Burbujas de ocio - Roberto Igarza (pag 19-28).pdf

GonzaloRodriguez523270 0 views 10 slides Sep 16, 2025
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About This Presentation

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Slide Content

32 ROBERTO IGARZA
de pensamiento que consideran que las sociedades eligen las tecno-
logías más serviles al desarrollo basado en sus valores y objetivos, la
explosión de las comunicaciones descentralizadas, abiertas, caóticas,
en redes, escasamente controladas o controlables por los Estados, no
son fruto de la casualidad.'9 No estoy convencido de que, así como se
produjeron significativos cambios en el uso del territorio debido a la
Revolución Industrial, se producirá una transformación en protun-
didad de los espacios físicos debido a la coordinación en tiempo real
de redes sociales y económicas facilitadas por las comunicaciones
móviles. Sin embargo, existe al menos una determinación recíproca
parcial entre la evolución de las tecnologías móviles y la reconfigura-
ción urbana y ello, poco a poco, la realidad lo evidencia.
La aniquilación del espacio a través del tiempo (desplazamientos
más rápidos, telecomunicaciones más económicas)** es fuertemen-
te promovida por una hiperconectividad que permite un nivel muy
fino de identificación y explotación de la variación de las condicio-
nes y de las relaciones entre dos nodos de la Red durante el traslado
entre dos localizaciones. “Los usuarios hacen una microgestión del
espacio mediante una microgestión del tiempo gracias a que están
siempre accesibles”,?' un comportamiento más próximo al tribal y
nómada que del uso racional de las relaciones bajo los parámetros
de la planificación modernista, obsoleto frente a la aceleración del
tiempo y a la compresión del espacio
9 Ver, por ejemplo, los programas estadounidenses de Information Technology
and the Future of Urban Environments financiados por la National Science
Foundation en http://www.nsf.g0v/pubs/1998/sbe981/sbe981.htm. Los progra-
mas franceses pueden ser consultados en http:/www2.urbanisme.cquipement.
gouv.fr/cdu/accueilbibliographies/territoires/10.pdf.
20 Varvey, D., The condition of postmodernity: an enquiry into the origins of cultural
change, Cambridge, MA, Blackwell, 1990, pp. 201-210.
Townsend, A., op. cit., p. 100.
Desde el fordismo hasta la etapa de acumulación flexible o just-in-time,
bio cultural más importante que hemos vivido es el cambio de la experien
humana del espacio y tiempo. Harvey explica cómo el incremento de la veloci-
dad del transporte cambió el sentido del espacio y éste cambió correlativamen-
te el sentido del tiempo, lo que implicó cambios en el sentido de la realidad
misma. Harvey, D., op. cit., p. 241.
2. LA SOCIEDAD
DEL OCIO INTERSTICIAL
La tensión entre ocio y producción
Desde el origen, el hombre ha distribuido su tiempo de vida des-
pierto entre la producción de sus medios de subsistencia y otras
actividades sociales, culturales, lúdicas y relacionales. Considerado por
muchos como una actividad conducente a satisfacer una pluralidad de
necesidades humanas, el trabajo es, ante todo, un fenómeno social con-
sustancial a la condición humana, lo que significa que por el trabajo y
con el trabajo las personas transforman su hábitat, su entorno —dimen-
sión transitiva del trabajo— al mismo tiempo que se modifican ellas mis-
mas -dimensión inmanente—. Lo que desde la Revolución Industrial
se conoce como trabajo, y que ha sido desde entonces el principal eje
estructurante de la vida cotidiana, familiar y social en general, ha en-
trado en crisis desde hace al menos tres décadas. El trabajo, que había
organizado la vida cotidiana de los ciudadanos y de las familias, que
había generado la idea de planificación del futuro y les había llevado a
identificarse como integrantes de un determinado pais,' disminuye su
predominancia al menos a nivel del balance global de las sociedades
modernas. Son cada vez más los jóvenes que prolongan sus estudios e
ingresan tardíamente al ámbito laboral y son más numerosos los adul-
tos expulsados sin desearlo o que reciben una pensión anticipada.
PG - -
Castel, Robert. La metamorfosis de la cuestión social. Una crónica del salariado,
Paidós, Buenos Aires, 1997.

34 I ROBERTO IGARZA
A finales del siglo XX, con la caída del muro y los avances de los
países emergentes, millones de personas se incorporaron a una econo-
mía más liberal y democrática. El mundo moderno, mediático y ocioso
incluyó a centenas de millones de personas de las “nuevas clases me-
dias” al consumo de contenidos. Las economías modernas funcionan
reconociendo que lo creativo, lo mediático y lo ocioso, por un lado, y
la consecuente relativización del lugar social concedido al trabajo y al
pleno empleo como estrategia colectiva, por otro, no se oponen.
Por otra parte, la inserción masiva de las TICs en todas las activi-
dades de la vida cotidiana y la fluidez de los intercambios comunica-
cionales afectan cada vez más profundamente las relaciones sociales.
La dinámica de la economía inmaterial transforma profundamente
todos los aspectos del trabajo: su naturaleza, su organización, sus
relaciones con las demás actividades. En una “sociedad fluida”, la
esencia del trabajo no es la producción de objetos físicos sino la ma-
nipulación de datos, de imágenes y símbolos:?
1. El mundo laboral ya no sigue la cadencia regular de ocho
horas por día y cinco días por semana. Se introducen nue-
vos ritmos, según las profesiones y los oficios. La unidad de
tiempo, de espacio y de acción característicos del trabajo en
la economía industrial son modificados por la irregularidad
de una producción vertiginosa, cuyos componentes se entre-
gan pocos minutos antes del montaje de los productos finales.
