxica está segura de lo que «debería» hacer y
toma ciertas creencias falsas como leyes universales:

• «Debería hacer lo que me dice tal persona.»
• «Debería ayudar a todos los que me rodean.»
• «Debería escuchar los problemas de toda mi familia y de todos mis amigos y de
todo el mundo.»
• «Debería hacer felices a los demás antes que preocuparme por ser feliz.»
• «Debería ser siempre feliz, no debería enfadarme.»
• «Debería atender a mi pareja».

Como hemos visto, todas estas afirmaciones son falsas. Por cierto, ¡los demás17S

tampoco deberían! Cuando eres libre de tus «debería», puedes respetar la libertad
que merecen los demás.
No caigas en las trampas, aplica la ley del cien por cien que dice que cada uno es
responsable al cien por cien de sus propios pensamientos, decisiones y acciones.
Si te dicen: «Es culpa tuya, tú me dijiste que hiciera esto.» Responde: «No, tú eres
el responsable de tus decisiones, no me culpes a mí.»
Si te dicen: «Estoy enfadado contigo.» Responde: «Ese es tu problema, el enfado
está dentro de ti, yo no tengo nada que ver.»
No eres responsable de las decisiones de nadie. Tampoco veas al otro como una
víctima cuando dice: «Me tienes que ayudar porque estoy sufriendo» y te tiene cinco
horas al teléfono. Estás cinco horas porque tú lo permites. Cuando dices que te
tratan como a una persona sin valor, es porque tú decides serlo.
Hay gente experta en acusar, y cada uno es responsable al cien por cien de su
vida, tiene libre elección. No te sientas mal por lo que otros deciden.17T

2. EL ORIGEN DE LAS CULPAS TÓXICAS

Respecto del origen de la culpa falsa o culpa tóxica, ¿has tenido la oportunidad de
conocer gente que parece sentirse culpable hasta de respirar? Muchas veces, al
observar las actitudes de estas personas, nos preguntamos de dónde puede haber
salido tanta culpa, sin saber que en realidad muchas de estas culpas fueron semillas
sembradas a muy temprana edad.
Una de las causas más frecuentes proviene de la forma en que los padres tratan a
sus hijos frente a un error cometido: emplean actitudes hostiles y degradantes. Si la
culpa se origina en el núcleo familiar, el sentimiento «culpógeno» puede llegar a
durar toda la vida, ya que en edad temprana cuestionamos mucho menos la realidad
que se nos presenta y la aceptamos como cierta. A muchos niños se les hace sentir
inferiores, culpables, indignos por actos que no tienen nada que ver con la
transgresión. Y lo lamentable es que crecen en estos ambientes. A largo plazo, estos
niños se convertirán en adultos que, a menudo, tenderán a sentirse incapaces,
inseguros, reaccionarán mal y con angustia ante toda situación frustrante.
El alma desordenada lleva en su culpa la pena.

San Agustín
¿Cuándo puede originar culpa tóxica una familia?

Después de haber leído el punto anterior y de aquí en adelante, seguramente,
procuraremos evitar que nuestra familia sea generadora de culpas. Por eso, a
continuación, identificaremos situaciones que debemos manejar con especial cuidado
en nuestros hogares para no reproducir errores.

• Desgracias familiares. Cuando se nace en una familia donde los padres se
separan o si uno de los progenitores estaba enfermo o con depresión, o si sus
miembros sufrieron un suceso muy traumático, puede suceder que, cuando uno
logra salir de ese círculo, sienta la culpa impuesta por los mismos miembros del
grupo familiar. Sobre todo si a la persona le va bien en la vida pero en su familia
continúan las dificultades.

• Sucesos negativos y falta de acción ante ellos. Cuando alguien de la familia sufre
y no se hace nada, indirectamente, se siente culpable por una demanda no
explícita: «Me tienes que ayudar.» Debemos saber que la persona que llora y no
hace nada para salir de su situación dolorosa está transmitiendo culpa.17U

• Otros que sufren más. Una niña tenía un globo inflado con helio y se le escapó,
fue corriendo donde estaba su mamá, quien sacó de su escritorio una foto de
dos niños desnutridos y le dijo: «Estos sí que sufren, eres una desagradecida.» La
niña quedó traumatizada de por vida por aquella afirmación: «Te quejas por un
globo cuando hay tanta gente que sufre de hambre.» Muchas personas como
esta niña serán las que luego digan: «Te robo un minutito» o te preguntarán si te
pueden molestar cinco minutos. Siempre se sentirán mal frente a los demás,
como si estuvieran de más en la vida.

• Ser distinto. Es la persona que es distinta del resto de la familia. La consideran
como una traidora porque piensa de forma diferente. «Y... se casó con “esa” que
la familia no acepta. Se mueve en un medio que no es como el ámbito familiar.»17V

3. CARACTERÍSTICAS TÓXICAS DE UNA PERSONA QUE VIVE
CON CULPA

La persona que vive con culpa se caracteriza por lo siguiente:

• Busca ser herida. Es la persona que elige relaciones en las que sabe que la van a
maltratar: jefes autoritarios que subestiman y maltratan con mensajes que
sancionan. Son personas que necesitan sufrir. Dicen: «Siempre me ocurre lo
mismo, me relaciono con hombres maltratadores, manipuladores, con los
peores.» Sucede que quien siente que no tiene valor, inconscientemente, busca
ser tratado como alguien sin valor.

• Se hiere a sí misma. La crítica es una semilla que le entra en el corazón y crece
para convertirse en una voz interna que condena. Es la persona que se
autocastiga, no necesita que otro le pegue, porque ella lo hace por sí misma.
«¡Cómo pude haber dicho eso! Estuve muy mal. Tendría que haberme callado.
¿Por qué lo hice así si podría haberlo hecho mejor?»
La culpa no está en el sentimiento, sino en el consentimiento.

