seguidores, no son diferentes a los de otras
religiones que sacan ganancias de las ventas de
accesorios religiosos. Cree usted que ese es el
testimonio que el Padre celestial quiere que se de
acerca de su Hijo Jesucristo…?
Porque no vendió moisés su mensaje a los
ancianos de Israel…?
Porque no cobro Elías al pueblo, para ver el
enfrentamiento en el monte Carmelo con los
profetas de baal…?
Porque no vendió Juan el bautista su bautismo…?
Porque, cuando Felipe le predico al eunuco ,
tesorero de la reina de Etiopía , no le pidió
ofrenda…?
El vender el mensaje, o el pedir dinero en el
nombre del evangelio, constituye, en el amor al
dinero, lo que la Biblia llama “raíz de todos los
males” Esto ilustra muy claramente, la condición
trágica en que se encuentran muchos
predicadores en nuestros tiempos, imaginándose
tener unción del cielo, cuando en realidad solo son
miserables, pobres, ciegos y desnudos, como dice
apocalipsis3:17.
Si usted recibe el don para ministrar al Señor y a la
iglesia a través de la música, debe cobrar por
ministrar…? Todo aquello que se vende y se
comercializa, ya ha dejado de ser alabanza y
adoración para Dios, y ha dejado de ser música
santa (o para la gloria de Dios como muchos dicen
hoy en día) porque ha sido contaminada con las
costumbres del mundo, por lo cual necesita ser
removida del templo de Dios. “y dijo a los que
vendían palomas, quitad de aquí esto y no hagáis
la casa de mi Padre casa de mercado” (Juan 2:16)
Al decir: “La casa de mi Padre” no se refiere
solamente al edificio de piedra del templo, sino a
todas las actividades que se llevan a cabo dentro.
Los sacerdotes y levitas, habían sido instruidos por
Moisés para comer de los sacrificios santos, y de
las ofrendas del pueblo de Israel, pero no, para
cambiar esos sacrificios y ofrendas por oro, plata,
joyas o dinero. Cada sacrificio a Dios, debe de
costar algo al ministro que lo ofrece, y no, producir
una ganancia económica a su favor. Pero muchos
hombres, hoy en día, se hacen apóstoles, o se
dedican a cantar, solo para no trabajar con sus
manos, y de esta forma poder vivir de las ofrendas
y diezmos de sus seguidores.
El rey David dijo: “porque no ofreceré a Jehová, mi
Dios, holocaustos que no me cuestan nada ” A
David, le estaban regalando todo para ha cer
sacrificios al Señor y el no los acepto. El dijo: “yo
pagare con mi dinero para ofrecer sacrificios al
Señor” El era el rey, por lo tanto, pudo haberse
valido de su posición y tomar ventaja de esta
situación, pero no lo hizo. Compro la era, y los
bueyes que habían sido usados para la agricultura,
y los dedico a Jehová y no los volvió a vender (2
Samuel 24:24)
La enseñanza o don que se vende, y que produce
.
ganancias económicas para el ministro , han
perdido su recompensa delante de Dios .
Igualmente el músico que pone precio a la
alabanza.
En determinada ocasión un pastor dijo: “Nosotros
mismos somos los culpables por haberles hecho
creer a los evangelistas y cantantes, que son
estrellas, y que entre más populares son, mas se les
debe dar” Hoy en día, la mayoría “EXIGEN” volar
en primera clase, limusina y chofer privado, hotel
de cinco estrellas, suite presidencial ,manjares
delicados, guardaespaldas, y por supuesto, una
jugosa y apetitosa ofrenda de amor, muy, pero
muy aparte de los 5000 dólares estipulados de
antemano en el contrato , y de la venta del
material de música, o de los mensajes grabados, o
escritos en libros, además de otras curiosidades.
Claro que esto les conviene a muchos pastores, ya
que de esta manera atraen más gente a sus
espectáculos, y por consiguiente mas plata de lo
que se llevara el evangelista, o estrella de música
invitado. Aunque más tarde todos terminan
diciendo lo mismo: “Eso es mentira. Si hasta
tuvimos que poner dinero de nuestro bolsillo” Pero
después lo vuelven a hacer, y a hacer, y a hacer…
Jesús dijo: “De cierto os digo que ya tienen su
recompensa” (mateo 6:5-16) Cualquier ganancia
material que se saca de la venta del ministerio del
Espíritu Santo, será la única recompensa que habrá
para muchos, ya que quienes hacen esto, no
tendrán recompensa en el cielo.
En los últimos tiempos, hemos permitido que el
evangelio sea diseñado, empaquetado,
anunciado como un producto, vendido y
prostituido por cuanto falso apóstol se ha
levantado, por lo cual hoy, se está cosechado una
iglesia tibia y casi totalmente materialista. (Por
supuesto que los que más ganan dinero con esto,
son los que están menos dispuestos a cambiar)
Todo lo que se hace en la iglesia, debe ser para
glorificar el nombre de Cristo, y para la edificación
de la iglesia, no para suplir nuestras propias
necesidades económicas
Los verdaderos hombres y mujeres que ministran
en el nombre de Jesús, no van a los lugares donde
se les ofrece dinero, ellos van donde el Espíritu
Santo los guía. Estos hombre van para ministrar, no
para ganarse un salario, pues el mismo Señor es
quien suple todas sus necesidades, a través de sus
propias manos como Pablo, quien fabricaba
tiendas, o por medio de la generosidad de otras
personas que quieren cooperar con la verdad ,
como se explica en 3 Juan 7-8.
Giezi, siervo de Eliseo, cayó en el error de buscar
ganancia a través del ministerio de los dones de
Dios, y fue reprendido muy duramente por el
profeta con estas palabras: “Es tiempo de tomar
plata y de tomar vestidos, olivares, viñas, ovejas
bueyes, siervos y siervas…? (2 reyes 5:26)
Acaso hoy, es tiempo de tomar dinero, cheques,
.