Por una parte, la parcelación temporal y espacial es mucho
más pronunciada que en la economía industrial y, por otra, la
infotecnología refuerza los vínculos entre las distintas etapas
del trabajo y da fluidez al conjunto. El trabajo se vuelve a la
vez más disociado y más integrado.
2. El trabajo abandona los lugares tradicionales. Irrumpe el te-
letrabajo, que se convierte en la modalidad cotidiana de mi-
llones de trabajadores, lo que introduce una dispersión tem-
poral y espacial acompañada de una explosión funcional.
Goldfinger, Charles. Travail et hors-travail vers une société fluide, Odile Jacob, París,
1998. Ver también Putile et le futile; Véconomie de Vimmatériel, Odile Jacob, París,
1994.
La SOCIEDAD DEL Ocio INTERSTICIAL
3. Proliferan constantemente los nuevos oficios y modos de tra-
bajo al mismo tiempo que los oficios se vuelven obsoletos con
mayor rapidez.
4. En la manipulación de la información, del saber o de la emo-
ción ya no existe una relación directa entre el nivel del es-
fuerzo realizado y el resultado final. En el trabajo inmaterial,
un trabajador puede ser cien veces más productivo que un
trabajador medio, a diferencia del trabajo industrial en el que
la diferencia entre un obrero con un buen rendimiento y uno
mediocre era de uno a cinco como máximo.
5. El carácter no lineal del trabajo influye en la noción de jerar-
quía que, en la Era Industrial, era formal, rígida e impuesta
en función de criterios inamovibles. En la sociedad fluida,
la competencia técnica, científica o artística y las capacida-
des para establecer y mantener el vínculo con el cliente son
preponderantes. La autoridad es ejercida por aquellos que
crean y controlan el nuevo patrimonio de activos intangibles
(la información, la imagen, los conocimientos tecnológicos, el
capital humano).
6. Las nociones de lealtad y de lazos entre la empresa y sus em-
pleados se transforman. La fidelidad no es un valor gratifi-
cante.> Dos personas que ejercen un oficio análogo pueden
tener una remuneración y una posición diferentes. Las pri-
mas vinculadas a los resultados reemplazan los aumentos au-
tomáticos y uniformes.
7. La dinámica de las empresas provoca una multiplicación de
empleos atípicos: tiempo parcial, trabajo temporal, horarios
flexibles, contratos de corta duración. La multiplicación de
los empleos atípicos no es la muestra de un subempleo laten-
te o de una desocupación disfrazada, sino la consecuencia de
3 Ver los sistemas de subasta de capital intelectual como Freelance.com. Cervera,
José. “Economia IP y el fin de la dicotomía ocio/negocio”, publicado en Baquía
el 4 de junio del 2001. Consultado en http:/Avww.baquia.com/com/20010604/
art00015.html el 3 de octubre del 2002.
35

36 1 ROgErTO IGARZA
la convergencia de varias tendencias estables: el auge de los
empleos atipicos forma parte de las estrategias de adaptación
a una economía global que funciona 7/7, 24/24, y acomoda
su ritmo a la presión de la competencia, lo que obliga a las
empresas a perseguir una utilización más eficaz y más flexible
de la fuerza de trabajo; el desarrollo de los empleos no tra-
dicionales obedece a la evolución de la demanda regida por
consumidores que desean poder comprar instantáneamente
los productos y servicios más variados en cualquier momento
y en cualquier lugar. La desmaterialización de la economía
virtual refuerza esa tendencia.
8. La amplia gama de modalidades de trabajo responde a facto-
res demográficos, como la mayor participación de las mujeres
y la prolongación de la esperanza de vida.
9. El movimiento entre las modalidades de trabajo tradicionales
y las nuevas es cada vez más frecuente. Por ejemplo, una mis-
ma persona, según los diferentes períodos de su vida, puede
pasar de la jornada completa a la parcial, de la oficina al tele-
trabajo, de la seguridad de un empleo asalariado a la empre-
sa propia.
como la educación y el 10. Ámbitos tradicionalmente diferen
en ahora espacios entrelazados y co- esparcimiento, constituy
existen con flexibilidad.
La economía fluida de Goldfinger es una economía de la abun-
dancia y de un gran potencial de crecimiento, dado que no la limi-
tan los inconvenientes de la escasez física. Sin embargo, ya en 1983
Simon Nora se interrogaba sobre la posibilidad de que el aumento
de la competitividad pudiese alcanzar el nivel de desarrollo suficien-
te para que actividades de convivencia o lúdicas ocuparan una parte
importante del tiempo disponible de las personas. Consideraba que
esto no ocasionaría una disminución del valor moral o espiritual de
las personas y señalaba que la mutación sería, en todos los casos,
larga y lenta. El resultado sería una nueva forma de crecimiento me-
nos cuantitativa que cualitativa, revolucionando las estructuras de
La SOcIEDAD DEL Ocio INTERSTICIAL | 37
los empleos y el orden de los valores.* Otro enfoque de la misma
cuestión consiste en iluminar el camt ocupacional vinculado, por
un lado, a la expropiación de diversos aspectos de la vida ociosa para
convertirlos en relaciones comerciales y, por el otro, a la transforma-
ción de las actividades que antes se realizaban en el seno de la fami-
lia y entre familiares y que fueron, a lo largo de la historia, pasando
a manos ajenas, por ejemplo, el cuidado y asistencia de personas. A
medida que el tiempo de placer, de descanso y de ocio se fue con-
virtiendo en un tiempo de consumo, las diferencias entre el tiempo
para producir y el resto del tiempo de vida fueron menguando. En la
Sociedad de la Información (SI), las fuerzas de la economía-red in-
corporan a la órbita comercial el tiempo restante de cada individuo
transformándolo en cautivo de una “comercialidad” omnipresente.’
