La salud mental es mucho más que la simple ausencia de enfermedad; es un estado dinámico y profundo que atraviesa cada dimensión de la vida humana. Es el cimiento invisible que sostiene nuestros pensamientos, emociones, conductas y relaciones, el eje sobre el cual se equilibra la experiencia coti...
La salud mental es mucho más que la simple ausencia de enfermedad; es un estado dinámico y profundo que atraviesa cada dimensión de la vida humana. Es el cimiento invisible que sostiene nuestros pensamientos, emociones, conductas y relaciones, el eje sobre el cual se equilibra la experiencia cotidiana. Hablar de salud mental es hablar de dignidad, de derechos, de humanidad compartida. No se trata únicamente de intervenir cuando hay sufrimiento, sino de reconocer que cuidar la mente es tan vital como cuidar el corazón, los pulmones o los músculos. El bienestar emocional no es un lujo ni un privilegio: es un derecho fundamental y una responsabilidad colectiva. Así como un árbol necesita raíces fuertes para resistir las tormentas, las personas necesitan entornos protectores, vínculos sólidos, oportunidades reales y espacios seguros para florecer.
La salud mental atraviesa la escuela, el trabajo, el hogar, la calle, las redes sociales y los silencios que cargamos sin nombrar. En ella habita la forma en que enfrentamos el estrés, tomamos decisiones, nos relacionamos con los demás y construimos proyectos de vida. Cuando este equilibrio se quiebra, no significa debilidad, significa que somos humanos. Las emociones —tristeza, miedo, rabia, alegría— son brújulas, no enemigos. Reconocerlas, aceptarlas y gestionarlas con madurez emocional es parte esencial del cuidado personal y comunitario. Cada persona tiene una historia distinta, marcada por determinantes sociales, culturales, económicos y familiares que influyen directamente en su bienestar. Por eso, promover la salud mental no puede reducirse a discursos aislados: requiere políticas públicas efectivas, educación emocional desde la infancia, acceso oportuno a servicios de salud, prevención de la violencia y fortalecimiento de redes de apoyo.
Una comunidad sana mentalmente no es aquella que no presenta problemas, sino la que los enfrenta sin tabúes ni estigmas. Romper el silencio y hablar de salud mental es un acto de valentía, un paso hacia la construcción de sociedades más justas, empáticas y resilientes. Prevenir no es solo evitar crisis, es sembrar bienestar. Es promover hábitos saludables, fomentar la escucha activa, valorar la diversidad, respetar las diferencias y crear entornos que cuiden la mente tanto como el cuerpo. La salud mental también implica reconocer cuándo pedir ayuda y comprender que hacerlo no es señal de fracaso, sino de fortaleza interior y conciencia personal.
Este tema no pertenece solo a los profesionales de la salud o a las instituciones: nos concierne a todos. Cada palabra que decimos, cada gesto que ofrecemos, cada espacio que creamos puede ser un factor de protección o de riesgo. Las familias, los colegios, las empresas, las organizaciones y el Estado tienen un papel fundamental en garantizar condiciones dignas de vida, entornos laborales saludables y comunidades libres de violencia. Al cuidar la salud mental, invertimos en el desarrollo humano, en la productividad, en la
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Added: Oct 08, 2025
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La OMS desde al año 2012 ha promovido la difusión de los primeros auxilios psicológicos dentro de los protocolos de intervención en emergencias y desastres. Lo que se pretende es ayudar a las personas a recuperar el control y prevenir los efectos posteriores al evento. Es claro que estos protocolos no son un común denominador en la vida práctica para manejar situaciones estresantes y eventos críticos de la vida cotidiana, tales como las descritas anteriormente.
Generalidades de los primeros auxilios psicológicos El propósito de los primeros auxilios psicológicos solo es posible de entender cuando la salud mental hace parte de los conceptos básicos de quién aplica esta técnica. Por este motivo comprender la naturaleza de los trastornos y problemas mentales y los aspectos y lineamientos de los primeros auxilios psicológicos es la plataforma de entrada para desarrollar las habilidades que permitan a una persona apoyar a una crisis emocional y psicológica, para evitar daños posteriores más profundos.
https://youtu.be/NHQ0eoKxHTA Introducción En este componente de formación se abordarán los conceptos básicos de salud mental, los factores de riesgo asociados, los trastornos mentales comunes que presentan mayor prevalencia en Colombia y que deben ser conocidos desde sus síntomas y manifestaciones para poder ser atendidos en caso de una crisis asociada a los mismos. De igual forma se abordará el concepto de crisis desde sus manifestaciones más comunes y desde sus reacciones, para finalizar con los principios y lineamientos de los primeros auxilios psicológicos.
1 Salud mental La salud como proceso, integra componentes físicos, mentales, emocionales y sociales y cada uno de ellos cumple un papel fundamental en el bienestar de las personas. Sin embargo, aún se sigue pensando que, si el cuerpo físico está bien, la salud también lo está, ignorando la influencia de otros factores y dimensiones humanas. Es así como durante mucho tiempo la salud mental fue vista con sentido vergonzoso, ya que las personas consideraban que tener problemas mentales representaba un estigma social. Aunque en la actualidad se ha avanzado en este sentido y cada vez más hay mayor preocupación por mantener una mente sana, aún falta mayor conciencia para que las personas asuman con responsabilidad el cuidado de la salud mental. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como un estado de bienestar en el que el individuo desarrolla sus capacidades puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar productiva y fructíferamente y es capaz de contribuir a su comunidad. ( World Health Organization , 2001).
