siendo ω la frecuencia angular de las oscilaciones, a partir de la cual determinamos el
período de las mismas:
Las magnitudes y son dos constantes "arbitrarias" (determinadas por las condiciones
iniciales) correspondientes a la amplitud angular y a la fase inicial del movimiento.
Ambas tienen dimensiones de ángulo plano.
Comparación entre el valor de un ángulo (rad) y su seno.
Θ(º) Θ(rad) senΘ dif. % Θ(º) Θ(rad) senΘ dif. %
0 0,00000 0,00000 0,00 15 0,26180 0,25882 1,15
2 0,03491 0,03490 0,02 20 0,34907 0,34202 2,06
5 0,08727 0,08716 0,13 25 0,43633 0,42262 3,25
10 0,17453 0,17365 0,51 30 0,52360 0,50000 4,72
Isocronismo
Obsérvese que el periodo del péndulo simple es independiente de la masa de la partícula
suspendida y, también, de la amplitud de las oscilaciones, siempre que éstas sean
suficientemente pequeñas como para que la aproximación senθ ≈ θ sea aceptable. Esta
última propiedad, conocida como isocronismo de las pequeñas oscilaciones, fue
descubierta por Galileo (1564-1642), hacia el año 1581, en la catedral de Pisa:
"Un día en que asistía, algo distraído sin duda, a una ceremonia religiosa, fijó su mirada
en una lámpara de bronce, obra maestra de Benvenuto Cellini, que, suspendida de una
larga cuerda, oscilaba con lentitud ante el altar. Quizás, con los ojos fijos en aquel
metrónomo improvisado, unió su voz a la de los celebrantes; la lámpara se detuvo poco
a poco y, atento Galileo a sus últimos movimientos, observó que marcaba siempre el
mismo compás"
J. Bertrand: Galileo y sus trabajos
Esta última circunstancia fue la que más atrajo la atención de Galileo; a pesar de que la
amplitud de las oscilaciones se iba reduciendo, permanecía sensiblemente constante la
duración de las mismas. Galileo repitió muchas veces el experimento y acabó por
descubrir la relación existente entre dicha duración y la longitud de la cuerda que
soportaba al peso oscilante. Más adelante, hacia el año 1673, Christian Huygens
encontró la expresión del periodo correspondiente a las oscilaciones de pequeña
amplitud, basando su demostración en las leyes de caída de los graves, según las había
enunciado Galileo.
Puesto que las pequeñas oscilaciones del péndulo son isócronas, resulta útil para la
medida del tiempo (vide relojes de péndulo).