Las redes globales conforman un tejido que permite poner en
relación simultánea un número creciente de interlocutores/usuarios/
receptores-emisores, de manera que todos participan por un período
determinado de un espacio virtual compartido que sólo existe en sus
intelectos. El concepto de “sociedad de redes” de Castells sostiene
que las redes de información que se interconectan a nivel global pro-
ducen efectos dramáticos en la organización del tiempo y espacio.
La conectividad se transforma en un atributo de todos los organis-
mos sociales que desean estar incluidos en el proceso de globaliza-
ción que tiende a acelerarse. Esta tendencia resalta la relevancia de
las redes de información que vinculan localidades, ciudades, países,
rcgit?nes y continentes, haciendo posible la globalización de la infor-
mación. La explosión de la producción de información insufla gran
velocidad a los flujos v, mediante éstos, a toda la organización social
y al sistema económico. Las características de los espacios de tiem-
po social, cultural y económico se han transformado con el adveni-
miento de la sociedad en red. El tiempo se ha reducido debido a la
sinergia entre telecomunicaciones y ordenadores y, simultáneamen-
te, el espacio se ha restringido. Giddens considera este fenómeno
como una compresión espacio-temporal que concierne a todos por
* Nora, Simon, op. cit.
Rifkin, Jeremy. La era del acceso. La revolución de la nueva economía, Col. Estado
y sociedad, Paidós, Barcelona, 2000, p. 137.

38 | ROserto IGARZA
igual. El dinamismo de la modernidad deriva de la recombinación
del tiempo y del espacio. Se reconfiguran las relaciones sociales en
la medida en que existen nuevos factores, básicamente tecnológicos,
involucrados en la tarea de revincular ambas dimensiones.®
Aunque ha sufrido una prolongada demonización por la tensión
que lo opone a la esfera laboral, el ocio ha decididamente superado
las barreras que le interpuso “lo productivo” durante los primeros
ciento cincuenta años de Revolución Industrial. El ocio fue consi-
derado durante mucho tiempo un aspecto del ámbito privado, del
espacio íntimo, que no afectaba ni a la educación ni a los medios
de comunicación.” La etimología del término le da perspectiva a
la realidad idiomática. En francés, la palabra ocio deriva de oisivité
(ociosidad) y, por tanto, está relacionada con algo despreciativo y
condenable, mientras que en inglés el término leisure aproxima su
significado al concepto de diversión en el descanso, lo que sería en
francés el término loisir. En las lenguas latinas, la noción de ocio
proviene de la definición de otium de Séneca, relacionada con el ocio
de los ciudadanos libres y propietarios en una sociedad esclavista.
Para Séneca, el ocio era la verdadera vida del espíritu, la realización
perfecta del ciudadano de la República, la diversión como resultado
del camino del conocimiento. En español, también se aproxima a la
idea de diversión o de ocupación reposada.®
La construcción del espacio que hoy ocupa el ocio en la vida de
los ciudadanos de las megalópolis representa el resultado de una
traslación histórica. Desde las capas más acomodadas, redimensio-
5 Giddens, Anthony, Consecuencias de la modernidad, Alianza Universidad, Madrid,
1994.
7 Perceval, José María, “Medios de comunicación y educación en la sociedad del
ocio”, en Pérez Tornero, José Manuel (coord.), Comunicación y educación en la
sociedad de la información. Nuevos lenguajes y conciencia crítica, Paidós, Barcelona,
2000, p. 59.
+ El Diccionario de la Real Academia Española presenta varias acepciones: 1. cesación
del trabajo, inacción o total omisión de la actividad. 2. tiempo libre de una persona.
3. Diversión u ocupación reposada, especialmente en obras de ingenio, porque
estas se toman regularmente por descanso de otras tareas. 4. Obras de ingenio
que uno forma en los ratos que le dejan libres sus principales ocupaciones. Real
Academia Española. Diccionario de la Lengua Española, Madrid, 1992.
N
LA SOCIEDAD DEL Ocio INTERSTICIAL
na-do y reconfigurado modernamente por la economía industrial, el
ocio es un valor asequible para una amplia mayoría de los segmen-
tos socioeconómicos. Básicamente, la reducción de las jornadas de
trabajo, el establecimiento de un período vacacional y, en menor
medida, la modernización de los medios de transporte, son los tres
elementos de los que se sirven las personas para usufructuar, bajo
Plam?nes culturales bien determinados, un espacio tiempo destinado
al ocio.
Durante el siglo pasado, un equilibro inestable fue ganando te-
rreno y reduciendo el déficit de acceso al ocio en detrimento del
tiempo de trabajo. El derecho al ocio comenzó a entenderse como
un derecho más amplio de acceso a los servicios culturales, deporti-
vos y d_e Qis(racciém La influencia de una economía mediática y del
esparcimiento creció sin pausa. Al final del siglo, los productos de
las industrias culturales se habían convertido en bienes de consumo
de masas. “Jamás se había leído, escuchado música clásica y visitado
museos hasta tal punto. Las infotecnologías van ampliar más aún
esta oferta.”9
Esl-a evolución no está exenta de tensiones. La oposición puede
resumirse en dos paradigmas: a) el paradigma liberal-consumista
que interpreta el ocio exclusivamente como el descanso y la libera-
ción (ílel trabajo y que busca hacer del tiempo libre, sobre todo, un
espacio de consumo; b) el paradigma creativo-cultural que procura
integrar, en el tiempo de ocio, valores y procesos provenientes de la
c(}gcnclén, la creación y la cultura, y que se aproxima más a la defi-
nición clásica de otium. El primero constituye el basamento filosófico
para la mercantilización creciente de cualquier experiencia humana.
