Construida en el siglo VII, la planta responde a un espacio central cruciforme, inscrito en un rectángulo. Sobre un rectángulo que exteriormente dispone de unas dimensiones, muy próximas a los 17,00x11,00 m2., se superpone la planta de cruz, de manera que la nave transversal, que se orienta en la dirección Norte-Sur, divide al rectángulo en dos zonas claramente diferenciadas. La parte occidental se ordena con forma basilical de tres naves, en tanto que en la parte oriental, bastante más compartimentada, se instalan, fuera de los brazos de la cruz, celdas para los monjes residentes. Esta parte delantera de la iglesia resolvió todos sus espacios mediante bóvedas de cañón, ligeramente peraltado sobre sus arranques. Los brazos de la cruz que conforman el transepto traspasan al rectángulo, adelantando sendos vestíbulos en sus extremos, ya que en cada uno de ellos se sitúan entradas a la iglesia. Igual ocurre con el brazo de la cruz que resuelve la cabecera del templo, en cuya prolongación se sitúa la capilla mayor. La nave central, que dispone de 3,40 m. de ancho, se separa de las laterales por una arquería de tres vanos, resuelta por arcos de herradura sobre pilares cuadrados. El crucero, como resultado de la intersección de la nave central con la transversal que dispone de 3,20m. de ancho, presenta, en planta, una superficie de 3,40x3,20 m2., aunque a la altura del cimborrio, genera un espacio de planta cuadrada. Para ello, los arcos laterales de herradura o paralelos al eje principal de la iglesia, se adelantan sensiblemente respecto a los muros de su nave central, aprovechándose de los fuertes cimacios, o impostas, colocados sobre las columnas del crucero. SAN PEDRO DE LA NAVE. Planta