En la Antigua Roma, las mujeres que nacían
libres eran ciudadanas (cives), aunque no
ÓLA1ontDLuoFtnctLHóÓoFtHoFiLCtÓN.rcHLCsñthQ.cALt
a este limitado papel público de la mujer en la
Antigua Roma, los historiadores romanos
mencionan con menos frecuencia a las
mujeres que a los hombres.
Introducción
Entre las mujeres excepcionales que han
dejado una marca en la historia están las
semilegendarias Lucrecia y Claudia Quinta,
cuyas historias tienen un matiz mítico.
-Las decididas mujeres republicanas como
Cornelia, madre de los Gracos, y Fulvia, que
comandó un ejército y acuñó monedas con su
imagen.
-Las mujeres de la dinastía Julio-Claudia como
Livia, la más prominente, que contribuyó a la
formación de las costumbres imperiales; y la
emperatriz Helena, una fuerza motriz en la
propagación del cristianismo.
1. LA EDUCACIÓN
La enseñanza primaria ocupaba a los niños desde los
siete años hasta los once o doce. Esta primera
enseñanza podía recibirse en casa, con profesores
particulares, pero la mayoría de niños y niñas
acudía a la escuela del literato.
El niño acudía a la escuela muy temprana, acompañada
del padre, generalmente griega. La jornada solía ser de
seis horas, con descanso a mediodía, y un día festivo
cada nueve días –día del mercado - .
El curso comenzaba el mes de marzo, y había
vacaciones estivales (desde julio
hasta los idus -el 15-
de octubre).
Las escuelas eran locales muy humildes, donde había
sillas o bancos sin
respaldo para los alumnos, que
escribían con las tablillas apoyadas en las rodillas.
En la escuela primaria se aprendía a leer, escribir y
contar, bajo una férrea disciplina que castigaba con
severidad cualquier falta.
Se conocen los juguetes de los niños romanos
gracias a la arqueología y a las fuentes
literarias. En el arte, las niñas están
representadas jugando a lo mismo que los
niños: a la pelota, al aro, a las tabas. A veces se
encuentran muñecas en las tumbas de
aquellas niñas que murieron antes de alcanzar
la edad adulta.
2 La infancia y juventud de las niñas romanas
Muñecas
3 LA INFANCIA DE LAS NIÑAS ROMANAS
Las niñas de familias acomodadas iban a la escuela
hasta los 12 años. Después de esta edad pocas
mujeres continuaban educándose, con la
autorización de su marido o padre, a través
preceptores que les enseñaban los autores clásicos.
Era normal que hubiera mujeres que adquirían una
cultura de entrenamiento como cantar, danzar y
tocar un instrumento.
ñCornelia, la joven esposa de Pompeyo en el
momento de su muerte, se distinguió por su
arte musical y sus conocimientos de
geometría, literatura y filosofía.
Los doce años había muchachas que ya
estaban otorgadas a un marido aunque no se
hubiera consumado el matrimonio. Una mujer
se consideraba adulta hasta los catorce años
todos la llamaban entonces “señora”. Las
familias ricas encerraban a sus hijas en sus
casas, las ponían a hilar con la rueca y con
huso, con lo cual demostraban que pasaban el
tiempo sin hacer nada malo.
4 El trabajo de las mujeres
Tras la educación, la vida de una mujer dependía de
lo rica que fuera. Las familias ricas consideraban que
era inapropiado que las mujeres salieran a trabajar.
Se esperaba de ellas que tuvieran hijos y llevaran el
control de la casa.
Los esclavos las ayudaban en estas tareas. En las
familias populares, las mujeres tenían que hilar y
tejer algodón para hacer la ropa de la familia.
A todas se les enseñaban estas técnicas, pero la
mayoría de las familias ricas compraban la tela
hilada. En las familias más pobres, las mujeres eran
costureras en los mercados o ayudantes en las
termas. Algunas servían a los clientes en sus casas.
En el campo, las mujeres trabajaban en las granjas y
como pastoras. La mujer de un campesino trabajaba
la tierra con su esposo.
5 EL MATRIMONIO DE LA MUJER ROMANA
Muchos de los matrimonios en Roma fueron
organizados por los paterfamilias de los novios. El
mes favorito para el matrimonio era en junio. La niña
tenía una edad alrededor de trece años, mientras
que el niño era algo más mayor por término medio.
