“DESASTRES: ¡CONOZCÁMOSLOS PARA ESTAR PREPARADOS!”.pptx

Los desastres son acontecimientos que ocurren de manera inesperada y que causan grandes daños a las personas, a las viviendas, a la naturaleza y a la vida en comunidad. Estos sucesos pueden ser ocasionados por fenómenos naturales, como los terremotos o las lluvias intensas, o también por acciones...

Los desastres son acontecimientos que ocurren de manera inesperada y que causan grandes daños a las personas, a las viviendas, a la naturaleza y a la vida en comunidad. Estos sucesos pueden ser ocasionados por fenómenos naturales, como los terremotos o las lluvias intensas, o también por acciones humanas, como los incendios forestales, la contaminación o los accidentes tecnológicos. Conocerlos, entenderlos y saber cómo actuar frente a ellos es fundamental para mantenernos seguros y proteger a quienes nos rodean.

Cuando hablamos de desastres naturales, nos referimos a fenómenos de la naturaleza que pueden ocurrir en cualquier momento. Entre ellos tenemos los sismos, que sacuden la tierra y pueden derrumbar construcciones; las erupciones volcánicas, que liberan lava, gases y ceniza; las inundaciones, que se producen por lluvias intensas o desbordes de ríos; los deslizamientos de tierra, que afectan principalmente a zonas con laderas; y los huracanes o tormentas, que traen consigo fuertes vientos y lluvias. Todos ellos ponen en riesgo la vida y requieren que estemos informados sobre qué hacer antes, durante y después de su ocurrencia.

Por otro lado, también existen desastres causados por el ser humano. Estos incluyen los incendios en las ciudades o en los bosques, que destruyen el ambiente y ponen en peligro a familias enteras; los derrames de sustancias tóxicas, que contaminan el agua, el aire y la tierra; los accidentes de tránsito, que muchas veces se producen por imprudencia; y la contaminación ambiental, que poco a poco daña la salud de todos. Aunque estos desastres parecen distintos de los naturales, también requieren prevención, cuidado y responsabilidad.

La importancia de estar preparados no puede subestimarse. La prevención nos ayuda a reducir los riesgos y salvar vidas. Prepararse significa conocer los peligros que existen en nuestro entorno, participar en simulacros, tener una mochila de emergencia y sobre todo mantener la calma en momentos difíciles. Cada acción, por más pequeña que parezca, puede marcar la diferencia entre estar a salvo o ponernos en riesgo.

Por ejemplo, en caso de un sismo, debemos identificar previamente las zonas seguras de nuestra casa o escuela, alejarnos de ventanas y objetos que puedan caer, y nunca utilizar los ascensores. En cambio, si se trata de una inundación, lo más importante es no intentar cruzar corrientes de agua, proteger los documentos en bolsas plásticas y mantenernos atentos a las indicaciones de las autoridades. Cada desastre requiere medidas específicas, pero todos coinciden en la necesidad de estar informados y preparados.

Un elemento básico en la prevención es la mochila de emergencia. Esta debe contener agua potable, alimentos no perecibles, una linterna con pilas, radio portátil, botiquín de primeros auxilios, documentos importantes y una manta ligera.