San Bernardo de Claraval, monje y reformador francés
La autocrítica es el resultado de las culpas incorporadas y que se
transformaron en voces internas condenatorias permanentes. En una ocasión,
una paciente me decía: «Me violaron porque iba vestida de forma provocativa.»
Y le dije: «No, nada tiene que ver una cosa con la otra.» Pero ella seguía
insistiendo: «Si me hubiese tapado, no habría provocado.» La culpa por lo que le
pasó la condenaba.

• Hiere a los demás. Las crisis son un trámite y lo más importante es sortear toda
la culpa que viene desde la familia. El culpable siempre busca el dolor, que le
hieran, herirse a sí mismo o herir a los demás, porque detrás de la culpa se
encubre la omnipotencia que le hace revisar el pasado para manejar su vida.178

4. TÉCNICAS Y ESTRATEGIAS SENCILLAS PARA LIBRARSE DE LA
CULPA TÓXICA

Es hora de dejar atrás todo tipo de culpas para poder cumplir todos los sueños
que tenemos por delante. No hemos nacido para el dolor, sino para disfrutar cada
día que comienza. Nuestra función no es herir al otro, ni herirnos a nosotros
mismos, sino encontrar las formas y estrategias para poder ayudarnos a nosotros
mismos a alcanzar nuestros sueños y para poder participar de forma sana en los
sueños de los demás. Si estás decidido, comencemos.

• Si me equivoco, pido perdón y sigo adelante; no me detengo ahí
Si te has equivocado, pide perdón a aquella persona que ha salido perjudicada y
sigue adelante. No te detengas ni te quedes pidiendo perdón mil veces. Si te has
equivocado, con que pidas perdón una vez con sincero arrepentimiento basta.
Cuando nos equivoquemos, resolvámoslo rápido, dejemos de culparnos todo el
tiempo. Una vez que lo hemos hecho, tratemos de no repetir el error y
prosigamos hacia nuestros objetivos.

• Si me equivoco, reparo el daño producido
Reparemos, en la medida de lo posible, el daño producido. Si a través de un
mensaje manipulaste a esa persona, envíale otro reparando el hecho y dile todo
lo bueno o importante que es para ti. Cambia a positivo lo negativo. Eso es
reparar.

• Si me equivoco, verbalizaré mi culpa
Había un empresario muy próspero, que fue a esquiar. El hombre se enamoró
de ese deporte y fue a ver a sus padres, ya ancianitos, porque se sentía culpable.
Le dijo a su padre: «Me siento culpable porque me gusta esquiar y, además,
estoy trabajando todo el día. Me siento mal porque no vengo a veros.» Y el
padre le dijo: «Hijo, ve tranquilo y disfruta. No te preocupes, hablaremos por
teléfono; pásalo bien, nosotros estamos bien.» ¿Qué hizo el padre? Lo liberó de
la culpa. Del mismo modo que este padre, nosotros debemos liberar a los demás
de toda culpa. Si algo te hace sentir mal, decláralo, porque la culpa trabaja en
soledad y silencio. Naciste para sobresalir, para la felicidad y el bienestar, no
para el dolor. ¡Prepárate para ser destacado!17X

5. CAMBIA LA CULPA TÓXICA POR TU DERECHO A DISFRUTAR

• Disfrutaré de todo lo que poseo
No guardemos la vajilla para los invitados especiales, no guardemos el perfume
para eventos especiales, no guardemos la mejor ropa para cuando vayamos a
algún lado importante, no dejemos de disfrutar de lo que poseemos hoy.
Disfruta. No guardes, porque lo que hoy no disfrutes lo usarán otros cuando te
mueras. Todo lo que tenemos está para ser gastado, incluso las fuerzas.

Cuando veas a alguien cansado, felicítalo,
porque significa que ha gastado sus fuerzas.

El sentimiento de culpa nos dice: «Lo guardo para una ocasión especial.» Sin
embargo, el don de disfrutar dice: «Esta ocasión es especial.» Haz de cada ocasión
algo especial y no guardes nada para mañana. Usa la mejor ropa para estar en tu
casa porque te fue dada para disfrutar.
Del mismo modo, debemos comportarnos con nuestros afectos, no guardemos las
palabras ni las expresiones de nuestros sentimientos, no guardemos ese abrazo o esa
iniciativa de hacer una llamada telefónica, no guardemos nuestras sonrisas para
mañana.

• No importa que me critiquen por disfrutar
«Mira la ropa que se puso para ir al supermercado.» «Mira, se pidió el día libre
solo para llevar a pasear a sus hijos.» «Mira cómo ensucia ese pantalón
jugando.» Son los comentarios de quienes sienten culpa de disfrutar y, por eso,
no aceptan que tú lo hagas. No permitas que te hagan sentir culpable por usar lo
que te pertenece porque, si algo es tuyo, es para que lo disfrutes como y cuando
quieras.

• Disfrutar no es algo que encuentro, sino algo que llevo
Hay gente que se pasa todo el tiempo buscando. «¿Dónde está el hombre que me
hará feliz?» «Ha salido el sol, ¡qué alegría!» «Está nublado, ¡qué tristeza!» El don
de disfrutar se lleva dentro. Precisan estímulos externos para sentirse bien.
Libera la alegría que hay en tu interior, porque no es algo que se encuentra, sino
que está en ti y debes soltar. Ningún ambiente te dominará cuando liberes la
capacidad de disfrutar donde vayas. Alegría no es tener una casa grande o
pequeña, sino que la alegría esté en ti y se acomode al lugar donde estés.

• Yo soy el presente18O

Muchas veces hemos dicho «los jóvenes están perdidos», pero Éxodo, hace dos
mil ochocientos años, escribió: «No veo esperanza para el futuro de nuestro país
si va a depender de la juventud frívola de hoy, ya que ciertamente todos los
jóvenes se ven precipitados más allá de esta descripción.» Cuando yo era niño,
nos enseñaron a ser discretos y respetuosos, pero, actualmente, los jóvenes son
extremadamente necios, carentes de valores e intolerantes. «No hay nada nuevo
bajo el sol», dijo el rey Salomón. Hace dos mil ochocientos años también se
quejaban de los jóvenes.
Todas las épocas fueron difíciles y tuvieron su complejidad, lo importante es no
echarles la culpa a las circunstancias ni poner toda la expectativa en otros. Los
jóvenes son el mañana, pero nosotros tenemos el presente. Podemos influir en
él, cambiarlo y disfrutarlo.