Para Rifkin, “las redes comerciales de todo tipo y naturaleza tejer;
una red en torno a la totalidad de la vida humana, mercantilizando
toda ex¡_)eriencia de vida. En la era del capitalismo de la propiedad
lo más importante era la venta de los bienes y los servicios. En la’
ccox}o‘mia del ciberespacio, la mercantilizacién de los bienes y los
servicios resulta algo secundario con respecto a la mercantilización
de las relaciones humanas. Mantener la atención de los clientes en
% UNESCO, Nuevas fuentes de empleo. El courrier. Diciembre de 1998.
39

40 | ROBErTO IGARZA
el nuevo y veloz ritmo del entorno constantemente cambiante de la
economía-red significa controlar tanta parte de su tiempo como sea
posible. [...] Al cambiar unas transacciones mercantiles discretas y
limitadas en el espacio y en el tiempo por unas relaciones mercanti-
lizadas que se extienden en el tiempo de manera ilimitada, la nueva
esfera comercial se asegura que una parte cada vez mayor de la vida
se vincule a la cuenta de resultados”.19
El tiempo extralaboral es también el lugar privilegiado para la
interacción social, que es fundamental para la integración del ciu-
dadano en todas las etapas de la vida. Siguiendo el paradigma crea-
tivo-cultural, el ocio es la materia prima de un proyecto común con
interés social que no puede ser abandonado ni al espontaneísmo,
ni puede ser tratado parcialmente como momento de consumo, ni
estar sujeto a la falsa oposición productividad/descanso propia del
economicismo. El tiempo de ocio puede y debe ser considerado
como un eje vertebrador de la sociabilidad, compartiendo el prota-
gonismo de la educación y del trabajo como principales factores de
la acumulación de capital social de los ciudadanos. En los tiempos
de ocio, el nuevo ecosistema mediático adquiere una dimensión red
que transforma Jo que era unívoco, pasivo y vertical, en espacios de
encuentro y participación, donde fluyen los intercambios simbólicos,
sociales y comerciales.
El tiempo de ocio es un tiempo empleado en actividades muy
diversas como el juego, el deporte, la cultura o el descanso. En cada
una de ellas, la oferta se ha ido multiplicando de manera de ajustarse
a la evolución de la dimensión y de la calidad del tiempo libre. Todas
ellas se han incorporado a la fruición digital, a la mediatización, la
virtualización y el consumo en bits. La Sociedad del Espectáculo ha
derivado en una Sociedad Digital, Hiperconectada y Entretenida
El encuentro del espectáculo y las tecnologías de la información
y de la comunicación tiene un impacto cultural fácil de intuir pero
cuya profundidad es difícil de precisar. La televisión se ha expandi-
do de un servicio discontinuo a una programación en centenares de
" Ibídem, pp. 137-138.
La Sociepap vEL Ocio INTERSTICIAL
canales a través del mejoramiento y la incorporación de tecnologias,
como el cable, los satélites y los terminales receptores. Con la llegada
de la IPTV (consumo de televisión a través de Internet en la pantalla
de la computadora), la oferta se expande universalmente, convir-
tiéndose realmente en la tan prometida oferta globalizada. Desde
cualquier lugar del mundo el usuario puede consumir contenidos
de su televisión preferida, sin las limitaciones de las regulaciones de
espectro nacional. La digitalización y retransmisión de contenidos
radiales por las redes ofrecen una gran diversidad y la posibilidad de
una segmentación personalizada de la oferta informativa y musical
global. La disponibilidad de títulos de libros y revistas editados en
papel y en formato electrónico no cesa de incrementarse.
Esta Sociedad Digital, Hiperconectada y Entretenida representa
una nueva etapa de la Sociedad de la Información, caracterizada
por una sobreproducción y oferta de contenidos que impactan cons-
tantemente en todas las actividades humanas. Debido al incremento
del volumen de bits producidos y de las comunicaciones, y a la ace-
leración del flujo en circulación, al ciudadano le resulta cada vez más
difícil navegar entre tanta oferta y detectar aquello que tiene ver-
dadera significatividad para él en el contexto de búsqueda. En esta
cultura, las personas viven en una interacción simbólica constante.
“Todo lo que se intercambia y se recibe es reconocible como parte de
un proceso comunicativo, aunque esta explosión de datos y símbolos
no significa que el uso que se hace de ellos pueda redundar en más
producción de significado.''
Estar “informado” es un factor de mejora de la calidad de vida
de los ciudadanos. La extensión de la conciencia individual del valor
de la información y del acceso a información de alta calidad en un
marco de libertad desemboca en un proceso político-social caracte-
rizado por el aumento de la participación.?* El reconocimiento del
valor cultural de la información proviene del hecho de que en el ima-
ginario social, la posibilidad de acceder a más información es habi-
"! Webster, Frank, Theories of the information society, Routledge, Londres, 1995, p. 22.
“ Martin, William J., The global information society, ASLIB, Gower, Londres, 1997,
p. 40
41

42 | ROBERTO IGARZA
malmente asociada a las virtudes de los regímenes democráticos y a
la transparencia en el uso del poder de gobierno. Aplicando, por
analogía, la “ley de plenitud” de las redes, esa asociación se concreta
en un proceso de participación que no cesa de incrementarse. La
incorporación de un nuevo nodo incrementa el valor de la red en su
conjunto y de todos los nodos que la componen. Esto puede cxPllcar
provisoriamente la razón del aumento tan significativo de usuarios en
actividades participativas, como el blogging, fotoblogging, vMeablaggmg
y microblogging. Los medios sociales introducen al usuario en un tiem-
po de ocio participativo.
