CLASE 3.pptx

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CATEGORÍAS DE AGENTES FÍSICOS Los agentes físicos se pueden categorizar como térmicos, mecánicos o electromagnéticos. Los agentes térmicos comprenden agentes de calentamiento superficial, agentes de calentamiento profundo y agentes de enfriamiento superficial. Los agentes mecánicos incluyen tracción, compresión, agua y sonido. Los agentes electromagnéticos comprenden campos electromagnéticos y corrientes eléctricas. Algunos agentes físicos se pueden incluir en más de una categoría. El agua y el ultrasonido, por ejemplo, pueden tener efectos mecánicos y térmicos.

AGENTES TÉRMICOS Los agentes térmicos transfieren energía al paciente para aumentar o disminuir la temperatura del tejido. Algunos ejemplos son bolsas de calor, bolsas de hielo, ultrasonido, piscina de chorros y diatermia. La crioterapia es la aplicación terapéutica de frío, mientras que la termoterapia es la aplicación terapéutica de calor. Dependiendo del agente térmico y de la parte del cuerpo sobre la que se aplica, los cambios de temperatura pueden ser superficiales o profundos y pueden afectar a un tipo de tejido más que a otro.

La termoterapia se utiliza para aumentar el flujo sanguíneo, la tasa metabólica y la extensibilidad de los tejidos blandos o para disminuir el dolor. La crioterapia se aplica para disminuir el flujo sanguíneo, la tasa metabólica o el dolor.

AGENTES MECÁNICOS Los agentes mecánicos consisten en la aplicación de fuerza para aumentar o disminuir la presión sobre el cuerpo del paciente. Algunos ejemplos de agentes mecánicos son el agua, la tracción, la compresión y el sonido. El agua puede proporcionar resistencia, presión hidrostática y flotabilidad para la realización de un ejercicio, o puede aplicar presión para limpiar heridas. La tracción disminuye la presión entre las estructuras, mientras que la compresión aumenta la presión sobre y entre estructuras.

El uso terapéutico del agua se denomina hidroterapia. El agua se puede usar con o sin inmersión. La inmersión en agua aumenta la presión alrededor del área corporal sumergida, proporciona flotabilidad y, si hay diferencia de temperatura entre el área sumergida y el agua, se produce transferencia de calor a/desde esa área. La tracción se utiliza en la mayoría de los casos para aliviar la presión sobre estructuras como nervios o articulaciones que produce dolor u otros cambios sensitivos o inflamación. La tracción reducir la sensación de dolor y prevenir o reducir el daño o la inflamación de las estructuras comprimidas.

AGENTES ELECTROMAGNÉTICOS Los agentes electromagnéticos aplican energía en forma de radiación electromagnética o de corriente eléctrica. Algunos ejemplos de agentes electromagnéticos son la radiación UV, la radiación infrarroja (IR), el láser, la diatermia y la corriente eléctrica. La variación de la frecuencia y la intensidad de la radiación electromagnética provoca cambios en los efectos causados y en el grado de penetración.

La electroestimulación (EE) consiste en la utilización de corriente eléctrica para inducir una contracción muscular (EE a nivel motor) y cambios sensoriales (EE a nivel sensorial), reducir el edema o acelerar la curación de los tejidos. Los efectos y las aplicaciones clínicas de las corrientes eléctricas varían en función de la forma de la onda, la intensidad, la duración y la dirección del flujo de corriente y en función también del tipo de tejido sobre el que se aplica la corriente.

Abordajes de la rehabilitación La rehabilitación es una intervención orientada por objetivos y diseñada para alcanzar el máximo grado de independencia en personas que tienen una reducción de la capacidad funcional. La capacidad funcional habitualmente está mermada a causa de alguna patología subyacente y de deficiencias secundarias, y se ve afectada por factores ambientales y personales. La disminución de la capacidad funcional puede producir discapacidad. La rehabilitación generalmente actúa sobre las secuelas de la patología para desarrollar al máximo la capacidad funcional del paciente y su capacidad de participar en las actividades habituales. En lugar de estar dirigida a resolver la propia patología, y debe tener en consideración los factores ambientales y personales que afectan a las limitaciones y los objetivos de la actividad y la participación de cada paciente.

