Orando a Dios con las manos

miangelgb 1,312 views 14 slides Oct 25, 2018
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¿Qué es lo importante?
¿Orar de rodillas con las manos juntas o de pie con las manos alzadas?
Lo importante es nuestra actitud interior: somos un pueblo sacerdotal.


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Orando a Dios con las manos Quiero, pues , que los hombres oren en todo lugar elevando hacia el cielo unas manos piadosas, sin ira ni discusiones (1 Tim 2, 8).

Introducción Uno de los signos casi universales para la oración es extender las manos. El cuerpo hace oración también, el cuerpo expresa la oración y las manos abiertas señalan la indigencia, el recibir, el señalar al cielo; esto es que común a distintas religiones por su valor expresivo, lo encontramos claramente en el Antiguo Testamento. El orante se dirige a Dios extendiendo sus manos hacia el cielo, por así decir, para que Dios desde arriba vea las palmas de las manos extendidas.

Moisés intercede por Israel alzando las manos Exodo 17, 8-13: Amalec vino y atacó a Israel en Refidín . Moisés dijo a Josué* : «Elige algunos hombres y sal a combatir contra Amalec . Mañana yo me pondré en la cima del monte, con el cayado de Dios en mi mano.» Josué hizo lo que le mandó Moisés , y salió a combatir contra Amalec . Mientras tanto, Moisés, Aarón y Jur subieron a la cima del monte. Mientras Moisés tenía las manos alzadas, vencía Israel; pero cuando las bajaba , vencía Amalec . Como los brazos de Moisés se cansaran, ellos tomaron una piedra y se la pusieron debajo para que se sentase; mientras , Aarón y Jur le sostenían los brazos, uno a cada lado. Así resistieron sus brazos hasta la puesta del sol. Josué derrotó a Amalec y a su tropa a filo de espada.

Orando con manos alzadas Salmo 134, 2: ¡Alzad las manos al santuario, y bendecid a Yahvé ! Salmo 141, 2: Que mi oración sea como incienso para ti, mis manos alzadas, como ofrenda de la tarde. Salmo 143 , 6: Hacia ti tiendo mis manos, como tierra sedienta de ti.

Salomón ora en el templo Salomón, el rey ora: “se puso ante el altar del Señor, frente a toda la asamblea de Israel, extendió sus manos hacia el cielo y dijo: “Señor, Dios de Israel, ni arriba en el cielo ni abajo en la tierra...”” (1Re 8,22-23). “Cuando Salomón terminó de dirigir al Señor toda esta oración y esta súplica, se levantó de delante del altar del Señor, donde estaba arrodillado con las manos extendidas hacia el cielo” (1Re 8,54).

Salomón ora en el templo Así mismo, igualmente, lo narra el libro de las Crónicas: “Salomón, puesto de pie ante el altar del Señor, frente a toda la asamblea del Israel, extendió las manos. Porque él había hecho un estrado de bronce, de dos metros y medio de largo, dos y medio de ancho, y uno y medio de alto, y lo había colocado en medio del atrio. Salomón subió al estrado, se arrodilló frente a toda la asamblea de Israel, extendió sus manos hacia el cielo” (2Cro 6,12-13).

En la Iglesia Primitiva San Pablo indica como deben orar los cristianos 1 Tim 2, 8: “Quiero, pues , que los hombres oren en todo lugar elevando hacia el cielo unas manos piadosas, sin ira ni discusiones . En las catacumbas se pinta a la Iglesia como una mujer orando de pie y con las manos mostrando las palmas.

En la Iglesia Antigua Asociado a levantar las manos en la oración estaba la posición de pie. Durante el primer milenio, los cristianos tuvieron prohibido arrodillarse en la liturgia de los domingos, pues -como sabemos- el día del Señor conmemora la Pascua, la Resurrección de Jesús . Así como la muerte es "estar postrado", la resurrección es un levantarse, un "volver a estar de pie". Por eso esta postura manifiesta también nuestra fe en Jesús resucitado.