)(EI ocio intersticial
En los últimos cincuenta años, el tiempo total destinado al ocio
se incrementó para una mayoría de la población. A la vez, la ofer-
ta mediática explotó y el tiempo de consumo quedó fragmentado
entre una gran diversidad de contenidos y formatos que, con la
llegada de la generación digital a la edad adulta, se consumen cada
vez más de manera simultánea. Como consecuencia de las grandes
transformaciones en los modos de organizarse, el sistema produc-
tivo, especialmente.el de servicios, representativo de los gre_mdes
centros urbanos, genera burbujas de tiempo de ocio que modifican
sustancialmente el espectro de consumo, introducen nuevas formas
de consumir contenidos y pueden afectar sensiblemente la econo-
mía de los medios.
El uso de los contenidos de ocio y entretenimiento es más inte-
ractivo, más selectivo, menos duradero. Muchas obras de teatro si-
guen teniendo dos horas de duración con un intermezzo. El cine sigu-c
ofreciendo material que se extiende durante al menos 90'. La televi-
sión, que crefamos el medio de los formatos breves, ofrece seric_s de
más de 20'. La bibliografía novelesca se acomodó en las 200 páginas
promedio. En frente de todos ellos, una competencia cada vez pás
abierta y feroz, una oferta heterogénea de brevedades, contenidos
de cortísima duración, cápsulas que se consumen sin costo de des-
plazamiento, que generalmente son de contraprestación p}xblicua-
ria (a cambio, el usuario consume publicidad) y que no retienen al
i
:
a
La SOCIEDAD DEL Ocio INTERSTICIAL
usuario en un ámbito cerrado preso de un guión no-participativo
sin oportunidades de bifurcación ni de personalización. Píldoras de
formato y de naturaleza publicitaria que se consumen en la pantalla
de pared dentro del ascensor antes de llegar al piso 35”, en el tele-
visor del bus, del taxi o del tren durante el viaje, en la pantalla de la
computadora de la oficina o en el celular esperando el metro.
Microguiones, microestructuras, microcontenidos. La duración de
los intercambios simbólicos se reduce. La duración de los contenidos
disminuye. El ocio se consume en pequeñas píldoras de fruición, bre-
vedades que pueden disfrutarse en los microespacios que dejan las
actividades laborales o en los fragmentos de dedicación ociosa que
el usuario se adjudica durante los desplazamientos o en su tiempo
libre en el hogar. Todos los contenidos tienden a ser microcontenidos,
unidades semánticas que pueden eslabonarse o no y que permiten
“emocionarse” en un tiempo escaso, un tiempo intersticial. El ocio se
inserta en microespacios, en los breves minutos de los que dispone el
ciudadano durante el trayecto de una estación a otra. El ocio comple-
ta el lag time. En ese contexto, cualquier medio que el usuario utilice
para acceder a los contenidos es, sobre todo, un medio de tránsito.'3
La duración de los espacios sin actividad productiva-social está
cambiando. El tiempo de ocio ha explotado en pequeños fragmen-
tos. La oferta de ocio, global como jamás antes lo fue, es un universo
de miles de propuestas. La extraordinaria diversificación de la oferta
acentúa la tendencia a la promiscuidad del consumidor. Las nuevas
creaciones son pensadas para ser consumidas en porciones peque-
fias. Aun cuando son formatos tradicionales, se observa la secuencia
de microestructuras, una tenden a las escenas cortas y diálogos
breves. El sentido encapsulado en pequeñas dosis. Todo contenido
debe poder presentarse en tajadas finas, descomponerse en múlti-
ples unidades que tengan sentido simbólico y comercial.
3 Concepto utilizado por Nokia para referirse al móvil. Nokia. A Glimpse of the
Next Episode. The Future Laboratory. Espoo, Finlandia, 3 de diciembre de
2007. Consultado en http://nseries.com/entertainmentstudy/ el 9 de febrero
de 2008. Encuesta con 9.000 consumidores de 17 países y entrevistas a exper-
tos y líderes de la industria.
43

44 | ROBERTO IGARZA
Las brevedades se adaptan mejor a la fragmentación del tiem-
po. Con cápsulas de fruición que ensambladas dan lugar a nuevos
géneros, microgéneros, géneros personales, el usuario navega más
flexiblemente los tiempos de ocio que le tocan vivir. Con la llegada
de Internet mévil, la pildorización en general y la videomanía en es-
pecial se exacerban. La videomanía se consume obviamente en píldo-
ras de corta duración.
En el ámbito laboral, el estrés creciente aumenta el número de
ropausas. Burbujas de no-actividad productiva durante las cual.es
parse las tensiones relacionales que provoca el trabajo.
iante y las situaciones
m
pueden dis
Oxígeno para renovar la concentración asfi
problemáticas. La complejidad y polifuncionalidad de los puestos
de trabajo y la diversidad de temas tratados y de interlocutores no
está siendo gestionada por las nuevas estrategias de management y
de gestión de personas con la eficacia suficiente como para limitar
el estrés cognitivo que producen. Por razones muy diversas, entre
las que predominan las socio-organizacionales y los nuevos medios
de comunicación, el ambiente laboral se ha llenado de micro es-
pacios distractivos, espacios de no productividad, paradójicamen-
te indispensables a la competitividad y productividad del usuario.
La mensajería instantánea entre colegas, la lectura del periódico en
Internet, los mensajes de texto interpersonales y las alertas en el
celular, los correos electrónicos personales y el spam que se entre-
mezcla en la bandeja de entrada con los mensajes profesionales, las
pausas para fumar. Segundos, minutos, el tiempo de ver un video
corto, buscar en DeRemate lo que debe comprar y contestar un SMS.