• Disfrutaré de mí
Si no disfruto de mí mismo, no podré disfrutar del resto. Muchas mujeres no
pueden disfrutar de su ropa, y el problema no es la ropa, sino que no están
conformes y no se sienten bien consigo mismas. La flaca quiere ser gorda; la de
caderas anchas quiere cortarse el hueso; la que siente que le falta algo, quiere
agregárselo; el narigón quiere menos nariz; el negro quiere ser blanco; el que
calza 42 quiere calzar 40; otros están obsesionados con sus labios y se agregan
labios, pómulos, etcétera. Esto sucede porque no hemos aprendido a llevarnos
bien con nosotros mismos y, sencillamente, ¡no nos aceptamos! No es posible
que «otro» crea más en ti que tú mismo, debes ser el primero en amarte y
respetarte. Los otros lo harán como consecuencia.

• Seguiré los deseos de mi corazón
¿Tienes ganas de viajar? Hazlo. ¿Quieres comprarte ropa? Cómprala. De nada
sirve trabajar o estudiar y que otro lo disfrute. Cúmple tú tus sueños y no
esperes que otro lo haga. Muchas veces hemos temido cumplir nuestros deseos
por no «pecar de ambiciosos o egoístas», pero nos hemos ido al otro extremo.
Especialmente, y muy influenciadas por la cultura, las mujeres han relegado sus
deseos poniendo por delante los del resto. Muchos padres han puesto en primer
lugar a sus hijos y así se han destruido parejas tras años dejadas de lado. Muchos
hijos han puesto en primer lugar a sus padres y no han vivido sus vidas,
etcétera.
Sentimientos nobles pero actitudes equivocadas, muchas veces impulsadas por
un gran «sentido de la responsabilidad», un excesivo «amor al prójimo»,
malinterpretado y muchas veces utilizado por manipuladores para sacar
provecho de personas bien intencionadas.18P

• Seré sabio
Recuerda que no tienes que demostrarle nada a nadie. Si disfrutas, hazlo por ti.
No te des gustos para impactar a quienes te rodean, porque todo lo que hagas
con una mala motivación, finalmente, no lo disfrutarás.
Si haces algo por envidia, si te compras algo porque otro lo tiene, si te das un
gusto que no puedes pagar, pero no puedes dejar de hacerlo porque, si no, qué
dirán, estás yendo por el camino incorrecto y el resultado será insatisfacción.

Salir de esta emoción tóxica y ser feliz es un derecho que te pertenece y tienes que
conquistar tú mismo. Pero es una batalla que tiene como botín un premio grande: tu
libertad.18Q

14
EL RECHAZO TÓXICO

Lo que tenemos por delante y lo que dejamos atrás es insignificante
en comparación con lo que está dentro de nosotros.

OLIVER WENDELL HOLMES


La toxicidad del rechazo tiene que ver con todo lo que hacemos para obtener la
aceptación, una necesidad digna de todo ser humano pero mal buscada. Buscamos la
aceptación en el exterior, pero el rechazo está en nuestro interior.

La gente no tiene la autoridad para rechazarte
ni aceptarte. Solo tú puedes hacerlo.

El rechazo es la hemorragia emocional más dolorosa que una persona puede
tener, porque ser aceptado es el pasaporte que te habilita y te da permiso para vivir.
Nadie puede vivir sin ser aceptado, y esto no se compra, sino que se construye desde
dentro. Los primeros que nos dan esta validación necesaria son nuestros padres,
pero, luego, iremos descubriendo que cada uno de nosotros tiene la capacidad de
darse valor.
Cuando una persona ha experimentado el rechazo, sangra a donde quiera que va
y la muestra es que la aceptación sale de su propia boca y no de los demás. «¿Has
visto el coche que me he comprado?» «¿Sabes de dónde es esta camisa?» «Mira qué
reloj más bonito me he traído de Europa.» «Mira qué guapa es la chica que he
conocido.» Dice el libro de Proverbios: «Que te alaben los extraños y no tu propia
lengua.»
La gente rechazada sobreestima las opiniones de los demás. Se trata de personas
hipersensibles que, a través de la manipulación, intentarán tener al resto bajo su
control, lo cual hace que la gente se aleje.

El rechazo emocional es tóxico
y se trata del mayor impedimento
a la hora de disfrutar de todo lo alcanzado.
18R

Cuando una persona se siente rechazada, no puede disfrutar en absoluto de nada
de lo que posee, porque solo se concentrará en si es querida, felicitada, validada o
no. Validar quiere decir «dar fuerza, firmeza a una cosa o a una persona».
Una persona que se siente rechazada (y no necesariamente lo es) no puede
disfrutar ni de una salida, ni de un coche, ni de cualquier éxito que alcance, ya que
sus ojos estarán puestos en «los otros», es decir, «en la validación de los otros», y
nada de lo que alcance será suficiente.

Debo saber que, si busco acumular objetos
para elevar mi autoestima, me convertiré
en el carcelero de mis pertenencias.

Si dependo de ellos para sentirme fuerte y poderoso, haré que los objetos se
transformen en una adicción para seguir viviendo. En esta instancia, ya no podré
disfrutar de los logros nuevos que adquiera, porque tenerlos no me hará más feliz,
sino que los utilizaré para levantar mi estima.
De ahí parte que muchas de las actitudes que se forman en la persona sean
tóxicas: ambiciosas, miserables y avaras. No importa si son muchos o pocos los bienes
que has acumulado, el rechazo te impide el gozo.

