Presentacion mitos y leyendas de corrientes

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About This Presentation

en esta presentación se pueden ver algunos mitos y leyendas de la provincia de Corrientes


Slide Content

CORRIENTES
MITOS Y LEYENDAS

El Pombero
Uno de los personajes típicos de la imaginación popular, del hombre del litoral, especialmente los
que habitan en la provincia de Misiones, es el de la existencia del Pombero ò fantasma de monte
que los guaraníes llaman Cuarajhi Yara (Dueño del Sol), protector de las aves.

RELIGIOSIDAD Y DEVOCIONES POPULARES

Además de la religión Católica, las devociones populares
correntinas cuentan con innumerables santos paganos,
aparecidos y personajes milagrosos, como el gaucho Antonio
Cruz Gil (gauchito Gil), el gaucho Lega (Olegario Alvarez),
gamba Palito, San la Muerte, Pai Ubre, Pai Pajarito, San
Baltazar, La Pilarcita, etc. y otros que se nutren de los mitos
y leyendas guaraníes como el Pombero, el Yasí Yateré y
otros.

MITOS Y LEYENDAS CORRENTINAS
El defensor de la selva
La selva es oscura, misteriosa, impenetrable.
Pero también tiene un delicado equilibrio: si se la destruye, la tierra se
convierte en un desierto. Por eso tiene seres protectores que la
defienden. Uno de ellos es el Curupí.
El Curupí es un enano feo, fortachón, torpe para moverse por que es
duro, no tiene coyunturas. Además, tiene los pies al revés, con los
talones hacia adelante, lo que le impide caminar bien y –sobre todo-
nadar, algo indispensable para cruzar los caudaloso arroyos de la selva.
Sin embargo, es capaz de disparar flechas que jamás yerran el tiro, y es
ávido y glotón. Le gusta la carne humana, y más la carne tierna de los
orgullosos cazadores jóvenes, ésos que se pierden en las espesuras de
los boscajes en busca de la presa que nadie obtuvo

MITOS Y LEYENDAS CORRENTINAS
El rey de los pajaritos
La penumbra, los rumores, la humedad y el calor de la selva despiertan la leyenda, impulsan a la gente a ver seres
todopoderosos que los envuelven y dominan con su magia. Pero los que saben, aseguran que no todo es imaginación: la selva tiene
una potencia muy real, representada por seres de carne y hueso capaces de reinar sobre los demás con la fuerza de su espíritu.
Uno de ellos es el Caburé. No es, como decimos, un demonio imaginario: es un ser vivo como nosotros, apenas un pajarito por su
tamaño ( no pasa de los quince centímetros); pero es la más poderosa de las aves. De allí su nombre: Rey de los Pajaritos.
A primera vista es una lechucita, de plumaje gris parduzco, que se confunde en la hojarasca. Llaman la atención sus garras,
poderosísimas para su tamaño, y la cabeza, relativamente grande, armada de un afilado pico y un par de ojos capaces de dominar con
la mirada.
¡ Los ojos del Caburé! Innumerables testimonios aseguran que cuando el Rey de los pajaritos quiere saciar su voracidad, se posa en
la rama de un árbol elevado, da un grito dominador y penetrante y mira rápidamente a su alrededor.
Los pajaritos que lo rodean se aterran y quedan casi inmóviles: no pueden huir ni volar.
Como atraídos por un imán, se acercan al Caburé saltando de rama en rama, torpemente, para que el Rey, impasible, elija su
presa, que mata de un certero picotazo.
Otros testigos, en cambio, aseguran que no es cierto que el Caburé hipnotice con sus cloqueos y su mirada; lo que ocurre –dicen-
es que el implacable cazador mata de noche, especialmente a pichoncitos tiernos. A la mañana siguiente, cuando los pajaritos
descubren sus crímenes, se alborotan, lo rodean, chillan; como acusándolo de las muertes cometidas, mientras él permanece
impasible, despreciativo, sabiendo que ninguno se atreverá a atacarlo.

MITOS Y LEYENDAS CORRENTINAS
El pombero y los chicos de campo
En los montes y en los esteros de Corrientes cuentan que el Pombero
es un hombre alto y flaco, cubierto con un grandísimo sombrero de
paja, que recorre los lugares solitarios a la hora de siesta para proteger
a los pajaritos de la selva.
Porque el Pombero sabe que los chicos del campo, justo a esa hora,
suelen escaparse de sus padres- que, sobre todo en verano, duermen
largas y profundas siestas- para cazar pajaritos.
Y si el Pombero se cruza con algún chico vagando con esa
intenciones-¡que no lleve, por Dios, una honda o gomera en la mano, o
colgada del cuello!-,primero trata de disuadirlo, cosa que por lo general
consigue. Pero, si no lo logra, ¿es capaz de llevárselo, separándolo para
siempre de sus padres!.
Por eso los chicos que conocen al Pombero respetan a los pajaritos
de la selva, para que consigan alegrando con su canto más y más
generaciones de chicos y de grandes.

MITOS Y LEYENDAS CORRENTINAS
FIN