Es importante entender que este concepto no se concibe desde la ausencia de la enfermedad o el problema, sino de la capacidad de afrontamiento que permite a una persona a pesar de estar diagnosticada con una psicopatología, esta pueda tener una salud mental positiva en términos de su productividad y sus interacciones. En Colombia la salud mental es considerada un derecho, contemplado a través de la Ley 1616 de 2013, cuyo objeto es “garantizar el ejercicio pleno del derecho a la salud mental a la población colombiana priorizando a los niños, las niñas y adolescentes mediante la promoción de la salud y la prevención del trastorno mental y la atención integral e integrada”. Por otro lado, la política pública de salud mental establece los lineamientos frente a la atención primaria, la promoción y la prevención, buscando que la salud mental se convierta en agenda prioritaria en el país. Así mismo, la salud siempre se verá afectada de forma positiva o negativa por diferentes factores, que inciden directamente en el comportamiento de la enfermedad o del bienestar en general de las personas como las siguientes:
Determinantes sociales en salud La OMS establece que los Determinantes Sociales en Salud son factores que están relacionados con los grandes problemas: la pobreza, la exclusión, la guerra, entre otros. Son situaciones que van más allá de las posibilidades de transformación individual o familiar y en este caso el estado entra como garante de los derechos en salud mental, generando acciones protectoras para mitigar los riesgos y afectaciones, ver figura 1. Condición de género Un ejemplo de la influencia de los determinantes sociales en la salud mental de las personas es la condición de género. Ser mujer en una sociedad que privilegia lo masculino, significa asumir roles y cargas que han generado efectos y desigualdades sociales que impactan la vida de las mujeres. Algunos datos relevantes tomados del DANE muestran cómo la brecha de desempleo hoy entre hombres y mujeres es de 10 puntos porcentuales, frente a 6.3 millones de hombres hay 11.184.000 mujeres en condición de desempleo, de igual forma alrededor de 8 millones de mujeres se dedican al trabajo del hogar sin ningún tipo de remuneración. Violencia de género En el caso de la violencia cada hora en Colombia 3 mujeres reportan ser víctimas de violencia, 8 de cada 10 casos son en su propio hogar. Estas condiciones se consideran factores de riesgo en salud mental y pueden llegar a generar un problema o trastorno mental a lo largo de la vida. Edad Con respecto a la edad, se han identificado momentos de riesgo en salud mental en la vida de las personas, debido fundamentalmente a cambios en el ciclo vital. La adolescencia, la edad media y la vejez se han considerado momentos complejos por los cambios asociados a los mismos, aunque en el caso de los adultos mayores existen además situaciones como la exclusión social, la falta de oportunidades y el deterioro mental que generan un impacto mayor. Violencia social y guerra Colombia por ejemplo ha vivido más de 5 décadas en guerra, en donde el conflicto armado ha dejado secuelas en la salud mental no solo de quiénes han estado directamente vinculados a hechos de violencia directa, sino en general de toda la población. Cuando una persona durante su desarrollo vive en el marco de condiciones en donde los conflictos son sinónimo de muerte, eliminación del otro y violencia en alguna de sus formas, la sociedad en sí misma aprende y se convierte en violenta. No en vano Colombia es uno de los países con las cifras más altas de violencia contra niños, niñas y adolescentes en el mundo, lo que desencadena un factor de alto riesgo en salud mental.
A continuación, se explican los más relevantes: Principios de la Intervención
Factores de riesgo Los factores de riesgo en salud mental tienen que ver con condiciones individuales, familiares, sociales que aumentan la posibilidad de que un problema o trastorno mental ocurra a lo largo de la vida de una persona. En Colombia en el marco de la política nacional de salud mental, (Resolución 4886 de 2018), los factores prevalentes que ayudan a desencadenar problemas de trastornos mentales son: el suicidio, el consumo de sustancias psicoactivas, las violencias y convivencia social y la epilepsia. Así mismo, existen condiciones individuales como factores hereditarios, personalidad y recursos de afrontamiento que también pueden convertirse en factores de riesgo de acuerdo con la manera como se comportan en cada persona, figura 2.
En el marco del concepto de salud mental en donde se hace alusión al estado de bienestar que permite afrontar la vida con sus retos y de esta forma poder ser productivo, estos factores individuales son de gran importancia. Condiciones como la estima por ejemplo influyen en la forma como una persona piensa, siente y actúa frente a sí misma; si esa construcción está enfocada hacia “no poder”, “no ser capaz”, “ser inferior”, muy difícilmente podrá superar situaciones complejas, sin llegar a un desborde emocional. En este sentido también el pensamiento centrado y enfocado son necesarios para disminuir los riesgos asociados a la salud mental, una persona con pensamientos catastróficos tendrá mayor tendencia al estrés y la ansiedad, que una que ve la vida con menos temor. Cabe resaltar que las condiciones hereditarias pueden aparecer como condiciones de riesgo cuando por ejemplo una persona tiene antecedentes familiares de alguna enfermedad mental que puede ser esquizofrenia, lo que aumenta la posibilidad de desarrollarla, aunque no significa necesariamente que esto ocurra. Finalmente, los rasgos de personalidad en donde se identifica tendencia a la ansiedad, rasgos depresivos y de estrés e introversión marcada, pueden generar alertas tempranas frente a la capacidad de afrontamiento y mitigar situaciones de riesgo que puedan desencadenarse como consecuencia de estos rasgos a lo largo de la vida.