Importancia de los agentes físicos en la rehabilitación Los agentes físicos son herramientas que se deben utilizar cuando sea necesario como componentes de la rehabilitación. La declaración oficial de la APTA sobre el uso exclusivo de agentes físicos, publicada en 1995 y reiterada en 2005, afirmaba: «Si no hay documentación que justifique la necesidad del uso exclusivo de modalidades/agentes físicos, no se debe considerer que el uso de modalidades/agentes físicos, en ausencia de otras intervenciones terapéuticas o educativas específicas, sea fisioterapia. En otras palabras, la APTA considera que el uso de agentes físicos solos no constituye fisioterapia y que los agentes físicos se deben aplicar combinados con otras intervenciones terapéuticas.

Profesionales que utilizan agentes físicos Los fisioterapeutas, los auxiliares de fisioterapia, los terapeutas ocupacionales, los auxiliares de terapia ocupacional, los entrenadores deportivos, los médicos rehabilitadores, los quiroprácticos, los acupuntores y los pacientes aplican agentes físicos. Todos estos individuos pueden tener objetivos ligeramente diferentes cuando aplican esas intervenciones y pueden tener requisitos de formación y educación ligeramente diferentes para su uso. Los fisioterapeutas habitualmente utilizan agentes físicos y supervisan a sus auxiliares en la aplicación de los mismos. La APTA incluye los agentes físicos dentro de las intervenciones que definen la práctica de la fisioterapia.

Además de la aplicación de los agentes físicos por los profesionales, los pacientes pueden aprender acerca de ellos y aplicarse las distintas modalidades de forma independiente. Por ejemplo, un paciente puede aplicarse de manera segura agentes como calor, frío, compresión y TENS en su domicilio una vez que haya demostrado una utilización correcta del agente. La educación del paciente tiene varias ventajas, como la posibilidad de una aplicación más prolongada y frecuente, una disminución de los costes y una mayor comodidad para el paciente. Y lo que es más importante, la educación permite que los pacientes participen activamente en la consecución de sus propios objetivos terapéuticos.

Evaluación y planificación del uso de agentes físicos Los agentes físicos tienen efectos directos principalmente sobre la deficiencia. Estos efectos pueden mejorar la actividad y la participación. Por ejemplo, en un paciente con dolor que altera el movimiento se pueden utilizar corrientes eléctricas para estimular los nervios sensitivos para controlar el dolor y permitir que el paciente aumente el movimiento y de esta forma incremente la actividad, como levantar objetos, y la participación, como volver a trabajar. Los agentes físicos también pueden aumentar la eficacia de otras intervenciones y, por lo general, deben utilizarse para facilitar un programa de tratamiento activo.

Cuando se considera la aplicación de un agente físico, lo primero que se debe hacer es consultar la historia clínica elaborada por el médico, si existe, para conocer el diagnóstico médico y cualquier precaución que pudiera ser necesario tener en cuenta. Las precauciones son las condiciones en las que se debe aplicar un tratamiento concreto en referencia a las limitaciones o cuidados especiales que pueda requerir. La exploración del terapeuta debería incluir, entre otras cosas, la historia clínica del paciente, que incluiría información sobre la historia del problema actual, la historia médica relevante e información sobre el nivel de actividad y participación actual y el que se espera conseguir; una revisión de los sistemas, y pruebas y mediciones específicas. Los hallazgos de la exploración y el estudio de las pruebas disponibles en las publicaciones deben considerarse conjuntamente para establecer un pronóstico, elegir las intervenciones adecuadas y formular un plan asistencial que incluya los objetivos que se esperan alcanzar.

ELECCIÓN DE UN AGENTE FÍSICO Los agentes físicos normalmente ayudan en la rehabilitación reduciendo la inflamación, el dolor y las restricciones de la movilidad, favoreciendo la curación de los tejidos y mejorando el tono muscular. Si el paciente presenta más de un problema y, por tanto, su tratamiento tiene varios objetivos, es conveniente centrarse solo en un número limitado de objetivos en cada momento. Normalmente es recomendable que se atiendan primero los problemas más importantes y los problemas con más probabilidades de responder a las intervenciones disponibles; sin embargo, la intervención ideal facilitará el progreso en varias áreas.

Por ejemplo, si el paciente tiene dolor en la rodilla causado por una inflamación aguda de la articulación, el tratamiento debe ir dirigido en primer lugar a resolver la inflamación; sin embargo, la intervención ideal ayudaría también a aliviar el dolor. Cuando mediante la intervención con un agente físico no se pueda influir directamente sobre el problema principal subyacente, como, por ejemplo, la artrosis, se puede utilizar el tratamiento con agentes físicos para ayudar a aliviar las secuelas de esos problemas, como el dolor o la hinchazón.

