ti y cuando estés lista para contarme qué demonios te ocurrió verás que has estado cometiendo
un grave error al mantenerme alejado de tí.
Le di un empujón y agradecí que se apartara.
-Te equivocas, yo no te necesito-le dije cogiendo mis cosas del suelo.
Salí dando un fuerte portazo.
***
Quería llorar, deseaba llorar sin parar dejar que toda la angustia que sentía en ese instante
saliese de mi interior. Nicholas había visto mi cicatriz, ahora sabía que algo había ocurrido, algo
que no deseaba sacar a la luz, algo de lo que me avergonzaba, algo que había decidido enterrar
profundamente.
Con las manos temblorosas me quité la ropa que llevaba puesta, me metí bajo el agua hirviendo
dejando que mi cuerpo se calentase, intentando entrar en calor otra vez, pues me sentía helada,
helada por dentro y por fuera, pero cuando salí del baño y vi un sobre blanco sobre mi cama, me
sentí desfallecer. Otra vez no, no otra carta, por favor no, hoy no.
Con manos temblorosas cogí el sobre. Esto ya era acoso, debía contarlo, debía hablarlo con
alguien. Saqué el papel que había dentro y con el miedo apoderándose de mí empecé a leer:
¿Recuerdas lo que me hiciste? Yo no puedo olvidarme de ese instante en el que te lo cargaste
todo, absolutamente todo. Te odio, a ti y a tú madre, ¿os creéis importantes por vivir bajo el techo
de un millonario? Solo sois unas putas que se venden por dinero, pero eso no durará: yo voy a
asegurarme de ello, y cuando lo haga, lejos quedarán los días en los que ibas a un bonito
colegio con uniforme.
A.P.A
Aquello iba de mal en peor, debía contarlo, debía decírselo a mí madre, pero una parte de mí me
impedía hacerlo, ella estaba tan feliz con Will, no quería que se enterase que ya me había hecho
enemigos en esa cuidad, no quería contarle lo de Ronnie, no sin meter a Nicholas en problemas.
Lo que había ocurrido en las carreras era ilegal, y si íbamos a la policía iba a tener que contar
todo lo que habíamos hecho; Nicholas tenía 22 años, podía ir a la cárcel y si Ronnie era el
culpable y lo arrestaban, no iba a dudar en empezar a soltar todo lo que sabía de Nicholas y de
mis amigos. Las cosas podían acabar muy mal si no tenía cuidado.
Me daba miedo salir sola, me sentía tan abrumada, tan profundamente triste que solo quería
olvidarme de todo otra vez, igual que había hecho la noche anterior. Beber hasta desmayarme
sonaba horrible y ahora que me había despertado tenía una resaca que me estaba matando pero
había merecido la pena, sí, lo había hecho porque estaba tan desbordada de problemas, de
demonios interiores, que nada parecía tener sentido,todo a mi alrededor amenazaba con
destruirme, y yo solo quería elegir la vía fácil.
Me senté en la silla y me fijé en la hora. En menos de cuarenta y cinco minutos tenía que estar
en el instituto para mi segundo día de clase y no había cosa en el mundo que sonara tan ridícula
como eso en aquel instante. Como si otra persona me controlase me vestí con el uniforme,
sintiéndome mal por llevarlo, las palabras de esa persona habían calado en mi interior, era verdad