Eran Lucas, Hernán, Mario, Dani, Carlos y Adrián. Lucas
era muy bueno jugando al fútbol; Hernán, el fuerte del
grupo; Mario, el más gracioso; Carlos, el más veloz; Dani,
el inteligente, y Adrián, el escalador.
En la casa había muchos agujeros por donde caerse; pero
Lucas llevaba una calabaza muy luminosa. Entonces, un
vampiro salió de la nada, agarró a Dani y se lo llevó al
techo donde estaba la bruja, que era la dueña de la casa y
les dijo:
- Si queréis a vuestro amigo, tendréis que matar al vampiro;
pero si no lo lográis vuestro amigo morirá.
Entonces Adri se subió por las columnas de la casa,
obligando al vampiro a moverse. Lucas con la calabaza tiró
un tiro con el pié y, con la puntería que tenía, le alcanzó en
la cabeza, lo que le hizo caer; Hernán le dio un fuerte
puñetazo; Carlos, de lo rápido que era, se le llevó por
delante, y Juli acabó empujándole desde la ventana.
La bruja liberó a Dani. Juli y todos sus amigos salieron de
aquella casa y lo celebraron con una gran fiesta.
Lucas de Nicolás.
La mansión prisión
Hace mucho tiempo, para ser exactos en 1893, sobre la
colina de Walfork se edificó una mansión tan grande como
un castillo: tres plantas, sótano, un inmenso jardín y una
gran azotea desde la que se veía todo el horizonte.
El señor Walt, propietario de la casa y alcalde de una
ciudad vecina, era un hombre adinerado y sin escrúpulos.