DESDE JAFFA HASTA LO ÚLTIMO DE LA TIERRA
Palestina. Pero ser «de cualquier otro lugar» era común allí. La
Jaffa de mi ni
Bajando por la calle Raziel hasta la plaza de la Torre, donde
está la torre del reloj del Jubileo de Abdul Hamid, la cárcel de
paredes de piedra, y la Gran Mezquita, construida en 1810, yo
podía oír a la gente hablar en francés, búlgaro, árabe, yidish, y
otras lenguas. Y en los kioscos y cafés al aire libre, podía tomar
jez era en realidad una ciudad internacional.
una muestra de baklava, zlabiya, felafe, sum-sum, y docenas de
otras golosinas.
Así que allie
en una cultura árabe, pero no árabe de origen. Asistiendo a un
colegio católico, pero criado como ortodoxo griego.
Los idiomas son fáciles en esa parte del mundo. Yo creía que
para todo el mundo era normal que hablase tres o cuatro idiomas.
En nuestro hogar se hablaba árabe, pero en el colegio las hermanas
católicas enseñaban en francés, excepto el Antiguo Testamento
que se estudiaba en hebreo antiguo.
Durante mi niñez, los cien mil habitantes de Jaffa colindaban
con la creciente población de los judíos de Tel Aviv al norte. Hoy
la metrópolis tiene el nombre oficial de Tel Aviv-Jaffa. Unas
cuatro cientas mil personas viven en el rea
¡ba yo, nacido en Israel, pero no judío. Criado
En realidad, Tel Aviv comenzó como un experimento judío en
1909, cuando sesenta familias compraron treinta y dos acres de
terreno arenoso al norte de Jaffa y se trasladaron al lugar. Estaban
cansados de las apiñadas y ruidosas vecindades árabes donde
vivían. La expansión continuó, hasta que Tel Aviv vino a ser la
ciudad más grande de Israel.
Aunque mi padre no era judío, los líderes i nfiaban en
él. Y ellos estaban contentos de tener a alguien en Jaffa que pudiera
relacionarse con una comunidad tan internacional. Nosotros
estábamos orgullosos de su círculo de amigos, que in
raclitas
9