Oración con las manos juntas: origen La práctica, mucho más reciente, de unir las manos formando una especie de triángulo parece menos obvia, e incluso resulta intrigante. No se la menciona para nada en la Biblia y no apareció en la Iglesia cristiana hasta el siglo IX. Los historiadores de la religión remontan este gesto al acto de atar las manos de un prisionero, y aunque los juncos, las cuerdas o más tarde las esposas siguieron cumpliendo su función de defensa de la ley y el orden, las manos unidas pasaron a simbolizar la sumisión del hombre respecto a su Creador.

Hasta la misma arquitectura dividió el espacio arquitectónico en dos espacios delimitados por balaustradas, escalinatas y rejas entre presbiterio y nave. En realidad, lo que sucedió fue que a los laicos les fue asignado un puesto menos activo del que tenían en los primeros siglos de la Iglesia. Solo las acciones del sacerdote eran consideradas importantes . Se dio una separación entre sacerdote y pueblo en la celebración litúrgica. Oración con las manos juntas: origen

Por ejemplo, de comulgar de pie, se pasó a comulgar de rodillas en el siglo XI, actitud que debía ser signo de respeto. En el siglo XIII aumentan más los documentos que hablan de la balaustrada o comulgatorio, que en el siglo XVI era cubierto con el lienzo, antes sostenido por dos acólitos ante el comulgante, con el fin de impedir que las partículas cayesen al suelo. Oración con las manos juntas: Origen

Pueblo Sacerdotal: Sagrada Escritura ¿Qué es lo importante? ¿Orar de rodillas con las manos juntas o de pie con las manos alzadas ? Lo importante es nuestra actitud interior: somos un pueblo sacerdotal. 1 Pedro 2, 4-5.9: “Acercaos al Señor, la piedra viva desechada por los hombres, pero elegida y preciosa para Dios; y así, como piedras vivas que sois, formad parte de un edificio espiritual, de un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales agradables a Dios por medio de Jesucristo. Vosotros sois linaje elegido, sacerdocio real , nación santa, pueblo adquirido, destinado a anunciar las alabanzas de Aquel que os ha llamado de las tinieblas a su admirable luz”

Pueblo Sacerdotal: Catecismo de la Iglesia Católica En el Catecismo de la Iglesia Católica: 1546 Cristo, sumo sacerdote y único mediador, ha hecho de la Iglesia “un Reino de sacerdotes para su Dios y Padre” ( Ap 1,6; cf. Ap 5,9-10; 1 P 2,5.9). Toda la comunidad de los creyentes es, como tal, sacerdotal. Los fieles ejercen su sacerdocio bautismal a través de su participación, cada uno según su vocación propia, en la misión de Cristo, Sacerdote, Profeta y Rey. Por los sacramentos del Bautismo y de la Confirmación los fieles son “consagrados para ser […] un sacerdocio santo” (LG 10) Orar el padre nuestro implica vivir una liturgia de santidad, pero apoyados por una comunidad concreta. Como dice Papa Francisco en su exhortación apostólica Gaudete et exsultate (n 142) sobre el llamado a la santidad en el mundo actual: La comunidad está llamada a crear ese «espacio teologal en el que se puede experimentar la presencia mística del Señor resucitado»[105]. Compartir la Palabra y celebrar juntos la Eucaristía nos hace más hermanos y nos va convirtiendo en comunidad santa y misionera.

Pueblo Sacerdotal: Catecismo de la Iglesia Católica LA ORACIÓN DEL SEÑOR: «PADRE NUESTRO» I. «Santificado sea tu Nombre» 2807 El término “santificar” debe entenderse aquí, en primer lugar, no en su sentido causativo (solo Dios santifica, hace santo) sino sobre todo en un sentido estimativo: reconocer como santo, tratar de una manera santa. … Pero esta petición es enseñada por Jesús como algo a desear profundamente y como proyecto en el que Dios y el hombre se comprometen. (…) Pedirle que su Nombre sea santificado nos implica en “el benévolo designio que Él se propuso de antemano” ( Ef 1, 9) para que nosotros seamos “santos e inmaculados en su presencia, en el amor” ( Ef 1, 4).