La novia tomaría sus juguetes de infancia y ropa y le
ofrece a la diosa Venus, o a cualquiera de otros
dioses de familia llamada Lares y Penates. Un cerdo
sería sacrificado en el día de la boda, y las oraciones
serían hechas a Juno. El padre de la novia firmaría el
contrato de matrimonio y los obsequios de la novia
serían dados a los novios de la familia. El día de la
boda terminaría con el novio fingiendo raptar o
separar a la novia de su madre como un recuerdo de
la historia legendaria de las mujeres Sabinas en
Roma temprana
La matrona unía las manos
derechas de los esposos, y un
niño, entre ambos, que
sostenía una antorcha,
personificaba al dios imeneo.
Después de matar al buey o
cerdo, se celebraba la cena
nupcial de la
novia. Tres
jóvenes, cuyos padres
estuvieran vivos, llevaban junto
a la esposa el
huso, la rueca y
una antorcha de espino blanco
encendida en casa del padre de
la novia.
5.1. El ritual de la boda
La boda constituía uno de los acontecimientos más importantes dentro de la
vida familiar.
El día de la boda era escogido con toda cautela; la
mejor época era la
segunda quincena de Junio. No debe hacerse antes de que los contrayentes
tengan menos de siete años
al que asistían los padres y los amigos
respectivos. En éste, el prometido regalaba a la novia un anillo que se
colocaba en el dedo anular, ya que creían que ese dedo es el único que esta
unido con el corazón; también se pactaba la dote que debía aportar la novia
al matrimonio.
La vigilia del casamiento, la novia ofrecía a los dioses familiares sus juguetes
infantiles. El día de la boda se vestía con una túnica blanca larga ceñida a la
cintura con un cinturón y sobre los hombros se colocaba una especie de chal,
y se cubría la cabeza y el rostro con un velo de color anaranjado
(flammentum).
El novio, sus familiares y amigos iban a buscarla y, en comitiva, se dirigirían al
lugar de la ceremonia. Ésta comenzaba con el sacrificio de un animal;
después, los novios -en presencia de diez testigos- firmaban un contrato
matrimonial para dejar constancia legal de su voluntad de convivencia.
Tras la ceremonia, tenía lugar el banquete de boda y, al atardecer, los
invitados simulaban el rapto de la joven: la cogían y formaban con ella un
cortejo, para acompañarla hasta la casa del marido (deductio), en el trayecto,
los amigos del novio, iban lanzando versos fesceninos de carácter jocoso y
erótico. Llegados aldestino, la mujer iba acompañada de tres jóvenes; uno de
ellos llevaba una antorcha de espino (spine alba) encendida a la casa de la
esposa. Cuando llegaban a casa del marido, adornaban la entrada con cintas
de lana y la untaban con grasa de cerdo y aceite. El marido le preguntaba a la
esposa cómo se llamaba, ella le respondía ubi tu Gaius, ego Gaia ("si tú Gaio,
yo Gaia"), entonces los que la acompañaban la levantaban a pulso para que
no tocase el quicio de la puerta con el pie y la hacían entrar en la casa.
Después era recibida por su marido y la pronuba (acompañante de la novia)
pronunciaba unas plegarias a la divinidad de la nueva casa (para que
recibiesen con agrado a esta nueva habitante.
6. El parto
El parto era muy peligroso para las mujeres en la
antigüedad romana, debido a que la ciencia médica
era muy primitiva, muchas lápidas de mujeres
muestran que murieron durante el parto al igual que
los niños. Las mujeres se casaban muy jóvenes en
parte porque creían que el parto era más seguro
cuanto más jóvenes eran. Algunas mujeres ricas,
después de dar a luz al heredero, evitaban tener más
hijos usando esponjas como anticonceptivo.
7. MADRES EN LA ROMA ANTIGUA
Muchas esposas tenían dificultad en su matrimonio. Estaban bajo la regla de su ley de “la
madre en”. Cuando una pareja tenía hijos, especialmente el primero, la esposa ganaría
mucho más de su autoridad; pero todavía tuvo que responder a la autoridad de la suegra.
Las mujeres tenían pocos derechos en el matrimonio.
Un marido podía divorciarse de su esposa si no pariera a un niño, o no parir a un hijo. Si
había un divorcio, los niños se quedarían con el padre. Una mujer no podía divorciarse de su
marido. La mujer tenía pocos derechos de propiedad. No podía heredar la propiedad de su
marido después de que se muriese, ni ella poder dejar el dinero a sus hijos.
8. EL DIVORCIO
En Roma, era posible divorciarse. En los primeros tiempos,
los divorcios eran extraños. Pero al ser sustituido el
matrimonio cum manu por el sine manu, a finales de la
República, el divorcio se hizo cada vez más frecuente, a
pesar de que la legislación de Augusto intentó combatirlo.