El tiempo de ocio es tiempo de informarse, pero sobre todo es tiem-
po de distensión, de esparcimiento y divertimiento. El discurso me-
diático intersticial se inspira en el entretenimiento y el placer como
la supra-ideología.
Las actividades económicas están repletas de intersticios. Dentro
de ellos, el ocio tiende a ser mercantilizado. El hecho de que el
usuario no haya aceptado dejar la gratuidad del modelo inicial que
le ofrecía la Red por uno selectivo y de pago, tiene consecuencias
gravosas para el sistema de consumo cultural. Los nuevos medios
sustentan sus negocios en la publicidad, en primer lugar. Los acce-
La Sociepao del Ocio INTERSTICIAL
sos de pago son minoritarios e irrelevantes en términos económicos
globales. La filosofía que inspira los nuevos medios se funda en la
idea de que a cambio de acceder al contenido, el usuario está dis-
puesto a consumir publicidad y que este consumo es elástico, lo que
aún está lejos de demostrarse. Esto connota casi irreversiblemente
toda estrategia de comunicación de ocio y la condena a un modelo
de negocio publicitario. Con esa caracterización, el ocio intersticial
es una mercadoutopia hecha realidad.
La vida hiperurbana (7 días de vida en la ciudad) está repleta
de esos intersticios. Los ciudadanos no hacen más que recorrer un
conjunto de estaciones, paradas entre las cuales existen vacíos a lle-
nar, ausencias de “actividad”, provocadas o espontáneas, que deben
completarse para resolver de manera equilibrada el balance de su
vida social en movimiento. Estas “no-actividades” implican solo el
esfuerzo de “estar en movimiento”, de consumir un medio de trán-
sito, no implican un compromiso emocional con lo que está viendo
o escuchando.
Pueden ser espacios de aislamiento o de inmersión. El usuario,
bajo el cono invisible que crea el uso de auriculares, procesa un ruido
elegido por él para separarse del bullicio circundante y público. El
nuevo medio lo transporta de la esfera pública a la privada. También
pueden ser contenidos compartidos cuando enajena su conversa-
ción privada en el móvil y los otros transeúntes soportan mensajes
propios de Gran Hermano. En ese caso, son burbujas privadas que
se hacen públicas y se entremezclan. Una gran conversación en la
que todos participan obligadamente, aunque no lo deseen. El bulli-
cio ciudadano ha incorporado nuevos sonidos. Pulgares que teclean
con rapidez en una minúscula botonera. Ringtones y sonidos lúdicos.
Las voces de conversaciones celulares de las que participa sin pedir-
lo todo el organismo social.
Este subsistema de intersticios ociosos, mediáticos e hiperconec-
tados, que participa del sistema productivo transformando el modo
de realizar las tareas y compartir información entre las personas, re-
presenta una ruptura histórica con la mente laboriosa tradicional,
acostumbrada a la exposición sistemática, a la presencia humana, a
las relaciones presenciales apenas mediatizadas, a una exposición vi-
45

46 | ROBErTO IGarza
sual directa, a una razón y un orden organizacional que decretaba las
pausas metódicamente. El ocio intersticial no es una ruptura suave
—aunque no lo queramos admitir— con la rutinización tradicional de
las pausas. Es hijo de la hiperconectividad y de la mediatización de las
relaciones familiares, sociales y profesionales. Es producto también de
la flexibilidad. Los nuevos criterios tienden a demostrar en la práctica
que la optimización de la productividad se obtiene mediante fórmulas
flexibles, entiéndase una gestión por objetivos y una evaluación del des-
empeño por resultados, criterios que liberalizan la supervisión apli-
cando métodos de control de gestión que aceptan más cómodamente
la descentralización y la autonomía en la toma de las decisiones y la
flexibilización de las dedicaciones y de los tiempos.
Los intersticios son transiciones durante las cuales el usuario guar-
da distancia entre dos puntos, el de partida y el de llegada. Simulacro
de objetividad, un proceso de distanciación prudencial entre un sitio
y otro, un estado y otro. El desplazamiento es pasajero.
Y El ciudadano Wi-Fi
Los medios audiovisuales, en particular, son en las culturas moder-
nas el material básico de los procesos de comunicación que modelan el
tejido simbólico. La cultura urbana trabaja principalmente con los ma-
teriales provistos por los medios. No es menos cierto que los medios di-
gitales, interactivos y en línea introducen variantes en los esquemas de
consumo conocidos. Al mismo tiempo que se produce una verdadera
revolución con el ingreso de la computadora al mundo del espectáculo,
la incorporación masiva de las tecnologías inalámbricas a la metrópo-
lis crea un estado de expectación parecido al que habíamos visto en
los comienzos de Internet. La ciudad está ahora bajo una sobreoferta
de microondas que se entrecruzan permanentemente, de modo que
el ciudadano puede estar todo el tiempo, hiperconectado, conectado
simultáneamente a varias redes. Hotspots y redes Wi-fi ofrecen conecti-
vidad a Internet en numerosísimos lugares públicos y privados, y una
red de TM, que apunta a ser cada vez más 3G, hace que los dispositivos
méviles estén corriendo poco a poco a la computadora del lugar cen-
tral, privilegiado y casi monopólico que ocupaba en la SI (Sociedad de
e
La SOCIEDAD DEL Ocio INTERSTICIAL 47
la Información). La movilidad de los dispositivos de recepción tiene
muchas implicancias en lo sociológico (entre otras cosas, por la noción
de seguridad urbana), lo cultural (por la facilitación para comunicar
con códigos y formatos diferentes) y lo económico (por inhabilitar las
fronteras de lo público y de lo privado, de lo profesional y lo personal).
