Desarrollo y crisis del bloque capitalista

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Desarrollo y crisis del Capitalismo 1945-2000


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Prof. Fernando de los Ángeles

Desarrollo y Crisis del bloque Capitalista (1945-2000)

1- ¿Qué es el Capitalismo?

“El término designa el sistema socioeconómico caracterizado fundamentalmente por la propiedad privada de
los principales medios de producción y la libertad reconocida a los individuaos para realizar contratos que regulen
sus propios intereses […].
Desde el punto de vista jurídico, el capitalismo descansa, pues, sobre dos instituciones esenciales: el derecho
de propiedad privada y la libertad de contrato, incluida, en este concepto la contratación del trabajo personal. En
general, la actividad económica está orientada hacia la rentabilidad u obtención de beneficios por las empresas
privadas en un régimen de libre concurrencia en el cual, al menos en principio, el Estado no interviene.
El elemento central del sistema es el mercado, ya que la finalidad de la producción es el intercambio y no el
consumo directo. Según la ley de la oferta y la demanda, el mercado regula los precios y las retribuciones de
todos los factores que intervienen en el proceso de producción y distribución. La competencia es el motor y el
regulador de la actividad económica”.
T. DI TELLA, (coord.): “Diccionario de Ciencias Sociales y Políticas”, Ariel, Barcelona, 2004


El Nuevo Orden Económico: el Predominio norteamericano

2- Bretton Woods y la hegemonía norteamericana.

“Cuando se repasan los principales cambios que influyeron decisivamente en la economía internacional de la
segunda posguerra, es imposible prescindir del fenómeno inédito que significó Bretton Woods, de cuyos
convenios nacieron el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. Este hecho, por una parte, puso
de manifiesto la clara hegemonía estadounidense en el bloque de países centrales que se traducía en la
consiguiente definición del reordenamiento financiero internacional; y, por otra, […] institucionalizo diversas
modalidades de préstamo y mediación financiera entre los organismos creados, los gobiernos nacionales y el
sistema de bancos privados internacionales.
[…]
Con respecto al patrón monetario, la solución acordada en Bretton Woods […] consistió en restablecer el oro
como instrumento de reserva internacional. Como se argumentó que las existencias de esa meta eran
insuficientes para reactivar y expandir el comercio mundial, se acordó, como principio básico del nuevo patrón
monetario, que toda moneda nacional podía adquirir un estatuto de medio de pago internacional si era
convertible a oro. […]
Ese principio de convertibilidad presuponía una igualdad teórica de las monedas, si acaso hubiese posiciones
de relativo equilibrio en las balanzas de pago y la correspondiente distribución del oro entre los países. Sin
embargo, en el escenario de la posguerra, ese principio encubriría un privilegio puesto que Estados Unidos
concentraba la mayor parte del oro existente y contaba con un comercio exterior fuertemente superavitario. Era
de hecho, pues, el único país que podía mantener la convertibilidad de su moneda a oro, lo que volvía al dólar la
divisa clave y la moneda de reserva obligada en el sistema financiero internacional y en el Fondo.
[…]
Pero en Bretton Woods no sólo se constituyó el FMI. Se promovió también la creación de […] lo que hoy se
denomina genéricamente como el Banco Mundial.
[…]
En fin, resumiendo, el sistema monetario internacional se reorganizó en Bretton Woods en base al poder
económico, financiero y político de Estados Unidos, extendiendo internacionalmente su moneda y sus políticas.
En este sentido, puede afirmarse que el FMI y el Banco Mundial –más que reguladores del sistema de relaciones

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internacionales– fueron inicialmente forjados como instrumentos de esa dominación estadounidense. La gran
diferencia con el pasado inglés es que esa hegemonía logró legitimarse en instituciones y mecanismos
multilaterales que se definieron, se proclamaron y hasta hoy se proyectan como de cooperación mundial.
S. LICHTENSZTEJN y M. BAER: “Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial.
Estrategias y Políticas del Poder Financiero”, Nueva Sociedad – CET, 1986, pp. 24-31

