Demócrito desarrolló la “teoría atómica del universo”, concebida por su mentor, el filósofo
Leucipo. Esta teoría, al igual que todas las teorías filosóficas griegas, no apoya sus postulados
mediante experimentos, sino que se explica mediante razonamientos lógicos. La teoría
atomista de Demócrito y Leucipo se puede esquematizar así:
Los átomos son eternos, indivisibles, homogéneos, incompresibles e invisibles.
Los átomos se diferencian solo en forma y tamaño, pero no por cualidades internas.
Las propiedades de la materia varían según el agrupamiento de los átomos.
Defiende que toda la materia no es más que una mezcla de elementos originarios que poseen
las características de inmutabilidad y eternidad, concebidos como entidades infinitamente
pequeñas y, por tanto, imperceptibles para los sentidos, a las que Demócrito llamó átomos
( τομοι), término griego que significa tanto "que no puede cortarse" como "indivisible".10
ἄ
Epicuro, filósofo posterior que retomó esta teoría, modifica la filosofía de Demócrito al no
aceptar el determinismo que el atomismo conllevaba en su forma original. Por ello, introduce
un elemento de azar en el movimiento de los átomos, una desviación ('clinamen') de la cadena
de las causas y efectos, con lo que la libertad queda asegurada.
Los atomistas pensaban distinto a los eleatas, pues mientras los eleatas no aceptaban el
movimiento como realidad, sino como fenómeno, Leucipo y Demócrito parten de que el
movimiento existe en sí. Habla por primera vez de la fuerza de la inercia. Demócrito pone
como realidades primordiales a los átomos y al vacío, o, como dirían los eleatas, al ser y al no
ser. Para Demócrito, la realidad está compuesta por dos causas (o elementos): το ον (lo que
es), representado por los átomos homogéneos e indivisibles, y το μηον (lo que no es),
representado por el vacío. Este último es un no-ser no-absoluto, aquello que no es átomo, el
elemento que permite la pluralidad de partículas diferenciadas y el espacio en el cual se
mueven.
Demócrito pensaba y postulaba que los átomos son indivisibles, y se distinguen por forma,
tamaño, orden y posición. Se cree que la distinción por peso, fue introducida por Epicuro años
más tarde o que Demócrito mencionó esta cualidad sin desarrollarla demasiado. Gracias a la
forma que tiene cada átomo es que pueden ensamblarse —aunque nunca fusionarse (siempre
subsiste una cantidad mínima de vacío entre ellos que permite su diferenciación)— y formar
cuerpos, que volverán a separarse, quedando libres los átomos de nuevo hasta que se junten