• El rechazo nos convierte en personas y seres susceptibles. Esto es así porque,
cuando lo que buscas es la aprobación de la gente, te conviertes en esclavo de
ellos.
• El rechazo nos impide echar raíces. Mientras no nos afirmemos como personas,
seremos errantes. Siempre estaremos buscando nuestro lugar en el mundo.
• Las personas rechazadas no se cuidan. Como no pueden cuidarse, se refugian
muchas veces en las drogas, en el alcohol o se aíslan del mundo que las rodea.
Además, una persona rechazada es transmisora de su propio rechazo.

Si te sientes rechazado, debes comprender que, herido, solo serás capaz de dar
aquello que has recibido. El rechazado hará todo lo posible para ser rechazado.
Harás todo lo posible para rechazar, aun en circunstancias en las que, para tu
sorpresa, seas felicitado.
Por eso es por lo que necesitamos sanar el rechazo que sentimos. La aceptación, el
valor, no puede dártelo la gente, tú mismo tienes que dártelo. No permitas que nadie
marque tu corazón.
Si buscas el reconocimiento en el exterior, no podrás disfrutar de ningún éxito, de
ninguna alegría, porque lo que para ti es importante tal vez no lo sea para el otro.
Quiero decirte que tu estima y tu felicidad no dependen ni de lo que posees ni de18S

las palabras que el otro quiera dedicarte. Tu autoestima crecerá a medida que te
aceptes como persona y comiences a hablar bien de ti mismo.
Tu herencia y tu destino estarán marcados con la fuerza y la energía, con los
sueños y con las metas con las que decidas comenzar cada mañana. Tienes que
cuidarte tú, nombra tus puntos fuertes, decreta que tu día va a ser de éxito.
Concéntrate en el objetivo y no en la gente, porque, si no, con el tiempo, quedarás
atado a ella.
Y recuerda que lo que más se nos ha repetido es lo que formaba parte de nuestra
imagen.

Tu vida sigue tus pensamientos y, de acuerdo a la calidad de tus pensamientos, serán
tus creencias:
tu vida nunca irá más lejos de lo que piensas.18T

1. ¿CUÁNTAS VECES NOS HAN RECHAZADO O, POR EL
CONTRARIO, HEMOS RECHAZADO NOSOTROS?

Cuando hablamos de rechazo, puede que nos sintamos algo incómodos, ya que es
un sentimiento que, valga la redundancia, tendemos a rechazar. No nos gusta hablar
de rechazo, porque genera sensaciones o reacciones que nos resultan difíciles de
entender o cambiar.
Sigmund Freud sostenía que lo contrario del amor no era el odio, sino la
indiferencia. Según Freud, creemos que tanto con el amor como con el odio la
persona siente que existe, mientras que la indiferencia representa la no existencia.
Muchas veces inconscientemente le decimos al que está a nuestro lado cosas como
estas: «Te pido que me ames o que me odies, pero por favor hazme sentir que estoy
vivo», «Si no me das un beso, dame una bofetada».
Y es evidente que no hay peor sentimiento para la vida de un ser humano que
darnos cuenta de que para el otro no existimos. De alguna manera, todos aspiramos
a sentirnos reconocidos en el otro. Es indudable, pues, que el rechazo y el abandono
pueden producir distintos trastornos en la conducta de un individuo.
Por lo general, muchas personas que tienen alteraciones espirituales, mentales y
emocionales no han visto satisfechas sus necesidades de amor y afecto en su niñez.
Muchas conductas ilógicas tienen sus raíces en una necesidad interior generalmente
vinculada al hecho de que sus necesidades de amor no han sido satisfechas.

Muchas de tus tristezas inexplicables
tienen una sola explicación: no quisiste como los otros necesitaban o no te quisieron
como esperabas.

La gente te acompañará solo hasta ahí, hasta donde son capaces de llegar, pero
habrá un momento en que estarás solo. En tu hora más difícil, nadie te acompañará,
estarás solo.
En el peor momento, nadie nos llamará. Cuando más lo necesitemos, nadie estará.
Es así, en el tramo más difícil nos quedaremos solos. «Las personas nos acompañarán
hasta la mitad del camino.»
En muchas ocasiones, nos sentimos desprotegidos, solos y angustiados, dado que el
ser rechazado es una emoción que nos hace daño y nos detiene. El rechazo es la
hemorragia emocional más dolorosa que una persona puede tener, porque ser
aceptado es el pasaporte para darte permiso para vivir y ser feliz. Cuando una
persona ha experimentado el rechazo sangra donde quiera que vaya.
Sin embargo, tienes que saber que:18U

• El rechazo no puede detenerte ni limitarte.
• El rechazo no puede debilitarte.
• El rechazo no puede condicionarte.

No estás hecho para el NO. No fuiste creado para, luego, ser rechazado. Eres
aceptado y tienes valor desde el mismo minuto que saliste a la vida. Desde el
momento en que conoces esta verdad, ya no necesitarás hacer más exámenes.
Si te has equivocado, no importa; siempre hay una nueva oportunidad para volver
a empezar. No confrontar los errores es como una infección que, cuando no se trata,
puede destruir toda una vida.
Es importante que comiences a entender que no importan todas las veces que
hayas sido rechazado, porque tú eres una persona de éxito con un destino por
alcanzar. En la vida lo más importante no son los acontecimientos, sino los
pensamientos que tienes con respecto a aquello que te está pasando.
Estás preparado para dejar de escuchar lo que los otros dicen o esperan de ti.18V

2. MÍO, MÍO, MÍO...

No te aferres a nada. Ser libre es no estar atado a nada.
Lo que tengas, cuídalo, disfrútalo; pero no te aferres. Aprende a soltar las cosas
para que, cuando ya no estén en tu vida, no sufras ni te hagas daño. Así como
nosotros, todo tiene un ciclo de vida.

De todo aquello que no podemos soltar, no somos sus dueños, sino sus esclavos.