ASPECTOS QUE HAY QUE CONSIDERAR EN LA SELECCIÓN DE AGENTES FÍSICOS Dada la variedad de agentes físicos disponibles y las características únicas de cada paciente, es útil optar por una estrategia sistemática para seleccionar los agentes físicos, de manera que se aplique el agente ideal en cada situación.

El primer aspecto que hay que tener en cuenta deberían ser los objetivos de la intervención y los efectos fisiológicos requeridos para alcanzar dichos objetivos. Si el paciente presenta inflamación, dolor, restricciones de la movilidad o problemas de tono muscular, puede ser apropiado utilizar agentes físicos. El siguiente paso es considerar los efectos de un agente físico concreto en esas condiciones. Una vez establecidos los agentes físicos que pueden facilitar el progreso hacia los objetivos fijados, el profesional debería entonces decidir cuál de las intervenciones potencialmente eficaces sería la más apropiada para el paciente concreto y su situación clínica actual. Una vez seleccionados los agentes físicos, el profesional debe seleccionar los parámetros ideales de tratamiento y los medios de aplicación, para después integrar los agentes elegidos de forma apropiada dentro de un programa de rehabilitación completo.

Los agentes físicos con un nivel de riesgo asociado bajo tienen una dosis potencialmente nociva que es difícil de alcanzar o es mucho mayor que la dosis terapéutica eficaz, por lo que tienen contraindicaciones fáciles de detectar. Por el contrario, los agentes físicos con un nivel de riesgo asociado alto tienen una dosis terapéutica que está próxima a la dosis potencialmente dañina y presentan contraindicaciones que son más difíciles de detectar. Por ejemplo, las bolsas de agua caliente que se utilizan con un aislamiento adecuado tienen un riesgo asociado bajo: Aunque pueden elevar la temperatura de los tejidos superficiales a niveles terapéuticos con una aplicación de 15-20 minutos, es poco probable que causen quemaduras si se aplican durante más tiempo, ya que se empiezan a enfriar pronto.

EFECTOS DE LOS AGENTES FÍSICOS Los efectos de los agentes físicos terapéuticos pueden variar según el tipo de agente utilizado, la intensidad del tratamiento y la condición del paciente. Sin embargo, en general, los agentes físicos terapéuticos pueden producir los siguientes efectos: Reducción del dolor:   Los agentes físicos terapéuticos pueden ayudar a reducir el dolor de varias maneras. Por ejemplo, la aplicación de calor o frío puede ayudar a reducir la inflamación y el espasmo muscular, que son causas comunes del dolor. La terapia de onda de choque también puede ayudar a reducir el dolor al estimular la reparación del tejido dañado.

Aumento de la amplitud de movimiento:   Los agentes físicos terapéuticos pueden ayudar a aumentar la amplitud de movimiento de una articulación que se ha visto afectada por una lesión o enfermedad. Por ejemplo, la terapia manual, como el estiramiento y la movilización, puede ayudar a mejorar la flexibilidad de los músculos y tejidos conectivos que rodean una articulación. Aumento de la fuerza muscular:   Los agentes físicos terapéuticos pueden ayudar a aumentar la fuerza muscular, lo que puede mejorar la función y la independencia de las personas. Por ejemplo, la electro estimulación muscular puede ayudar a estimular los músculos para que se contraigan, incluso si el paciente no puede contraerlos voluntariamente.

Mejora de la circulación: Los agentes físicos terapéuticos pueden ayudar a mejorar la circulación, lo que puede ayudar a reducir la inflamación y el dolor. Por ejemplo, la terapia de compresión puede ayudar a aumentar el flujo sanguíneo a una zona lesionada. Aceleración del proceso de curación:   Los agentes físicos terapéuticos pueden ayudar a acelerar el proceso de curación al estimular el crecimiento de nuevo tejido. Por ejemplo, la terapia con láser de baja intensidad puede ayudar a estimular la reparación del tejido dañado.

EFECTOS DE LOS AGENTES FÍSICOS La aplicación de los agentes físicos causa principalmente una modificación de la inflamación y curación del tejido, alivio del dolor, alteración de la extensibilidad del colágeno o modificación del tono muscular. INFLAMACIÓN Y CURACIÓN Cuando se lesiona el tejido, normalmente responde de manera predecible. La inflamación es la primera fase de la recuperación, seguida de las fases de proliferación y maduraci ó n . La modificaci ó n de estos procesos de curaci ó n puede acelerar la rehabilitación y reducir los efectos adversos, tales como inflamación prolongada, dolor y desuso . Esto , a su vez, permite una mejora de la capacidad funcional del paciente y alcanzar más rápidamente los objetivos terapéuticos.

