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gramatica

1. CARTELERA
VIRTUAL
1. RECURSOS: LA COHERENCIA, LA
COHESIÓN Y LOS RECURSOS
COHESIVOS
CUENTO 2: EL CUADERNO
AZUL
CUENTO 1: EL RELOJ DEL
ABUELOBy: Sofia Tomassi
Coherencia: Es la propiedad del
texto que permite que las ideas
estén organizadas lógicamente y
tengan sentido global.
Cohesión: Es la relación gramatical
y léxica que une las oraciones y
párrafos, dándoles fluidez.
Recursos cohesivos (ejemplos):
1.Conectores lógicos: palabras
como “por lo tanto”, “sin
embargo”, “además”, que ayudan
a enlazar ideas.
2.Pronombres y sinónimos: evitan
la repetición y permiten dar
continuidad (ejemplo: “María salió
temprano. Ella iba a la escuela”).
3.Elipsis: omitir información ya
mencionada, para no redundar.
4.Reiteración: repetir palabras clave
para mantener el tema central del
texto.
5.Campos semánticos: usar
vocabulario relacionado que
refuerce la unidad temática.
Clara encontró en la biblioteca de la
escuela un cuaderno olvidado. Sus
páginas estaban llenas de relatos
incompletos: un niño que buscaba un
tesoro, una viajera que recorría montañas
y un pintor que no encontraba colores.
Intrigada, decidió escribir los finales. En
cada cuento añadía giros inesperados,
cuidando siempre los detalles: puntos,
comas, signos de admiración. Descubrió
que la verdadera magia no estaba en la
tinta, sino en la forma de ordenar las
ideas.
Al cabo de un mes, el cuaderno estaba
completo. Clara lo devolvió al estante con
una nota en la última página: “Quien
encuentre este cuaderno, que continúe la
historia. La escritura es un viaje que no
termina”.
La semana siguiente, el cuaderno ya tenía
nuevas letras. La aventura seguía viva.
Había en la sala de la casa un antiguo reloj de péndulo.
Nadie sabía con certeza cuántos años tenía, pero todos en la
familia aseguraban que era tan viejo como el apellido que
llevaban. Cada campanada, puntual y solemne, recordaba a
los habitantes que el tiempo no se detiene.
Un día, el reloj dejó de sonar. La abuela, preocupada, dijo:
—Ese reloj no se detiene por capricho, alguien lo olvidó.
Los nietos, curiosos, lo abrieron. En su interior había una
pequeña carta: “El tiempo es un regalo, no un dueño. No
corras tras él, vívelo”.
Desde entonces, la familia ya no discutía por llegar tarde ni
se enojaba si la comida demoraba unos minutos. El reloj
volvió a marcar las horas, pero su lección quedó grabada en
todos.