¿Quién creo a Dios?

ALEXPENSOROMERO 528 views 2 slides Sep 26, 2013
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About This Presentation

Dios, Jehová, ¿Quién creo a Dios?, Existencia de Dios, Origen de Dios,


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¿QUIÉN CREO A DIOS?
La Biblia enseña que Jehová Dios no tuvo principio, sino que ha existido
desde siempre.

¿Le resulta difícil de aceptar esta idea? Es comprensible. Pero antes de
rechazarla, conviene examinar lo que dicen las Escrituras.
Para empezar, debemos admitir que los seres humanos no estamos capacitados
para captar todo detalle de la naturaleza de Dios y su personalidad. En cierto
modo, nos sentimos como el apóstol Pablo, quien exclamó por inspiración
divina: “¡Oh la profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del
conocimiento de Dios! ¡Cuán inescrutables son sus juicios e ininvestigables
sus caminos!” (Romanos 11:33).

En efecto, no podemos entender por completo la sabiduría y el conocimiento
de Dios, tal como un niño no puede comprender totalmente la forma de ser y
actuar de sus padres. Aunque las palabras de Pablo se centran en la sabiduría y
la misericordia de Dios, nos indican que hay características del Creador que
están más allá de nuestra comprensión. Y, al parecer, una de ellas es la idea de
que él siempre haya existido. Aun así, podemos creer lo que la Biblia dice
sobre Dios, pues Jesucristo dijo en una oración: “Tu palabra es la verdad”
(Juan 17:17).

Y bien, ¿qué enseña la Biblia sobre el origen de Dios? En una oración, Moisés
dijo: “Desde siempre y por siempre, existes tú, oh Dios” (Salmo
90: 2, Severiano del Páramo). Como vemos, la existencia de Dios se extiende
en dos direcciones. Por un lado, hacia el futuro, pues la Biblia asegura que
Jehová “vive para siempre jamás” (Revelación [Apocalipsis] 4:10). Así pues,
Dios existirá por toda la eternidad. Pero su vida también se extiende
infinitamente hacia al pasado. En otras palabras, Dios nunca fue creado.
No comenzó a existir en ningún momento, sino que lleva viviendo “desde
siempre”.

A muchos nos resulta difícil reflexionar sobre ideas tan abstractas. Pero todos
nos enfrentamos en la vida a conceptos complejos. Piense, por ejemplo, en los
números positivos y negativos. ¿Ha pensado que podemos contar hasta el

infinito, tanto hacia adelante como hacia atrás? Entonces, ¿no podríamos
considerar que ocurre algo similar con los años de vida de nuestro Creador?
Sin duda, solo a Dios se lo puede llamar “Rey de la eternidad” (1 Timoteo
1:17). Tanto Jesús como los millones de ángeles del cielo fueron creados, y lo
mismo puede decirse de la humanidad entera. Por tanto, todos han tenido un
principio (Colosenses 1:15, 16). Pero Jehová no. Afirmar que Dios tuvo que
ser creado nos llevaría a preguntarnos quién lo creó a él, y entraríamos en un
círculo sin sentido. La realidad es que Jehová vive “desde la eternidad hasta la
eternidad” (Salmo 90:2, Straubinger). O lo que es lo mismo, Dios existe desde
“antes de todo el tiempo” (Judas 25, nota).

A decir verdad, saber que Dios es eterno puede influir mucho en nuestra vida.
Al leer la oración de Moisés antes citada, encontramos la garantía de que
Jehová cumplirá su promesa de darnos la vida eterna: su existencia eterna.
Aunque nuestra vida actual es muy corta, Dios es “una verdadera morada para
nosotros durante generación tras generación”. ¿No es maravilloso saber que
nuestro Padre celestial ha estado, está y estará siempre al lado de sus siervos?
(Salmo 90:1.)


¿Es razonable eso? La mente nuestra no puede comprenderlo plenamente.
Pero eso no es razón sólida para rechazarlo. Considérense unos
ejemplos: 1) El tiempo. Nadie puede señalar un momento preciso como el del
comienzo del tiempo. Y es un hecho que, aunque nuestra vida termina, el
tiempo no tiene fin. No rechazamos la idea del tiempo porque haya aspectos
de él que no podamos comprender de lleno. Más bien, vivimos con arreglo a
él. 2) El espacio. Los astrónomos no hallan ni principio ni fin al espacio.
Mientras más exploran el universo, más hay. Ellos no rechazan lo que la
evidencia muestra; muchos dicen que el espacio es infinito. El mismo
principio aplica a la existencia de Dios.
Fuente de información: http://www.jw.org/es/