Problema-del-diagnostico-en-psiquiatria.pptx

grecopillo 0 views 18 slides Oct 03, 2025
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About This Presentation

Documento que aborda los problemas actuales del diagnostico en psiquiatria


Slide Content

Problema del diagnóstico en psiquiatría C. A. Rojas-Malpica

Objetivo y alcance El texto examina la tensión estructural entre diagnosticar y clasificar en salud mental. Sostiene que el diagnóstico clínico es un proceso integrador —historia, curso, síntomas, signos, contexto y pronóstico—, mientras que las clasificaciones (DSM y CIE) son instrumentos convencionales para homogeneizar comunicación y registro, útiles pero insuficientes si sustituyen la deliberación clínica.

Aportes centrales El autor recupera la tradición psicopatológica (Jaspers, Kraepelin, Ey) para distinguir con precisión entre nosología, nosotaxia y nosografía: la primera orienta la comprensión de la entidad a partir de su sentido y curso; la segunda organiza familias y espectros; la tercera describe y nomina fenómenos observables. Advierte que la hegemonía del descriptivismo produjo listas de verificación que acortan la entrevista, amplifican comorbilidades aparentes, confunden rasgos con trastornos y diluyen el peso de la biografía. El resultado es una práctica con buena interoperabilidad administrativa, pero con menor validez clínica cuando la etiqueta desplaza al caso singular. La advertencia no es anticlásica: reconoce la utilidad de DSM/CIE para epidemiología, investigación multicéntrica y planeación de servicios; el problema surge cuando el checklist se toma por diagnóstico.

Implicaciones para política pública El ensayo propone reequilibrar la balanza: mantener la clasificación como lenguaje común, subordinada a una nosología trabajada en acto clínico. Esto implica fortalecer formación en entrevista, semiótica del síntoma y razonamiento probabilístico; diseñar expedientes que capten trayectorias, factores de riesgo y moduladores psicosociales; e institucionalizar ateneos de caso para resolver discrepancias entre etiqueta y fenómeno. Señala, además, que sin esta rearticulación, la clínica se reduce a "encaje de criterios" , generando cascadas de comorbilidad y sobretratamiento.

Recomendaciones operativas 01 Estandarizar formatos obligatorios Que documenten motivo de consulta, precipitación, curso longitudinal, antecedentes, funcionalidad, examen del estado mental, contexto sociocultural y juicio clínico con incertidumbre declarada. 02 Desplegar auditorías de calidad diagnóstica Basadas en congruencia entre hipótesis, evidencia y plan, más allá del cumplimiento formal de criterios. 03 Instituir comités interdisciplinares Para casos limítrofes, con participación de psicología clínica, trabajo social y psiquiatría, que elaboren decisiones trazables y revisables. 04 Promover formación continua En psicopatología fenomenológica y en entrevista clínica extendida, con prácticas supervisadas que restituyan la narrativa del paciente como insumo principal.

Valor para alta especialidad y formación El texto es pertinente para hospitales y universidades: reubica la entrevista como tecnología crítica, fomenta la lectura del curso temporal y recupera la prudencia diagnóstica frente a rótulos precoces. También sugiere construir métricas que evalúen validez clínica —no solo concordancia clasificatoria—, como respuesta terapéutica, funcionamiento y continuidad de cuidados. En suma, invita a un uso responsable de DSM/CIE: necesario para comunicación, aseguramiento y planeación, pero insuficiente como brújula única. La decisión clínica debe descansar en la conjunción entre nosología razonada, experiencia del paciente y datos observacionales, evitando que el instrumento desplace a la clínica. La propuesta final es pragmática: diagnosticar es comprender para decidir; clasificar, ordenar para comunicar ; ambas tareas son complementarias, siempre que la primera conduzca la práctica y la segunda la respalde, sin confundir medios con fines. Finalmente, el autor subraya un plano ético: cuando la etiqueta desplaza la singularidad, se invisibilizan determinantes sociales y se inducen itinerarios poco pertinentes. Para mitigarlo, las instituciones pueden activar dos palancas: (a) incluir en cada informe un apartado de "hipótesis diferenciales y grado de certeza", con revisión por pares en casos complejos; (b) articular la clasificación con herramientas dimensionales y de curso que atenúen la rigidez categorial. Desde la gestión, sugiere paneles de seguimiento con indicadores funcionales, metas negociadas y revisión periódica del diagnóstico, de modo que la etiqueta sea una hipótesis de trabajo y no un destino. Este enfoque, compatible con marcos normativos vigentes, reafirma que la calidad diagnóstica se mide por la pertinencia de las decisiones y por los resultados, no solo por la concordancia manualizada.

