Carta Encíclica “TRABAJO HUMANO” Carta Encíclica del Papa Juan Pablo II , promulgada el 14 de septiembre de 1981 en el 90º aniversario de la encíclica Rerum Novarum .
En su tercera encíclica del Papa Juan Pablo II
Enfatiza los elementos de una espiritualidad del trabajo: los seres humanos comparten sus actividades con la acción de Dios; el trabajo imita la acción de Dios y otorga dignidad al trabajador. Nuestro Señor Jesucristo fue un hombre de trabajo. Hay en la Sagrada Escritura muchas referencias al trabajo; el Concilio Vaticano II dice que: el trabajo es necesario para el progreso terreno y para el desarrollo del Reino. Aspectos Bíblicos de la Dignidad del trabajo El momento de la creación de Dios invita al hombre a trabajar y cultivar la tierra: “ Dios los bendijo diciéndoles: sean fecundos y multiplíquense, llenen la tierra y sométanla. Tengan autoridad sobre los peces del mar y sobre las aves del cielo, sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra”. ( Gén. 1, 28).
Le da la potestad de trabajar y tener su sustento con este trabajo. Les dice también que mediante el trabajo, el hombre, debe proteger y desarrollar la creación. Esto indica que el hombre no puede tener sobre la naturaleza, un dominio despótico, sino más bien, debe administrarla y hacer que dé frutos. El Compendio de la Doctrina Social dice: “Cultivar la tierra significa no abandonarla a si misma; dominarla es tener cuidado de ella, así como un rey sabio cuida a su pueblo y es pastor de su grey”. (CDS 255).
El trabajo no es castigo… El trabajo pertenece a la condición originaria del hombre y precede a su caída; no es, por tanto, ni castigo ni maldición. El trabajo se hace fatigoso a causa del pecado de Adán y de Eva, que rompen su relación de confianza y armonía con Dios (cfr. Gn 3, 6 – 8). La prohibición de comer del «árbol del conocimiento del bien y del mal» ( Gn 2,17) recuerda al hombre que él ha recibido todo como don y que sigue siendo criatura y no el Creador. El pecado de Adán y Eva provocado precisamente por esta tentación: «serán como Dios» ( Gn 3,5). Ellos quisieron tener el dominio absoluto sobre todas las cosas, sin sujetarse a la voluntad del Creador. Desde entonces, el suelo se hace avaro, ingrato, demasiado hostil (cfr. Gn 4, 12); sólo con el sudor de la frente será posible extraerle alimento (cfr. Gn 3, 17.19). Sin embargo, pese al pecado de los primeros padres el designio del Creador, el sentido de Sus criaturas y, entre éstas, del hombre, llamado a cultivar y cuidar lo creado, permanecen inalterados
2.- El trabajo humano (CDSI, 255-322) El trabajo pertenece a la condición originaria del hombre, como colaborador en la Creación... El trabajo es necesario, como así también el descanso... Jesús dedicó la mayor parte de su vida al trabajo manual, y asumió su ministerio como un trabajo... El trabajo humano puede y debe hacer emerger la riqueza y el valor de toda la creación... El trabajo es parte integrante de la condición humana, y todos tiene el deber y el derecho de trabajar, según la propia capacidad y condición (cf. 2 Tes 3, 10)... Con el trabajo el hombre participa de la obra creadora de Dios, perfecciona la creación y la misma comunidad humana de la que forma parte...
Dimensión objetiva y subjetiva del trabajo Juan Pablo II, en Laboren Exercens , distingue entre la dimensión objetiva y la subjetiva del trabajo. El producto producido por el trabajo es el aspecto objetivo. El esfuerzo e ingenio que pone el trabajador es el aspecto subjetivo. El trabajador, al realizar un trabajo, expresa su alma y su creatividad. En la época actual debido al alto desarrollo de la técnica, el trabajo se ha mecanizado, perdiendo el aspecto de la creatividad que tiene. El hombre se hace totalmente dependiente de la técnica. Es el trabajo por el trabajo. El trabajo es para el hombre y no el hombre para el trabajo. (CEC 2428).