Tienen también implicancias en lo mediático, esencialmente porque
aumenta la exposición a los medios de comunicación. Con el desplie-
gue de la tecnologia 3G y 4G, los contenidos audiovisuales acabarán
siendo predominantes en la 4° pantalla.
EIArecor¡ocimienlo de que la audiencia no es un objeto pasivo sino
un sujeto interactivo abrió el camino a su diferenciación y a la seg-
mentación de los mensajes con la consecuente transformación de los
medios de comunicación masiva, los que introdujeron variantes que
tienden a la individualización del receptor y una personalización del
mensaje. La evolución de los nuevos medios ayudó a segmentar mejor
las audiencias y el nanomarketing creció a la sombra de Internet. En la
SL. el punto clave es que el proceso real de comunicación depende de
la interacción entre el emisor y el receptor, mientras que los medios
masivos son un sistema de comunicación de una sola vía. Los medios
masivos que pretenden aún enviar un número limitado de mensajes a
una audiencia masiva considerada homogénea pierden terreno frente
a la interactividad de los nuevos medios. La prensa gráfica solo crece
cuando se adicionan sus versiones offline y online y los telenoticieros
centrales de la noche compiten con los nuevos medios en línea, todos
ellos multimediáticos. *
Todo esto había sido en gran medida presupuestado en los años
90. Solo hemos tenido que esperar hasta promediar esta década
para verlo en la realidad por el retraso que impusieron los medios
tradicionales a la revolución internauta. Lo que no estaba ni siquiera
en los mejores planes ficcionales de la SI es que el sujeto-consumi-
dor, además de abandonar su rol pasivo, adquiriría movilidad.
Nadie pudo prever que la TM alcanzaría la penetración que ha
alcanzado en un lapso de tiempo tan breve y que, como soporte.
' ea , , Agj;;ía,zl;glg.enu, Nuevos Medios. Estrategias de convergencia 3.0, La Crujia, Buenos

48 ! ROBERTO IGARZA
ofrecería las capacidades funcionales que brinda. El crecimiento
de la capacidad de los teléfonos móviles es notable. La optimi-
zación se produce en todas las funciones: i) el procesamiento,
i) el almacenamiento (aunque por ahora se trate de un sistema
primitivo basado en tarjetas suplementarias de memoria que se
intercambian, como las SanDisk), iii) la captura de imágenes (una
creciente megapixelación de los registros), y iv) la reproducción
(aumento del tamaño, mejoras en la resolución, brillo y contraste
de la pantalla, que redundan en calidad y legibilidad). En los úl-
timos 6 años, la capacidad de procesamiento se ha multiplicado
por 3 y la capacidad de memoria es hoy más de 10 veces la de
entonces. En 2002, los teléfonos móviles como el Nokia 7650 tra-
bajaban con una CPU construida sobre un procesador ARM-9 de
104 MHz, una memoria RAM de 4 Mbytes y una memoria ROM
de 16 Mbytes, mientras que los de gama baja y de menores pres-
taciones usaban procesadores de 20 MHz y 0,5 Mbytes de RAM y
ROM. En 2008, el Nokia N95 usa un procesador ARM-11 de 332
MHz, una memoria RAM de 64 MBytes y una memoria FLASH
adicional de 160 MB FLASH y una carta SanDisk suplementa-
ria de 4 GBytes. Las memorias FLASH ya no son una fórmula
marginal y un producto de nicho. A principios de siglo costa-
ba 2.000 dólares almacenar 1 gigabyte en ese tipo de memoria.
Pronto costará cerca de 2 dólares por gigabyte.'5 Esto despierta
nuevas mercadoutopías, algunas de ellas adormecidas desde que
Internet sufrió la explosión de la burbuja.
Existe el riesgo de cometer con la TM un error similar al que,
a finales de la década pasada, ocurrió con Internet cuando se
asumía con ligereza que la metared estaría en todas las activida-
des humanas, todo el tiempo. Pero las expectativas solo podían
realizarse con un Internet asequible para todos, todo el tiempo.
Había muchos sitios desde los que no se podía acceder, eran nu-
merosos los lugares desde donde el acceso era precario, inestable
o de bajo rendimiento. Internet no era móvil. La tecnología de
s Taptu. Making search social. Unleashing scarch for the mobile generation.
Taptu White Paper. Febrero de 2008. Consultado en http://taptu.com/
whirepapers/Taptu_MakingSearchSocial.pdf el 19 de febrero de 2008
La Sociepap DEL Ocio INTERSTICIAL
las redes y de los dispositivos móviles no estaba para facilitar el
acceso en movimiento. Los terminales móviles acompañan per-
manentemente al usuario, que tiene de ese modo todo el tiempo
a su disposición una manera fácil y rápida de acceder y navegar en
Internet. Lo que le faltó al sueño de los años 90, la TM lo puede
aportar ahora.
Como consecuencia de este nuevo estado de oferta y deman-
da, caracterizado por la diversidad de mensajes y emisores, las
tecnologías inalámbricas que abundan en la ciudad, los dispositi-
vos móviles cada vez más polifuncionales y autonómicos (energía,
procesamiento), y la proliferación de contenidos multimediáticos
pildorizados, las audiencias se volverán más selectivas, eligiendo
los mensajes y profundizando la relación individuada entre emi-
sor y receptor. La pluralidad de mensajes a partir de un enfoque
nano(audiencias) se constituye como uno de los pilares del nuevo
ecosistema de medios, potenciado por el despliegue de redes ina-
lámbricas de mejores prestaciones y de dispositivos móviles opti-
mizados para incorporarse al tiempo de la fruición audiovisual.