Reflexiones en torno al espectro autista D. Wintrebert

Propósito El documento propone una lectura clínica y cultural del Trastorno del Espectro Autista (TEA) que trasciende oposiciones estériles. Reconoce la utilidad de marcos neurobiológicos y educativos, pero interroga la expansión diagnóstica, la fragmentación asistencial y los efectos sociales que resultan cuando la etiqueta suplanta la comprensión del caso singular. Ejes analíticos Primero, describe el incremento sostenido de diagnósticos en las últimas décadas y lo sitúa en cambios de criterios, mayor sensibilización, presión de acceso a servicios y variaciones en políticas públicas. Advierte que las modificaciones de manuales reconfiguran la elegibilidad y, por ende, trayectorias de vida. Segundo, relee la tradición clínica que historiza el autismo como trastorno de relación y del lenguaje, distinguiendo esta perspectiva de abordajes exclusivamente conductuales. Tercero, examina la tensión entre asociaciones parentales y escuelas clínicas: ambas han aportado, pero ninguna agota la complejidad del fenómeno.

Lecciones de caso Al recuperar relatos fundacionales, el texto subraya la heterogeneidad del espectro: intereses específicos, sensibilidad sensorial, patrones restringidos, dificultades en la pragmática del lenguaje y variaciones en inteligencia y adaptación. Señala que apoyos personalizados —ajustes del entorno, modalidades educativas flexibles, acompañamiento familiar y terapeutas con perspectiva relacional— permiten trayectorias más inclusivas y evitan la cronificación de fracasos. La clave es armar dispositivos que reconozcan capacidades, preferencias y marcos culturales, sin patologizar la diferencia.

Implicaciones para servicios públicos Se propone una arquitectura asistencial plural, con rutas escalonadas y trabajo interdisciplinario genuino. Nivel base Detección oportuna, psicoeducación y apoyos en comunicación, regulación, juego y participación Segundo nivel Intervenciones específicas que combinen estrategias conductuales con lectura de la relación y del sentido del síntoma Tercer nivel Abordajes complejos con comorbilidades o contextos de alta vulnerabilidad En todos los niveles, participación familiar informada y respeto por la diversidad neurocognitiva.

Recomendaciones operativas Establecer formatos que documenten perfil por dominios (comunicación, interacción, sensorialidad, intereses, conducta adaptativa), metas funcionales y seguimiento con indicadores claros; capacitar equipos en evaluación flexible y en ajustes razonables en escuela y comunidad; articular educación, salud y protección social para evitar itinerarios erráticos; y promover escenarios de formación que superen dicotomías y habiliten diálogo entre enfoques. Riesgos identificados El texto alerta sobre dos derivas: por un lado, la hiperdiagnosis sin apoyos adecuados, que aumenta estigma y genera expectativas desalineadas; por otro, la negación de ayudas basadas en evidencia por prejuicio ideológico. Cualquier posición excluyente empobrece resultados. Se recomienda centrar decisiones en la observación clínica fina, la historia del desarrollo y la respuesta a intervenciones, con ajustes iterativos y evaluación continua.

Valor para alta especialidad y comunidad académica Este enfoque es pertinente para hospitales, instituciones educativas y autoridades sanitarias. Permite diseñar políticas sensibles a la diversidad, responsables ante la evidencia y prudentes en su aplicación. Invita a sostener la complejidad sin burocratizar la vida de las personas: el objetivo no es acumular etiquetas, sino construir apoyos significativos, medibles y acordes con contextos. En síntesis, el documento llama a una práctica clínica y comunitaria que combine rigor técnico, escucha y respeto, donde la etiqueta funcione como puente de acceso y no como destino cerrado. Finalmente, se subraya la dimensión ética y comunicacional: informar con claridad, evitando definiciones deterministas; nombrar fortalezas junto con dificultades; y resguardar la autonomía progresiva. Se sugiere impulsar investigación aplicada en contextos locales para evaluar impacto de intervenciones combinadas, con indicadores de participación social, calidad de vida y sobrecarga familiar. En gestión, priorizar continuidad de cuidados, disminución de tiempos de espera y coordinación intersectorial. En formación, integrar neurociencias del desarrollo, psicopatología, educación especial y perspectiva de derechos. Así, la respuesta pública podrá ser a la vez técnicamente sólida y humanamente hospitalaria, construyendo trayectorias que habiliten pertenencia y sentido comunitario.