La Edad de Oro del Capitalismo

3- El Estado del Bienestar

El capitalismo liberal reveló sus debilidades en ocasión de la crisis de 1929 y, en medio del estremecimiento
de sus estructuras luego de la Segunda Guerra Mundial, debió aceptar el control de sus actividades, plegarse
frente a las exigencias de los economistas del Estado, renunciar a buena parte de la libertad del siglo XIX. Pero la
amenaza del avance del sistema socialista hizo más fácil esa renuncia que, por otra parte, no impide realizar muy
ventajosos negocios. […]
Al terminar la Segunda Guerra Mundial, tanto en Francia como en Inglaterra, las transformaciones del
capitalismo liberal se acentuaron muchísimo más. […]
La acción [del Estado] sobre los precios y los salarios […] se transformó en la regla central. Los gobiernos de
los grandes países de Europa Occidental intervienen constantemente, en esos dos grandes dominios, treinta años
antes considerados intocables.
Pero, sobre todo, fue el sector del capitalismo privado el que retrocedió considerablemente. En Francia
pasaron a la dirección del Estado el Banco de Francia, cuatro grandes bancos de depósitos, algunas compañías
aseguradoras, empresas de producción de gas y electricidad, parte de la construcción aeronáutica y de la aviación
civil y […] la fábrica Renault.
Las nacionalizaciones también fueron impulsadas en Inglaterra: el Partido Laborista, en el poder de 1945 a
1951, nacionalizó el Banco de Inglaterra, la aviación civil, el gas, la electricidad, los transporte: por ruta y
ferroviarios.
En pocos años, grandes empresas […] ingresaron al sector público.
Otra intervención decisiva del Estado: organizó [la] redistribución de la riqueza […] enriqueciendo
considerablemente el régimen de seguridad social y las asignaciones familiares. Estos dos sistemas toman del
circuito de los ingresos nacionales sumas considerables de dinero y las redistribuyen a todos los afectados por
enfermedades, accidentes, desempleo, vejez, cargas familiares y, de este modo, atenúan las desigualdades. […]
De este modo los principios fundamentales del capitalismo liberal fueron sacudidos […].
LESOURD y GÉRARD: “Historie économique, XIX et XX siecles”, Tomo 2, Armand Colin, París, 1963,
pp. 488-492, 535-540. Trad.: Prof. Sibila Núñez

4- El Estado Interventor

En su libro de Memorias Truman relata que “[…] una de las calves (de su política) era reafirmar el derecho al
trabajo para cada ciudadano norteamericano capaz y deseoso de conseguir un empleo; ello equivalía a la
afirmación de que incumbía al Estado utilizar todos los recursos, todos sus poderes, si los métodos habituales de la
oferta y la demanda se mostraban incapaces de evitar una desocupación prolongada. Ya estaba convencido de
que, en periodos normales, corresponde a la iniciativa privada suministrar el trabajo y que el papel del gobierno
debe limitarse a inspirar confianza en esa iniciativa […]. Yo exigía medidas rápidas para hacer estudiar y votar
conjuntos de leyes sobre pleno empleo, con el fin de mantener una confianza inamovible en nuestra economía y en
nuestra prosperidad […].”
Mensaje de Harry TRUMAN al Congreso, el 6 de setiembre de 1948.
Extraído de P. CORRAL el alt.: “Historia IV. El Mundo Actual”,
Santillana, Montevideo, 1999, p. 75

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5- Modelo Keynesiano de funcionamiento de la economía.


Extraído de P. CORRAL et alt: “Historia IV. El Mundo Actual”,
Santillana, Montevideo, 1999, p. 38

6- Los objetivos del gasto estatal



Antonio FERNÁNDEZ GARCÍA, et alt: “Tiempo 4. Ciencias Sociales”,
Vincens Vives, Barcelona, 1997, p. 41

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En la imagen se encuentran de izquierda a
derecha: el alemán Brandt, el francés Pompidou,
el norteamericano, Nixon y el británico Heath.
7- La Edad de Oro pierde su Brillo: La Crisis económica de los años setenta

a) En 1973, se inicia un periodo de la evolución económica
mundial que supone una ruptura clara del orden económico
implantado después de la Segunda Guerra Mundial. El fin del
pleno empleo, la inflación, la ineficacia de las políticas
económicas para afrontar, sobre todo, el paro y el desgaste del
estado del bienestar, son algunos elementos básicos que
ilustran el nuevo período económico mundial. No obstante, el
dato más significativo lo constituye el frenazo que experimentó
el crecimiento económico a partir de 1973. Este año termina un
periodo de crecimiento sostenido y estable iniciado pocos años
después de la guerra mundial, en los países capitalistas
desarrollados, aunque en dicho periodo se produjeron
recesiones que se superaron con rapidez y no amenazaron
seriamente el empleo.
El fin del crecimiento sostenido supone que, desde entonces,
nos encontramos en una crisis estructural, sin que las políticas económicas practicadas hayan resuelto los
problemas del desempleo y el menos crecimiento: políticas Keynesianas o monetaristas, de reactivación
o de austeridad, la crisis económica continúa. Así pues, desde 1973 la economía mundial está en crisis,
manifestada en conocidos síntomas económicos: descenso de las tasas de crecimiento, inflación,
desempleo, descenso de las inversiones, problemas en las balanzas de pagos. Sin embargo, a pesar de
ellos, a pesar de la existencia de la crisis estructural, se han vivido procesos expansivos, sucediéndose las
recesiones y las recuperaciones. La economía mundial, el conjunto de la humanidad en definitiva, produce
anualmente en los años noventa casi dos veces más bienes que producía a comienzos de los años setenta.
Pero, este progreso no ha comportado la resolución de los graves problemas que afectan al mundo: en la
mayor parte de los países desarrollados el paro persiste, y la subalimentación y la pobreza siguen
afectando a la mayoría de los países menos desarrollados. Sin duda, estos problemas se han ido
agudizando en los años posteriores a la llamada crisis de la energía de 1973.
R. ARACIL et alt.: “El mundo actual. De la Segunda Guerra Mundial a nuestros días”,
Universat de Barcelona, Barcelona, 1998, p. 365