El trabajo es para el hombre, no el hombre para el trabajo... El trabajo del hombre ha ido construyendo el mundo, pero también a sido un instrumento para someterlo... La Encíclica Rerum novarum fue una apasionada defensa de la dignidad de los trabajadores, ante los abusos de la revolución industrial... La cuestión obrera : la explotación de los trabajadores... La Encíclica Laborem excercens : dimensión subjetiva y objetiva del trabajo... Dimensión objetiva : mira al producto objetivo del trabajo... Dimensión subjetiva : mira a su fruto en el trabajador... La finalidad del trabajo es siempre el hombre mismo... Dimensión social del trabajo : “el que no quiera trabajar, que no coma” (2 Tesalonicenses 3, 10)... Los frutos del trabajo son ocasión de intercambio, para beneficio de toda la sociedad...
El trabajo, por su carácter subjetivo y personal, es superior a cualquier otro factor de producción... El trabajo tiene prioridad sobre el capital ( esencialmente, trabajo acumulado ), a la vez que una necesaria complementariedad... El recurso principal del que dispone el hombre es el hombre mismo... La relación entre trabajo y capital reclama la participación de los trabajadores en la propiedad, en su gestión y en sus frutos... El trabajo es un bien y un derecho para el hombre... Es deber del Estado y de la sociedad promover la posibilidad del trabajo para todos... Derechos del trabajador : A la justa remuneración y a la distribución de la renta, derecho a la huelga... Cuestiones nuevas : Globalización de la economía, fragmentación física del ciclo productivo, surgimiento de actividades económicas informales o sumergidas...
Culmen de la enseñanza bíblica sobre el trabajo es el mandamiento del reposo sabático . Al hombre, vinculado a la necesidad del trabajo, el reposo le abre la perspectiva de una libertad mas plena, la del Sábado eterno (cfr. Hb 4, 9 –10). El reposo permite a los hombres recordar y revivir las obras de Dios, desde la Creación hasta la Redención, reconocerse ellos mismos como obra Suya (cfr. Ef 2,10), dar gracias por su propia vida y por la propia existencia de la que Él es el autor. La memoria y la experiencia del sábado constituyen un baluarte contra la servidumbre del trabajo, voluntario o impuesto, y contra toda forma de explotación, disfrazada o abierta . El reposo sabático además de permitir la participación en el culto a Dios, ha sido instituido en defensa del pobre; su función es también una función liberadora de las degeneraciones antisociales del trabajo humano. Tal reposo, que puede durar también un año, comporta una expropiación de los frutos de la tierra a favor de los pobres y la suspensión del derecho de propiedad de los dueños del suelo: «Seis años sembrarás tu tierra y recogerás su producto, al séptimo lo dejarás descansar y en barbecho, para que coman los pobres de tu pueblo, y lo que quede lo comerán los animales del campo. Harás lo mismo con tu viña y tu olivar» ( Éx 23, 10 –11). Esta costumbre responde a una profunda intuición: la acumulación de bienes por parte de alguno puede convertirse en una sustracción de bienes a los otros.
En resumen
Para el trabajo personal
Una persona del decil más pobre que trabaja gana en promedio 87 mil pesos al mes. Y una persona del decil 10 gana 1 millón 545 mil pesos, es decir, 17,7 veces más. Esta desigualdad la llamaremos la desigualdad 10/10. Cuando los chilenos hablamos de desigualdad, comúnmente nos referimos a este tipo de diferencia salarial: fulano gana tanto más que zutano. Y no puede sorprender que concluyamos que Chile es un país desigual, porque 17,7 veces es una diferencia muy grande. Pero la verdad dolorosa es que aquella es sólo una porción pequeña de la desigualdad que aqueja a las chilenas y los chilenos. Porque para calcular esa cifra de 17,7 veces hemos considerado cuánto ganan los que trabajan. Pero en Chile, en un hogar del decil 1 en promedio trabajan apenas 0,5 personas. Es decir, hay apenas un trabajo cada dos hogares. Por contraste, en un hogar del decil 10 trabajan en promedio 1,6 personas.
Las diferencias son tan abismantes que, según datos de la Fundación Sol, el 60 por ciento de los chilenos tiene un ingreso per cápita anual de 3 mil 500 dólares, al nivel de Filipinas, Indias y Mongolia y muy por debajo de los 16 mil dólares que se estiman para nuestro país para el 2012. En el otro extremo, el 1 por ciento más rico posee ingresos per cápita de 64 mil dólares anuales, como Singapur o Noruega, mientras que el 0,1 por ciento de mayores recursos llega a un per cápita de 112 mil dólares.