●Rol del Analista: Seis de los diez entrevistados destacaron que la presencia de
un analista de negocio o de sistemas en el equipo ágil es una práctica común y
valiosa. Este rol no espera pasivamente los requisitos, sino que facilita
proactivamente la elicitación de NFRs, utilizando su experiencia para preguntar
sobre aspectos de calidad que los stakeholders podrían pasar por alto.
●Fuentes Diversas: Los profesionales enfatizan que el Product Owner no es la única
fuente de NFRs. Obtienen información de múltiples stakeholders, incluyendo
expertos técnicos (para seguridad o rendimiento) y usuarios finales (para usabilidad).
Crucialmente, consideran a los propios desarrolladores un motor de refinamiento,
ya que sus preguntas y propuestas técnicas a menudo conducen a la clarificación y
mejora de los NFRs.
●Esfuerzo y Proactividad: Existe un consenso en que la elicitación de NFRs es una
tarea que requiere un esfuerzo significativo y un enfoque activo. Los stakeholders a
menudo no son conscientes de sus propias necesidades de calidad o las expresan
de forma genérica ("el sistema debe ser rápido"). El equipo debe guiar la
conversación para transformar estas declaraciones ambiguas en requisitos
medibles.
●Técnicas Universales: El hallazgo más revelador es que los profesionales no
utilizan técnicas de elicitación dedicadas exclusivamente a los NFRs. En cambio,
confían en métodos de comunicación directa de propósito general, como entrevistas
y talleres, para obtener tanto los requisitos funcionales como los no funcionales. La
única excepción notable, que confirma la regla, fue el uso de pruebas de usabilidad,
una técnica inherentemente ligada a un NFR específico.
4.3. Implicaciones para el Equipo de Proyecto
El análisis comparativo revela una brecha clave: la teoría propone técnicas especializadas,
mientras que la práctica industrial se apoya en la comunicación universal. La implicación es
clara: para la elicitación de NFRs, los factores humanos y la cultura de equipo triunfan
sobre las metodologías específicas. La eficacia no parece depender de la adopción de
herramientas complejas, sino de la experiencia del equipo, una cultura de comunicación
directa y un enfoque proactivo liderado por roles de análisis cualificados. Esto sugiere que
las técnicas especializadas propuestas por la academia podrían ofrecer rendimientos
decrecientes en comparación con la inversión en analistas competentes.
Habiendo cubierto el "cuándo" y el "cómo" de la obtención de NFRs, el siguiente paso lógico
es examinar cómo se documentan estos requisitos para que sean claros, compartidos y
accionables.
5. Estrategias de Documentación: ¿Cómo se Plasman
los NFRs?
La documentación de los NFRs presenta una aparente contradicción en el mundo ágil. Por
un lado, el Manifiesto Ágil valora el "software funcionando sobre documentación extensiva".
Por otro, los NFRs, para ser útiles, deben ser claros, específicos y, sobre todo, medibles.
Dejar un NFR en la ambigüedad es una receta para el fracaso. Por lo tanto, los equipos