Aspectos generales de la práctica de la psiquiatría forense en Colombia F. E. Escobar

Propósito El artículo delimita la psiquiatría forense como subespecialidad que traduce hallazgos clínicos a categorías jurídicas, con aplicación transversal en derecho penal, civil, de familia, laboral, administrativo y canónico. Sitúa cambios del sistema acusatorio oral, que exigen al perito claridad metodológica, fundamentación científica y capacidad de sustentación en audiencia. Ámbitos y productos El autor enumera los encargos más frecuentes: evaluación de imputabilidad y responsabilidad penal; competencia procesal; capacidad civil; daño psíquico y nexo causal; idoneidad parental; valoración en violencia sexual; y riesgos para sí o para terceros. Diferencia entre conceptos privados y dictámenes oficiales, especificando estándares de forma y fondo. La pericia incluye revisión documental, entrevista clínica, examen del estado mental, pruebas psicométricas cuando proceden y análisis de consistencia, cuidando sesgos y límites.

Reglas de calidad Se destaca la imparcialidad técnica, la pertinencia del método, la trazabilidad de fuentes y la congruencia entre datos, razonamiento y conclusiones. La relación no es terapéutica; el consentimiento y el alcance de la confidencialidad deben explicitarse. Se recomiendan protocolos de seguridad y cadena de custodia para materiales sensibles, así como registro de eventos críticos. Rol del perito en juicio Con el esquema oral, el experto debe comunicar con precisión, responder contra-interrogatorios y sostener hallazgos sin perder neutralidad. El informe debe anticipar posibles hipótesis alternativas y declarar incertidumbre razonable. Se rescata la utilidad de formatos estructurados para minimizar errores y mejorar comparabilidad entre evaluaciones.

Vacíos y riesgos El texto identifica carencia de hospitales forenses especializados y describe riesgos ocupacionales: desgaste, traumatización vicaria, amenazas en casos de alto perfil y litigiosidad. Recomienda medidas de cuidado del personal, supervisión y rotación razonable. También subraya el problema de extrapolar pruebas fuera de su contexto de validación o emplearlas sin adaptación cultural.

Implicaciones para política pública Se propone articular una red clínica-judicial que respete la independencia técnica, con acuerdos de servicio que definan tiempos, complejidades y responsabilidades. Sugiere formación y recertificación periódica, banco de formatos mínimos, y guías para la evaluación de riesgo de violencia con juicio clínico estructurado. Plantea fortalecer la investigación en validez y utilidad de instrumentos y en resultados legales y de salud asociados a las decisiones periciales.

Recomendaciones operativas 1 Establecer manuales institucionales de pericia Con plantillas obligatorias y listas de verificación de calidad 2 Implementar protocolos de seguridad Física y digital 3 Crear comités de revisión de informes Para casos complejos 4 Capacitar en testimonio experto Y comunicación de incertidumbre 5 Asegurar soporte psicosocial Al personal pericial 6 Desarrollar indicadores de desempeño Oportunidad, tasa de impugnaciones, consistencia interperitos y satisfacción de usuarios institucionales Para cerrar, el autor enfatiza la documentación exhaustiva y legible: fuentes consultadas, procedimientos realizados, criterios para la integración diagnóstica, escalas empleadas con justificación y limitaciones, así como análisis de consistencia interna y externa. Propone diferenciar claramente hechos observados, inferencias y opiniones técnicas, e incorporar apartados de alternativas explicativas y de posibles sesgos. En cuanto al uso de pruebas, sugiere privilegiar instrumentos con evidencia local o, cuando no la haya, describir con transparencia las restricciones de interpretación. También recomienda acuerdos interinstitucionales para la derivación de casos que requieren internación segura, mientras se consolidan unidades forenses. Desde la gestión, conviene definir aranceles de referencia, tiempos estándar por complejidad, y sistemas de trazabilidad que permitan auditoría externa. Todo ello incrementa confiabilidad, previsibilidad y legitimidad social del quehacer pericial.
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