EVALUACIÓN DE LENGUA
FECHA: NOTA:
ESCUELA: N°4893 “PROFESORA CLARA GUTIEZ ”
NOMBRE Y APELLIDO:
GRADO:
TURNO:
Consignas:
1. Leer el siguiente texto:
EL DUENDE
Para la tradición popular, el duende es un pequeño hombrecito con dientes de conejo, poncho, un gran
sombrero, una mano de fierro y otra de lana, de uso reservado a enemigos y amigos respectivamente. Reza
una copla rosarina: Soy el Duende y son mis manos / una i lana, la otra i fierro, / con unita te acaricio, / con
la otrita te golpeo. El duende provendría de un hecho luctuoso, se dice que surge de los espíritus de criaturas
que murieron sin ser bautizadas.
De acuerdo a la región se lo representa, a veces se trata de un enano barbudo de rostro flaco, con gorro
en forma de embudo y traje de colores vivos o de un viejo con sombrero de paja de ala ancha, y adopta
nombres como Yaci Yateré y Pombero en el Litoral y el Circunquinqui en Salta. Es un personaje travieso y
molesto antes que maligno. Expresa una copla rosarina: El Duende vive jugando, / es su oficio travesear. /
¡Quién pudiera ser el Duende / y vivir sin trabajar!
El Duende aparece en lugares solitarios a la siesta o a la medianoche para hacer de las suyas: tira
piedras a las casas, desparrama las cucharas y los platos, echa tierra a las ollas con comida o las vuelca,
apaga el fuego del hogar, escupe el mate cocido, orina la leche, cambia en carbón el pan que el viajero lleva
en las alforjas, pudre los huevos y hasta intenta robarse algún niño. Las familias corren a buscar agua
bendita para ahuyentarlo. A veces ataca a golpes de puños a los desprevenidos transeúntes que vuelven de
una diversión. Dicen que pregunta: “¿Con qué mano quieres que te pegue?”. Si le responden “con la de
lana”, pega con la de fierro. Generalmente les propina palizas a los ebrios. Es moneda corriente que a los
hombres les aparece la duenda y a las mujeres el duende.
El duende habita diversos lugares: el tronco de los árboles del monte, los pencales, las casas
abandonadas, bajo un puente, en las cercanías de acequias y ríos, en patios con higueras, en bodegas y
vagones de trenes. De allí sale para asustar a los niños o perseguir a las buenas mozas, a las que ofrece
regalos y de quienes se venga con mil mortificaciones si lo desprecian. A las mujeres mayores se les presenta