ECONOMIA OBJETIVA:
La definición clásica de la corriente objetiva es de Friedrich Engels, quien señala: “La
economía política es la ciencia que estudia las leyes que rigen la producción, la
distribución, la circulación y el consumo de los bienes materiales que satisfacen
necesidades humanas. Karl Marx a su vez señala que la economía es “la ciencia que
estudia las relaciones sociales de producción“. También se le llama “la ciencia de la recta
administración” opuesta a la Crematística. La corriente objetiva se basa en el
materialismo histórico, se refiere al concepto del valor-trabajo, por lo que el valor tiene
su origen objetivo en la cantidad de trabajo requerido para la obtención de los bienes.
Y es histórico porque concibe el capitalismo como una forma u organización social
correspondiente a un determinado momento histórico. Esta definición ha engendrado
una corriente de pensamiento económico que hoy día se le conoce como la Economía
Política.
ECONOMIA SUBJETIVA:
La definición clásica de la orientación subjetivista es de Lionel Robbins, quien afirma: “La
economía es la ciencia que se encarga del estudio de la satisfacción de las necesidades
humanas mediante bienes que, siendo escasos, tienen usos alternativos entre los cuales
hay que optar”.
El enfoque subjetivo de la economía, plantea que la satisfacción de necesidades, deben
de limitarse al bienestar superficial y sensorial, contrario a la teoría objetiva, que afirma
que la satisfacción de necesidades debe de realizarse en el mundo de lo externo y de lo
observable, no de lo psíquico o psicológico.
RECURSOS:
Se denomina recursos a todos aquellos elementos que pueden utilizarse como medios
a efectos de alcanzar un fin determinado. Así, por ejemplo, es posible hablar de recursos
económicos, recursos humanos, recursos intelectuales, recursos renovables, etc. Desde
esta perspectiva, todo recurso es un elemento o conjunto de elementos cuya utilidad se
fundamente en servir de mediación con un objetivo superior.
NECESIDADES:
Una necesidad es aquello que resulta indispensable para vivir en un estado de salud
plena. Las necesidades se diferencian de los deseos en que el hecho de no satisfacerlas
produce unos resultados negativos evidentes, como puede ser una disfunción o incluso
el fallecimiento del individuo. Pueden ser de carácter fisiológico, como respirar,
hidratarse o nutrirse (objetivas); o de carácter psicológico, como la autoestima, el
amor o la aceptación (subjetivas).