Glenn Kramon, y seguir su ejemplo sobre cómo deben comportarse los periodistas en
todo el mundo.
A mis colegas del Times: Dean Murphy, Winnie O’Kelly, Jenny Anderson, Rick
Berke, Andrew Ross Sorkin, David Leonhardt, Walt Bogdanich, David Gillen,
Eduardo Porter, Jodi Kantor, Vera Titunik, Amy O’Leary, Peter Lattman, David
Segal, Christine Haughney, Jenny Schussler, Joe Nocera y Jim Schacter (ambos
revisaron capítulos de mi libro), Jeff Cane, Michael Barbaro y otros que también han
compartido su amistad e ideas con generosidad. Estoy en deuda con todos vosotros.
De igual manera, quisiera agradecer a Alex Blumberg, Adam Davidson, Paula
Szuchman, Nivi Nord, Alex Berenson, Nazanin Rafsanjani, Brendan Koerner,
Nicholas Thompson, Kate Kelly, Sarah Ellison, Kevin Bleyer, Amanda Schaffer,
Dennis Potami, James Wynn, Noah Kotch, Greg Nelson, Caitlin Pike, Jonathan
Klein, Amanda Klein, Donnan Steele, Stacey Steele, Wesley Morris, Adir Waldman,
Rich Frankel, Jennifer Couzin, Aaron Bendikson, Richard Rampell, Mike Bor, David
Lewicki, Beth Waltemath, Ellen Martin, Russ Uman, Erin Brown, Jeff Norton, Raj
De Datta, Ruben Sigala, Dan Costello, Peter Blake, Peter Goodman, Alix Spiegel,
Susan Dominus, Jenny Rosenstrach, Jason Woodard, Taylor Noguera y Matthew
Bird, quienes me ofrecieron su apoyo y consejo. Tanto la portada del libro como las
ilustraciones contenidas en su interior son producto de la increíble y talentosa mente
de Anton Ioukhnovets.
También estoy en deuda con las múltiples personas que dedicaron parte de su
tiempo para la investigación de este libro. Muchas de ellas se mencionan en las notas,
pero en especial me gustaría agradecer a Tom Andrews en SYPartners, Tony Dungy y
DJ Snell, Paul O’Neill, Warren Bennis, Rick Warren, Anne Krumm, Paco Underhill,
Larry Squire, Wolfram Schultz, Ann Graybiel, Todd Heatherton, J. Scott Tonigan,
Taylor Branch, Bob Bowman, Travis Leach, Howard Schultz, Mark Muraven, Angela
Duckworth, Jane Bruno, Reza Habib, Patrick Mulkey y Terry Noffsinger. Recibí gran
apoyo por parte de investigadores y colaboradores que se dedicaron a corroborar
información, entre ellos Dax Proctor, Josh Friedman, Cole Louison, Alexander
Provan y Neela Saldanha.
Siempre le estaré agradecido a Bob Sipchen, quien me dio mi primer trabajo en el
periodismo, y lamento no poder compartir este libro con dos amigos a quienes perdí
demasiado pronto: Brian Ching y L. K. Case.
Finalmente, mi más profundo agradecimiento es para mi familia. Katy Duhigg,
Jacquie Jenkusky, David Duhigg, Toni Martorelli, Daniel Duhigg, Alexandra Alter y
Jake Goldstein han sido grandes amigos. Mis hijos Oliver y John Harry han sido
fuentes de inspiración y desvelo. Mis padres, John y Doris, quienes me alentaron
desde muy joven a escribir, incluso cuando incendiaba las cosas, dándoles motivos
para pensar que cualquier correspondencia de mi parte en un futuro llegaría en
papelería de la cárcel.
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