b) “[…] la estabilidad de la edad de oro no podía durar. Económicamente dependía de la coordinación entre
el crecimiento de la productividad y el de las ganancias que mantenía los beneficios estables. Un parón en
el aumento constante de la productividad y/o un aumento desproporcionado de los salarios provocaría su
desestabilización. Dependía […] [d]el equilibrio entre el aumento de la producción y la capacidad de los
consumidores de absorberlo. Los salarios tenían que subir lo bastante deprisa como para mantener el
mercado a flote, pero no demasiado deprisa, para no recortar los márgenes del beneficio. Pero ¿cómo
controlar los salarios en una época de escasez de mano de obra o, más general los precios en una época
de demanda excepcional y en expansión constante? Por último, la edad de oro dependía del dominio
avasallador, político y económico, de los Estados Unidos, que actuaba, a veces sin querer, de estabilizador
y garante de la economía mundial.
En el curso de los años setenta todos estos elementos mostraron signos de desgaste. La hegemonía de
Estados Unidos entró en decadencia y, a medida que fue decayendo, el sistema monetario mundial,
basado en la convertibilidad del dólar en oro, se vino abajo. Hubo indicios de ralentización en la
productividad en varios países […].”
E. HOBSBAWM: “Historia del Siglo XX”. Crítica, Buenos Aires, 1998, p. 287.

8- Los economistas Neoliberales

“Los ingresos de todos nosotros dependen en gran medida de la gran acumulación de capital que han
realizado otros. […] Si se pretendiera redistribuir ingresos coactivamente, esto implicaría que el gobierno, por
La Crisis del Petróleo

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la fuerza, volvería a distribuir en direcciones distintas lo que ya había distribuido el mercado, lo cual, a su vez,
significa una mal asignación de recursos que consume capital y reduce salarios.
Supongamos que un grupo de personas sin recursos llega a una isla deshabitada. Al poco tiempo de
trabajar en la isla observaremos que habrá desigualdad de ingresos y patrimonios. Supongamos también que
en algún momento posterior se constituye en la isla un gobierno que considera impropio la desigualdad de
rentas y patrimonios y, por tanto, impone la nivelación a, digamos, un valor de quinientos. Los resultados de
semejante política inexorablemente serían dos. En primer lugar, aquellas que producían por un valor superior
a quinientos dejarán de hacerlo puesto que serán expoliados por la diferencia. En segundo término, aquellos
que se encuentren bajo la línea de quinientos no se esforzarán por llegar a aquella marca puesto que
esperarán que se los redistribuya por la diferencia, redistribución que nunca les llegará puesto que nadie
producirá arriba de la línea de quinientos. En una sociedad abierta, las mayores o menores desigualdades son
consecuencias de las mayores o menores diferencias de talentos, vocaciones, inclinaciones, capacidad de
trabajo, etc. Pero como decimos, los más eficientes, vía las altas tasas de capitalización, generan mayores
salarios para otros como una consecuencia no buscada (y muchas veces no deseadas). Al contrario de lo que
sucede en los procesos de evolución biológica en donde las especies más aptas desplazan a las más débiles, en
el proceso de la evolución cultural el más fuerte transmite su fortaleza al más débil a través de las tasas de
capitalización”.
BENEGAS LYNCH (h): “Análisis económico de la pobreza”. En libretas N°26, año XIV.
Edición semestral de ESEADE, 1997.