Los agentes térmicos modifican la inflamación y la curaci ó n al alterar las tasas de flujo sangu í neo y de las reacciones químicas. Los agentes mecánicos controlan la movilidad y alteran el flujo de líquidos, y los agentes electromagnéticos alteran la funci ó n celular, particularmente la permeabilidad y el transporte en la membrana. Muchos agentes físicos afectan a la inflamación y la curación y, utilizados adecuadamente, pueden acelerar el proceso, limitar las consecuencias adversas del proceso de curaci ó n y optimizar el resultado final. Sin embargo, cuando se hace una mala elección o se utilizan mal, los agentes físicos pueden perjudicar o potencialmente impedir la curación completa.

Durante la fase inflamatoria de la curación, la cual normalmente dura de 1 a 6 días, llegan al área dañada las células que retiran detritos y limitan el sangrado. La fase inflamatoria se caracteriza por calor, hinchazón, dolor, enrojecimiento y pérdida de función. Durante la fase inflamatoria, los agentes f í sicos normalmente ayudan al reducir el flujo de sangre, el dolor y la tasa de actividad enzimática, controlando la movilidad y promoviendo la progresión hacia la fase proliferativa de la curación.

Durante la fase de proliferación, la cual empieza normalmente en los 3 primeros d í as despu é s de la lesi ó n y dura aproximadamente 20 días, se deposita colágeno en la zona dañada para sustituir el tejido que ha sido destruido por el traumatismo. Además , si es necesario, los miofibroblastos se contraen para ayudar a cerrar la herida, y las células epiteliales migran para la reepitelizaci ó n de la herida . Durante la fase de proliferación los agentes físicos normalmente ayudan a aumentar el flujo de sangre y la tasa de actividad enzimática y estimular el depósito de colágeno y la progresi ó n hacia la fase de remodelaci ó n de la curaci ó n. Miofibroblasto: En procesos de cicatrización, el fibrocito puede volver a sintetizar fibras. Cuando el fibroblasto disminuye su actividad, se lo denomina fibrocito. Estos son incapaces de dividirse y, por ello, la restitución del tejido conectivo se efectúa mediante el crecimiento de jóvenes fibroblastos.

Durante la fase de maduración, la cual normalmente comienza aproximadamente 9 días después de la lesión inicial y puede durar hasta 2 años, se producen tanto el depósito como la reabsorción de colágeno . El nuevo tejido se remodela a sí mismo para parecerse lo más posible al tejido original y que éste sirva así mejor a su función original. Durante esta fase, el tejido cambia tanto en forma como en estructura para permitir una recuperación funcional óptima. La forma se adapta lo más posible al tejido original, a menudo con una disminución del volumen desde la fase de proliferación, y la estructura se hace más organizada.   Esta mayor consistencia se consigue sin que haya cambios en la masa del tejido. Durante la fase de inflamación, los agentes físicos normalmente ayudan alterando el balance entre el depósito y la reabsorción de colágeno y mejoran el alineamiento de las nuevas fibras de colágeno.

DOLOR El dolor es una experiencia desagradable desde el punto de vista sensorial y emocional asociada con un daño tisular real o potencial. El dolor protege normalmente a las personas al disuadirles de realizar actividades que podrían causar un daño a los tejidos; sin embargo, también puede interferir con actividades normales y causar limitación funcional y discapacidad . Por ejemplo, el dolor puede alterar el desarrollo normal de actividades como dormir, trabajar o hacer ejercicio físico . El alivio del dolor puede permitir que los pacientes participen de forma más completa en actividades normales de la vida cotidiana y puede acelerar el inicio de un programa de rehabilitación activa, limitando así las consecuencias adversas de la inactividad y permitiendo un progreso más rápido hacia la consecución de los objetivos de capacidad funcional del paciente.

