escuchaba la paciencia en su voz cuando tenía que fingir interés
en sus historias y nunca imaginó la amabilidad tras esa paciencia.
Por medio de las conversaciones con Mike, era capaz de añadir la
más importante de sus características a mi lista, la más reveladora
de todas, tan simple como rara. Bella era buena. Todas las otras
características eran agregadas —amable, desinteresada, adorable
y valiente — al hecho de que ella era una chica buena.
Este provechoso descubrimiento no hizo que me encariñara con el
chico en absoluto. La manera posesiva de cómo él miraba a Bella
como si fuera una adquisición la cual ganar, me provocaba casi
tanto como las vívidas fantasías con ella. Él se estaba
convirtiendo en su confidente, con el tiempo, parecía que ella lo
prefería por sobre quien él consideraba sus rivales: Tyler
Crowley, Eric Yorkie, e incluso, esporádicamente, yo mismo.
Mike se sentaba frente a nuestra mesa en Biología y antes que la
clase empezara, charlaba con ella, disfrutando de sus sonrisas. —
Sonrisas sólo de cortesía, me recordaba a mí mismo—. Al mismo
tiempo me imaginaba empujándolo a través de la clase y
estrellándolo contra la pared más lejana… probablemente eso no
lo dañaría de una manera fatal…
Mike no pensaba en mí como rival. Después del accidente, se
preocupó, en principio, por el hecho que Bella y yo nos
hubiéramos enlazado de alguna manera, pero, obviamente, lo
opuesto sucedió. Su temor era que yo hubiese escogido a Bella
como mi objeto de atención. Pero ahora que la ignoraba como a
las demás chicas, estaba complacido.
¿Qué pensaba ella ahora?, ¿acaso ella correspondía sus
atenciones?
Y finalmente, el último de mis tormentos, el más doloroso: la
indiferencia de Bella. Como yo la ignoraba, ella me ignoraba.
Nunca trató de hablarme de nuevo. Por lo que sabía, no pensaba
en mí en absoluto.
Eso me estaba volviendo loco —incluso, casi rompe con mi
resolución de cambiar el futuro — Sólo a veces me miraba fijo,
como antes. Nunca lo vi por mí mismo, pero Alice siempre me
avisaba cuando estaba a punto de mirarme; los demás sólo
estaban preocupados por que tanto sabía la chica.
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