El matrimonio podía disolverse por varias razones:
1. Por muerte de uno de los cónyuges:el viudo podía
casarse inmediatamente
pero la viuda debía mantener luto durante diez meses como
mínimo, a excepción de que el marido hubiera muerto
condenado por un crimen. Si la mujer daba a luz durante
este tiempo el compromiso se rompía. Sólo el príncipe podía
conseguir dispensa:
Por pérdida de ciudadanía, por cautividad, por desaparición
o
por deportación.
2. Por adulterio de la esposa.
3. Por esterilidad que siempre se le atribuía a la mujer.
4. Por privación de libertad de uno de los dos cónyuges ya
fuera por motivos
bélicos o por razones jurídicas.
El divorcio estaba muy mal visto socialmente en los primeros
tiempos pero después en el final de la República y en el
Imperio con la relajación de las costumbres los divorcios
fueron muy habituales.
El divorcio podía realizarse de distintas formas:
- Por acuerdo mutuo.
- Por repudiación de una de las partes.
- Por impotencia.
La Ley Iulia establecía que debía mandarse un libelo
por medio de un liberto en que se repudiaba a la
otra parte en presencia de siete testigos.
Además del matrimonio, existían otras uniones
lícitas:
- El concubinato: vida marital sin propósito de
contraer matrimonio. Debía respetar algunas
condiciones y se utilizaba en situaciones en las que el
matrimonio no era posible.
- El matrimonio sine connubio: se utilizaba con
matrimonios en los que uno de ellos no tenía la
ciudadanía romana.
- El contubernio: vida marital entre esclavos o entre
libres y esclavos.
Otra victoria de la mujer fue el poder conseguir la
custodia de los hijos en caso de divorcio por
conducta deshonrosa de su marido.
9 LOS ACCESORIOS DE LAS MUJERES
LOS COSMÉTICOS
Muchas mujeres romanas se maquillaban. Estaba de moda poseer una tez pálida, y lo
lograban aplicándose polvos de tiza o albayalde. Para realzar el color rojo de mejillas y
labios se utilizaba el almagre; los ojos se sombreaban con pastas compuestas de
cenizas o de antimonio. Algunos cosméticos resultaban venenosos.
10 LAS JOYAS
Las romanas llevaban muchos anillos, pulseras y collares.
Los amos que querían mucho a su esclava preferida le
ponían un brazalete de oro. Se hacían muchas joyas de
bronce, más barato, o a veces de cristal. Muchas mujeres
tenían las orejas perforadas para llevar pendientes. Los
broches decorados servían para sujetar la ropa.
Estos brazaletes de tres vueltas
Se entregaban a las esclavas
preferidas
11.1 EL TRATO DEL HOMBRE A LA MUJER
A. RESPECTO A LAS ESCLAVAS
En la antigua Roma, la esclavitud era considerada como algo perfectamente normal, se le
consideraba un ser inferior pero se respetaba sin embargo su “humanidad”, era un integrante más de
la familia donde cada uno tenía un rol preestablecido, por eso se le quería o castigaba paternalmente,
o se le mandaba o se le favorecía hasta poder llegar a alcanzar la libertad.
Los esclavos eran considerados como niños, sin mucho uso de razón, y a quiénes debía hacérsele
obedecer los mandatos.
11.2 RESPECTO A LA MATRONA
Si tradicionalmente era el padre en las familias quien dirigía la
casa, quien da las órdenes y dirige la administración del hogar,
¿cuál es el papel de las mujeres en las casas respetables de
Roma? Lo habitual es que las matronas mataran la mayor
parte del tiempo en los trabajos relacionados con la costura y
el tejido.
Paulatinamente, la mujer irá ocupando un papel protagonista
en la organización de la familia, incluso por prescripción
médica ya que los galenos consideraban que las mujeres
debían desarrollar alguna actividad. Algunos hombres
empezaron a dejar en manos de sus esposas la dirección del
hogar, incluso la llave de la caja de caudales. El contar con
varios esclavos permitía a la matrona poder delegar en ellos
todos los trabajos de la casa, incluso los relacionados con su
propia higiene personal. El esclavo viste y calza a la dama,
aunque no lava sus dientes.
Para mantener una relación amorosa secreta lo mejor era
alquilar una habitación a un sacristán ya que estaba obligado a
guardar silencio. Si el esposo fallecía, la matrona vería
protegida su virtud por su familia, ante la inminente llegada
de una legión de pretendientes que deseaban hacerse con su
fortuna.
12 LA PROSTITUCIÓN
La presencia de esclavos y esclavas en los hogares era uno de los motivos de la libertad sexual con
los que se relaciona el mundo romano. Esta presunta libertad sexual estaba íntimamente
relacionada con el amplio desarrollo de la prostitución.
