la lleva a obedecerle. Para conducir a la
salvación, la fe debe centrarse en Jesu-
cristo. Además, los Santos de los Últimos
Días tienen fe en Dios el Padre, en el
Espíritu Santo, en el poder del sacerdo-
cio y en otros aspectos importantes del
Evangelio restaurado.
La fe es tener esperanza en lo que
no se ve pero que es verdadero (Heb.
11:1; Alma 32:21; Éter 12:6). La fe de una
persona surge cuando esta escucha el
Evangelio de labios de los ministros
autorizados y enviados por Dios (Rom.
10:14–17). Los milagros no la producen,
sino que la fe fuerte se desarrolla me-
diante la obediencia al evangelio de
Jesucristo. En otras palabras, la fe es re-
sultado de la rectitud (Alma 32:40–43;
Éter 12:4, 6, 12; DyC 63:9–12).
La fe verdadera hace que ocurran mi-
lagros, visiones, sueños, sanidades y
todos los dones que Dios da a Sus san-
tos. Por medio de la fe se obtiene la re-
misión de los pecados y, con el tiempo,
la posibilidad de morar en la presencia
de Dios. La falta de fe conduce a la de-
sesperación, que es el resultado de la
iniquidad (Moro. 10:22).
El justo por su fe vivirá, Hab. 2:4.
Tu fe te ha salvado, Mateo 9:22 (Mar.
5:34; Lucas 7:50). Conforme a vuestra fe
os sea hecho, Mateo 9:29. Si tuviereis fe
como un grano de mostaza, nada os será
imposible, Mateo 17:20 (Lucas 17:6). Yo
he rogado por ti, que tu fe no falte, Lucas
22:32. La fe en el nombre de Cristo sanó a
un hombre, Hech. 3:16. La fe es por el oír
la palabra de Dios, Rom. 10:17. Si Cristo
no resucitó, vana es también vuestra fe,
1 Cor. 15:14. La fe obra por el amor, Gál.
5:6. Por gracia sois salvos por medio de la
fe, Efe. 2:8 (2 Ne. 25:23). Tomad el escudo
de la fe, Efe. 6:16 (DyC 27:17). He acabado
la carrera, he guardado la fe, 2 Tim. 4 :7.
La fe es la certeza de lo que se espera,
Heb. 11:1. Sin fe es imposible agradar a
Dios, Heb. 11:6. La fe, si no tiene obras,
es muerta, Stg. 2:17–18, 22.
Iré y haré lo que el Señor ha man-
dado, 1 Ne. 3:7. El Señor tiene poder de
hacer todas las cosas para los hijos de
los hombres, si es que ejercen la fe en
él, 1 Ne. 7:12. Las agujas de la Liahona
funcionaban de acuerdo con la fe, 1 Ne.
16:28. Él manda a los hombres que se
arrepientan y se bauticen en su nombre,
teniendo perfecta fe en el Santo de Israel,
2 Ne. 9:23. Cristo obra grandes milagros
entre los hijos de los hombres, según su
fe, 2 Ne. 26:13 (Éter 12:12; Moro. 7:27–29,
34–38). Enós logró el perdón de sus pe-
cados por su fe en Cristo, Enós 1:3–8.
A ninguno viene la salvación, sino por
medio del arrepentimiento y la fe en el
Señor Jesucristo, Mos. 3:12. Los corazo-
nes cambian por medio de la fe en su
nombre, Mos. 5:7. Las oraciones de los
siervos de Dios reciben respuesta según
su fe, Mos. 27:14. Fortalécenos según
nuestra fe que está en Cristo, Alma 14:26.
Invoca con fe el nombre de Dios, Alma
22:16. Fe no es tener un conocimiento
perfecto de las cosas, Alma 32:21 (Éter
12:6). Al empezar a hincharse, nutridla
con vuestra fe, Alma 33:23 (Alma 32:28).
Los nefitas atribuyeron su preservación
al milagroso poder de Dios, por motivo
de su extraordinaria fe, Alma 57:25–27.
Cuantos miraren al Hijo de Dios con fe,
podrán vivir, Hel. 8:15. Veo que vuestra
fe es suficiente para que yo os sane, 3 Ne.
17:8. La fe es las cosas que se esperan y
no se ven, Éter 12:6. Todos cuantos han
obrado milagros los han obrado por la
fe, Éter 12:12–18. Si tienen fe en mí, haré
que las cosas débiles sean fuertes para
ellos, Éter 12:27–28, 37. Mormón enseñó
acerca de la fe, la esperanza y la caridad,
Moro. 7. Cuanto le pidáis al Padre en mi
nombre, que sea bueno, con fe creyendo
que recibiréis, he aquí, os será concedido,
Moro. 7:26. Los que tienen fe en Cristo se
allegarán a todo lo bueno, Moro. 7:28. Si
pedís, teniendo fe en Cristo, él os mani-
festará la verdad, Moro. 10:4.
Sin fe no puedes hacer nada; por tanto,
pide con fe, DyC 8:10. Les sería conce-
dido según su fe en sus oraciones, DyC
10:47, 52. Todos los hombres deben per-
severar con fe en su nombre hasta el fin,
DyC 20:25, 29. Se os dará el Espíritu por
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GUÍA PARA EL ESTUDIO DE LAS ESCRITURAS