ya estaban preparándose para las presentaciones, en fin todo debía quedar
listo para el gran día.
Juan fue a la casa de Dánae para iniciar el trabajo, llegó solo pues su abuelita
trabajaba y no podía acompañarlo, en cambio Dánae estaba en compañía de
su madre y su abuelita, su papá llegaba en la noche, después de trabajar; al
empezar el trabajo la abuelita se dio cuenta que Juan de verdad dibujaba muy
bien, “me sorprendes”, le dijo, mientras Dánae disimulaba no haber visto ni
oído nada, su mamá también lo
elogió y llamó a Dánae aparte
para conversar. “Juan es un buen
niño, no sé porque te comportas
de esta manera, cada persona
tiene dones diferentes, unos son
buenos escribiendo, otros son
buenos cantando, a otros les
gusta las matemáticas, otros son
deportistas, en fin hay tantos
dones; tú también eres especial
eres privilegiada porque nos
tienes a nosotros y eres una niña
aplicada, así que saca esos
malos sentimientos de tu corazón
y dale a Juan la oportunidad de ser tu amigo, ¿me lo prometes hija?, ella
abrazó muy fuerte a su madre y le dijo “sólo tenía celos, pensé que si no era la
mejor tu y papá ya no me iban a querer”.
El día de la presentación llegó y como era de esperarse el trabajo de Juan y
Dánae fue elegido, la maestra felicitó a ambos pues se habían esmerado y
sobre todo, ahora, ambos eran buenos amigos.
Cuando llegó el día central del aniversario
hubo mucha algarabía, juegos,
degustaciones, concursos, sorpresas,
verbena y el paseo de antorchas en
donde se lucieron los mejores trabajos
hechos por las madres habían unos muy
ingeniosos, de traviesas formas y
diversos colores. Los niños, algunos
lucieron disfraces, otros se pintaron sus
rostros también hubo una banda que
amenizaba la marcha, toda la gente salió
a verlos, desde sus puertas algunos, de sus azoteas otros; el aniversario del
colegio lo vivió todo el pueblo, toda su gente, y Dánae feliz su colegio era muy