Historia de Aguascalientes
Aguascalientes, como la mayor parte de las ciudades de México y del mundo, es
resultado de ciertas condiciones geográficas e históricas que propiciaron su fundación y
posterior desarrollo.
En nuestra región, que antes de la conquista española era ocupada por diversas tribus
nómadas y belicosas de origen chichimeca, tanto la red caminera como los presidios
fueron elementos esenciales para penetrar el territorio y efectuar el trasiego de sus
incipientes riquezas.
Por esta región pasaba la ruta de la plata, proveniente de las minas de Zacatecas, con
rumbo a la capital de la Nueva España; se consideró apropiado establecer aquí un
puesto militar como medida de protección y de resguardo, así como para suministro de
provisiones.
Región que rebasa por todas partes los estrechos límites que marca su circunscripción
política, Aguascalientes se haya situado en la meseta central equidistante de nuestros
dos mares, un poco al norte del fertilísimo Bajío y un poco al sur de los páramos
desérticos norteños.
Con el tiempo, en los alrededores se fueron asentando prestadores de servicios,
agricultores y comerciantes, conformando pequeñas poblaciones. Así, el 22 de octubre
de 1575, se funda la antigua Villa de Nuestra Señora de la Asunción de las Aguas
Calientes, que debe su nombre a la abundancia de aguas termales en la zona.
Por otra parte, las horas despaciosas permitieron que nuestras lejanas abuelas
apresaran en sus manos delicadas las preciosidades del deshilado, los bordados y
encajerías que las naves españolas trajeron a estas tierras desde Flandes o Sicilia.