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Es decir, la solución pasa por las políticas de distribución llevadas a cabo por el Estado. Estas
son las medidas diseñadas y puestas en práctica por el sector público con la finalidad de alte-
rar la distribución primaria de la renta, buscando reducir las desigualdades. Son las siguientes:
• Gasto público social. Este, a su vez, puede dividirse en dos grandes grupos:
ɤProvisión pública de bienes y servicios básicos. El Estado suministra bienes
considerados como de primera necesidad para un adecuado desarrollo de las
personas. Cabe destacar la provisión de la educación y la sanidad públicas, para
garantizar un mínimo nivel de vida a todos los individuos.
ɤPrestaciones a aquellas personas con especiales necesidades. Encontramos un
gran abanico:
• Prestaciones por desempleo para personas que no encuentran trabajo y
los buscan activamente.
• Sistema de pensiones para personas jubiladas.
• Otras prestaciones, como los subsidios por incapacidad permanente o
por viudedad.
• Sistema impositivo progresivo. Un impuesto es progresivo cuando al aumentar la base
imponible del mismo (la cantidad sobre la que se aplica el impuesto), aumenta el tipo
impositivo (el porcentaje a aplicar a la base imponible para calcular el importe a pa-
gar del impuesto). El principal impuesto redistributivo en España es el IRPF, que es el
impuesto que pagan las personas sobre la renta que generan. De este modo, aquellas
personas cuya renta sea mayor, pagan no solo más impuestos en términos absolutos,
sino que el porcentaje de su renta que deben pagar en forma de impuestos es mayor.
Es decir, a mayor renta, mayor contribución al Estado.
Los últimos estudios de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Econó-
micos) confirman la importancia de la provisión pública de los servicios públicos, especial-
mente educación y sanidad, en la reducción de las desigualdades.
Es importante, por otro lado, tener conciencia de mantener la sostenibilidad económica a
largo plazo de estas políticas de distribución, lo que está ligado a la evolución del empleo y
la productividad. Cuanto más empleo haya y mayor sea la productividad, mayores serán los
salarios. Ello permite incrementar los ingresos del Estado con los que financiar un mayor
gasto público de carácter social, además de limitar el gasto en prestaciones por desempleo.
De ello deriva la importancia de las políticas de empleo.
4. DISTRIBUCIÓN DESIGUAL DE LA RENTA
El tercer ámbito de problemas en que puede producirse un fallo de mercado es el relativo a
la distribución de la renta y la riqueza. La mayoría de los economistas acepta que el merca-
do fomenta en general la eficiencia (con las limitaciones expuestas en esta misma unidad),
pero su funcionamiento no asegura la consecución de una distribución de la renta que se
considere justa o deseable por parte de la sociedad (por razones éticas o políticas), debido
a las grandes diferencias de renta y riqueza que genera entre los individuos.
El motivo es que el mercado da lugar a una distribución de la renta de acuerdo a la produc-
tividad de los recursos aportados al proceso productivo por cada persona, lo que comporta
generalmente grandes desigualdades ocasionadas, en parte, por las diferentes dotaciones
de recursos de los distintos individuos. Además, la sociedad puede no aceptar determina-
das situaciones de privación de acceso a bienes y servicios considerados como básicos por
parte de aquellos individuos con menor renta. Por todo lo anterior, la distribución desigual
de la renta se considera un problema en sí mismo, por motivos sociales.
Todo ello justifica la intervención de los poderes públicos ante este fallo de distribución,
como consecuencia de incorporar también criterios de justicia distributiva, con el fin de
modificar la distribución de la renta entre los distintos grupos sociales o individuos. Para
ello, se deben realizar determinados ajustes para alcanzar una distribución distinta de la
que se produciría de una forma espontánea a través del mercado, así como tratar de conci-
liar mejor los objetivos de eficiencia y equidad (garantizando un mínimo nivel de bienestar
para todos los ciudadanos, promoviendo la igualdad de oportunidades, etc.).
Caso práctico. La medición de la desigualdad
Las dos herramientas más comúnmente empleadas para medir la desigualdad de renta en-
tre los individuos de una sociedad son la curva de Lorenz y el índice de Gini.
La curva de Lorenz es una representación gráfica en la que se traza la curva considerando
el porcentaje acumulado de personas en el eje horizontal y el porcentaje acumulado de
ingreso en el eje vertical. Se representa la población de forma que los percentiles de renta
más baja quedan a la izquierda y los de renta más alta quedan a la derecha. Por lo tanto,
cuanto más cerca esté la curva de Lorenz de la bisectriz del cuadrante, más igualitaria es la
distribución de la renta entre las personas de esa economía. Así, la economía representada
en verde es más igualitaria que la economía representada en rojo.
El índice de Gini, por su parte, mide la desigualdad a través de una cifra, que puede oscilar
entre 0 y 1. Es el resultado de dividir el área entre la línea de perfecta igualdad (la bisectriz
del gráfico anterior) y la curva de Lorenz, entre el área de todo el triángulo que queda por
debajo de la bisectriz. Por lo tanto, cuanto más cercano a 1 sea el índice de Gini, mayor
es la desigualdad de renta en esa economía. Así, por ejemplo, el índice de Gini en España
en 2016 era de 0,345, mientras que la media de la Unión Europea era de 0,308 en y el de
Estados Unidos de 0,415.
Unidad 4. Fallos del mercado Unidad 4. Fallos del mercado
RENTA
POBLACIÓN
La renta básica universal (RBU)
En los últimos años, se ha deba-
tido sobre la posibilidad de im-
plementar una RBU con la fina-
lidad de garantizar un mínimo
nivel de vida a todos los ciuda-
danos. En España, la propuesta
se ha descartado por la dificul-
tad de financiar una medida
que supondría un gasto enorme
para el Estado, lo que implica-
ría un notable incremento de
impuestos acompañado de una
reducción del gasto público en
otras materias.
Finlandia puso en marcha un
programa piloto de RBU en
2017 y 2018, el cual no fue pro-
rrogado. Puede leerse al res-
pecto en los siguientes enlaces:
Debatimos: ¿es justo que existan grandes
diferencias de renta entre las personas?
¿Qué consideramos grandes diferencias
de renta?
Los impuestos progresivos
La siguiente tabla muestra información de rentas, tipo impositivo del IRPF a aplicar en
cada caso (TI) y cantidad a pagar del impuesto (IRPF), de dos personas con la misma
situación familiar (solteros y sin hijos) y residiendo en la misma comunidad autónoma.
Como se puede observar, el segundo de ellos tiene una renta mucho mayor que la del
primero, lo que hace que pague más impuestos. Gana cinco veces más y paga 14,5 veces
más IRPF, lo que implica que, en porcentaje, debe aportar prácticamente el triple que el
primer contribuyente.
Renta TI IRPF
20.000€11,6% 2.329,90€
100.000€33,9%33.913,30€
Debatimos: ¿es justo que quien más
gane pague más impuestos? ¿Cuántos
más impuestos debe pagar?