Argumentos a favor de la existencia de Dios «El creyente tiene el deber de comprender aquello que cree para que su experiencia de Dios sea real». -San Anselmo
Argumentos a favor de la existencia de Dios ¿Quién es Dios? ¿Cómo se relaciona Dios con la humanidad? ¿Qué nos hace creer en Él? ¿Qué nos hace dejar de creer en Él?
Argumentos a favor de la existencia de Dios Lo cierto es que en última instancia la verdad es sólo una de estas dos opciones: Dios existe o no existe. Sin embargo, hasta este momento de la historia es imposible poseer certeza sobre si Dios existe o no. Por lo tanto, la cuestión sobre creencia en la existencia o no existencia de Dios se vuelve más bien un asunto personal.
Argumentos a favor de la existencia de Dios Lo cierto también es que la mayoría de las personas creen en Dios y sólo muy pocas personas razonan sobre su creencia en Dios. Sin embargo, han existido esfuerzos filosóficos por tratar de demostrar la posibilidad de la existencia de Dios como creador y Ser Supremo de todo. Estos son los tres argumentos clásicos a favor de la existencia de Dios: El argumento cosmológico, el teleológico y el ontológico .
Argumento Cosmológico “ Un hombre entra en una habitación. Sobre la mesa hay un plato de comida. ¿Cuál será probablemente su primera deducción? Pensará que alguien ha puesto el plato allí, porque que el plato no ha podido llegar a la habitación por sus propios medios. La presencia del plato indica necesariamente otra presencia, quizá no visible, pero no por ello menos cierta: la presencia de la persona que colocó el plato sobre la mesa .”
Argumento Cosmológico Esta sencilla deducción ejemplifica, a grandes rasgos, el argumento filosófico del que vamos a hablar aquí. Al igual que el plato que está en la mesa ha sido puesto allí por alguien, el argumento cosmológico expresa la idea de que «si el universo existe, necesariamente ha sido llevado a la existencia por alguien o algo externo a él».
Argumento Cosmológico El argumento cosmológico es el más antiguo. Parte de una idea planteada primero por Parménides pero que se conoce por su expresión en latín: ex nihilo nihil fit (nada surge de la nada ).
Argumento Cosmológico Tomemos como ejemplo una foto que puedas traer en la cartera. Esa foto no ha existido siempre; en algún momento llegó a existir.
Argumento Cosmológico Sin embargo, no apareció de la nada, sino que tuvo una causa distinta y externa a sí misma: una cámara fotográfica. Al igual que la foto, la existencia de la cámara no es eterna, también llegó a existir en algún momento por una causa previa y distinta de sí misma, y así sucesivamente.
Argumento Cosmológico En el siglo XVII, Leibniz expresó lo que estamos describiendo en su principio de la razón suficiente que dice que: «para todo lo que existe tiene que haber una razón o explicación para su ser, algo que explique el por qué de la existencia de tal cosa » ó «todo tiene una razón de ser »
Argumento Cosmológico En el mundo físico, esas razones son causas , y si tomamos la totalidad de todo lo que hay, el propio cosmos, también podemos hacerle esa pregunta, ¿cuál es su causa? ¿cuál es la causa del universo?
Argumento Cosmológico Por eso se llama el argumento cosmológico, y el argumento es que, para evitar un regreso al infinito, tenemos que postular una primera causa: «Tiene que existir algo que sea la primera causa de todo lo que existe y esa causa es Dios».
Argumento Cosmológico Pero alguien podría decir: si Dios existe, ¿cuál es la razón de su ser; cuál es la causa de Dios? ¿Quién causó a Dios? Y si respondemos a esto luego seguiría la pregunta ¿y qué causó al que causó a Dios? Y así sucesivamente hasta el infinito….. sin llegar a nada.
Argumento Cosmológico Por eso y para evitar ese absurdo hasta el infinito podemos decir que Dios es una «Causa Incausada ». Si no, no podría ser la Primera C ausa de todo lo que existe. Dios es La Causa s in c ausa.
Argumento Cosmológico En su célebre libro La metafísica, Aristóteles llama a esa causa el «motor inmóvil»; y para Tomás de Aquino esa causa es Dios. En ambos se trata de una Causa Primera : una Causa que no tiene causa .
Argumento Cosmológico Así, podríamos definir el argumento cosmológico como una fórmula lógica: Todo lo que comenzó a existir tiene una causa. El universo comenzó a existir, ya que no puede ser eterno . Por lo tanto, el universo tiene una causa. Una formulación que ha permanecido a lo largo de los siglos .
Argumento Teleológico “Camino a través de un parque. Supongamos que, de repente, piso una piedra. Alguien me pregunta cómo llegó la piedra allí. Yo podría quizá responder: por lo que sé, esa piedra ha estado ahí desde siempre. Pero supongamos que he encontrado un reloj sobre el suelo y se me pide que explique cómo el reloj ha llegado allí. Difícilmente diría que, por lo que sé, el reloj pudo haber estado ahí desde siempre.
Argumento Teleológico ¿Por qué esta misma respuesta no sirve para el reloj como sí servía para la piedra? Pues porque cuando inspeccionamos el reloj percibimos (a diferencia de la piedra) que sus diferentes partes tienen una determinada forma y han sido puestas juntas con un propósito .
