Presentación hecha por Félix de la Academia de Filosofía Iztapalapa 3
Size: 1.42 MB
Language: es
Added: Oct 13, 2010
Slides: 11 pages
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SABER COTIDIANO
El saber cotidiano es aquél que adquirimos a lo largo de
nuestra vida sin seguir un método, en ocasiones de manera
intuitiva (sin reflexionar sobre ello), y muchas veces se mezcla
y hasta confunde con nuestras creencias prejuicios, miedos y
temores.
SABER COTIDIADO
Depende en buena medida de nuestras creencias, hábitos y costumbres.
No requiere de una comprobación rigurosa y se puede modificar de acuerdo a
nuestras necesidades.
También se le llama conocimiento empírico porque se adquiere mediante nuestros
sentidos.
De ninguna manera debe considerarse al conocimiento cotidiano como inferior al
filosófico o al científico ya que, en ocasiones, es el punto de partida para los otros
dos.
El conocimiento cotidiano sólo es diferente en su funcionalidad al conocimiento
filosófico.
SABER COTIDIADO
El saber cotidiano es asistemático, es decir, se va adquiriendo sin ningún plan
preconcebido, así pues, podemos aprender a hablar, caminar, patinar o patear una
pelota sin necesariamente poner toda nuestra atención en lo que hacemos.
Muy a menudo se aprende también por repetición mecánica, imitación o ensayo y
error.
Se dice que el conocimiento cotidiano es subjetivo porque entra en juego en el
proceso de aprendizaje nuestros gustos, aficiones, sentimientos, creencias,
prejuicios, anhelos y hasta nuestros miedos,
SABER FILOSÓFICO
El saber o conocimiento filosófico, a diferencia del cotidiano,
solamente puede adquirirse a partir de una reflexión seria,
profunda, metódica, sistemática y rigurosa. Aunque todos
tenemos la capacidad de filosofar, es necesario hacer de la
reflexión filosófica una actividad racional, ya que requiere
disciplina y concentración mental.
SABER FILOSÓFICO
El conocimiento filosófico es PROFUNDO porque pretende
llegar al fondo de los problemas, a las primeras causas y los
últimos efectos (como dice Aristóteles). No se queda en la
superficialidad o en las apariencias, al contrario, trasciende o
va más allá de lo inmediato y no se conforma con la mera
opinión o creencias de la mayoría.
SABER FILOSÓFICO
El conocimiento filosófico es RIGUROSO porque busca pensar
aplicando lo mejor posible la razón y los procedimientos
lógicos. Realiza analogías, deducciones, inducciones sin
precipitarse. Analiza cuidadosamente los factores o
elementos que intervienen en las relaciones de lo que se está
reflexionando.
SABER FILOSÓFICO
El conocimiento filosófico es METÓDICO y es que tiene la necesidad de
aplicar un método propio, es decir, una serie de procedimientos y técnicas
que permitan llegar a la meta que se pretende alcanzar de acuerdo con el
problema que se analiza. Algunos de los métodos filosóficos pueden ser: la
mayéutica (Sócrates), la dialéctica platónica (Platón), la lógica aristotélica,
la disputa (filósofos medievales), el método cartesiano, la dialéctica (Marx y
Engels), el método fenomenológico (Husserl), entre otros.
SABER FILOSÓFICO
El conocimiento filosófico es SISTEMÁTICO porque agrupa los
problemas y conocimientos ordenadamente, ya que, a
diferencia del conocimiento cotidiano, el saber filosófico tiene la
necesidad de plantear y resolver los problemas de la manera
mejor ordenada posible.
SABER FILOSÓFICO
El lenguaje propio representa también una característica,
aunque incluye términos del saber cotidiano, es necesario
precisar lo que se quiere decir con tal o cual palabra, para
evitar que se entienda mal algún término. Muchos filósofos
utilizan las mismas palabras del saber cotidiano pero le dan un
significado especial y preciso, ya que es esencial para la
argumentación filosófica.
SABER FILOSÓFICO
El conocimiento filosófico también suele referirse a los
principios y fundamentos del conocimiento filosófico y
científico desde el análisis sobre sus característica y
especificidad, hasta sus procedimientos de comprobación y
posibles efectos. Este aspecto lo aborda la filosofía de la
ciencia.
SABER FILOSÓFICO
La OBJETIVIDAD en el conocimiento filosófico consiste en no
dejarse llevar por los sentimientos, creencias y gustos
personales del sujeto cognoscente, a diferencia del
conocimiento cotidiano donde la subjetividad es una
característica propia de él.