dia! Desayuné con los ojos fan.cerrados como Mi
al Pereza me dominaba, qife por no meter ef
tostador, preferí comerlo frío y beber la leche dirt
de la botella. ¿Por qué we que trabajar?
jEsa si era una verdadera maldición!
A
Or
; 4
Salí de mi casa en direccion’a la oficina én mi vehículo con
asientos ide piel y ¢alefaccion, observando en el camino el
pavimento humedecido por la lluyia y seguia maldiciendo
el tener queiir a trabajar. El Semáforo marcó el alto y, dé
pronto, como un rayo, se colocó frente a todos los
automövilesmlgo/quesparecia un bulto.
Por curiosidad abrí más mis 0j08 somnolientos y pude
descubrir queJo que parecía un'bulto, era el cuerpo de un
joven: docena peageno carro de madera.
Aque re no tenía: ier y le faltaba un brazo;
Sin embargo) con su ManßArquierda lograbalcondicnr
el'pequeno vehículo y manejar con maesoae un
conjunto de pelotas ton/las que hacia malabares:
CAPO
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Pomoc |
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d ayuda, yA el asombro de
cano
Peso escribió
a.
MC hacias Señor por los dones que nos das
Contigo no nos falta nada". FF
e
a 4
Recibi un fuerte golpe en mi inter mie el hombre-
bulto se retiraba y el’semäforo cambiaba del color rojo
al verde, Mi semáforo inane cambio desde aquel dia.
Nunca más se me yolyi0\a enc der Ja senal de alto, que me
paralizabaporla pereza? Siempre he tratado
de mantenerla luz yerde y realizarimis trabajos.
actividades sin@etenerme,, Aquel día descubrí wre
ante aquellos jovencs) youn ab Desde |
aquel mismo machacado de agradecer, |
— Aue, RT SN)
dEl salario apenas me alcanza Para pagar las cuentas,
pero gracias a Dios'que por lo menos tengo un trabajo para
ganar el sustento. Los problemas se me han venido
multiplicando como si fueran mágicos; pero gracias a Dios
tengo paciencia yalörtaleza para sobrellevarlos