Todas las cosas son temporales, y tienes capacidad para seguir viviendo incluso sin
ellas.
¿Cuántas cosas habrá dentro de tus armarios, de tus alacenas o de tus baúles viejos
que sigues guardando por si acaso, pero que sabes que ya no necesitas? Seguramente
muchas.
Sin embargo, guardamos las fotos de los ex, el vestido de novia por si bajas de peso
y algún día te lo puedes volver a poner, la taza sin manija que usó tu primer hijo y así
una cantidad innumerable de objetos que no necesitamos, pero que guardamos por
si acaso.
Sin darnos cuenta, con estos hechos fomentamos una cultura de miseria y no nos
creemos capaces de generar aún cosas muchas más grandes, nuevas y mucho mejores
que las que hoy tenemos.
Por eso comencemos a dar, tenemos que desarrollar el placer de dar por dar.
Comencemos a desprendernos. Y aquello que tengas miedo de perder, es lo primero de
lo que tienes que desprenderte.

Solo cuando tires lo viejo, darás cabida a lo nuevo.
Y lo mismo sucede con nuestras emociones.
Cuando permitas que los sentimientos
que te han herido salgan de tu vida, la mejor gente
y los mejores momentos estarán por venir.188

3. TÉCNICAS PRÁCTICAS Y SENCILLAS PARA SENTIRNOS LIBRES
DE TODO RECHAZO

• El rechazo se anula cuando decido usar sabiduría
La sabiduría mueve la fuerza, pero la fuerza nunca mueve la sabiduría. Podrías
seguir como estás, pero algo sabio sería decidirte a rechazar el rechazo y
comenzar a disfrutar de la vida.

• El rechazo se anula cuando invierto en mí
No puedes dar lo que no tienes. Como me trato, te trato. Como te trato, me trato.
El que no se respeta no te respeta. Cuídate a ti mismo. Solo serás capaz de dar a
los otros lo que te des a ti mismo. Invierte en ti y date tiempo, perdónate.
Descubre el potencial que permanece escondido.

• El rechazo se anula cuando hablo bien de mí
Habla bien de ti. Hay gente que sabe decir lo bueno que otros tienen, pero en
cuanto a ellos, no saben responder. ¡Habla bien de ti! Si tú no te cuidas, nadie va
a cuidarte. Nombra tus puntos fuertes. Determina que el día de hoy es tu mejor
día. Todo lo que salga de tu boca te curará o te hará enfermar. Comienza a
hablar bien de ti mismo para recuperarte y encontrarte cada día mejor. Aquello
que más se nos repitió es lo que determinó nuestra imagen. Transforma tu
propia imagen a través de las palabras. Tus palabras son el mejor capital que
tienes, y tu boca es el administrador, por eso, si es para ti, ¡date lo mejor!

• El rechazo se anula cuando me regalo lo mejor
Cuando comas, come lo mejor. Cuando te vistas, compra una prenda que sea
buena para transmitirle a tu cuerpo que hoy tiene una sola prenda, pero que
mañana van a ser dos y pasado mañana todo lo que te pongas va a ser de
primera, porque tu mente ya no es la de un perdedor, sino la de una persona
sana y libre que sabe el valor que tiene su vida y, como tal, la atenderá. Dentro
de tus posibilidades, regálate y prémiate con lo mejor que puedas darte.

• El rechazo se anula cuando me junto con gente que ya lo ha logrado
Si quieres saber cómo es la autoestima de alguien, tienes que mirar su compañía.
Júntate con gente que añada valor a tu vida, con gente que añada bendición.
Fuiste hecho para caminar en victoria, para que sueñes: la sangre del campeón
está dentro de ti. Júntate con tus mentores, con aquellos que están por delante
de ti en la carrera.18X

Anula todo rechazo, abandono, castigo, todo estigma, toda comparación, toda
exigencia desmedida que cargaron sobre tus hombros.
Anula el abandono, el castigo. Comienza a cuidar de ti mismo, a valorarte.
La gente te pone precio, pero tú sabes que tu vida no tiene precio, sino valor.
Empieza a cuidarte, date tiempo, regálate lo mejor, camina con los que suman a tu
vida.

La felicitación es agradable y la aprobación útil, pero no trabajes buscando la
aprobación de los demás, el hacerlo te hará desviarte del objetivo y de la meta.

¡No seas esclavo de la gente! Cuando alguien te rechaza, aléjate de ese lugar, ¿para
qué te vas a quedar ahí?
Eres valioso, único e irrepetible, original, con algo que ofrecer que solo tú tienes.
Si lo crees y lo aceptas, llegará el día en que no necesites mendigar la felicitación de la
gente. Afírmate a ti mismo.
Necesitas aprender a concentrarte en la gente que te ama y no en quienes te
rebajan y anulan tu ser. ¿Estás listo para hacerlo?

• Libérate de todo sentimiento que te haga sentir «no apto».
• Libérate de todo sentimiento y toda palabra de desvalorización.
• Libérate de la depresión, esa incapacidad que te ahoga y no te permite expresar
lo que sientes.
• Libérate del perfeccionismo, de los miedos.
• Libérate de lo material, los recuerdos tristes, los ritos, las costumbres, las
creencias erróneas que no te sirven para crecer y ser libre de la culpa y de
aquellos miedos heredados.
• Libérate de tu historia, tus muertes y todas esas viejas emociones que hay en tu
corazón.
• Libérate de aquel amigo o amiga que dejó de hablarte.
• Libérate de tus ex, ya sean parejas, amigos, jefes. No tengas temor de
desprenderte de todo lo viejo.
• Libérate de las emociones que te hieren y te aprisionan.
• Libérate, libérate de todo lo que tienes miedo a perder para que, cuando ya no
esté en tu vida, no te duela y permitas la entrada a lo nuevo. No guardes rencor
a nadie, vuelve a sonreír. Para el que cree todo es posible.
• Libérate de toda imagen errónea que tengas de Dios. Él no te condena ni te acusa
de nada. Todo lo contrario. Él anhela verte sano, recuperado, próspero, feliz.
• Libérate de los momentos de éxito que has tenido, porque los mejores están por19O

venir.