Como en buena parte de las épocas históricas, en Roma las prostitutas tenían que llevar
vestimentas diferentes, teñirse el cabello o llevar peluca amarilla e inscribirse en un registro
municipal. No en balde, Catón el Viejo decía que “es bueno que los jóvenes poseídos por la lujuria
vayan a los burdeles en vez de tener que molestar a las esposas de otros hombres”.
En el año 1 existe un registro con 32.000 prostitutas que estaban recogidas, habitualmente, en
burdeles llamados lupanares, lugares con licencia municipal cercanos a los circos y anfiteatros o
aquellos lugares donde el sexo era un complemento de la actividad principal: tabernas, baños o
posadas.
Los distritos del Esquilan y el circo Máximo tenían una mayor densidad de burdeles humildes
mientras que los más elegantes se ubicaban en la cuarta región, habitualmente decorados con
alusivos al sexo e identificados en la calle con un gran falo que era iluminado por la noche.
Las prostitutas solían exhibir sus encantos en las
afueras del prostíbulo y era habitual que en las
puertas de las habitaciones existiera una lista de
precios y de servicios.
Las prostitutas se dividían en diversas clases: las
llamadas meretrices estaban registradas en las listas
públicas mientras que los prostíbulos ejercían su
profesión donde podían, liberándose del impuesto.
Las delicitas eran las prostitutas de alta categoría,
teniendo entre sus clientes a senadores, negociantes
o generales.
Las famosas tenían la misma categoría pero
pertenecían a la clase patricia, dedicándose a este
oficio o por necesidades económicas o por placer.
Entre ellas destaca la famosa Mesalina, Agripina la
joven o Julia, la hija de Augusto. Las condiciones
como ambulatorias recibían ese nombre por trabajar
en la calle o en el circo mientras que las lupas
trabajaban en los bosques cercanos a la ciudad y las
bastaría en los cementerios.
El lugar favorito para las relaciones sexuales eran los
baños, ofreciendo sus servicios tanto hombres como
mujeres; incluso conocemos la existencia de algunos
prostíbulos frecuentados por mujeres de la clase
elevada donde podían utilizar los servicios de
apuestos hombres.
13. LA MUJERES Y LA RELIGIÓN CON LAS DIVINIDADES FEMENINAS
El culto de las mujeres a las diosas dependía de su condición:
-Las doncellas mantenían el culto a la Fortuna virginales.
-
las casadas (matronas), el culto a la Fortuna primigenia de Presente y dentro de las casadas, las uniera (mujeres de
un solo esposo), el culto a la Fortuna murieras o a la Pudicicia, que estaba reservada a las uniera patricias. Incluso
las prostitutas participaban del culto de la Fortuna viril.
Otro culto protagonizado por mujeres era de las Vestales. Éstas estaban consagradas a Vesta, diosa virgen, treinta años
durante los cuales no podían mantener relaciones sexuales su pena es de ser sepultadas vivas en ceremonia pública.
Además en estos años las Vestales quedaban libres de la patria protestas familiar pero entraban bajo el poder del
Pontines.
En resumen, la religión oficial se oponía a la emancipación femenina y buscaba mantener el estatuto de la mujer
antigua.
Los nuevos cultos cambiaron algo la situación, en particular el de la egipcia Isis y posteriormente el cristianismo.
Hay muchas divinidades romanas pero centrándonos en las Olímpicas destacan Minerva, Venus, Juno, Vesta, Ceres-
14. LA MUERTE
La esperanza de vida para las personas de Roma era
baja. Los bebés a menudo atrapados para quienes
las enfermedades a las que los romanos se
enfrentaban no tenían cura debido a sus pocos
conocimientos médicos. Los Niñosno fueron
nombrados hasta el octavo día noveno atribuible en
parte al arte de mortalidad alto de bebés.
Los Romanos practicaron cremación (la quema) de
su quietud. Las cenizas serían puestas en un pote
de arcilla pequeño lo saber como una urna y poner
en una tumba. La cremación era la costumbre
acostumbrada útil sobre A.D. 100. La influencia de
la religión cristiana cambió de lugar el manejo de
muertos al entierro, especialmente para ésos de la
fe cristiana. Muchas tumbas en después Roma eran
a lo largo del equipo los caminos yendo adelante
afuera de la ciudad. Solamente los muy ricos podían
permitirse una tumba dentro de la ciudad. La gente
pobre no podía permitirse una tumba a menudo y
sería enterrado en un hoyo público sobre el monte
esquileo.
Una plañidera era una mujer a quien se le pagaba
por ir a llorar al funeral de alguna persona.