9- Las recetas Neoliberales a la Crisis


La llegada de la gran crisis económica de posguerra, en 1973, cuando todo el mundo capitalista avanzado,
cayó en una larga y profunda recesión, […] cambió todo. A partir de allí las ideas neoliberales pasaron a ganar
terreno. Las raíces de la crisis, afirmaban Hayek y sus compañeros, estaban localizados en el poder excesivo y
nefasto de los sindicatos, y de manera más general, el movimiento obrero, que había socavado las bases de la
acumulación privada con sus presiones reivindicativas sobre los salarios y con su presión parasitaria para que
el Estado aumentase cada vez más los gastos sociales.
Estos dos procesos destruían los niveles necesarios de beneficio de las empresas y desencadenarían
procesos inflacionarios que no podían dejar de terminar en una crisis generalizada de las economías de
mercado.
El remedio, entonces, era claro: mantener un Estado fuerte, si, en su capacidad de romper el poder de los
sindicatos y en el control del dinero, pero parco en todos los gastos sociales y en las intervenciones
económicas.
La estabilidad monetaria debería ser la meta suprema de cualquier gobierno. Por eso era necesaria una
disciplina presupuestaria, con la contención del gasto social y la restauración de una tasa “natural” del
desempleo, o sea la creación de un ejército de reserva de trabajo para quebrar a los sindicatos. Además, era
imprescindible reformas fiscales para incentivar a los agentes económicos. […] esto significaba reducciones de
impuestos sobre las ganancias más altas sobre las rentas. De esta forma, una nueva y saludable seguridad
volvería a dinamizar las economías avanzadas, entonces afectadas por […] la intervención […] y la
redistribución social, las cuales habían deformado tan desastrosamente el curso normal de la acumulación y el
libre mercado. […]
[…] ¿Qué hicieron, en la práctica, los gobernantes neoliberales del periodo? […] bajaron drásticamente los
impuestos los ingresos altos […], crearon niveles de desempleo masivo, aplastaron huelgas, impusieron una
nueva legislación antisindical y cortaron los gastos sociales.
Y finalmente […], se lanzaron a un amplio programa de privatizaciones, comenzando con la vivienda pública
y pasando enseguida a industrias básicas como el acero, la electricidad, el petróleo, el gas y el agua.”
P. ANDERSON: “Balance del Neoliberalismo: lecciones para la Izquierda”.
Extraído de Correo Socialista, serie de Documentos N°16, 1995, pp. 2-3

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H
O
Y

PINCIPALES
IDÉOLOGOS
CAPITLISMO
LIBERAL
CRISIS
1929

Adam Smith
CRISIS DEL
CAPITALISMO
LIBERAL
CAPITALISMO
REFORMADO
CRÍTICA AL MODELO
ANTERIOR PERO
¿QUÉ CAPITALISMO?
CRISIS
1973
John M. Keynes Milton Friedman y Escuela de Chicago
Inglaterra Estados Unidos Europa Occidental
América Latina: Chile – Argentina
Inglaterra: M. Thatcher
Estados Unidos: Reagan-Bush-Clinton
* Libre juego de la Oferta y la
Demanda
* No interviene el Estado
NEW DEAL

Estado Interventor
ESTADO DEL
BIENESTAR
*cobertura social
* Planificación económica
NEOLIBERALISMO

GLOBALIZACIÓN
Comprar lo más barato posible y vender lo
más caro posible, para que los beneficios
lleguen al máximo. […] Dejar que la
demanda y la oferta trabajen sin límites.
Permitir que todo capitalista pueda acabar
con otro capitalista […]. Permitir que el
beneficio sea el motivo predominante, […],
y no pagar más que lo absolutamente
preciso para sobrevivir. Usar todos los
recursos del gobierno y de sus fuerzas
armadas para encontrar y sostener mercados
extranjeros, PERO NO TOLERAR LA
INTERFERENCIA DEL GOBIERN O EN
ASUNTOS INTERIORES.
S. CHASE: “La Biblia de la libre
competencia”.
“Los principales inconvenientes de la sociedad económica en
que vivimos, son su incapacidad para procurar la ocupación
plena y su arbitraria y desigual distribución de la riqueza…”
“No es cierto que los individuos poseen el derecho a una
‘libertad absoluta’ en su actividad económica […] y no se puede
deducir […] que el interés privado asegure el interés general…”
NUESTRA TEORÍA MUESTRA QUE ES DE UNA
IMPORTANCIA VITAL ATRIBUIR A LOS ORGANISMOS
CENTRALES (ESTADO) ALGUNOS PODERES DE
DIRECCIÓN…”
John M. Keynes: “La década del 30 del siglo XX”
[…] el modelo norteamericano (capitalismo de libre
mercado) ha requerido cada vez más de apoyo del
Estado: el fin de los programas sociales y los recortes en
las ayudas alimentarias están diseñadas para forzar a sus
beneficiarios (los trabajadores) a aceptar trabajos que se
pagan por debajo del nivel de la seguridad social.
Artículo de Brecha: “El capitalismo europeo y
norteamericano”
En los años 80, el triunfo de la teología neoliberal se
tradujo en políticas de privatización sistemática y de
capitalismo de libre mercado […]
E. Hobsbwam: “Historia del Siglo XX”
EL ROL del ESTADO en el CAPITALISMO (Siglo XX)
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