Libérate y sé feliz.
No hay nada más hermoso que invertir
tu vida en metas y sueños.
No mires hacia atrás, no te detengas,
no pierdas tiempo.
Libérate del dolor, de las emociones tóxicas.
Después perdónate y perdona,
y una vez que lo hagas, recuerda que,
para el que cree, todo es posible.19P

15
LOS CELOS TÓXICOS

La única manera de ser feliz es siendo libre. Y cuando dejes a la
gente libre, empezarás a vivir en libertad.

ALEJANDRA STAMATEAS


Tal como describimos en el capítulo correspondiente, la envidia es el deseo de
tener lo que tiene el otro y, al no poder tenerlo, el envidioso busca destruir tanto lo
que el otro tiene como al otro. En la envidia siempre participan dos, por aquello de
«yo quiero tener lo que tú tienes».
En cambio, los celos actúan al revés, los celos se dan por miedo de perder algo y,
en este caso, intervienen tres personas: el celoso, el objeto o la persona que se teme
perder y el que viene a «robar» ese algo o alguien que «se posee».
La toxicidad de los celos aprisiona a víctima y verdugo. Ambos se encuentran en
una relación tóxica. En nuestra sociedad, la gran mayoría de los crímenes pasionales
tienen que ver con los celos. Un alto porcentaje de la violencia doméstica está
relacionado con los celos. Los celos no tienen edad: hay adultos celosos y hay niños
que están atados por los celos.
Se puede tener celos de una pareja, el trabajo. Un niño puede ponerse celoso
porque su madre o su padre hablen con otros chicos. Se puede tener celos de
amigos. Todo lo que se tiene puede despertarlos, porque los celos son miedo a
perder lo que tenemos.
Ejemplos de personas celosas y controladoras son aquellas mujeres que quieren
vigilar a toda la familia, tomar las decisiones por todos y siguen con la misma actitud
con el paso de los años. Creen que los demás son objetos a su disposición y que
pueden dirigir todo lo que hacen o dicen. El otro es para ellas alguien a quien tienen
que retener («bajo sus faldas») y no se les puede escapar. «Si logramos ser uno, no te
irás y estaré segura toda la vida.»
Los hombres, generalmente, controlarán a través del poder, aunque también hay
mujeres que lo hacen. Es una característica masculina la de utilizar el poder como
forma de control. «Haz las cosas como yo te digo o me voy.» «No te doy más dinero.»
«Si lo haces, nos llevaremos bien; si no, atente a las consecuencias.» La persona que
se agranda tanto es porque se siente muy pequeña.19Q

No te hagas tan grande,
no eres realmente tan pequeño.19R

1. EL CIRCUITO DE LOS CELOS

Desde que se originan los celos hasta que se cumple lo temido, hay un circuito por
el que transitará la persona celosa.
El circuito de los celos funciona de esta manera:

a. Sentir la amenaza: La persona celosa siente que hay un tercero, que puede ser
real o imaginario, que viene a quitarle la pareja, el trabajo, el amigo/a o lo que
sea. Y la persona ve a ese tercero como un ladrón.
b. Controlar: El celoso empieza a controlar, vigilar, revisar, seguir, para descubrir
la evidencia que asegure que eso que él pensaba, que el tercero viene a robar, es
cierto. Si no le alcanza con la mirada, va a empezar con un interrogatorio. Al
celoso se le dan respuestas, pero no le alcanzan. Entonces, vuelve a preguntar,
interpretando a su manera e insistiendo para que le vuelvan a contar.
c. Prohibir: El celoso comenzará a tratar de evitar, por ejemplo, que su pareja se
arregle o que se ponga perfume o se vista bien. El celado al principio aceptará
las sugerencias porque se sentirá cuidado. Pero ese cuidado, luego, pasará a ser
prohibición. «No te pongas esa falda porque es muy corta.» «No te pintes
porque pareces una loca.» Muchas personas confunden los celos con el amor.
d. Perdón: El celoso pide perdón, llora, regala cosas, hace invitaciones. Todo
vuelve a la normalidad hasta que vuelve a aparecer un tercero real o imaginario
y comienza otra vez con el círculo: recelar, escenas, perdón, normalidad,
recelar...
e. Profecía cumplida: Efectivamente, el miedo a perder se cumple. La persona se
va del lado del celoso. El miedo siempre cumple lo que temes, porque el miedo
es fe en lo malo y la fe funciona para bien o para mal.

Muchas veces hacemos cosas para poseer
al otro y otros lo aprovechan.

La nutria, con incontrastable emoción, se había fijado en que el teru teru,
[*]
cada
vez que ella salía del agua y empezaba a cavar en la orilla del cañadón, para buscar raíces o por cualquier otro motivo, se venía disparado para estar a su lado. Le hacía mil saludos, estirando el pescuezo y moviendo la cabeza como un títere, gritando de alegría, y no la dejaba ni un rato, mientras ella estaba en tierra firme.
No tenía ni la menor duda de ser dueña absoluta del corazón del teru teru y
pensaba que, si él no se había todavía declarado, solo debía de ser por timidez.
Cuando la nutria volvía a zambullirse, el teru volaba hasta la loma más próxima,19S

donde vivía otra gran amiga suya, la vizcacha.
[**]
Y allí se quedaba, cerca de la cueva,
esperando la oración, hora en que salía la vizcacha a tomar el fresco, a comer y a
cavar la tierra. Cuando empezaba ella su trabajo, la rodeaba de atenciones, rascando
también el suelo, como para ayudarla, diciéndole mil cosas, haciéndole la corte.
Pero un día la nutria lo sorprendió. No pudo dejar de manifestarle su despecho y le
pidió que declarase de una vez a cuál de ellas prefería.
El teru tuvo que confesar que no prefería a ninguna de ellas, sino que solo
apreciaba como era debido la fineza que para con él tenían ambas de proporcionarle
gusanos de todas clases, la nutria al escarbar la tierra en los bajos húmedos y la
vizcacha en la loma.