Argumento Teleológico Al observar este mecanismo, la inferencia es inevitable: el reloj debió tener un hacedor . Debe haber existido, en algún momento y en algún lugar, un relojero que pensó en el reloj, lo diseñó y lo construyó”.
Argumento Teleológico La metáfora del relojero es una de las más utilizadas para ejemplificar en qué consiste, a grandes rasgos, el argumento teleológico para la demostración de la existencia de Dios.
Argumento Teleológico Según el argumento teleológico se pueden observar en el universo características que demostrarían la existencia de una inteligencia creadora responsable de su diseño. ¿ Qué características?
Argumento Teleológico Tradicionalmente se manejan dos: 1) El universo parece albergar un propósito o una “finalidad ” [ del griego “ télos ”, de ahí procede el término “teleología ”] 2) El universo es tan complejo y es tan perfecto que no pudo haber surgido del azar [entendiendo “azar” como ausencia de un diseño consciente].
Argumento Teleológico Así pues, la finalidad y la complejidad del universo, inexplicables sin la existencia de una inteligencia diseñadora, son los dos principales conceptos manejados por el argumento teleológico.
Argumento Teleológico Volviendo al ejemplo del reloj: ¿ P odría un reloj haber surgido del azar? No . ¿ Podemos afirmar que el reloj fue construido con un propósito por un diseñador ? Sí . Pero, ¿podemos trasladar los atributos del reloj al propio universo? Esta es la gran cuestión.
Argumento Teleológico Las partes de un reloj están ordenadas para producir movimiento, y ese movimiento está regulado para que indique cada hora del día. El fin o “télos” del reloj indica que fue diseñado, y cualquier cosa diseñada implica un diseñador, en este caso un relojero.
Argumento Teleológico En el cosmos, lo que se observa es el orden o diseño que se encuentra en la naturaleza. Si suelto una piedra, siempre cae; las órbitas de los cuerpos celestiales son muy precisas ; y los días y las estaciones se repiten con muchísima regularidad. El mundo es un fenómeno complejo, pero su complejidad es ordenada, no caótica .
Argumento Teleológico La finalidad del reloj es indicar la hora ; pero ¿y la finalidad del universo? Este universo tan perfecto como un todo armónico no puede ser sin más un “producto del azar”; por lo tanto tiene que ser obra de un diseñador que no es el propio universo, sino Dios.
Argumento Teleológico Entonces, en resumen, el argumento teleológico dice: Vemos constantemente que seres que carecen de inteligencia y voluntad obran de manera armónica y con un fin específico. Ahora bien, los seres que carecen de inteligencia y voluntad no pueden buscar por sí mismos sus fines y su armonía, pues esto implicaría tener la capacidad de pensar y de desear dichos fines
Argumento Teleológico Por lo tanto , es necesario que exista un Ser inteligente y perfecto que diseñó a todos los seres que existen y los dirige hacia sus respectivos fines.
Argumento Ontológico Como final, llegamos al argumento ontológico. A diferencia de los primeros dos , este argumento procede de forma a priori . Es decir, su razonamiento no parte de una observación de algo en el mundo, sino que parte del análisis de un concepto, a saber , el concepto de Dios que tenemos en la mente.
Argumento Ontológico Con base en ese análisis del concepto de Dios se va a deducir una consecuencia necesaria: la existencia real de Dios.
Argumento Ontológico Existen casos donde el análisis del concepto sí nos dice algo sobre su existencia. Consideremos, por ejemplo, el concepto de un círculo cuadrado . No hace falta que busquemos en el mundo para saber que no existe semejante cosa . Es decir, no es necesario salir al mundo y corroborar con nuestros sentidos a ver si realmente no existe un círculo cuadrado.
Argumento Ontológico La mera definición de “círculo” nos permite saber que un círculo cuadrado no existe, pues sería algo contradictorio .
Argumento Ontológico El argumento ontológico va a adoptar este tipo de razonamiento. Fue planteado por Anselmo de Canterbury en el siglo once, y procede básicamente de la siguiente forma : “Dios es un ser del que nada mayor puede ser pensado.” Esto quiere decir que si tratamos de pensar en la cosa más excelsa dotada de todas las perfecciones, por definición esa cosa sería Dios. Si es el más excelso, entonces nada mayor que eso puede pensarse.
Argumento Ontológico Tenemos la idea de Dios, por lo que Dios existe al menos en la mente. Un ser que existe tanto en la mente como en la realidad es mayor que un ser que sólo existe en la mente . Entonces, si nos quedamos sólo con la idea de Dios en la mente, entonces es posible imaginar algo mayor que eso, a saber, un ser que existe también en la realidad.
Argumento Ontológico A estas alturas del argumento, Anselmo dice que nos encontramos en una contradicción . Por un lado, tenemos la idea de Dios en la mente, que por definición es aquello del que nada mayor puede ser pensado.
Argumento Ontológico P or el otro lado, nos damos cuenta de que algo mayor que eso sí puede ser pensado, a saber, un Dios que existe no sólo en la mente sino en la realidad también. Entonces, para resolver esta contradicción hay que admitir la existencia real de Dios.
Argumentos a favor de la existencia de Dios Estos son los tres argumentos clásicos a favor de la existencia de Dios. Hay muchos que dicen que si no se puede probar la existencia de Dios entonces tampoco se puede probar su inexistencia, por lo que la única posición coherente sería un agnosticismo, simplemente decir “no sé”.