El dolor puede ser la consecuencia de una patología subyacente , como inflamación articular o presión sobre un nervio, que está en proceso de resolución o de una neoplasia maligna que no es de esperar que se resuelva de forma completa . En cualquiera de las dos situaciones, el alivio del dolor puede mejorar el nivel de actividad y participación del paciente. Mientras persista el dolor se pueden usar intervenciones para aliviarlo, incluyendo los agentes físicos, y se debería interrumpir cuando el dolor desaparezca. Los agentes físicos pueden controlar el dolor mediante la modificación de la transmisión o la percepción del dolor, o actuando sobre el proceso subyacente causante de la sensación de dolor. Los agentes físicos pueden actuar regulando la transmisión del dolor a nivel de la médula espinal, alterando la velocidad de conducción nerviosa, o alterando la liberación de neurotransmisores centrales o periféricos. Los agentes físicos pueden actuar sobre el proceso que causa el dolor al modificar la inflamación y curación de los tejidos, la extensibilidad del colágeno o el tono muscular.

EXTENSIBILIDAD DEL COLÁGENO Y RESTRICCIONES DE LA MOVILIDAD El colágeno es la principal proteína de soporte de la piel, tendones , cartílago óseo y tejido conjuntivo. Los tejidos que contienen colágeno pueden acortarse como resultado de su inmovilización o de su movilización sólo en un arco de movilidad (ADM) limitado. La inmovilización puede ser el resultado del desuso causado por debilitamiento o lesión neural, o de la aplicación de un dispositivo externo como escayola, vendaje o fijador externo. El movimiento puede estar limitado por un trastorno interno, dolor, debilidad , mala postura o un dispositivo externo. El acortamiento de músculos, tendones o cápsulas articulares puede estar causado por una restricción del ADM articular. Para devolver al tejido su longitud funcional normal y permitir así su movilidad completa sin dañar otras estructuras, hay que elongar el colágeno . El colágeno se puede elongar de forma más segura cuando es más extensible. Debido a que la extensibilidad del colágeno aumenta en respuesta a un aumento de la temperatura, es muy frecuente la aplicación de agentes térmicos antes de elongar los tejidos blandos para optimizar el proceso de elongación.

TONO MUSCULAR El tono muscular es la tensión subyacente que sirve de base para la contracción de un músculo. El tono muscular se ve afectado por factores nerviosos y biomecánicos y puede variar como consecuencia de una patología, una demanda esperada, el dolor y la posición. Un tono muscular anormal generalmente es la consecuencia directa de una patología nerviosa o puede ser una secuela indirecta del dolor causado por una lesión de otros tejidos. Una lesión del sistema nervioso central, como puede ocurrir con un traumatismo craneal o un accidente cerebrovascular , puede causar aumento o disminución del tono muscular en la zona afectada, mientras que una lesión de un nervio motor periférico, como puede ocurrir en la compresión, tracción o sección de un nervio, puede disminuir el tono muscular en la zona afectada.

Por ejemplo, un paciente que ha tenido un accidente cerebrovascular puede presentar un aumento del tono muscular en los músculos flexores de la extremidad superior y en los músculos extensores de la extremidad inferior del mismo lado, mientras que un paciente que ha sufrido una lesión por compresión del nervio radial a su paso por el surco radial del brazo puede presentar disminución del tono muscular en los extensores de la muñeca y los dedos . El dolor puede aumentar o disminuir el tono muscular. El tono muscular puede estar aumentado en los músculos que rodean a la zona lesionada dolorida para fijar la zona y limitar el movimiento, pero también puede ocurrir que el tono en la zona dolorida sea inferior al normal como consecuencia de la inhibición. Aunque una inmovilización de protección puede prevenir un agravamiento de la lesión por una actividad excesiva, si se prolonga en el tiempo puede también alterar la circulación, retrasando o impidiendo la curación.

La disminución del tono muscular como consecuencia del dolor, como ocurre, por ejemplo, con la hipotonía (disminución del tono muscular) refleja de los músculos extensores de la rodilla , que provoca flexo de la rodilla cuando la extensión es dolorosa, puede limitar la actividad . Los agentes físicos pueden afectar al tono muscular bien directamente , actuando sobre la conducción nerviosa, la sensibilidad nerviosa o las propiedades biomecánicas del músculo , o indirectamente, disminuyendo el dolor o actuando sobre la causa subyacente del dolor. En la mayoría de los casos la normalización del tono muscular disminuirá las limitaciones funcionales y la discapacidad, permitiendo a la persona mejorar su rendimiento en las actividades funcionales y terapéuticas que realice . Los intentos para normalizar el tono muscular pueden favorecer también la consecución de mejores resultados con las técnicas pasivas de tratamiento, como la movilización pasiva o una posición determinada .
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