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y la caída de los imperios, no en el auge y la caída de los sistemas económicos. Dalio es
un confirmado capitalista. No hay indicios de que uno de sus ciclos haya terminado o
pueda terminar con el sistema. Comienzan incluso antes de “la invención del
capitalismo”, que data de la fundación de la Compañía Holandesa de las Indias
Orientales en 1602 y la creación de la bolsa de valores en los Países Bajos en 1612.
Traducido a nuestros días, la mayor amenaza y al mismo tiempo la mayor probabilidad
de que se produzca una intensificación de las guerras comerciales económicas,
tecnológicas, de capital o geopolíticas entre Estados Unidos y China -siempre según
Dalio- tendrá lugar a medida que esta última se vuelva aún más competitiva y global.
Estados Unidos es el país más poderoso del planeta, pero se desliza hacia el declive,
mientras que China, que figura en segunda posición, está en franco auge y aumenta su
poderío de forma acelerada. Las fortalezas que hacen de Estados Unidos un imperio
dominante residen en su robusto mercado de capitales dotado de un centro financiero
líder a escala global, el estatus del dólar como moneda de reserva, su fortaleza militar,
su intensa producción económica, su capacidad de innovación y desarrollo de nuevas
tecnologías, su educación y su alto rendimiento económico.
Aunque China está muy por detrás de Estados Unidos en la mayoría de las categorías
citadas, exhibe ya un notable poderío en factores determinantes como las
infraestructuras y la inversión, la innovación y la tecnología, la educación, la
competitividad en términos de coste, la producción económica, el comercio, la fortaleza
militar y el comercio y flujos de capital, aunque su situación sea más débil en lo tocante
al estatus de su moneda como divisa de reserva, el Estado de derecho, la corrupción o
las desigualdades en renta y riqueza.
China se encuentra en una posición relativamente favorable en sus ciclos económicos y
financieros, con una carga de deuda relativamente baja y un crecimiento real esperado
para los próximos diez años razonablemente alto (4,3 por ciento anual). Tiene más
activos exteriores que deuda emitida. Los niveles de deuda pública son moderados (48
por ciento del PIB). La mayor parte de estas deudas (96 por ciento) está denominada en
su propia moneda, lo que mitiga los riesgos de impago.
Ray Dalio tiene una mención para la eurozona: una potencia fuerte, pero con una
evolución plana. Sus fortalezas clave residen en el comercio mundial y la condición del
euro como moneda de reserva. Entre sus debilidades figuran la ética de trabajo, inferior
al promedio, la baja autosuficiencia y una asignación relativamente pobre de la mano de
obra y el capital.
De España, con datos actualizados al mes de agosto de 2021 dice lo siguiente: España
parece ser una potencia modesta -en la zona baja del ranking de países- y su trayectoria
auspicia una evolución fragil. Las principales características de España son su
desfavorable posición económico-financiera, su pobre desempeño a la hora de desplegar
los factores de capital y trabajo, su reducido peso en el comercio global y una menguada
progresión en materia de innovación y tecnología.