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Las personas que hoy están en proceso de incorporación o reincorporación al mundo del trabajo,
necesitan utilizar herramientas que los habiliten para ser actores del desarrollo de sus carreras
laborales. Como seres relacionales, requieren de la participación de otros en este proceso de
incorporación. La asociatividad aparece, entonces, como una de las formas de vinculación más
presente en todos los ámbitos de la vida. El tejido social va desde las redes más cercanas o
primarias constituidas por la familia, hasta las relaciones laborales, sociales, culturales y políticas.
Digamos que las redes primarias se tejen dentro del círculo familiar; las secundarias, entre amigos
o personas relacionadas afectivamente; y las terciarias, se construyen entre personas
representantes de organizaciones o instituciones, tales como una empresa, un municipio, la iglesia
o un partido político, por citar algunas. En las redes primarias los vínculos tienen una connotación
principalmente –aunque no exclusivamente- recíproca, afectiva y gratuita. En las terciarias, las
relaciones se mueven básicamente por intereses en función de objetivos racionales. En las redes
secundarias se da un híbrido entre las primarias y las terciarias.
En el ámbito laboral, definiremos redes sociales como el conjunto de personas que representan a
organizaciones e instituciones que establecen relaciones y producen interacciones de manera
continua, para alcanzar metas comunes en forma efectiva y eficiente. Las redes sociales permiten
generar relaciones de colaboración, poner en común los recursos, desarrollar actividades en
beneficio de sus integrantes, ampliar y estrechar vínculos, crear sentido de pertenencia, socializar
conocimientos, saberes y experiencias, constituir confianzas y establecer relaciones de
intercambio y reciprocidad.
El avance tecnológico ha incorporado un nuevo enfoque al tema de las redes sociales. Ahora todos
estamos más cerca, casi sin barrera de tiempo ni espacio. El desarrollo de la computación,
telefonía móvil, fibra óptica e Internet, han impactado fuertemente las relaciones humanas,
provocando cambios radicales en muy poco tiempo. Por ejemplo, las relaciones económico-
comerciales se insertan en el llamado fenómeno de la globalización, que en México se puede
constatar, observando cómo, en pocos años, hemos pasado de ser un país de economía cerrada, a
ser un país integrado a la comunidad internacional.
Este nuevo escenario plantea muchos desafíos, en el sentido de desarrollar las competencias de
las personas para acceder a las oportunidades y minimizar los riesgos que representa el nuevo
modelo. La incertidumbre y la rotación serán características habituales de la carrera laboral de las
generaciones actuales y futuras, junto con la necesidad de constante renovación y adaptación a las
cambiantes condiciones de éste. Utilizar, entonces, las redes sociales y tecnológicas es un recurso
que hoy no puede desdeñarse.
ACTIVIDAD 6