La boca da besos a la cuchara, pero no son de amor.
*
Pájaro sudamericano.
** Roedor sudamericano.19T

2. TENER O NO TENER, TODO DEPENDE DEL PERMISO

Si no tengo el permiso para tener,
tengo el permiso para perder.

El celoso tiene miedo a perder, porque no tiene el permiso interior de tener. Cada
vez que no recibas este permiso, tendrás miedo a perder. Y este es el modo en que
los celos se sanan: cuando tienes el permiso, no tienes el miedo de perder lo que tienes.

• Los padres estamos para darles a nuestros hijos permiso para tener
Un celoso es alguien que no tuvo el permiso de los padres. Creció con padres
que se engañaban, creció en un ambiente de violencia, donde el padre o la
madre siempre descalificaron, en un lugar de abandono, en definitiva, en un
lugar donde los padres no dieron el permiso. Faltó la validación. Los padres
somos quienes debemos bendecir a nuestros hijos, ya que esto significará darles
permiso para tener, vivir y poder. Instruye al niño en su camino y cuando fuere
viejo no se apartará de él. La tarea de un padre es motivar, alentar a que sus
hijos descubran su propio camino, porque cuando lo descubran no van a
apartarse de él.
Una persona que vive con sueños
es una persona que vive en victoria.
En la Antigüedad, los nombres indicaban lo que las personas iban a lograr en el
futuro. Los padres tenían claro que su primera tarea era decirles a sus hijos que
tenían un gran futuro.
Tienes que mostrarles a tus hijos que la vida ya ha depositado sueños grandes en
su corazón.

• Los padres estamos para transmitir ideales a nuestros hijos
Aunque ya sean mayores, debemos inspirarles ideales, porque hoy los jóvenes
no esperan nada. Si les preguntas qué quieren lograr, qué quieren ser, no saben
responderte, porque hay padres que no les han transmitido ideales. «Sé que vas
a lograr cosas grandes.» «Espero cosas grandes de tu parte.» «Eres un campeón,
pelea siempre donde haya premios grandes.» «Yo creo en ti.» No tengas miedo a
los ideales, no importa que estemos en una sociedad donde no los hay. Hoy la
idea es que sobreviva quien pueda, pero a nuestros hijos no los parimos para
«intentar vivir», por lo que vivir sin rumbo no les tocará ni a ellos, ni a nuestra
descendencia, ya que somos gente de propósito y dejaremos como herencia
gente decidida a cumplir sus sueños.
19U

• Los padres estamos para impartir vida a nuestros hijos
Hay padres que están más preocupados por la vida intelectual que por la vida
interior de sus hijos. Tenemos que impartirles vida en todo sentido. Enseñarles
—con el ejemplo— a que cuiden su corazón.

• Los padres estamos para propocionar amor incondicional a nuestros hijos.
Tus hijos tienen que saber que siempre los vas a querer, hagan lo que hagan. Ese
es el verdadero permiso y seguridad que necesitan. Hay padres que, cuando sus
hijos se equivocan, corren a castigarlos, en lugar de apresurarse en recordarles
que siempre van a quererlos, hagan lo que hagan. Tus hijos tienen que saber que
tu amor hacia ellos es incondicional y eterno.19V

3. DEBO DARME PERMISO

Si tus padres no lo hicieron, siempre hay tiempo

Si en tu familia no te dieron permiso, tú puedes dártelo y puedes ser el primero
en hacerlo con tus hijos. Cambia el rumbo, porque en casa siempre tiene que haber
uno que se decida primero para que el resto lo siga.
El mejor ejemplo para tus hijos es que te vean haciendo lo que tú quieres que ellos
hagan. Están cansados de palabras; quieren ver vida en los padres.
Hay gente que tiene miedo a perder porque ellos mismos no se permiten tener.
Vamos a hacer un test al que hay que responder SÍ o NO.198

Si has respondido con sinceridad, entonces fácilmente sabrás en qué grado de
abnegación te encuentras. Comienza hoy a darte permiso a ti mismo.

¿Cómo sé si me doy permiso a mí mismo?

El test que hemos hecho habla de la gente que posterga sus deseos y, con esto, el19X

mensaje que se está dando es «no me lo merezco». Este es el mensaje interior que
posee la persona celosa: «en definitiva no me merezco lo que tengo, por eso en
cualquier momento puedo perderlo». Una persona que cumple sus deseos es una
persona que se permite a sí misma obtener lo que desea por más que no sea una
necesidad. Necesidad es una cosa y deseo es otra. Necesidad es algo que yo sí o sí
requiero, pero el deseo es un extra; si no lo tengo, puedo seguir viviendo.

Todo depende de dónde haya depositado yo mis deseos. Esto es clave en su
cumplimiento

Puedes elegir si vas a conectar tus deseos con cosas que te hagan bien o que te
hagan daño. Una chica que sale con un hombre casado conecta sus deseos con algo
que tarde o temprano le hará daño. Un joven que conecta sus deseos con las drogas
o un profesional que es adicto a su trabajo o una madre que está pendiente de los
deseos de todo el mundo y se deja a sí misma para el final, todos ellos se harán daño.
Conecta tus deseos con metas que te hagan bien hoy sin comprometer tu futuro.

Un mal deseo es un buen deseo unido a la forma equivocada de cumplirlo.

Si tu deseo es tener dinero y lo conectas con lo malo, tu interior te va a decir que
robes.
Si tu deseo es tener paz y lo conectas con lo malo, tu interior va a decirte que
mientas, para poder tener paz. Para muchos, estas son opciones que les da su deseo
hoy, pero les cobran caro mañana.

