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El día veintidós del noveno mes (noviembre) es el Aniversario del Milagroso Descenso de Buda del Cielo. Al
mes siguiente, el décimo, celebramos la Fiesta de las Lámparas, el día 25.
Los últimos acontecimientos religiosos del año tienen lugar del 29 del undécimo mes al 13 del duodécimo (que
es el que une a enero y febrero según el calendario occidental). Entonces celebramos la Expulsión del Año
Viejo y nos preparamos para entrar en el Nuevo.
Nuestro calendario es muy diferente del de Occidente. Nos atenemos a un ciclo de sesenta años y cada año se
indica por doce animales y cinco elementos en diversas combinaciones. He aquí el calendario del ciclo actual,
que comenzó en 1927:
1927, Año de la Liebre del Fuego; 1928, Año del Dragón de la Tierra; 1929, Año de la Serpiente de la Tierra;
1930, Año del Caballo de Hierro; 1931, Año del Cordero de Hierro; 1932, Año del Mono del Agua; 1933, Año
del Pájaro del Agua; 1934, Año del Perro de la Madera; 1935, Año del Cerdo de la Madera; 1936, Año del
Ratón del Fuego 1937, Año del Buey del Fuego; 1938, Año del Tigre de la Tierra; 1939, Año de la Liebre de la
Tierra; 1940, Año del Dragón del Hierro; 1941, Año de la Serpiente del Hierro; 1942, Año del Caballo del Agua;
1943, Año del Cordero del Agua; 1944, Año del Mono de la Madera; 1945, Año del Pájaro de la Madera; 1946,
Año del Perro del Fuego; 1947, Año del Cerdo del Fuego; 1948, Año del Ratón de la Tierra; 1949, Año del Buey
de la Tierra; 1950, Año del Tigre del Hierro; 1951, Año de la Liebre del Hierro; 1952, Año del Dragón del Agua;
1953, Año de la Serpiente del Agua; 1954, Año del Caballo de la Madera; 1955, Año del Cordero de la Madera;
1956, Año del Mono del Fuego; 1957, Año del Pájaro del Fuego; 1958, Año del Perro de la Tierra; 1959, Año
del Cerdo de la Tierra; 1960, Año del Ratón del Hierro; 1961, Año del Buey del Hierro; y así sucesivamente.
Una de nuestras creencias es la de que hay gran probabilidad de predecir el futuro. Para nosotros la
adivinación —por unos u otros medios— constituye una ciencia exacta. Creemos en la Astrología. Para
nosotros las influencias astrológicas no son más que rayos cósmicos que se colorean o se alteran según la
naturaleza del cuerpo que los refleja en la Tierra. Todos estarán de acuerdo en que con una cámara fotográfica
y buena luz se puede captar la imagen de algo. Si colocamos varios filtros sobre la lente de la cámara —o
sobre la luz— podremos conseguir determinados efectos en la fotografía. Podremos lograr efectos
ortocromáticos, pancromáticos o infrarrojos (por mencionar sólo tres de los muchos posibles). Lo mismo
afectan a las personas las radiaciones cósmicas que actúan sobre su personalidad química y eléctrica.
Buda dice: «La contemplación de las estrellas, la Astrología, la predicción de acontecimientos afortunados o
desgraciados por medio de signos, así como vaticinar el bien o el mal, son cosas prohibidas»; pero un Decreto
posterior, que figura en uno de nuestros Libros Sagrados, dice así:
“Está permitido usar el poder que la Naturaleza ha dado a unos pocos y por el cual padece el individuo. Ningún
poder psíquico podrá ser usado con intención de lucro, por ambición mundana o para demostrar que efectiva
mente se tienen esos poderes .» Mi consecución del Tercer ojo había sido dolorosa y lo que hube de padecer
perfeccionó el poder que ya traje a este mundo al nacer. Pero en otro capítulo hemos de hablar más de la
Apertura del Tercer Ojo. En cambio, aquí mismo me extenderé un poco más sobre astrología y citaré los
nombres de tres ingleses eminentes que han visto cómo se ha cumplido una profecía astrológica.
A partir del año 1027 todas las grandes decisiones se han tomado en el Tíbet con ayuda de la astrología. La
invasión de mi país en 1904 estaba predicha con mucha anterioridad y con todo detalle. Traduzco del tibetano
esta profecía:
«En el Año del Dragón de la Madera. La primera parte del Año protegerá al Dalai Lama después del avance de
los bandidos que luchan y riñen. Hay muchos enemigos, turbulencias armadas, y la gente luchará. Al final del
Año un locutor con ánimo de conciliación hará que termine la guerra.» Esto fue escrito antes del año 1850 y se
refiere al año 1904, que fue el «Año del Dragón de la Madera». El coronel Younghusband mandaba las fuerzas
británicas y pudo ver la predicción en Lhasa. Mr. L. A. Waddell, también del Ejército británico, había visto la
predicción en 1902. Mr. Charles Bell, que después fue a Lhasa, también la vio. Algunos otros acontecimientos
que fueron predichos con toda exactitud: 1910, invasión china del Tíbet; 1911, Revolución china y formación
del Gobierno Nacionalista; a fines de 1911, expulsión del Tíbet de los chinos; 1914, guerra entre Inglaterra y
Alemania; 1933, en que abandonó esta vida el Dalai Lama; 1935, regreso del Dalai Lama en una nueva
encarnación; 1950, «las fuerzas del mal invaden el Tíbet». O sea, los comunistas invadieron el Tíbet en octubre
de 1950. Míster Bell, que después fue sir Charles Bell, vio todas estas predicciones en Lhasa. Y en lo que se
refiere a mi persona, todo lo que me predijeron se ha convertido en realidad, sobre todo las penalidades.
La ciencia —porque en efecto se trata de una ciencia— de preparar un horóscopo no puede exponerse aquí en
unas cuantas páginas de un libro de esta naturaleza. De todos modos procuraré dar una breve idea de ella.
Consiste en preparar un mapa de los cielos tal como se hallaban en el momento de la concepción y en el del
nacimiento de la persona de que se trate. Hay que saber la hora exacta del nacimiento y traducir ese tiempo a
lo que llamamos «tiempo estelar», que es por completo diferente del que se conoce en el mundo. Como la
velocidad de la Tierra en su órbita es de diecinueve millas por segundo, se comprenderá que cualquier
inexactitud determinará un tremendo error. En el Ecuador, la velocidad de rotación de la Tierra es de unas mil
cuarenta millas por hora. El mundo se inclina mientras gira, y el Polo Norte avanza a unas tres mil cien millas
por delante del Polo Sur en el otoño, pero en la primavera se invierte esta posición. Así que la longitud del lugar
del nacimiento es de importancia vital.
Una vez preparados los mapas, los astrólogos interpretan su significado.
Hay que determinar las relaciones entre todos los planetas y calcular el efecto de esas relaciones en el mapa
estudiado. Preparamos una carta de la concepción para conocer las influencias que actúan durante los