EL RACISMO
Los racistas son personas que creen que caracte-
rísticas biológicas innatas y heredadas determi-
nan el comportamiento humano. La doctrina del
racismo afirma que la sangre es la marca de la
identidad nacional-étnica y sostiene que las ca-
racterísticas innatas determinan biológicamente
el comportamiento humano. Juzga el valor de un
ser humano no por su individualidad, pero ex-
clusivamente por su pertenencia en una “nación
colectiva de raza”. Muchos intelectuales, inclu-
yendo científicos, han dado apoyo seudocientífi-
co a las ideas racistas. Pensadores racistas del
siglo XVII, como Houston Stewart Chamber-
lain, ejercían una influencia considerable sobre
mucha gente de la generación de Adolf Hitler.
El racismo,
especial-
mente anti-
semitismo
racial
(prejuicio
contra u
odio a judíos
basado sobre teorías biológicas falsas), fue
siempre una parte integral del Nacional Socialis-
mo alemán (nazismo)
Racismo y discriminación racial
El racismo es una forma de discrimina-
ción de las personas recurriendo a moti-
vos raciales, tono de piel u otras caracte-
rísticas físicas de las personas, de tal mo-
do que unas se consideran superiores a
otras. El racismo tiene como fin la anula-
ción o disminución de los derechos de las
personas discriminadas.
La discriminación racial es el concepto
que se utiliza para abarcar al racismo y se
identifica con él, aunque son dos concep-
tos diferentes. El racismo es una ideología
basada en la superioridad de las razas o
etnias, sobre otras; mientras que la discri-
minación racial es un acto, que aunque
suele estar fundado
en una ideología ra-
cista, no siempre lo
está, porque se dan
ocasiones en las que
esta discriminación
está destinada a com-
batir el racismo.
EL RACISMO INTERNALIZADO.
El racismo no se define por el dominio
de los blancos sobre la gente de color,
sino por el tipo de ser humano, blanco o
gente de color, que hace posible tal do-
minación.
Una serie de principios provenientes
desde la milenaria racionalidad andina
(con ciertas diferencias entre la costa,
sierra y amazonia) han puesto en crisis
a la racionalidad de las ciencias sociales
de patrón occidental, las que, con su
positivismo, materialismo y objetivis-
mo, creyeron que su verdad era la única
y universal. Y, por otro lado, el emerger
del sumak kawsay/suma qamaña, y de
los derechos de la naturaleza y de la
madre tierra, en las constituciones de
Ecuador y Bolivia, han roto con el dog-
ma de que solo es posible elegir entre el
capitalismo y el socialismo.