Pseudodeseos. Son los falsos deseos que ocultan a los verdaderos

Las personas que tienen muchos deseos, que buscan cosas, la mayor parte del
tiempo, en realidad no saben lo que quieren. Entonces, sus deseos son pseudodeseos.
No son deseos legítimos, son deseos que parecen buenos, pero, cuando los alcanzan,
se dan cuenta de que no tenían sentido ni valor.20O

4. TÉCNICAS Y ESTRATEGIAS SENCILLAS PARA SALIR DE LOS
CELOS

Una vez que te permitas ser feliz y cumplir tus deseos, no necesitarás tener celos
ni sentirás la necesidad de ser «el dueño de nadie». Ahora, anímate a cambiar el
foco de «poseer» por «atraer».
¿Estás listo?

Aplica la ley de la atracción

Esta ley dice que tenemos el poder de atraer todo aquello que respetemos.
Ya hemos visto que, a través de los celos, no podremos alcanzar esas metas, cosas o
personas que deseamos que vengan a nuestra vida. Todos los días hay oportunidades
y nuestra tarea consiste en lograr que se acerquen aún más a nosotros de manera que
podamos capturarlas y disfrutarlas. Y es a través de nuestras actitudes como
podemos utilizar la ley de la atracción para acercar o alejar las oportunidades que ya
están a la puerta.

Todo lo que respetes se te acercará
y lo que no respetes se te alejará.

¿Cómo hago para atraer las oportunidades? Están cerca, pero debes ejercer el
poder de atraerlas hacia tu vida, para lo cual hay varias maneras.

• Tener carácter atrae
Cuando una persona tiene carácter, es quien es. Cuando eres quien eres, atraes.
Cuando eres falso, alejas. Tienes que ser el mismo en tu casa, fuera, en todas
partes, porque, cuando eres de una pieza, vas a atraer a gente parecida a ti.

• Estar comprometido atrae las oportunidades
¿Estás comprometido con algún sueño? ¿Estás comprometido con algo? ¿Hay
algún sueño que hayas abrazado con todo tu corazón?
El compromiso te da un aura, te hace atractivo. No importa lo que hayas
abrazado, sino que hayas decidido abrazar algo grande y que estés jugándotela
por eso y digas: «He abrazado un gran sueño.» Eso te otorgará autoridad.
Si barres las calles, bárrelas como pintaba Miguel Ángel, barre las calles como componía Beethoven.

Martin Luther King20P

Si te la vas a jugar por algo, comprométete al cien por cien y atraerás a soñadores
comprometidos a tu vida. Atraerás grandes sueños, atraerás grandes recursos,
porque la gente que se la juega atrae las oportunidades.

• Capacitarse atrae las oportunidades
Cuando uno se prepara, se supera. La gente te tiene que ver y compararte con
dos meses atrás y verte crecido. Es importante que en tu agenda haya horarios
para prepararte, para hacer cursos, para capacitarte, y que haya desafíos
nuevos. Por ejemplo, cuando uno está enfermo, busca a los mejores médicos.
¿Quiénes son los mejores? Los que están capacitados. Un buen médico atrae.


• La química atrae
Cuando uno tiene química, hace sentir bien al otro. Hay personas que no han
logrado avanzar aunque tienen compromiso, capacitación, porque no saben
química con la gente. Cuando tienes química, atraes a la gente y hay puertas que
se te abren.

• La gente libre interiormente atrae las oportunidades
Cuando eres libre de corazón, atraes oportunidades. Por eso cuidar tu interior
es tan importante. Si eres libre por dentro, atraes, porque eres una persona
sencilla. La gente sencilla atrae, la gente complicada aleja. La gente libre es
divertida, toma un mal momento y lo convierte en un momento divertido; toma
una burla y la vuelve una broma; toma un momento de presión y lo transforma
en diversión. Todo lo que hagas tiene que estar marcado por la diversión.
Cuando uno está contento, eso es señal de que uno está libre.

En la Universidad de Harvard, investigaron a cinco mil personas despedidas de
sus trabajos. Y descubrieron que el noventa por ciento de la gente no había sido
despedida porque le faltara capacidad, sino porque «no sabía llevarse bien con sus
compañeros».
La gente en paz atrae. Cuando alcances tu felicidad, que es tu paz interior, habrá
una atracción, un sentido de influencia, algo hermoso que te adorna y de lo que los
demás se dan cuenta. Y los que te vean sentirán tal impacto que te van a dar aquello
que necesitas.
A la gente en paz se le abren puertas. Cuando alcanzas la paz interior se te abren
puertas.
La gente te dirá: «No sé qué tienes, pero yo te quiero dar algo distinto, te quiero
ayudar», porque cuando escalas el monte de tu felicidad luego ella es tu compañera20Q

de por vida. Cuando tengas paz interior, tu sabiduría aumentará para que todo te
salga bien.

Una última reflexión: recordando que la felicidad
consiste en estar en paz con uno mismo, no necesitarás poseer a nadie. Cuando llegues
a tener paz interior, todo tu entorno tendrá paz, tu pareja, tu trabajo, tus hijos,
porque es algo que tú generas en los demás.20R

BIBLIOGRAFÍA

BARYLKO, Jaime: El significado del sufrimiento, Buenos Aires, Bonum, 2001.
BRENAD, Juan A.: Desarrollo de la armonía interior, Bilbao, Desclée, 2000.
BURNS, David: «Sentirse bien», una nueva terapia contra las depresiones, Barcelona,
Paidós, 2005.
DE MELLO, Anthony: Una llamada al amor, Santander, Sal Terrea, 1991.
FERNÁNDEZ, Víctor Manuel: Para liberarte de los apegos y obsesiones, Buenos
Aires, Ediciones San Pablo, 2007.
LONGAKER, Christine: Afrontar la muerte y encontrar esperanza, Barcelona,
Grijalbo, 1998
POTTER EFRON, Ronald, y POTTER EFRON, Patricia: ¡Vergüenza, una vivencia
ambivalente que puede ayudarte a crecer!, Ciudad de México, Promexa, 1993.
ROJAS, Margarita: Cuidar al que cuida, Madrid, Santillana, 2006.20S
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