Se llamaba Carlos de Secondat, barón de Montesquieu, y era por lo tanto
monárquico, pero monárquico enamorado del parlamentarismo inglés, nacido el
18 de enero de 1689 en el Castillo de la Brède, a pocos kilómetros de Burdeos,
Francia. Muere el 10 de febrero de 1755 en París a la edad de 66 años. Para este
pensador la paz y la igualdad de los hombres tienden muchas veces a olvidarse,
pero las leyes positivas señalan los deberes y los derechos de cada cual.
“SU MAYOR LOGRO FUE LA CREACIÓN DE LA DIVISIÓN DE PODERES:
EJECUTIVO, LEGISLATIVO Y JUDICIAL”.
En ella defiende, que, conservando el rey el poder ejecutivo, el legislativo
recaería en una asamblea representativa del país (como el parlamento inglés), y
el judicial, detentado por magistrados o parlamentos (en Francia, tribunales),
absolutamente independientes en sus sentencias, del rey y del Parlamento. Así
pues, es partidario de que el Estado quedara dividido y es el difusor de las ideas
parlamentarias inglesas y la fuente donde bebieron las promociones
revolucionarias.
Dos son fundamentalmente los puntos en que los diferentes autores insisten al
señalar la aportación original de Montesquieu al estudio científico de las
sociedades humanas:
Montesquieu acomete la tarea científica de describir la realidad social
según un método analítico y "positivo" que no se detiene en la pura
descripción empirista de hechos, sino que intenta organizar la multiplicidad
de datos de la realidad social en un reducido número de tipos.
Dar una "respuesta sociológica" a la aparente diversidad de los hechos
sociales, bajo el supuesto de que existe un orden o causalidad de estos
hechos susceptible de una interpretación racional.
Es considerado uno de los precursores del liberalismo y fue quien elaboró la teoría
de la separación de poderes.
Su obra de mayor repercusión es El espíritu de las leyes (1784), en la que expone
su teoría acerca de la existencia de un orden en el acontecer histórico y unas
leyes que condicionan la actuación humana. Así, los códigos legales y las
instituciones tienen una estrecha relación con condicionantes de carácter cultural
(costumbres, Religión, etcétera) y natural (clima, geografía, etcétera). Las reglas
que determinan el comportamiento de los hombres surgen y son modificadas
según los contextos históricos y culturales, los tipos de gobierno y el carácter de la
sociedad. Su ideología política advierte la existencia de tres tipos posibles de
gobierno: república, monarquía y despotismo, la menos deseada de las tres. Con
Inglaterra como modelo, postula el reparto del poder del Estado para evitar el
despotismo. Para ello, debe dividirse en tres partes, cada una con una misión
específica y diferente, que supongan un equilibrio y contrapesen la actuación de
las demás. La división de poderes en tres (legislativo, ejecutivo y judicial), siendo
asignados según la distribución de clases existentes (nobleza, clero y burguesía)
es garantía, según Montesquieu, contra un gobierno tiránico y despótico. La
fórmula propuesta es hoy plenamente aceptada por los regímenes democráticos,
aunque de forma anacrónica y puramente ideológica, pues esta división tripartita
en clases propia del Antiguo Régimen ha desaparecido.
4.3.6. Francisco MariaArouet, Voltaire (1694 – 1778 d.c.):