En ese contexto, la TM pretende ocupar desde ahora un rol pro-
tagónico. Su capacidad de éxito se debe a que, a diferencia de las
modalidades de Internet fijo utilizadas hasta ahora masivamente,
la TM representa una posible expansión del ecosistema mediáti-
co, una oportunidad de ensanchar la relación con el usuario más
allá de los tiempos tradicionales destinados al ocio mediático. A
diferencia de la amenaza que representa Internet por el despla-
zamiento de los usuarios desde los medios tradicionales hacia los
nuevos medios en línea, el acceso a Internet desde el TM es una
oportunidad privilegiada para el nanomarketing y la publicidad
interactiva, y para la difusión de contenidos multimediáticos en
tiempos de ocio intersticiales que ocurren, aunque no siempre, du-
rante la vida fuera del hogar. El mayor desafío lo tendrá la radio.
Es el medio que los usuarios más consumen durante sus desplaza-
mientos en automóvil. Los dispositivos móviles, especialmente los
teléfonos móviles, pueden acentuar el movimiento de traslación
hacia los nuevos medios, pero el principal victimario seguirá sien-
do el consumo de contenidos a través de Internet fija, de escritorio,
desde el hogar o desde el trabajo. Los dispositivos móviles, en su
49

50 ROBERTO IGARZA
estado actual de desarrollo, tienen una capacidad suficiente, aun-
que no óptima, para incrementar la exposición de los usuarios a
los contenidos mediáticos. En definitiva, los dispositivos móviles,
especialmente los teléfonos móviles, pueden ocupar los intersticios
que, salvo la publicidad de vía pública y, en ciertos casos, la radio,
no tenían un rendimiento mediático o comunicativo y, aun tenién-
dolo, carecen de la eficacia de los medios audiovisuales. Con la
TM, a la vida metropolitana ya no le quedan espacios preservados
de la inmersión mediática.
Escasamente ergonómicos, los dispositivos de TM son la más
corpórea de todas las tecnologías digitales conocidas, después y
en reemplazo del reloj pulsera. Los usuarios las portan consigo a
lo largo del día, adosada a su cuerpo. Para muchos es parte de la
vestimenta, una forma de distinguirse al igual que la corbata, el
calzado deportivo o el peinado. Su polifuncionalidad portátil la
eleva a la categoría de los clementos vivenciales que todo usuario
lleva consigo, incluso en el hogar. Cada día es más difícil salir a la
gran ciudad sin su móvil. Hiperconectados inalámbricamente, los
dispositivos móviles son indispensables para la supervivencia del
ciudadano Wi-Fi.
La experiencia en la esfera semipública
Más el ciudadano está en movilidad, más influencia tiene la
cobertura de las redes. La densidad y la integración de esas redes
(TM+Internet+Broadcast) será un factor decisivo en el consumo
cultural y en las relaciones personales. Hasta la llegada de la TM, los
intercambios comunicativos y el consumo eran predominantemente
condicionados al espacio privado, virtual o físico. Desde que la ina-
lambricidad se instaló en las grandes ciudades, las conversaciones
se escaparon de las esferas privadas, los teléfonos suenan en cual-
quier parte, el sonido de los ringtones y los diálogos ajenos invaden
todas las esferas. Las pantallas de los celulares y de las computa-
doras portátiles atraen todos los lectores. Nada es común pero, al
mismo, todo lo es. Todo está en una nueva esfera semipública, o si
se lo prefiere, un sitio intermedio, un lugar donde todos son sus-
aD
r
£
La SOcieDAD DeL Ocio INTERSTICIAL
ceptibles de ser productores y destinatarios de los mensajes de los
demás convivientes cercanos. Los espacios públicos se han transfor-
mado en un etéreo conjunto de conversaciones y contenidos que se
entremezclan. Los espacios que eran públicos, ahora, debido a las
convergentes apropiaciones de múltiples lectores y usuarios, son se-
mipúblicos. Las redes privadas se solapan. Los vecinos jamás habían
compartido un recurso privado como comparten ahora mutuamente
y de manera cómplice sus redes inalámbricas. Ambos linderos usan
la red del otro cuando hay un problema o simplemente cuando se
desplazan a un lugar de la casa en el que captan mejor la señal del
vecino que la propia. Todo es común en la virtualidad y nada lo es
verdaderamente.
Hay personas que no tienen conectividad en casa y usan siste-
máticamente el acceso del bar preferido. Hay personas que siste-
máticamente usan las redes de los demás, incluyendo los vecinos.
Otros usan las redes públicas en espacios públicos como bibliotecas,
centros culturales, escuelas y universidades. Para muchos, el acceso
invita a los lugares de encuentro social. Así es que los espacios “pú-
blicos” —aquí lo uso identificando sólo los espacios que son dos
colectivamente por personas que se ven entre sí, por ejemplo, los
bares— son convocantes de una práctica que antes no existía y juegan
un rol influyente en la renovación y mantenimiento de las relaciones
sociales.
Las redes municipales han dejado de ser experimentos reserva-
dos para ciudades de elite. Actualmente operan redes inalámbricas
municipales en decenas de ciudades y barrios. Mientras tanto, ac-
ceder desde un Starbucks o desde una biblioteca son prácticas cada
vez más comunes. El acceso en lugares semi-públicos debe entender-
se como una práctica mixta público-privado. En las investigaciones
recientes acerca del uso de la conectividad Wi-Fi en espacios semi-
públicos (por ejemplo, cafés), se han observado prácticas diferentes
que, a los fines de simplificar, podrían asociarse a dos categorías
de consumo: los usuarios que se comportan como verdaderos agen-
tes móviles (true mobiles) que buscan instalarse como una forma de
apropiación y control de su territorio para preservar su práctica co-
municativa del entorno no controlado y aquellos que entienden la
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